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La cobardía del machismo

Escrito por Liberacion 2000 Carmen Ruiz. Posteado en El Blog de Carmen

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Una y otra vez se repite la misma historia. Hombres que imponen su fuerza a golpes no sólo con las mujeres sino con sus hijos. Por el único motivo de hacer más daño a la esposa o compañera sentimental.

¿Se puede ser más cobarde? Me duele las entrañas cuando oigo una noticia así, una vida principiante destruida por un progenitor que no sabe lo qué es querer, ni en ese momento ni en los momentos más felices de la convivencia.

Utilizar a los hijos como arma arrojadiza no sólo es triste sino que demuestra una gran ausencia de todo aquello que nos hacen a las personas “seres humanos”.

Pero también hay que levantar la voz y decir que cobardía son las injusticias que después de tantos años de lucha, en estos días de propusiera en el congreso que a los huérfanos se les diera una pensión de orfandad.  ¡¡Pero qué mínimo!! ¿Cómo es posible que esto no estuviera antes hecho? Asombrada me quedé de todo lo que todavía falta para llegar a arreglar este grave problema.

Pero no todo es hacer anuncios, y ponerse al lado de las victimas y salir a las puertas de los ayuntamientos a hacer un minuto de silencio.

Tanta lucha entre los partidos políticos para conseguir escaños y aprovecharse de nuestros impuestos, y cosas tan simples como estas no se han solucionado ¿en qué mundo vivimos de verdad?.

Hay que luchar por una buena educación, puesto que parece que no sirve para nada la actual, ya que seguimos con el machismo en la gente joven.

Hay que luchar por el seguimiento de aquellas personas que han demostrado en una sola ocasión que han sido violentas y se ha demostrado fehacientemente, porque no es lógico que caduquen sus actuaciones y se les deje sin vigilancia, sin tener en cuenta que una de las pocas cosas que tienen, además de la cobardía, es la paciencia.

Pero hay que ayudar a esos hijos y/o familiares que sólo tienen que soportar la perdida, sino que además tienen que vivir el día a día sin medios para que tengan una infancia feliz y un futuro honorable.

Dejemos de ser tan egoístas, luchando por el poder y el dinero, y movamos las manos y la cabeza en ayudar a estas pobres victimas, que nunca podrán olvidar lo que han visto o lo que han vivido.

Nacex colabora de nuevo con la campaña solidaria de Navidad de Cantajuego

Escrito por Liberación 2000. Posteado en Noticias

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Muy felices por haber podido un año más, junto a Nacex, llegar a cientos de niños con regalos benéficos destinados a los que más lo necesitan, especialmente en estos días tan festejados.

Hoy nos hacemos eco de las palabras de Cantajuego, con quien Nacex vuelve a colaborar una vez más, en estas fechas tan señaladas, para animar a los que más cariño y fuerza necesitan. La campaña solidaria de Cantajuego ha destinado, con la ayuda de la empresa de mensajería y sus franquicias y agencias, más de 150 packs de regalos a hospitales, asociaciones y centros de atención a la infancia.

Una iniciativa preciosa con la que hemos tenido el placer de colaborar una vez más. Os dejamos con algunas fotografías tras el salto:

Aquellos locos cacharros

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Un síntoma claro de que me estoy haciendo mayor, son los recuerdos cada vez más intensos de épocas anteriores a nuestra etapa de adulto.

Añoramos tiempos anteriores, recordamos juegos, vivencias y en nuestra cara se nos refleja una gran sonrisa. ¿Significa que ahora no somos tan felices? No lo creo, lo que pasa que éramos más inocentes, sin tener tantas mochilas llenas de grandes piedras que han ido, según iban pasando los años, haciendo que estuviéramos más encogidos y que, poco a poco, nuestros hombros se echaran más adelante, casi hasta el punto de tocar con la nariz el suelo.

Pero el ser humano es optimista por naturaleza y siempre hay algo que nos hace erguirnos de nuevo y comenzar nuevas etapas o continuar con las aparcadas en otro lugar. Lo llamaremos metas, ilusiones o lo que los especialistas quieran indicar, pero siempre tenemos algo a lo que agarrarnos para seguir luchando.

Es gracioso ver cómo en poco tiempo la vida ha cambiado y nosotros con ella.

Cuando yo era pequeña, estábamos todo el día en la calle y no necesitábamos un móvil para volver a casa, se oía los gritos de todas las madres llamando a sus hijos por las ventanas de las cocinas. Todos desaparecíamos a la vez y volvíamos a la calle una vez terminada la comida o la merienda si era en época de colegio.

Jugábamos chicos y chicas juntos, ellos a la muñeca o a los paseíllos de canciones y nosotras a las chapas o al futbol si hacía falta. Cuando hacía falta unos postes para jugar a la goma, ahí estábamos haciendo cola también, y si era para saltar, nos juntábamos todos y a hacer concursos.

En semana santa lo teníamos todo prohibido, no había cines, ni bares, ni nada de nada, y comías los viernes el potaje correspondiente para no pecar.

Cuando hacías la comunión te dejaban en ayunas para recibir mejor a cristo.

Las vacaciones eran 5 personas metidas en un seiscientos, más las maletas y sin aire acondicionado. ¡Sorpresa! No teníamos aire acondicionado y hacía un calor de narices. Recuerdo poner una toalla o un trapo en la ventanilla para intentar que no entrara el sol y que el viaje fuera más placentero. Imposible. Sudábamos muchísimo, las gotas nos caían por todo el cuerpo y el asiento se quedaba mojado.

No existían las sillas de seguridad para los niños, apoyábamos la cabeza en las piernas de tu madre o del familiar que tocara.

En las casas no ponían tapones en los enchufes, ni protegíamos las esquinas de las mesas. En este punto recuerdo una anécdota con mi hermana la mediana, un trasto de niña, inquieta como la que más. Como mi padre era electricista, tenía un cuadro de luces en una habitación. Mi hermana, como a su corta edad ya quería saber qué es lo que significaba eso, en un descuido de mis padres puso la clavija donde no debía y dejó a toda la urbanización sin luz. Pero bien, no le pasó nada, salvo el susto.

Los columpios no eran de madera o especiales para los niños. Eran metálicos, que cuando pegaba el sol, era complicado columpiarse y no quemarse las piernas. El final del tobogán no estaba protegido, si tenías suerte había mucha arena y sólo llegabas a casa con las rodillas rozadas, o con los pantalones roídos. Por eso se utilizaba una cosa que ahora nadie sabrá lo que es, salvo por estética, se usaba las rodilleras y las coderas.

Cuando una vecina y/o hermana tenían el sarampión, nos ponían todas juntas para pasarlo a la vez. Bebíamos de la misma botella, comíamos algunas chuches y estábamos sanos.

Mi padre tenía la manía de que no le gustaba vernos comer chicle, y antes de entrar en casa, teníamos que tirarlo o en mi caso, tragarlo, porque siempre se me olvidaba. Hasta que un día entré con él, me mira mi padre y me dice, bueno, no pasa nada. A partir de ese día, mi estómago dejó de recibir chicles.

El jabón de lagarto era nuestro gel y/o champú. No teníamos problemas de alergias y de escamas, ja, ja, nunca mejor dicho.

No teníamos ningún videojuego, pero nos pasábamos horas intentando meter unas bolitas metálicas en los pequeños agujeros de un circulo. O tirábamos a meter monedas en la boca de una rana metálica.

No teníamos películas de vídeo animadas, sólo discos traducidas por sudamericanos de películas Disney y cuentos de papel con formas de las protagonistas.

Hacíamos colecciones de todo lo que nos dejaban y jugábamos con muñecas recortables cambiando las ropas según temporada.

Mi hermana tiene el recuerdo de que una vez le regalaron una muñeca en Valencia de cartón y que cuando llegó a Madrid, después de un viaje en tren, se la había casi comido entera.

Yo no conocí esas muñecas, pero me regalaron una vez una que era casi más grande que yo, que además hablaba. Tenía detrás un hilo con una anilla, que tirabas de ella y decía unas palabras. La recuerdo con su vestido rosa.

Jugábamos al yo-yo, al diábolo y pasaba el tiempo super rápido.

A todo el mundo le deseabas buenos días, distinguías entre las personas que llamabas de tú y las que las llamabas de usted. Dejabas pasar primero a las personas mayores y les dejaba los asientos en los autobuses.

La televisión era en blanco y negro y te decían cuando podías verla y cuando te tenías que ir a la cama, y lo mejor de todo, es que lo hacíamos, sin rechistar. Recuerdo muchos anuncios de aquella época que incluso los sigo utilizando en el día hoy, por ejemplo, hay gente que tiene una sonrisa muy especial y a mí me recuerda el anuncio de “Con un poco de pasta basta, Gior”, era muy bueno.

Cantabas sobre “aquel negrito, del africa tropical” y nadie te llamaba racista, porque digo yo que había blanquitos y negritos.

Oías las telenovelas en la radio, mientras que tu madre te preparaba la merienda, o las recomendaciones de una mujer que al final solo ponía la voz pero que era un hombre quién escribía las contestaciones, muy bueno, ¿verdad?

Pertenezco a la generación del Baby bommers (1945-1964), aunque por los pelos, porque nací en 1962, casi podría ser de la generación del X (1965-1981).

Y una cosa de mi generación, sea la que sea, es que son echados para adelante, se arriesgan. Si os fijáis es una generación que viste muy moderna, sin importarles los demás. Van modernamente peinadas, mucho más que las siguientes generaciones.

Están en la última en las nuevas tecnologías, no seremos la generación de los milennials ni de los nativos digitales, pero ahí estamos, mucho más dispuestos que algunos de las últimas generaciones.

Y nos encanta vivir y disfrutar de lo que tenemos, recordamos el pasado, pero al mismo tiempo nos enfrentamos al presente y nos arrojamos al futuro, porque somos así y así seguiremos avanzando y creciendo como seres humanos. Recordamos con nostalgia, pero subiendo escalones en esta pirámide que es nuestra vida, y no sólo en lo personal sino también en lo laboral.

Y se armó el Belén

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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¡Por Fin! Volvemos a la rutina diaria, a la tranquilidad y a la paz de todos los días. Las fiestas se han terminado, el desmadre, las comilonas, las compras, las bebidas… Parece que nunca hemos comido hasta estas fiestas. La crisis se ha olvidado y a lo único que hemos dedicado tiempo es a comprar todo lo pensable. El espíritu navideño ha dicho “hasta el año que viene”, ¿pero de verdad existe el espíritu navideño?

He comentado en varias ocasiones que muchas personas en estas fechas se vuelven más antipáticos, están más estresadas y no disfrutan el hecho de que otras tengan la suerte de estar de vacaciones o de celebraciones; ellos tienen que trabajar o no celebran nada de nada. Y al final, acaba resultando que Diciembre es el mes en el que hay más broncas, más enfados y en el que se respira más mala educación en el ambiente. La tensión de celebrar una cena, de aguantar a la familia o de utilizar mejor el tiempo libre nos acaba pasando factura a todos.

Poco queda o nada de aquellas navidades pasadas, en las que la ilusión y la esperanza ocupaban todo el tiempo de estas fiestas. Pero hoy quiero dedicar esta entrada a la ilusión de los Reyes Magos y las nuevas tendencias.

Yo no soy una católica, apostólica al uso. Siempre lo he dicho. Si es verdad que he sido educada en la religión cristiana y lo cierto es que, si bien no soy practicante, tampoco me molesta que otros lo sean. Soy de las que se acuerda de Jesús cuando necesita algo y poco más.

Me encanta visitar iglesias y catedrales porque adoro la historia y también soy capaz de entrar en una mezquita o en una sinagoga y apreciar su arquitectura; no entro a valorar si no pueden rezar las mujeres junto con los hombres o lo tienen que hacer detrás de unas celosías, porque, aunque como mujer me molesta, estoy compartiendo el espacio y el momento con gente de otras culturas y, por ende, tengo que respetar lo que se hace.

Ahora, sin embargo, parece que tenemos que ir contra la religión católica. Es la enemiga a batir, tenemos que quitar todo lo relacionado con esa religión, aunque respetemos las de los otros. Insistiendo que no soy una devota, me llama la atención como los nuevos gobernantes, que tienen que dirigir las vidas de todos los ciudadanos, aplican los cambios que se les antojan sin tener en cuenta la opinión de la sociedad.

Porque yo me hago una pregunta, si tu no crees en la navidad, pues no ibas a ver ningún belén, ni ibas a la cabalgata de reyes, ni hacías nada de nada relacionado con la religión cristiana. Es decir, si no eres de ninguna religión no hacías nada, pero ahora lo que se hace es quitar de un plumazo lo que son tradiciones ya no con años de antigüedad, sino de siglos.

Cambiamos los ropajes de los Reyes Magos o los cambiamos de sexo y así pensamos que somos más modernos y más feministas y entonces tenemos que explicar a los niños que Gaspar ahora es Gaspara, y que el traje es de alta costura alternativa.

Y yo me pregunto también, ¿esta gente que no celebra la navidad, qué les dice a sus hijos cuando ve que el resto de los niños están esperando a los Reyes Magos? ¿O ponen un belén en sus casas? Y esto lo digo por aprender, porque a este paso nos tendremos que inventar algo para dar explicaciones.

¿Qué se le dice a un niño que en vez de villancicos está viendo a un DJ que además se lobo? E insisto, que ya se me han olvidado a mí misma los villancicos, pero ¡jolines, esto ya es demasiado! Aunque estoy segura que tanto esta música como la que se puso mientras que se esperaban a los Reyes estaba analizada por grandes expertos y era la música infantil por excelencia y la que más interesa a esos niños, porque estamos hablando de niños, niños pequeños.

Me estoy haciendo vieja, no llego a entender lo que está pasando. Se gobierna para unos pocos y además si alguien piensa lo contrario, se le echan encima las redes sociales.

No queremos que los Reyes vengan en camello porque se pueden estresar, pero dejamos que una carroza esté patrocinada por un fabricante de bebidas muy conocido que ha echado a la calle a muchos trabajadores. De hecho, hay una sentencia que dicta que se los tiene que readmitir y, si bien todavía no sé si se ha hecho o no, imagino que, en cualquier caso, esto sí que debe ser estresante.

Aunque estoy de acuerdo con este tema de los animales, ¿qué hacemos con los zoos? ¿y con los mataderos? ¿o es que sólo pensamos en los animales para la Navidad y no durante el resto del año? Creo que tenemos que avanzar en muchas cosas, pero parece que sólo se está mirando todo lo relacionado con la religión cristiana.

Y que conste que vale que Baltasar sea realizado por una persona blanca con betún en toda la cara y que se olvidara de pintar el cuello, porque hay mucha gente de color que puede realizar esta tarea, pero de ahí a lo que ha pasado, me parece que hay un abismo y ojo, que es mi opinión, si alguien se siente ofendido es porque no sabe oir las opiniones de los demás.

Eso sí, ha sido una cabalgata que ha respetado las culturas chinas, con su dragón, la india con su elefante y todo lo que haga falta, porque son tradiciones, aunque sean sexistas también, porque es un dragón ¿no hay dragonas? ¿no hay elefantas?. Esto me recuerda lo de “miembros y miembras”.

Y por último sólo quiero hacer otro comentario sobre los Reyes. He buscado los cuentos de toda la vida, los de mi época, los cuentos de Andersen, pero claro, ha sido difícil encontrarlos porque parecen que son cuentos “sexistas”. Busqué también los cuentos de Gloria Fuertes y la verdad que también ha sido complicado. Al final, con gran felicidad encontré un cuento que más o menos ponía “Mis primeros sonidos de animales de granja” y dije “esto se lo compro a mi nieta”. Llega el día y se abre y se le enseña, aplaude y rie, le ha gustado, ¡qué alegría! Se empieza a leer y nos quedamos muertos, asombrados y no nos lo podíamos creer. En cada página hay un pequeño texto para luego tocar y que salga el sonido, y yo esperaba la vaca muaaa, el perro gua gua, el gato miau, miau, pues no, eso es tonto, ahora la vaca se tira pedos, el perro eructa, el gato le suena las tripas, y así todos los primeros ruidos de los animales.

¿Pero qué es esto? ¿Qué queremos hacer con los niños? No le podemos hablar de príncipes porque no existen, ni de fantasías ¿y los primeros sonidos que pueda oir de un animal son sus pedos?

Juro que lo compré de la estantería de +0 meses.

¿Cuál será el futuro cuento que va a leer mi nieta? El cerdito marido, Blancanieves y los 7 divorcios, etc. ¿De verdad que hay que romper la inocencia tan pronto? Si todo llega, no hay problemas. Yo me he criado con los cuentos de los príncipes que te rescataban y la realidad me abofeteó, pero el tiempo que soñaba con mi príncipe azul no me lo quita nadie, es más, todavía le estoy esperando, pero feliz, no estoy traumatizada, estoy muy feliz, porque tengo a muchos príncipes a mi alrededor, aunque no sea el mío ni esté feliz.

Y he estado contenta en mi ignorancia con el ratoncito Pérez, y me hacía ilusión que me dejara un regalo cuando se me caía los dientes y no me ha pasado nada mal (bueno, eso creo yo), y ahora que sé que no existe y se me siguen cayendo los dientes, pues no espero ningún regalo, es más, sólo que queda soltar el dinero al dentista de turno y esperar que vaya todo bien.

Por favor, dejar que la infancia tenga ilusiones, que no hay ningún peligro en las tradiciones, que son solamente eso, tradiciones, canciones y que no hace daño a nadie.

Si se quiere hacer cambios, tendrá que ser con el tiempo, mucho tiempo, porque todo está basado en unas tradiciones de hace muchos años, incluso siglos, y no se puede cambiar de un día para otro.

Y no nos olvidemos que es lo que queremos proyectar hacia los demás, que imagen estamos dando al resto del mundo, porque luego queremos a los turistas, que nos dejan dinerito, y que vivimos del turismo, pero ¿tenemos tradiciones?

Y sobre todo, respetemos a los que piensan diferentes a nosotros. Un gobernante, tenga la ideología que tenga, tiene que gobernar para todos y no para los que a ellos les ha votado, es para todos. ¿No hubiera sido bueno hacer una encuesta y oír las opiniones de todos? ¿Por qué no se hace una app dónde se informe de los cambios y que haya votaciones? Yo tengo una que hay para el congreso y puedes dar tu opinión con me gusta o no me gusta y a lo mejor hay una para mi ayuntamiento, pero ahora mismo lo desconozco, pero si no la hay, habría que hacerla.

Insisto, habrá que cambiar mucho y reconozco que no tengo la edad para entender estos cambios, pero creo que me tocará verlos, pero no entiendo este “odio” que hay por lo cristiano y por las tradiciones y ahora pienso ¿cómo van a ser la próxima “semana santa”? porque no hablo de los carnavales que van a ser antes, porque como es una fiesta pagana, será bendecida por todo el mundo y no habrá sorpresas.

¿Y dentro de 3 años si se cambia de ideología política volveremos a las tradiciones antiguas? ¿Y al niño que dentro de ese tiempo tendrá 6 años que le vamos a decir ahora? ¿Y si luego hay otra vez cambios, volvemos a rectificar? Esto es de locura.

Habrá que prepararse a los cambios y me siento “mayor” “vieja”, la que hasta ahora estaba preparada a todos los cambios, ahora no sé qué pensar.

Solo digo que ya hemos terminado este año con el espíritu navideño y que a lo mejor ya no le volvemos a ver nunca más o en años. Pues nada, a esperar otros cambios y saber asimilarlos o a digerirlos.

¡Feliz 2016! Que creo que esto todavía se puede decir y a empezar con los buenos propósitos para este año que acabamos de comenzar.

Nacex participa en la campaña solidaria ‘Que no falte de nada’

Escrito por Liberación 2000. Posteado en Noticias

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Hace 7 años se impulsaba un proyecto solidario encaminado a llevar alegría a entornos en los que, por desgracia, escasea. Así, y de la bautizándose con el lema ‘Que no falte de nada‘, cada Navidad esta iniciativa recoge juguetes para niños necesitados y/u hospitalizados, con el propósito de sacarles una sonrisa.

En la campaña del año pasado lograron recopilarse 22.894 juguetes nuevos, gracias a la colaboración tanto de particulares como de empresas. Este año, ¡la organización no quiere ser menos! Es por eso que vuelve a impulsarse la iniciativa, con la cual Nacex ha querido implicarse una vez más.

Así, los juguetes que se recojan -dirigidos a niños de entre 0 y 17 años- serán transportados por Nacex estas Navidades, para que todos los centros y hospitales beneficiarios puedan repartirlos entre los niños durante esta época tan mágica. A su vez, en Nacex también se recogerán las aportaciones del personal de toda la red.

Apadrinada este año por el cantante Miguel Bosé, podéis conocer todos los detalles de la campaña de este año aquí.

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Vía | Blog Nacex

Me he vuelto una mujer 2.0

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Nuevas tecnologías

Teniendo en cuenta que soy una mujer que “plena madurez”, me sigo asombrando yo misma de las ganas que pongo en todo aquello que las nuevas tecnologías me están ofreciendo.

Soy la pequeña de tres hermanas, de clase obrera, residente en un barrio obrero. Mis padres hicieron un esfuerzo para que las tres hermanas fuéramos a un colegio privado. Eso significaba que, en enero, cuando llegaban los Reyes Magos, se les habían caído los regalos por otras casas porque a la mía, cada año, le tocaba a una de nosotras recibir lo que habíamos pedido. La bicicleta que pedí cuando tenía uso de razón me llegó a los 10 años, precisamente, el mismo día que pasé de niña a mujer. Gracioso,  ¿no?

Recuerdo unos Reyes muy especiales. Yo esperaba como todos los años, que me llegara mi bicicleta. Había pasado la noche nerviosa y con los ojos muy apretados porque si los habría no me iban a dejar nada. Sin dormir durante toda la noche, oí como había ruido en la casa, cerré los ojos más fuertemente. Estaban ahí, me estaban dejando la bicicleta seguro, era una niña modelo. Noté como alguien se acercaba a mi cama, se agachaba y me daba un beso. La barba picaba, no se había afeitado bien. Yo apreté más fuerte los ojos. Se marcharon. Era de noche, todavía no podíamos levantarnos. De madrugada, me superó el cansancio y me dormí. De repente, sonó una música muy fuerte de Tom Jones, cantante de moda de la época. Nos despertamos todas, salimos corriendo, mis hermanas al tocadiscos que estaba sonando, yo buscando por el resto de la casa mi bicicleta. Bueno, pronto me di cuenta que no era mi año, tenía que seguir esperando y escuchando la música en ese tocadiscos. Mis primeros cuentos de Disney fueron en ese tocadiscos, con una voz femenina que relataba el cuento con un acento que no era de Jaén claramente, por lo menos, de algún país pasado el charco.

Cuento todo esto para que se sepa que soy de la época de los vinilos y además de la E.G.B., por tanto, mi admiración por todos los adelantos actuales, me recuerda algunas veces a mi abuela, que cuando veía paseando al hombre en la luna, decía que era todo mentira, aunque hay que reconocer que, después de tantos años, se intenta demostrar que tampoco pudiera haber sido muy real.

La realidad es que nuestras vidas han cambiado mucho con las nuevas tecnologías. Me hubiera gustado que en mi época hubiera habido móviles que hubieran hecho fotos de los momentos más difíciles o más bonitos de lo que llevo vivido. Casi todo está en mi recuerdo. Y hay veces que cosas que se te han olvidado, vuelven a tu cerebro como una ráfaga gracias a un olor o una palabra. Pero en realidad, me hubiera gustado tener los adelantos que tengo ahora para plasmar toda mi vida.

¡Cómo me gustaría ver en una foto el recuerdo de mis primeros pasos, llegando a la meta que eran las rodillas de mi madre! o ¡cómo me gustaría ver otra vez mi mano pequeña metida en la gran mano de mi padre y yo pensando que era un gigante!

Ahora, con las nuevas tecnologías todo esto se puede hacer. Si no te gusta como ha quedado la foto, la borras y la vuelves a hacer. Yo tengo un montón de carretes que no valen para nada, porque o bien estaban borrosas o bien no se veía nada de nada por la luz. Ahora todo es más fácil: los viajes, las alegrías, las tristezas, los MOMENTOS.

Lo bueno es que todo lo puedes compartir con todas las personas que te rodean: familiares, compañeros de trabajo, amigos, etc. Y además, sabes lo que ha sido de ellos en todo momento.

Hoy, lo hablaba con mi hija. Ella mantiene contacto con sus amigos del colegio, universidad, etc., a través de las redes sociales. Aunque no se vean todos los días o de vez en cuando, por lo menos se felicitan los cumpleaños, las navidades, etc.

Yo, en cambio, no lo puedo hacer, no existía ni el móvil, por lo tanto, no tengo casi ningún conocimiento de mis compañeros del colegio, del instituto, de otros trabajos, etc., y en el fondo, me da pena, porque es parte de mi vida que la tengo perdida.

Hace poco, leí que una empresa te preparaba un libro con lo que habías escrito durante años en el Facebook. Me pareció una buena idea, y que además, yo lo había pensado, porque desde que utilizo las redes sociales, creo que es uno de los mayores descubrimientos de la época.

En España, todavía no somos dados a utilizar las redes sociales, pero poco a poco, iremos sacándoles las ventajas que son muchas, como persona individual, como empresa, como conocimientos, como experiencias, como información, etc.

Tengo que reconocer que, cuando cambié de móvil de una marca a otra marca, me costó mucho. Mis experiencias han cambiado totalmente, lo que he aprendido en muchos temas no tiene nombre, y estoy deseando seguir aprendiendo. Soy como esa niña que esperaba con mucha ilusión que llegaran los Reyes y su bicicleta. Por cierto, sólo teníamos los Reyes, Papá Noel se había quedado en Escandinavia. Con la diferencia que ahora, para mí los Reyes son todos los días, porque todos los días aprendo algo nuevo con las tecnologías, y además, y lo más importante, sonrío mucho más. Primero, por el orgullo de lo que he conseguido y segundo, por ponerlo en práctica y ser feliz.

Para terminar mi viaje al pasado, quisiera hacer una pregunta al aire, porque yo no he encontrado la solución. Con tantos avances tecnológicos, que hasta se pueden fabricar armas con una impresora 3D, o con la misma impresora se puede hacer una prótesis de un hueso e implantarlo, ¿cómo es posible que tengamos que seguir utilizando las impresoras matriciales para imprimir en papel autocopiativos? Si existe otra forma que me lo digan, porque hasta los cheques de los bancos son de 2 copias y se necesitan o bien lo haces a mano. En nuestro caso, como empresa Courier, seguimos utilizando los albaranes de este tipo para que los clientes, si quieren, rellenen los datos, porque a lo mejor no les gusta o no tienen Internet en su trabajo para hacerlo a través de la web. Y a día de hoy, todavía nos siguen pidiendo éstos albaranes y seguimos teniendo una impresora matricial para sólo éste tema, porque los cheques al final, prefiero hacerlos a mano.

Tantos adelantos para algunas cosas y otras seguimos un poco atrás, ¿no os parece?

¿Tenéis algún caso parecido? ¿Os viene a la cabeza alguno más?

Carmen Ruiz Atienza