Publicaciones etiquetadas ‘El Blog de Carmen’

¿Y tú dónde estabas el 23-F?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

libertad-recurso-cc

Hay momentos vividos a lo largo de la historia de una persona que se quedan marcados en la mente a lo largo de los años. Y da lo mismo si son buenos recuerdos como si son desagradables, pero se quedan en tus neuronas y son recordados cuando se cumple la fecha, alguien hace una referencia a ello, o como es este caso, es recordado en todos los servicios informativos de todas las cadenas de televisión y radio.

Si es verdad que los recuerdos cuando van pasando los años los vamos haciendo más y más grandes, según nos interesa, y solemos exagerar contando nuestras batallitas.

En mi caso, cada vez que llega esa fecha, recuerdo perfectamente que estaba haciendo y lo que sentí durante esas largas horas.

Tenía 19 años, aunque mi ilusión era hacer una carrera, todo se vio truncado, cuando a mi padre con 54 años le despidieron en otra de las crisis de esta santa nación. En otra entrada explicaré como una familia pudimos sobrevivir en ésta etapa debido a que mi padre nunca más nadie le volvió a contratar por mayor.

En vez de empezar una carrera, me puse a trabajar, tal y como comenté en otra entrada del blog, y por lo tanto, no me voy a recrear en el principio. Estaba en mi primer trabajo conseguido y hacía poco que había sido mi cumpleaños. El trabajo estaba ubicado en la última planta de la Calle Ayala, ubicada en la milla de oro de Madrid. Recuerdo una sala pequeña con muchos ordenadores en fila y una terracita que nos daba la vida en cuanto salía un poco de sol. En esa sala estábamos todo el día dando a la tecla, una y otra vez. Había dos tipos de empleados, los grabadores que tecleaban todo tipo de textos, incluso declaraciones de hacienda para el ministerio y luego estaban los verificadores que significaban que volvían a teclear lo mismo que los anteriores pero buscando errores. Como a mí no se me daba nada mal teclear y tenía mucha velocidad, en poco tiempo me pasaron a verificar los envíos. Recuerdo también a una jefa que era la hermana del jefe superior y que estaba siempre en la fila de atrás vigilando, aunque la recuerdo agradable.

Mientras que trabajábamos estábamos oyendo la radio porque era un día importante, había dimitido Adolfo Suarez y teníamos que tener un nuevo presidente, el pobre Leopoldo Calvo Sotelo, y digo pobre, porque sólo yo le recuero por éste momento y poco más.

En la radio se oía como estaban los diputados uno por uno votando, hasta que en un momento dado se oyó como una ráfaga de algo parecido a unos disparos y el comentarista sin saber explicar lo que pasaba. Y de repente se oyó el famoso “Quieto todo el mundo” y todos nos miramos con cara de susto y nos dimos cuenta de que algo estaba pasando y que no era bueno, pero que nada bueno.

El comentarista empezó a susurrar lo que estaba viendo, hasta que alguien le comentó que dejara de emitir, pero él siguió hablando cuando pensaba que podía.

A mí temblaba todo el cuerpo. Estaba fría como el mármol. Se empezó a oír gritos en la calle, nos asomamos a la terraza y vimos como todos los balcones sacaban las banderas del aguilucho y se ponían a vociferar aquellos gritos que algunos años antes te hacían temblar. ¡Qué miedo! Hay que tener en cuenta que la milla de oro era donde estaban todos aquellos potentados afín al antiguo régimen.

Todos pensamos que se estaba produciendo un golpe de estado y sólo queríamos estar con nuestras familias en nuestras casas y ver cómo terminaba el problema.

Mis padres, nerviosos, por no decir histéricos, estaban intentando localizarnos a las dos hijas que estábamos trabajando, puesto que la mayor ya estaba casada y la tenían localizada.

No funcionaban los teléfonos, todo el mundo estaba llamando, al final conseguí comunicarme con mi padre y me dijo que no me moviera, que él pasaba a buscarme en el coche.

Así lo hice, me quedé esperando en el trabajo. Igual hicieron mis compañeros.

Mi jefa me empezó a gritar en un momento dado, porque yo llevaba un libro prohibido por la dictadura franquista y quería que lo quemara. Yo le dije que no estaba para tirar el dinero y que iba a pasar del edificio al coche de mi padre, y que entonces ya pasaría a ser un problema mío y no suyo. No estaba contenta con mi contestación pero así lo hicimos.

Asomada al balcón esperé a que mi padre llegara y me pude ir con él a mi casa, a mi barrio, que cómo era y es un barrio obrero, la gente estaba muy asustada.

Impresiona no poder ver la televisión porque no se emitía nada importante salvo lo que los golpistas quisieron.

Pasaban las horas y no se sabía nada. En mi barrio empezaron a hacer hogueras, se estaban quemando libros, papeles, todo aquello que durante unos años se hubiera avanzado en la democracia.

Sobre las 8 de la tarde, se empieza a recibir información de la televisión, pero no era lo suficiente para la tranquilidad de todos. Poco a poco fueron pasando las horas, tenía mucho frío, cogida de la mano de mi padre, oía en la calle los gritos de las personas y se podía comprobar el miedo que estaban pasando.

Muchas horas, noticias de tanques, militares, diputados retenidos,… y nada claro todavía.

Esa noche es recordada como la “noche de los transistores”, porque los transistores eran los únicos por los que podíamos escuchar las noticias y todos los españoles teníamos uno de estos aparatos pegados a la oreja.

Sobre la 1 de la madrugada del 24 aproximadamente, sale el mensaje de su majestad el Rey, pero a mí, en contra de todos, no me inspiró tranquilidad. Era muy tarde, la grabación estaba bastante mal hecha y no entendía por qué no había salido antes a tranquilizar a su pueblo.

Se durmió unas horas, lo suficiente para descansar los ojos. No me extraña que durante esa noche Luis Eduardo Aute escribiera un himno a esa noche “Al Alba”.

¿Quién era el “elefante blanco”? Ese personaje que Tejero estuvo todo el rato esperando y que no llegó nunca, presuntamente.

Cuando empieza ya el día 24 se empieza a ver imágenes de lo que había ocurrido y vemos como militares están saltando por la ventana del congreso. Ya están dejando en libertad a algunas diputadas. Parece que todo vuelve a su sitio, que todo se va a terminar, pero todavía estamos pegados a la televisión y a la radio.

Nos reunimos todos, lloramos de alegría o quizás de la relajación después de esas horas tan tensas e inciertas.

Afuera, en la calle, los gritos son diferentes, ya son de alegría y se grita libertad, libertad.

Todo apunta a que se está terminando, se ve a Tejero hablando en la calle y saludando a sus militares. Mientras las imágenes están en televisión. Vemos el momento y como Suarez y Mellado se enfrentan a los golpistas. Luego comprobamos que Carrillo y Fraga son otros que no se van al suelo cuando lo ordenaron. Más tarde nos dice que había separado a unos políticos en diferentes zonas. Increíble.

Y los españoles temblando y con miedo. ¿Cómo pueden unos cuantos pensar que lo que la mayoría había ya votado y deseaban, por disponer de unas armas, podrían llegar a esto?

Al día siguiente, se celebró una multitudinaria manifestación en madrid en defensa de la democracia y las libertades cuyo emblema fue “Por la libertad, democracia y constitución” y una periodista leyó un comunicado. No eran lágrimas lo que se echaba, eran los llamados lagrimones. Al mismo tiempo se oía la canción de Jarcha, “libertad, libertad sin ira” Esta canción se hizo famosa unos años antes, pero ahora cobraba nuevo protagonismo.

Estos días los recuerdo como algo importante en mi vida y quizás también una nueva ventana a la política o a mi forma de ver las cosas.

Pero sobre todo tengo el recuerdo de miedo, mucho miedo, no sólo en mí sino en los ojos de todos los que me rodearon.

Tengo que decir el año pasado hicieron una especie de documental sobre éste golpe de estado, que yo lo empecé a ver cuando llevaba un buen rato su emisión y me quedé perpleja, indignada, no podía creer lo que se estaba diciendo en esos momentos, parecía que todo había sido una película, una mala película, volví a temblar como ese día y las lágrimas volvieron a mis ojos y sólo podía pensar que no me lo podía creer lo que estaba oyendo. Al final empecé a ver cosas raras e increíbles y claras, me dije, esto es una broma, pero una broma que a mí no me hizo ninguna gracia. Ya sé que somos muy graciosos los españoles, pero hay cosas que mejor dejar pasar el tiempo. Entiendo que los que eran mucho más jóvenes que yo, sólo sea una anécdota en sus vidas, pero los que ya teníamos una edad, y vimos esas miradas de miedo durante tantas horas, no encontrábamos la gracia en ningún sitio. Y creo que es de lo poco, que pasado ya 34 años sigo sin encontrarle ninguna cosa graciosa.

En fin, espero solamente que no se repita, que nadie quiera quitar las libertades de todo un pueblo por la fuerza en España, porque por desgracia, lo vemos continuamente en otros países.

Pero no quiero que algo que no estamos de acuerdo todo un pueblo se nos imponga a la fuerza porque alguien quiera tener protagonismo o quiera ocultar sus propias miserias y utilicen el poder para doblegar a unos ciudadanos. Aquí os dejo el estribillo de la canción y os animo a que la escuchéis y podéis comprobar, con vuestros propios oídos, lo que se dice en ella, que además, también la podríamos llevar a la actualidad perfectamente.

¡Libertad, libertad sin ira libertad
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad, sin ira libertad
y si no la hay sin duda la habrá
Libertad, libertad sin ira libertad
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad, sin ira libertad
y si no la hay sin duda la habrá

Feliz 2015

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

2015

“En 2015 nos va a ir mejor”. No lo sabemos, pero a eso aspiramos.

Ya se han terminado los polvorones, los turrones y el roscón de reyes. Todos los excesos navideños están en nuestro cuerpo esperando que entre los buenos propósitos del año que comenzamos, esté lo de perder esos kilos que hemos cogido durante estos días. Se acabaron la música de estas fechas, las luces de las ciudades y los cohetes artificiales que han iluminado algunas noches. Terminaron las grandes colas para comprar unos míseros calcetines y los golpes por coger esa blusa de la última colección.

Es época de pensar en los demás, estamos más sensibles a todos los problemas. Ha sido impresionante la espectacular recogida de comida que ha habido en los últimos días de noviembre, era digno de ver cómo la gente sacaba carros de alimentos y volvía a por más. Gente anónima, que no necesita presionar ni que le den las gracias, porque lo han hecho de corazón. Es triste ver lo que está pasando en España, país de primera, el dinero que se está gastando en tonterías mientras que los verdaderos problemas se están abandonando. Yo tengo a tres niños del “tercer mundo” ayudándoles con el apadrinamiento, y la verdad es que me estoy pensando dejarlos a los pobres, llevo varias generaciones ya de niños ayudados por los años que lo estoy haciendo, y dedicarlo a mi país, a los bancos de alimentos por ejemplo. Para que luego digan que los niños están delgados porque quieren. Esto me recuerda a un compañero mío que no voy a decir el nombre, que hizo una buena acción  para ayudar a alguien de su municipio, pero para hacer esa buena acción tuvo que pedirme a mí que también lo apoyara con mi beneficencia. ¿Es gracioso, no os parece? No preguntó las acciones que nosotros hacemos, que por supuesto, lo asumimos nosotros y muchas veces Nacex, como por ejemplo:

  • Entrega de revistas gratuitamente a los Hospitales contra el cáncer de mama.
  • Entrega de regalos a los niños de los hospitales gratuitamente y con unos famosos cantantes infantiles.
  • Carreras solidarias y participaciones también gratuitas en asociaciones de enfermedades raras y también conocidas.

Podría seguir enumerando, pero todo se hace de corazón y por supuesto sin involucrar a nadie para que también ponga su granito de arena, se supone que el resto de los humanos también hacen otras cosas y no piden nada a cambio. Es gracioso ver como algunas personas piensan que lo que hacen ellos es más importante que lo que hacen los demás, y lo más triste es que ni siquiera preguntó si hacíamos otras cosas, a él solo le importaba que le hiciera un rebaje de unos importes para que a él le costara menos su “buena acción”, ¡qué pena!, pero así es la vida de algunas personas.

Todo se ha pasado ya, y volvemos a la normalidad más o menos. Dicen que se nota que la crisis ha pasado por la cantidad de roscones que se ha comprado. Es gracioso ¿no os parece?, otros dicen que ya no hay miedo al despido, es irónico ¿no lo pensáis? Hay personas que tienen el humor en algún sitio que claramente yo desconozco. Debe de ser un humor negro, típico de algún país lejano de fantasía porque parecen que no están en este mundo.

Durante estos años de crisis, parece que ya llevamos 7, hay verdaderas familias que lo están pasando mal, que están sufriendo muchas necesidades, mientras que otros se aprovechan de la situación y gastan dinero y más dinero sin que llegue a ningún sitio útil.

Posiblemente la gente ahora no es no tenga miedo a que le despidan, simplemente es que llevan 7 años encogidos, con la cabeza gacha, pensando que podría ser el siguiente. Esto produce una angustia y que a lo mejor este año ha explotado, diciendo, mira si me despiden que me despidan, pero estas navidades mi familia y yo vamos a disfrutar.

Lo mismo pasa con las empresas, durante todo este tiempo hemos tenido el miedo de los impagos, los bancos sin dar dinero (por cierto, siguen igual y no hay nadie que haga nada contra su poder), los clientes regateando como en un zoco los precios, sin tener en cuenta que la rebaja de precios va directamente proporcional a los despidos y a las bajadas de salario.

Recuerdo que tras el primer año de crisis, al empezar el siguiente año, sobre Enero más o menos, y empezar lar noticias diciendo que nos teníamos que preparar para otro año duro, yo entré en un estado depresivo porque creía imposible que mi cuerpo aguantara otro año tan duro como fue el anterior. Me tuve que reponer y ya han pasado 6 años más. Nos volvemos más duros, más fríos, nos encontramos solos:

Los partidos a lo suyo, a ver quién es el siguiente presidente o de España o de la comunidad autónoma para mandar más o quedarse con más dinero que el otro. ¿Y nadie hace nada?

  • Los bancos haciendo como aquellos hombres de algunas obras de teatro antiguos donde ponían comisiones altas, rompían sus acuerdos según les apetecía y ponían condiciones usureras. Y todo esto después de que estemos en la crisis que estamos por culpa de ellos. ¿Y nadie hace nada?
  • Los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. La clase media desaparecida en combate. En estos días hemos recordado como los reyes magos a mi madre le traía unos reales y una rosquilla, y mi madre nos ha contado que luego le quitaban los reales, la rosquilla se la comía, era lógico, mi abuela era quién hacía las rosquillas, ese es nuestro mote en el pueblo de cuenca de la que es ella. ¿Qué se quiere, que retrocedamos tantos años atrás para estar igual? ¿Nadie se inmuta con éstas cosas y se toma decisiones?

Podría seguir poniendo más cosas, pero creo que lo toca ahora, es volver a desear un Feliz 2015 y que todos los deseos que hemos perdido en el camino de la crisis, volvamos a recuperarlos y volvamos a luchar con ilusión para conseguir nuestros sueños.

¿Son personas en realidad?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

oscar-entrada-blog-de-carmen

Hace tiempo ya hice una entrada sobre el machismo y lo hice un poco genéricamente aunque partiendo de mi experiencia. Esta entrada la quiero hacer más personal, explicando lo que he vivido yo a lo largo de mi vida y sobre todo en los últimos tiempos. Siempre he comentado que el mundo del transporte está relacionado con los hombres. No sólo como transportistas (es complicado ver mensajeras, camioneras, taxistas o conductoras de autobuses), sino también en el mundo empresarial. En el primer caso, cuando nos cruzamos con ellas, nos llama la atención y ponemos ojos de asombro; en el segundo caso es mucho más complicado, algunas grandes mujeres tienen que estar en segundo plano, detrás de los nombres de sus maridos o padres. Las Koplowitz detrás de los Albertos, Ana Patricia Botín detrás de su padre Emilio Botín y así un largo etcétera.

Siempre se ha dicho que detrás de un Gran Hombre hay una Gran Mujer. Pues quizás en algunos casos es al revés, lo que pasa es que la sociedad y la historia no han dejado expresar o luchar a las mujeres.

¿Cuántas mujeres se han tenido que esconder detrás de un seudónimo masculino para desarrollar su valía? ¿Por qué las mujeres tenemos que demostrar lo que valemos para los negocios, mientras vemos a los hombres quedarse impunemente con el dinero de los demás? Pero no quiero enrollarme mucho con temas que a lo mejor desconozco en profundidad y voy a pasar a hablar de mis casos personales, a ver qué opináis.

  • Como ya he comentado otras veces, empecé en Nacex en el año 1995, vamos a hacer ahora 20 años de existencia. En esos momentos estaba casada, pero en el 99 me separé y en el 2013 me divorcié. Hay hombres que piensan que una mujer separada/divorciada es una mujer “necesitada” y las mujeres piensan que es una mujer “roba maridos”. Nada más lejos de mi situación, era algo decidido, pensado y el único hándicap era cómo se lo tomaría mi hija. En otra ocasión me explayaré sobre este tema, pero lo gracioso fue cuando un empleado tuvo la convicción de que yo necesita un hombre urgentemente, pero lo peor de todo es que ese hombre tenía que ser él. Al principio me hacía gracia, pensando que era broma, pero cuando quise darme cuenta que de broma nada de nada, empecé a sentirme agobiada, sobre todo porque el “NO” no lo entendía. Ahí viene los problemas, los hombres creen que un NO de una mujer es un SÍ y quieren coger a la fuerza lo que no se les da por las buenas. Al final tuve que invitarle a que se marchara a otra delegación u otra empresa amablemente, y así lo hizo.

Hombres del mundo, un NO es un NO, en España, en el mundo y hasta en la estratosfera. 

  • En el 2006 compré una casa en una urbanización estupenda, fue antes de la burbuja inmobiliaria, ahora me la estoy comiendo con patatas pero ya hablaré de éste problema, ahora explico la parte machista. Cuando fui a firmar la compra venta y el crédito hipotecario, y cómo no me gusta conducir por el centro de Madrid, me acompañó mi comercial Oscar. Nos sentamos y el ayudante del notario empieza a pedirme los datos, mi DNI, etc., etc., con la alegría típica que siempre demuestran los notarios, empieza la lectura de las escrituras, María del Carmen Ruiz Atienza, con D.N.I. tal y tal y tal y residencia en tal y tal … sigue con la lectura y levanta los ojos, pues nunca, nunca pero que nunca, me mira a mí, sólo mira a Oscar. Él se da cuenta y no sabe a dónde mirar, para arriba, para abajo, piensa en meterse debajo de la mesa, mi mirada ya era de enfado total, se me habían puesto los ojos verdes oscuros de la rabia, ¿qué parte de Carmen interpreta que es masculino?, al final termina, en ningún momento me ha mirado para saber si entendía o no lo que estaba diciendo, pero claro, al final tengo que firmar, digo yo, pues se vuelve a dirigir al hombre, ¡No me lo puedo creer! Cojo el bolígrafo, enfadada y firmo y me marcho, me da ganas de no pagarle, pero ya he hecho la provisión de fondos y no hay remedio. Y haciendo un inciso en el machismo, ¿les debemos la vida a los notarios? No he visto gente más seria, más cara para un segundo que entra a la firma, y la más rancia, algunos parecen que tanto ellos como sus despachos son de hace tres siglos y siguen oliendo a lo mismo.
  • En otra ocasión y con la misma compañía, quise cambiar de coche y nos acercamos a varios concesionarios. No tenía muy claro lo que quería, yo tenía mi furgoneta Serena y no sabía hacia dónde dirigirme. Hay que tener en cuenta que no soy amantes de los coches, por lo tanto, me daba igual. Pero como tenía un Nissan y me había dado buen resultado, quería empezar por ahí. Nos acercamos a un concesionario y el comercial viene dirigente hacía nosotros. Yo me dirijo a una furgoneta como la que tenía, pero diferente porque habían cambiado el estilo. El vendedor empieza a hablar con Oscar mientras que yo entro en la furgoneta, se le dice que soy yo la que va a comprar y lo primero que me dice es “este tipo de coche no le pega a usted mejor éste otro”. Aluciné, no me pegaba, increíble y estaba sentada en él, por lo tanto, se suponía que me gustaba. Mis ojos no eran ni azules, ni verdes, ni nada, estaban rojos de rabia. Le informé que tenía una furgoneta como esa, que estaba dispuesta a comprar, que había perdido una venta por machista y que además me marchaba. Tengo que decir que en otros concesionarios cuando hablaban de temas técnicos del coche (motor, ruedas, etc.) siempre se dirigen a Oscar y cuando hablan de color del coche, asientos, telas, etc. siempre me miran a mí, aunque desde el principio digamos que el coche es para mí. ¿Cómo llamáis a esto? 
  • Pero quiero terminar con el mayor machismo que hay en el mundo, y son los violadores, aquellas ¿personas? que no son capaces de conseguir sexo sino es por la fuerza y mi mayor repulsa sobre todo para los violadores de niñas pequeñas, destrozan sus vidas para muchos años, les hacen daño, mucho daño, sin menor remordimiento y son capaces de seguir viviendo como si nada hubiera pasado. Esto lo digo por el “presunto” violador que ahora acaba de ser detenido, que ha estado “presuntamente” violando a niñas en mi barrio y hemos sufrido todos hasta que ha sido detenido. Y además quiero hacer una reseña del abogado que es capaz de defender a un “presunto inocente” hasta que se demuestre lo contrario. Es un trabajo al cual no me gustaría que recurrir nunca, defender lo indefendible es duro de verdad y yo no valdría, no podría dormir por las noches. Lo que es gracioso es este tema de tener que decir “presuntamente”, resulta que un hombre mata a una mujer, lo confiesa y hay que decir “presuntamente”. Esto es machismo puro, no sé cuántas pobres han muerto ya éste año, 46, 50, pero ¿cuántas mujeres no han muerto pero están esclavizadas por el miedo? ¿Y qué me decís de los jueces, políticos y famosos que encima insinúan que se violan a las mujeres por ir muy fresquitas?

En fin, todavía queda mucho camino por andar, muchos tabús por deshacer y muchos retos por conseguir.

Alguna generación tendrá que dejar de oír frases como paridad, porque se conseguirá por los valores de las personas y no por lo que se tiene entre las piernas.

La ‘primer’ de la clase

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

entrada-blog-55-carmen-ruiz-atienza-liberacion-vuelta-cole-memorias

El mes de septiembre para mí todavía significa el comienzo de curso, como he dicho muchas veces, pero no sólo el curso laboral, sino también el personal. Pero también, y teniendo en cuenta ahora el cambio de estudios que ha habido este año, es momento para recordar cómo se estudiaba antes. No voy a valorar si era mejor o peor que ahora, tenía sus cosas positivas y sus cosas negativas, pero creo que había menos fracaso escolar y sobre todo, las personas salíamos del colegio con un mínimo de vocabulario y sabiendo dónde se encontraban los ríos españoles, cuáles eran los reyes que nos habían gobernado y dónde podías situar en un mapa cualquier capital del mundo.

Que yo recuerde, de pequeña he ido a dos colegios diferentes y luego al instituto. El primer colegio que recuerdo era uno que estaba en el portal de debajo de mi casa. Se llamaba Colegio San Lorenzo, como mi barrio. Habían unido 2 pisos bajos y eran las clases, por lo tanto, en una clase podíamos estar varios niños de diferentes edades y la profesora daba la clase a todos según el nivel que ella sola podría saber. En mi casa había un libro de mis hermanas que parecía el libro gordo de petete, pero estaban todas las asignaturas posibles. ¡Y se estudiaba!

Yo del primer colegio recuerdo el olor a lapiceros, las tizas, las sillas… En mi época no existían los sacapuntas en las casas de los pobres, los lapiceros se afilaban con un cuchillo. Recuerdo a mi padre haciéndolo por las noches y también aquel olor…

Era el olor a madera cortada. Yo no tenía gomas de borrar, era la miga del pan. Y tenía que seguir la dirección del pelo del papel para no hacer agujeros o que se transparentara la hoja. Lo recuerdo muy bien. Mi madre era ama de casa, por lo cual, sólo trabajaba mi padre y en total éramos 5 de familia, más las abuelas que también las teníamos con nosotras, sobre todo a una, y más adelante a la otra. Mis dos abuelas murieron en mi casa, y en otro momento hablaré de una de ellas que aunque el final fue bastante malo, tengo que decir que viví muchas anécdotas divertidas en sus últimos momentos con ella.

El segundo colegio al que fui ya era otra cosa, ya era un señor colegio, se llamaba Santa Fe, y hoy en día ya ha desaparecido. Pero ya teníamos clases según cursos, separados en dos edificios diferentes los chicos de las chicas. No nos juntábamos ni en el recreo, nos veíamos a través de unas rejas o desde la ventana de la clase, pero si te pillaban estabas muerta.

El colegio era de un padre y 2 hijos y además también eran profesores. Tengo que reconocer que cuando yo llegué los profesores no eran tan duros como en las épocas de mis hermanas, que veían como podían coger de la patilla a cualquier chico y levantarlo un palmo del suelo. Yo eso no lo he visto, ahora bien, lo que yo si he vivido es cuando nos pasaban la lección y nos sacaban en medio circulo, pregunta tras pregunta ibas respondiendo e ibas ganando posiciones, pero llegaba el momento de que alguien no se sabía la respuesta o bien se había torcido de la fila y entonces llegaban y nos hacían poner a todos la palma de las manos y reglazo va y reglazo viene, si es verdad que a algunas les daban con ganas y a otras más flojito. Yo creo que esas vivencias han hecho que sea tan obediente que no soy capaz ni de saltarme un semáforo en ámbar. Allí estuve hasta 8º de E.G.B. Yo no era la primera de la clase, pero podría estar entre la segunda y la tercera, me gustaba estudiar y se me daba bien, muy bien. He tenido unos profesores muy buenos. Tenía una profesora de francés que creo que también me daba lengua, que me enseñó tanto vocabulario en ese idioma y tanta gramática que me sirvió de mucho para el B.U.P y para los viajes que he realizado, y que todavía hoy en día soy capaz de hacer varias frases en ese idioma. Otro profesor que tuve era el de Literatura, genial, muy bueno. En su momento (algo se me ha olvidado) era gran conocedora de toda la literatura de todos los tiempos, no sólo en saber su biografía, sino también en toda su bibliografía. Otra profesora que me influyó mucho, fue la que me enseñaba historia, es increíble lo que pude aprender. Al final de mi estancia en ese colegio, también tuve a uno de los hijos del fundador del colegio como profesor de dibujo o tecnología. Era horrible, aunque mi primer apellido es Ruiz, me llamaban siempre por el segundo, éramos las hermanas Atienza. Nos sacaba a su mesa y el fumaba un gran puro y con mucho descaro nos echaba el humo y si tosías, lo hacía mucho más.

Al final del curso daban un diploma a los mejores estudiantes del curso, yo he recibido algunos, y como no teníamos un salón de actos, se hacía todo en el cine que estaba muy cerca (cine ahora desaparecido). Ahí también hacíamos obras de teatro y bailes regionales, era muy divertido. Recuerdo que yo de pequeña no sabía pronunciar bien la “erre”, además los que me conocen actualmente saben que algunas veces me atranco en una frase y seguro que lleva esa letrita. Fui elegida para hacer de chinito en una obra, que tenía que decir “El pelo de San Loque no tiene labo”, lo hacía genial, pero al final de la obra aprendía a decir la frase correctamente y yo no era capaz. Me cambiaron e hice el papel de flor, cuyas hojas era mi falda.

Son buenos recuerdos, duros, pero muy buenos. Además, creo que fue también en esa época en la que se modeló mejor mi futuro y mi carácter.

El mismo que me echaba humo pidió a mis padres que para terminar mi formación escolar no me mandaran a otro colegio privado, que me fuera a un Instituto para terminar de impulsar mi carácter y así se hizo, me mandaron a estudiar el B.U.P. al Instituto Beatriz Galindo y efectivamente se terminó de modelar no sólo mi persona sino también mi mente y estoy muy contenta.

Lo que es una pena es que las neuronas se pierdan por los años y haya olvidado muchas de las cosas que aprendí; aunque siempre estoy aprendiendo, algunas veces me pesa no acordarme de todo lo que sabía, aunque veo que a los concursos de la televisión bien podría presentarme todavía, porque hay que ver las preguntas que se fallan a veces…

¡Y llegaron las vacaciones!

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

blog-carmen-liberacion-vacaciones-francia

¡Un rayo de sol! Oh, oh, oh, sha la la la la, oh, oh.

Ya estoy casi lista, queda poco, aunque hace un calor que te derrites, en principio llega la época para disfrutar del descanso estival. Este año vuelvo a intentar irme a un sitio más fresquito, un balneario, una semanita. Ya contaré la experiencia, pero hoy quiero hacer un recuerdo a las antiguas vacaciones, cuando no había dinero, ni aire acondicionado en los coches y las hamacas con sombrilla brillaban por su ausencia.

Por lo tanto voy a recordar a mis años de infancia/adolescencia, o sea, ayer mismo.

Yo tengo familia por varias partes de la península, Valencia, Terrassa, Cuenca y Francia, y por este país voy a empezar a contar mis anécdotas.

Hacía poco tiempo que había muerto ese a quién se le llamaba el Caudillo. Era Agosto del 77, no se me olvidará porque estando en Orleans de vacaciones salió la noticia del que el Rey del Rock había muerto, Elvis nos había dejado, un día triste y yo oyendo la noticia en francés, más doloroso todavía. Yo tenía 15 añitos, granos por todas partes y un cuerpo un poco raro, estaba acomplejada por mi gran desarrollo corporal e iba un poco chepuda para intentar que no se notara, quién me conoce pensará en estos momentos que era literalmente imposible esconder una delantera prominente.

Yo había estudiado francés, aunque en mi época de E.G.B. había dado mucha teoría porque mi profesora no era nativa y además me daba otras muchas asignaturas, aunque cuando empecé el B.U.P. la profesora de francés empezó diciendo Bonjour y no volvió a decir nada en español, y yo que venía de mucha teoría pero ninguna práctica tuve que acostumbrar a mis oídos a esos ruidos galos.

Fuimos por la frontera de Irún, siiii no me he equivocado, teníamos fronteras. Esto para la juventud debe de pensar que era la prehistoria, pues puede ser que sí, pero era todavía el Siglo XX.

Cómo hacía poco que se había muerto el susodicho, nos encontrábamos en todas las gasolineras los guardias civiles y ejercito fuertemente armados. Yo la verdad es que estaba asustada, muy asustada, primer viaje y casi me trago una metralleta. Por lo que decidimos hacer noche en Francia, una vez pasado el peligro. Y así lo hicimos, dormimos en Bordeux, Burdeos en español. Como íbamos a la aventura, no habíamos reservado nada de nada, y preguntando a esos simpáticos franceses con un mapa, no nos entendían. Jolines, si nosotros conseguimos entendernos hasta con los japoneses, ¿cómo era posible que ni con dibujos ni con señas nos pudieran entender? Pues así fue, hasta que conseguimos que un hombre simpático nos indicara un hotel. ¿He dicho un hotel? Era horrible. El hombre era portugués y nos llevó a un sitio donde las puertas no tenían cerrojos, yo viajaba con mi hermana de 18 años, por lo tanto, decidimos poner una silla en la puerta y dormimos agarradas.

No hubo problemas, en las otras habitaciones estaban muy ocupados, sólo se oía ruidos de camas moviéndose, canciones de borrachos, golpes en las paredes, más ruidos en las camas, etc., etc., yo no entendía cuántas personas podrían pasar por la misma habitación suspirando y gritando, que me imaginaba yo que era porque no les gustaba la habitación y estaban reclamando ¡inocente yo!.

Al día siguiente conseguimos a la novena persona que preguntamos cómo se podía llegar a Orleans, el problema que no me salía el final de la palabra nasalmente y sin querer pronunciaba la “s”, nada de nada, hasta que no conseguí decirlo perfecto.

Antes en el hotel había tenido también un pequeño lapsus, al pedir 2 habitaciones una para mis padres y otra para mi hermana y para mí, de los nervios de la gente que estaba viendo, en vez de decir hermana dije hermano, el “hotelero” me miró con una cara extraña, me di cuenta y rectifiqué, pero ahora con la edad pienso ¿De qué narices se extrañaba con los huéspedes que tenía él? Alucino.

Entre ésta experiencia y la de pronunciar mal Orleans, mi padre debió de pensar que ya me había dejado bastante hablar en el idioma de Napoleón, y sólo se le ocurre en la siguiente gasolinera preguntar por el servicio, el dependiente con mucha educación, le contesta “Le service c’est moi” señalándose, mi padre le dice a gritos que no, que donde estaba el servicio, yo dentro del coche le grito “Le toilette” pero no me oyen ninguno de los dos, el otro seguía diciendo “je suis service” dándose golpes cada vez más fuerte en el pecho, mi madre ya estaba diciendo, la que estamos liando, de repente veo a mi padre con un gesto como para hacer una demostración de lo que necesitaba, todas, dentro del coche, gritamos un “Alto” y al mismo tiempo conseguí salir del coche y gritar lo que buscábamos, el francés nos acompañó hasta los baños, yo me quedé esperando para que hiciera alguna de las suyas, y nos fuimos, cuando levanté la vista del suelo, pude comprobar como todo el mundo estaba partiéndose de risa a costa de nosotros, bueno exactamente de mi padre.

En ese viaje también y ya con mi familia de la France, fuimos a pasar el día a París, y entre otras cosas mi tío le había dicho a su hermanos, es decir, a mi padre, que cuando pasáramos por el Arco del Triunfo no se le ocurriera acercarse al Arco para hacer fotos, porque si no con el coche no llegaríamos a salir vivos de allí. Quien ha conducido por esa zona, sabrá que no hay semáforos y que salen de todas las calles los coches que se van cruzando pero entre ellos no se dan. ¿Hizo mi padre caso a su hermano? Pues no, y allí que se metió, lo más cercano al arco, y venga dar vueltas y vueltas, ya había hecho fotos de todas las partes del arco, venga papá, ya he terminado el carrete de fotos, y mi padre callado y sudando, no conseguía salir del círculo más cercano, veíamos el coche de mi tío esperando a que saliéramos, pero mi padre, venga a dar vueltas, hasta que no se le ocurre otra cosa que pararse en el medio, salir del coche, tirar las llaves y decir “así no se puede”, en ese momento, los parisinos se pararon y nos hicieron un pasillo hasta que conseguimos salir del arco del triunfo.

Ya veis como mi padre ha sido, muy simpático él, en otro viaje que les llevé a Francia porque ya se estaba quedando ciego, alquile un coche en parís y fuimos hasta Orleans y quiso dirigirme él con el mapa del año 77, de noche y ciego, estuvimos 5 horas Torre Eiffel para arriba Torre Eiffel para abajo, hasta que me cansé de sus indicaciones aunque él no se daba cuenta que se estaba equivocando todas las veces, le mandé al asiento de atrás y puse de copiloto a mi hija, conseguimos salir sanos y salvos.

Pero esas vacaciones las contaré en otro momento con otras anécdotas.

¡Felices vacaciones a todos!

Bienvenida

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

liberacion2000-entrada-blog-carmen-junio

Tengo que decir que me cuesta ponerme a escribir en el blog, pero una vez que me pongo no hay quién me pare y me han regañado, sniff. Prometo hacer las entradas más cortas, aunque quién me conocen y leen mis correos se dan cuenta que doy todo tipo de explicaciones, quizás porque tuve un buen profesor de Literatura en su momento y recuerdo cuando decía que “no hay oyente que no te entienda sino hablante que no se hace entender”. Siempre nos repetía que había que adaptarse a la persona que te estaba escuchando o leyendo. El problema es que en persona es fácil saberlo pero en un blog es muy complicado saberlo. Pero juro enmendarme a fin de no resltar cansina.

Hoy quiero dedicar esta entrada de mi blog a una compañera Nacex de Barcelona. Seguro que os preguntaréis ¿por qué en concreto a una sola? Porque acaba de comenzar el camino de la web, las redes sociales y se ha convertido en una mujer 2.0. Y lo hago porque durante este largo periodo de más de un año, en el cual yo comencé también con este reto, me he sentido sola, muy sola e incomprendida tanto en el entorno laboral como en el personal.

Yo empecé esta experiencia como mucha ilusión, estaba convencida (y aún lo estoy) de que el futuro de las empresas pasa por todo el entorno 2.0. Llevaba años pensando en hacerlo y también sopesando las dificultades con las que iba a enfrentarme.

Con una gran alegría empezamos el proyecto, apoyada en las ideas de mi hija. Ya cuando ella estaba en la universidad, empezó a informarme de la importancia de las redes sociales y al final consiguió animarme lo suficiente para tirarme a la piscina.

Todo era felicidad y proyectos, hasta que de la noche a la mañana, los naipes se cayeron uno por uno, como un gran jarro de agua fría. Todo lo bueno que se estaba realizando, se había convertido en oscurantismo, maldad, desconfianza, miedos, conjuras. Y yo sin saber por dónde venían y hablando otros por mí. Y así, poco a poco, la alegría del principio se fue esfumando con el paso de los meses, dando lugar a una desazón que parecía estar tardando demasiado en marcharse. Hemos tenido que hacer frente a muchas cosas e incluso aguantar las risas irónicas de compañeros que piensan que no es una nueva manera de vender y de darse a conocer. También he vivido mentiras contadas, burlas y sobre todo malos pensamientos. Pero tengo que decir, que ahora, pasado el tiempo, a lo mejor, quién más se reía era yo y que no considero que un buen empresario no sea investigar todas las rutas posibles para mantener y/o crecer durante esta crisis tan larga. Prefiero haber salido de mi zona de confort y, si me he equivocado, afrontarlo. Lo prefiero a haberme quedado en un estado de inactividad donde lo único que importa es el cuchicheo para conseguir la palmadita del gran jefe indio waki waki.

Durante este tiempo me he podido apoyar en compañeros que han apostado también en el Facebook, twitter e incluso algunos se han gastado el dinero en crear una web. Porque, señores, lo que estamos haciendo es dar publicidad a una gran marca, además de utilizar estas nuevas plataformas para dar a conocer nuestra empresa, trabajo, personal, etc. Y si el día de mañana hay que dejar las actuales plataformas y utilizar otras, no tendré la menor duda de hacerlo.

Es gracioso ver como hay empresarios a los que no les importa gastarse un dinero en flyer en papel para la publicidad y ve algo raro hacerlo en las redes sociales. No nos olvidemos en una máxima: “Piensa en grande, actúa en local”; eso es lo que hacemos, además de utilizar nuestras ideas y gustos.

Ya tengo otra compañera, yupi

Pero ahora, desde hace unos días, me siento más acompañada. Ha nacido una nueva web que está también en las redes sociales, cuya capitana siempre me ha parecido una mujer valiente.

En todo este tiempo he desarrollado una parte de mi cerebro que no estaba segura que existía y es la creatividad, y ahora seguro que con mi nueva compañera, la creatividad será mucho mayor. Aunque tengo que reconocer que con mis compañeros en Facebook me han hecho ver a la empresa desde otro punto de vista que también me ha hecho crecer. Porque tengo que decir que una de las cosas que he conseguido siendo una mujer 2.0 es un gran crecimiento personal y empresarial. Me siento muy contenta cuando veo que mis clientes nos ven, que compañeros de trabajo también están pendientes de nuestra forma de darnos a conocer, aunque algunos no quieran escribir nada para apoyarnos porque todavía quedan rescoldos de pequeños miedos. Y sólo añadir que también ha servido para conocer más a mis trabajadores tanto para lo positivo como para lo negativo.

Como ya he comentado me encanta lo que aprendí en un curso de inteligencia emocional y comprobar, de vez en cuando, no solo como nos vemos nosotros mismos sino como nos ven los demás.

Ahora, en estos momentos, me siento más acompañada en este difícil recorrido que comenzamos hace un tiempo, que ha habido momentos que se ha hecho muy pesado, con muchas luchas e intentando animar al personal, pero es difícil sacar a las personas del confort.

Y por último animo a mis compañeros a que se lancen a la piscina. Las alegrías que se tienen siempre compensan las amarguras vividas. Todo lo que se hace es en positivo, nunca con el fin de hacer mal a nadie. Hay que estar orgullosos de dónde estamos y de cómo hemos llegado. 

Por eso, gracias a todos mis valientes compañeros que piensan que todas las herramientas actuales y futuras son buenas para crecer y espero que esta gran familia sea cada día más grande, alta de miras, con visión a largo plazo y sin miedo al futuro.

En estos momentos es cuando mi sangre es más naranja que nunca.

Saber explicarnos

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

nacex-envios-transporte-liberacion2000-

Ésta entrada del blog es para decir lo difícil que es que desde fuera sepan entender nuestro trabajo. Y lo llego a entender como usuario final, porque lógicamente puede que no se le facilite toda la información. Podemos clasificar a los usuarios en dos tipos:

  • Clientes habituales. Los comerciales son los encargados de captar a los clientes y a su vez los que tienen la primera toma de contacto con ellos. No obstante, es durante la operativa que se realiza día a día cuando tenemos la posibilidad de informar de todo lo que hacemos y de cómo lo hacemos. Como ocurre siempre, el tipo de clientes es directamente proporcional a cómo son las personas. De los clientes hemos hablado muchas veces, y aunque les dedicaré una entrada solamente para ellos, hoy quiero hablar sobre todo de otro tipo de usuarios.
  • Usuarios esporádicos. Concretamente de los particulares, usuarios reyes de su tiempo y de su forma de vivir la calidad. Yo les entiendo bien y hasta cierto punto llega a ser lógico.

Nuevos hábitos entre los clientes: comprar a través de Internet

Son usuarios que ahora con los avances informáticos compran a través de cualquier página web aquello que desean o les es útil. Aquí ha desaparecido el contacto del comercial ante una primera información, ni siquiera existe el boca a boca, para lo bueno o para lo malo, sólo es tengo una necesidad, busco en el navegador y entre las opciones que tengo elijo el que más me interesa.

Hace poco estuve en una ponencia sobre el comportamiento de los clientes en Internet, y el que daba la charla puso un ejemplo de unas aplicaciones que utilizaba, concretamente unas para pedir un taxi. Realizó una comparativa entre dos: una le daba un tiempo pequeño mientras que la otra le ofrecía llegar hasta el punto en el que se encontraba en menos tiempo. Así pues, eligió el segundo, como era de esperar. Pongamos que venían casi del mismo punto ¿pero tenía toda la información para que existiera esa diferencia de tiempos? La diferencia de tiempo era mínima, de 1 ó 2 minutos, pero como se suele decir: el tiempo es oro. A lo mejor, incluso, en un caso le decía una llegada “aproximada” y en el otro caso se arriesgaba a dar una hora más concreta pero que pudiera dar lugar a errores.

Cuando alguien compra por internet por el motivo que sea, lo quiere tener ya y cuando digo ya es para el momento que hago click en la tecla “Intro” del ordenador, teléfono, tableta o terminal que estoy usando.

Hay páginas en Internet que ponen una fecha de entrega del producto muy larga, por lo que es difícil de que se equivoquen. Hay que tener en cuenta que, en muchas ocasiones, el producto que el cliente solicita no se encuentra ya empaquetado en la empresa de transporte que se lo va a hacer llegar; seguramente descanse en un gran almacén esperando a que alguien vaya a por él. Es más, en muchas ocasiones ni el almacén ni la empresa de transporte están en la misma ciudad, ni siquiera en la que reside el usuario.

El recorrido comienza en el almacén, donde a alguien le llegará notificación del pedido y tendrá que comprobar si está en stock, prepararlo y mandar a la empresa de transporte que lo recoja o que salga del almacenaje correspondiente. En esos momentos empiezan a contar nuestros plazos, es decir, 10 horas del día siguiente, 12h ó 19h. La mayoría de estos envíos están dentro de las 19h, 24h y 48h. Por lo tanto, es el plazo que nosotros tenemos para entregar.

Y aquí es cuando el particular que hace su compra porque quiere tener algo rápidamente empieza a impacientarse: está esperando su envío y no le llega. Aquí comienzan los problemas y los enfados. Si en el e-commerce en el que los usuarios realizan sus compras no se explican las condiciones verdades, al final lo que ocurre es que éstos se enfadan y se sienten estafados.

Hay páginas web que además no contratan los pre-alertas y/o e-alertas para tranquilizar al usuario final, o sólo contratan uno de ellos, por lo que al final se consigue nuestro teléfono de contacto y tenemos la llamada de reproches lógicas y normales.

Cuando las tiendas online no dan información veraz sobre el plazo de entrega

Yo también soy usuaria de otras páginas web y como no me dejan decidir la empresa de transporte tengo que hacerlo con la que me indican y me encuentro que me dan opción de poner en observaciones algunos puntos importantes en la entrega como un horario de mañana o que ya sea por la tarde. Al final, la empresa me dice que ellos no ven las observaciones y por lo tanto me lo entregan en su horario. Lo cual, lógicamente, yo lo entiendo porque sé cómo funciona el tema, pero si fuera otro tipo de usuario no lo entendería y me enfadaría mucho. En otra web me pone que me lo entregan en 24/48 horas y después de hacer la compra me llega automáticamente un correo (o como mucho al día siguiente) donde ya me informa que se puede producir la entrega una semana más como mínimo y así sucesivamente me están informando que no está lo que he pedido en Stock hasta el día que llega. Es desesperante, no me han dado toda la información antes de la compra y al final me resigno a recibir lo que yo quiero cuando ellos me digan. Pero no es culpable la empresa de transporte, claro que eso lo sé yo porque vivo de ello, pero el resto de las personas lo único que saben es el retraso que tienen y al final lo pagan con el teléfono que les han dado para informarse del estado del envío, o porque les ha llegado un mensaje, o porque en la web ven la empresa que les va a hacer llegar lo que necesitan.

En Nacex no mentimos. Somos los primeros perjudicados si la entrega no se hace en el día que el mensajero lleva el paquete.

Así todos los días tenemos las llamadas correspondientes de queja. Además es un usuario exigente, que si tiene que gritar lo va a hacer, porque tiene una necesidad y nosotros le estamos impidiendo que sea feliz. Quién te deja darle explicaciones lo llega a entender, pero incluso hablando, muchas veces no se consigue quitar el enfado. Hay una parte que es la que más se repite como queja. Informamos que hemos ido y no había nadie en el domicilio. ¡Mentira, llevo todo el día esperando el paquete! En Nacex no mentimos, es dinero que tenemos que pagar a los mensajeros y lo que se quiere siempre es que la entrega sea efectiva, porque si hay que volver, otra vez hay que pagar al mensajero y ya la agencia de transporte no gana dinero suficiente para mantener la infraestructura y el personal. Por eso no mentimos, somos los primeros perjudicados si la entrega no se hace en el día que el mensajero lleva el paquete. Motivos que pueden ocurrir que aun estando en la casa, hemos dado como ausente, pues hay varias y pongo algunos casos que nos han ocurrido a nosotros mismos: se estaba duchando, ha bajado a comprar algo, tenía los cascos puestos, etc. Estos son casos reales.

Voy a contar el caso concreto de un usuario que vivía a varios kilómetros, en un paisaje impresionante, pequeño pueblo precioso, pero más cercano a Segovia casi que de Madrid. Tras el enfado del usuario por no ir cuando él estaba en casa, volvimos a quedar de nuevo, nos dio un nuevo horario de entrega y al final reconoció que la primera vez había tenido que salir para comprar un condimento para la comida. En la segunda entrega, yendo dentro del horario que nos indicó ¡No estaba! Se había olvidado de nosotros y se había marchado a otros menesteres.

Otro caso que nos ocurrió fue que intentado hacer la entrega en otro municipio de la sierra de Madrid, nos abrió la puerta un familiar de la destinataria, había órdenes de que sólo se le entregara el envío a la persona indicada y como no estaba no podíamos realizar la entrega. La persona que abrió la puerta se enfadó de tal manera que le quitó el terminal GPS que llevamos para las firmas y al poco tiempo le sacó una pistola de balines.
Podría seguir poniendo muchos ejemplos que tenemos de personas que quieren su envío si o sí y que además sea para ya, a las cuales, tenemos que estar informando de que a lo mejor ni siquiera ha pasado todavía por la delegación de origen.

Redes sociales, ¿nos lo ponen fácil o difícil?

Pero ahora existe otro método de queja para reclamar con impaciencia el paquete de cada uno y son las redes sociales. Todos los días me leo los comentarios que se puedan ver sobre los envíos de los paquetes, no sólo me fijo en la marca con la que trabajo, veo también los de la competencia. La mayoría de las veces va siempre a coincidir en el mismo tema, hemos dejado o no una nota de aviso donde indicamos que hemos estado para realizar la entrega pero no hemos podido efectuarla. La queja es que no es verdad, que estaban pero que nosotros no hemos ido. A mí me gustaría explicar algunas cosas para entender este descontento:

  • Si hemos dejado una nota de que hemos pasado, con un número de albarán y teléfono, está claro que hemos pasado, porque hemos dejado una huella de que hemos estado.
  • Luego tenemos también a las personas que nos llaman diciendo que les estropeamos las puertas, buzones, etc., por dejar la nota de que hemos estado allí y no había nadie. Entonces ¿qué hacemos? La pasamos debajo de la puerta si podemos llegar, claro.
  • Hay veces que no podemos dejar ningún aviso, porque no nos abren las puertas, porque el portero no nos deja pasar, o porque el telefonillo está lejos de la puerta del destinatario. A mí me pasa. Yo tengo garaje, dejo el coche y subo a un patio que me lleva a mí casa, en ningún momento paso por los telefonillos, por lo tanto, por mucho que me dejen notas, yo no lo voy a ver. Y tengo que decir que los ladrillos están llenos de notas, pero tampoco me paro a leer si alguna es para mí.
  • Si la página web es buena, habrá contratado los alertas necesarios para los avisos de las incidencias, como vamos con terminal on-line el mensajero pone la incidencia, y on-line llega a quién se le diga que tiene que llegar.
  • Si la página web no ha contratado dicho servicio, lógicamente la siguiente entrega se retrasa porque se tiene que enterar la empresa primero de lo que está ocurriendo.

Las redes sociales no solo son una plataforma en la que el destinatario puede quejarse, también lo son para que los clientes encuentren una solución a la hora de recibir una entrega. Lo ideal, tal y como yo lo concibo, sería que se pudiera utilizar éstas herramientas pero sin enfados exagerados, porque hay algunos que nos ponen verdes y con bastante enfado, pero la mayoría de las veces no somos culpables del retraso que se produce.

Eso sí, debo reconocer que me agrada que las personas sean así de exigentes, con educación siempre, pero exigentes; hace que me crezca más y además me hace confiar que cuando vaya al sitio donde trabajan ellos, se me va a tratar perfectamente, con las mismas exigencias que ellos actúan. Tendría que haber más personas así, porque significaría que todo los españoles estaríamos trabajando con gran profesionalidad y dando el máximo de nosotros mismos. Exijo lo mismo de los demás de lo que yo me exijo a mí mismo. Es perfecto.

Sólo añadir que cada entrega que no se realiza la primera vez, a la empresa le cuesta dinero, mucho dinero. Por lo tanto, la primera norma que tenemos es que la entrega debe realizarse, porque además tenemos que tenerlos en la delegación durante 15 días para seguir con el intento de la entrega y no podemos almacenar masivamente. Pasado éste tiempo, se tiene que devolver a origen. Y así termina la vida de un envío, o en manos del destinatario o devuelto a origen, aunque pasando por varios estados.

Lo que quiero transmitir en esta entrada, es que muchas veces no sabemos explicarnos para que nos entiendan, porque si alguien no nos entiende no es por culpa del oyente, es porque el que habla no transmite correctamente lo que quiere expresar. Por eso yo tengo la costumbre de decir siempre ¿Me he explicado bien? Y nunca digo ¿Me has entendido?, porque quién tiene la obligación de hacerse entender es el que habla no el que escucha.

Carmen Ruiz Atienza