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¿Cuánto cuesta el tiempo de un cliente? ¿Y el del proveedor?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Aunque el titulo puede parecer un poco largo, en realidad es un pequeño resumen de mi propia experiencia, que ha sido bombardeada hace poco tiempo.

Hay que reconocer que no sé bien si es por nuestro carácter mediterráneo o por nuestros ancestros árabes, la realidad es que todos tenemos un cliente dentro de nuestro cuerpo. Cualquier persona en el momento menos esperado y cuando considera que tiene el estatus necesario para imponer sus exigencias, no duda en utilizarlo. Por ejemplo, en un restaurante, estamos sentados en una mesa y en ese momento nos convertimos en fieros clientes, empezamos a acosar al camarero porque tarda en servirnos, porque se me ha caído el tenedor y quiero otro, que está abarrotado el restaurante, pero nosotros queremos ser atendidos como si estuviéramos solos, etc.

O bien contratamos una persona para que nos ayude en las tareas de la casa y no se sabe por qué motivo, pensamos que igual que en el anterior caso, es inferior a nosotros y no se desaprovecha la oportunidad de demostrarlo.

Puedo poner más ejemplos, pero creo que todos entenderán a dónde quiero llegar.

Hace poco, en la visita de un cliente, nos encontramos con una continua demostración de que todo el personal de dicha empresa, se ponen en el sitio de cliente y se presupone que esa posición es sólo de exigencia. Exigencia con respecto a la forma de trabajar de ellos, exigencias con el coste del servicio, etc. Sobre el tema del coste ya estoy acostumbrada, pero sobre otras exigencias me parece que pasamos unas horas bastantes duras. Por ejemplo, una persona viene y nos dice que el sobre donde ellos mandan sus cosas no puede ir tapado el nombre de la empresa, que me lo monte como quiera, pero que es tremendamente importante que se tiene que leer, todo esto me lo dice al lado de un paquete con la etiqueta puesta de otro transportista con la pegatina en todo el medio del nombre del cliente. Las exigencias ¿sólo era para nosotros o para todos los transportistas?

Horas y horas de pie, porque si cogíamos cualquier silla, se lo quitábamos al personal que estaban a nuestro alrededor, por lo tanto, nosotros de pie. Recibiendo exigencias de uno y de otro lado que ya no sabíamos por dónde nos venían los golpes.

A todo esto, estábamos allí arreglando un problema que tenían que otro transportista y le estábamos poniendo nuestros programas informáticos con nuestro personal, cosa que el suyo estaba en diferido.

La cuestión es que estábamos intentado solucionar los problemas que estaban teniendo, porque podía explayarme, pero no sería bueno al final.

Había que tener mucho cuidado en no ofender, porque cualquier tipo de mejora que se le quisiera decir para que les fuera más cómodo todo, suponía una ofensa hacia ellos. Con pies de plomo había que ir aportando ideas, y cada vez aumentaban los interlocutores y sus exigencias. Y seguíamos de pie, intentando resolver en tiempo récord todo lo que nos estaban diciendo.

Hasta que de repente, una persona grita que “llevaba tiempo sin poder trabajar y que su tiempo era oro y lo estaba perdiendo”. En esos momentos te entran unas ganas tremendas de salir corriendo, tirar toda la negociación y decir basta. Pero mantienes la figura y piensas, “estoy aquí porque me lo han pedido y para ayudar y mi tiempo también es válido, igual que el de los clientes”.

Tienes una sensación de que por el mero hecho de ser los clientes tienen la obligación de rebajar al máximo a los proveedores, sobre todo, que como siempre digo, si tú eres exigente en tu trabajo puedes exigir a los demás, pero aquellas personas que no funcionan todo lo bien que pueden funcionar, me hace gracia que hacia los demás si sean exigentes.

Estamos para ayudar, apoyamos a nuestros clientes al máximo, porque si le van bien a ellos, nos va bien a nosotros. Todos somos trabajadores y deberíamos de ser menos clasicista.

Recuerdo un restaurante de marisco que había en mi zona, muy bueno. El maître era increíble, parecía un mayordomo antiguo, con una jerarquía impresionante (en todas partes vemos lo mismo). Un día fuimos a darnos un festín y a mi comercial se le ocurrió preguntar que si de postre tenían plátano flambeado. El maître le miró de arriba a abajo de manera que parecía que le estaba perdonando la vida, y dijo “en este restaurante no se sirve esas cosas”, bueno, en realidad fue algo diferente y más grosero, pero vamos a dejarlo ahí. Nos hizo sentirnos mal, aunque luego nos entró la risa. Vino la crisis, el restaurante ha desaparecido y la verdad que no sé dónde se encuentra el maître, a lo mejor, está trabajando de camarero en un chino, hartándose de servir plátano flambeado.

Otra cosa que recuerdo es un cliente que me llamó a la oficina, y que le comentaron que como era viernes ya me había marchado. Francamente a mí no me importa que me llamen los clientes ni nadie, porque tengo facilidad para conectar y desconectar, porque ya son muchos años, pero lo que me gusta es que se haga por un motivo necesario. Me llaman al móvil, me hace una pregunta que no era correcta y la contesto, y el resto de la llamada es oir como teclea en el ordenador y está indicando cosas de la que ya estaban zanjadas durante toda la semana. Y se acabó la conversación. Me quedé como tonta pensando y no voy a poner lo que pensé y pasado una semana sigo sin entender la llamada. Y yo me pregunté ¿mi tiempo no vale nada?, pues soy una persona que odia perder el tiempo y que lo rentabilizo al máximo posible, porque considero que el tiempo de todo el mundo es importante y lo respeto.

Todo el tiempo de todo el mundo es de oro, aunque sea para rascarse la espalda.

Y dicho esto, vuelvo a decir la frase que más me gusta “corrige a un necio y tendrás un enemigo, corrige un sabio y lo harás más sabio”.

¿Sabemos escucharnos?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Que esto sea lo único que tenga que desvanecerse, romperse, desintegrarse en la vida de nuestros hijos, y no sus propias vidas.

No paramos de tener malas noticias, pero en estos días, también se cumple un aniversario: los 80 años del principio de la Guerra Civil. Durante todo este tiempo hemos visto esas imágenes en blanco y negro, pero ahora nos las están poniendo en color. Me ha impresionado verlas con todo su “esplendor”, quizás porque me he acordado de la edad que tendrían mis padres por entonces (9 y 7 años) y he pensado que, en cierta manera, ahora yo lo estaba viendo a través de sus ojos; los ojos de unos niños que, hasta la fecha, no habían tenido más preocupaciones fuera de su mundo de juegos. En aquel momento su vida, algo dura pero feliz al fin y al cabo, aquella que compartían con familia y amigos, quedó dividida y rota por un suceso ajeno a ellos.

Y mientras veo esas imágenes, también vienen a mis ojos las de un muñeco tirado en el suelo, un muñeco que yace junto al cadáver de un niño, un niño que tan sólo había ido a ver unos fuegos artificiales… Súmale también las imágenes de los tanques callejeando por una bella ciudad en la que he estado y de la que he disfrutado.

Las imágenes no se corresponden en el tiempo (unas ocurrieron hace 80 años y las otras, por mucho que ello escape a mi comprensión, se enmarcan en la actualidad), pero ambas me despiertan sentimientos semejantes: rabia, dolor, incomprensión. El panorama político que flota a mi alrededor no me hace sentir mejor, más bien todo lo contrario: nuestros “líderes”, inmersos en discusiones generada por egos políticos que poco o nada tienen que ver con la cruda realidad que azota a diario a los ciudadanos de este mundo.

Como está de moda, ponemos textos bonitos en las redes sociales, la creatividad se desborda y salen fotos, pinturas, frases que hacen que nos invada un profundo sentimiento de tristeza. En las televisiones parece que exista una competencia para dar la noticia del primer político que publica un twitter y ponen énfasis en el que lo hace el último, pero ¿es esto lo que importa de verdad? Queremos con tanta fuerza hundir al político del turno que ya estamos buscando los motivos por el cual ha tardado tanto en escribir, ¿de verdad que esto es más importante que el muñeco que está al lado de un cadáver? No hay nada más importante que la vida, y lo que hay que tomar son medidas, no escribir twitter, medidas y para tomar medidas hay que estar unidos y no sacar partido de lo que otros hacen, porque mucho peor es lo que “Tu dejas de hacer”, que, en nuestro país, es mucho.

No nos escuchamos, cada vez lo tengo más claro, pero no en altos puestos, no, no, hasta en el más mínimo momento de nuestras vidas. Giramos en torno a nuestros egos, son más fuertes que el resto de las situaciones. Y así va el mundo, porque no es sólo un país, como el nuestro, que llevamos muchos años, muchos siglos, peleándonos por lo mismo, repetimos la historia una y otra vez, y seguimos sin aprender. No es solo mi país, es el resto de los países, donde los egos ganan ante la conciencia, ante la brutalidad, ante la falsedad. Porque muchos de nuestros problemas son por culpa de la doble apariencia, el doble rasero, la doblez en todos los estamentos.

Todos queremos ganar más dinero, pero queremos las cosas más baratas. No se reflexiona de que si algo es más barato, a alguien en alguna parte ganará menos dinero o explotarán a personas para abaratar costes. ¿Podemos escuchar también sus llantos?

Por último, me repugna oir como en mi propio país 5 hombres (por llamarles de alguna manera) han violado (presuntamente) a una chica en unas fiestas muy conocidas. ¿Pero qué está ocurriendo? ¿Quién se atreve a hacer estas cosas? Y seguro que habrán dicho que ella provocaba, porque más de uno, piensa que la forma de vestir de las mujeres es el problema y no les importaría incluso que tuvieran que llevar burka, todo para que sus mentes calenturientas y enfermas no tuvieran problema de dañar a una mujer por no saber superar sus instintos animales. ¿Qué es lo que nos diferencian de los animales? Me gustaría que me lo explicaran porque no creo que sea el raciocinio.

Sobre este tema podemos seguir dando vueltas y vueltas, pero es penoso lo que está pasando y yo creo que todo es por falta de oir a todos los que nos rodean. Estamos tan preocupados en demostrar a todo el mundo lo buenos que somos, lo inteligentes que somos, lo perfectos que somos, que perdemos la oportunidad de aprender, de seguir aprendiendo, pero de seguir aprendiendo escuchando a los demás.

Siento un gran dolor con todos los acontecimientos que han pasado en estos días, meses, e incluso años, pero tengo miedo de lo que nos queda por pasar si no conseguimos tener unos políticos de altura, unos compañeros inteligentes, unos seres humanos completos.

Mi más sincero cariño a esa imagen de la muñeca al lado de un bulto tapado con un plástico negro, pequeño bulto, que tenía toda una vida por disfrutar.

Y pido, que no tenga que vivir algo parecido a esto ni a ninguna guerra como nuestros padres, porque es lo único que no tiene arreglo.

Perdemos todos.

Bienvenida al mundo, Carmen | Nuevo miembro en la familia de Liberación 2000

Escrito por Liberación 2000. Posteado en Noticias

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El nacimiento de un bebé siempre es motivo de felicidad. Felicidad que se contagia no sólo entre los miembros de la familia que con tanto anhelo lo espera, sino también entre su círculo cercano. Y así, con esta dicha tan grande aún recorriéndonos el cuerpo, nos place comunicaros que tenemos nuevo fichaje en la familia de Liberación 2000. ¡Bienvenida al mundo, Carmen!

Si bien el día 15 del 9 del 15 hubiera sido una bonita y curiosa fecha en la que nacer, la pequeña decidió darle una alegría a Papá asomando la cabecita un día antes, el 14, dándole así un motivo a Marcos para vestir con aún más ilusión el 14 en su camiseta de fútbol.

En cualquier caso, amor no le va a faltar. Ni los mimos de todos los abuelos y bisabuelos que tiene (a su abuela Carmen ya se le cae la baba). Y por supuesto el cariño incondicional de Laura y Marcos, sus padres. ¡Enhorabuena por el nacimiento de vuestra hija!

Toda la plantilla de Liberación 2000 os desea que seáis muy felices. ¡La familia crece!

Carta para Carmen

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Querida nieta,

Te escribo esta carta para que cuando seas más mayor y puedas leerla, sepas de lo importante que eres desde ya para mí.

Acabas de nacer, este mundo se te habrá hecho grande al llegar, ¡con lo a gusto que estabas en la tripa de mami!

Tanto tu madre como yo llevamos 9 meses imaginándonos cómo podrías ser, devorando las ecografías con los ojos para ver si estaba todo en su sitio, esperando los resultados de los análisis para saber que todo iba correctamente. Han sido 40 semanas, 280 días, 6720 horas, imaginando tu carita, tus manos, tus ojos, toda tú.

Tengo que reconocer que en un primer momento dije que te comería las manos y los pies, porque en todas las ecografías las ponías delante de la cara y no te podíamos ver. Pero al final, no hice nada de lo que tenía pensado hacer, sólo sentí una gran emoción que hizo que las lágrimas llegaran a mi rostro sin poder evitarlo.

Te miro y te miro, como una tonta, y recuerdo cuando nació tu madre y tengo la misma sensación de incredulidad, de felicidad y de alegría que hace 27 años. El tiempo pasa demasiado deprisa cuando se tienen hijos y es difícil saborear todo lo que está ocurriendo.

Con tu madre, mi hija, ya hice el papel de educadora. Contigo sólo tendré la obligación de mimarte y te prometo que lo voy a cumplir.

La vida nos cambia cuando tenemos hijos, pero Carmen, nos cambia para mejor. Se disfruta de todos los momentos vividos porque son únicos e irrepetibles, y si no estás atento, te los pasas y ya no vuelven. Yo los viví todos con tu madre y espero que también lo pueda hacer contigo.

Siempre estaré a tu lado, si necesitas un apoyo me tendrás, si necesitas desahogarte me encontrarás, si quieres reír lo haremos juntas, si urge hablar tendrás mis oídos, mis caricias, mis besos, mis abrazos. Igual que estuve y estoy con tu madre Laura, igual estaré contigo, cariño.

Igual que no hay un manual del recién nacido para un hijo, tampoco lo hay para una nieta, pero quiero vivirlo y aprenderlo junto a tus padres.

No hay amor más grande y desinteresado que el amor que se tiene a una hija o a una nieta, siempre he pensado que es el amor verdadero porque no es egoísta, no existe el rencor, ni la mala fe.

Espero tener mucha salud para que pueda disfrutarte durante mucho tiempo, yo haré todo lo posible para conseguirlo.

Podría escribirte muchas más cosas, pero prefiero demostrarte día a día todo lo que siento y todo lo que me das y me darás con tan solo tu presencia. Y ya si añadimos a Mami, todo lo que te escribo se multiplica por 1000.

Carmen, te quiero más de lo que podrías imaginar y cuenta conmigo para lo que necesites que para eso soy tu abuela.

Gorda, gorda, súper gorda

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Esta entrada se la dedico a todas las aquellas personas que, por un motivo u otro, han engordado alguna vez en su vida.

Yo hace unos años engordé lo que no está escrito. En los dos últimos años, además y al dejar de fumar, la cosa fue a peor: parecía un luchador de sumo, así había cambiado mi cuerpo.

Lo peor de todo es que tenía que asistir a convenciones, reuniones, visitas con clientes, etc. con esta carga encima, literalmente hablando.

Parecía que me había comido a mí misma.

Al mismo tiempo, las enfermedades se hacían presa de mí. Las rodillas no aguantaban mi peso, el hígado lo tenía graso, el colesterol por las nubes… Malas noticias.

Me puse a hacer ejercicio y me parecía a Don Pimpón de Barrio Sésamo. Los que son de mi edad, me entenderán; los que no, googleadlo y me entenderéis.

Era incapaz de dar saltos. Los que me han visto bailar se quedarán ojipláticos, pero es que es súper difícil hacerlo con varios kilos de más.

No sabía pintarme, mi cara había cambiado de forma, y eran muchos años pintándome de otra manera y no daba con la tecla necesaria.

La ropa me costaba mucho dinero, ropa de tallas especiales, con la misma talla en algunos sitios parecía que iba a explotar como un globo y en otros me estaba grande.

Parecía una mesa camilla vestida. Era la Ramona en el siglo XXI.

Ninguna dieta surtía efecto, siempre con lechuguita y con todo a la plancha, pasando hambre no, lo siguiente. ¿Y para qué? Para adelgazar 100 gramos que, en cuanto me descuidaba, volvía a recuperar con 400gr extra.

Aunque el tamaño era grande en circunferencia, pasaba al lado de la gente y no me veían, me daban con las puertas en las narices, pero literalmente, que no exagero. No existía y mira que se me veía.

El año pasado me marché a un balneario especial para intentar bajar de peso. Una semana de pasar mucho hambre, ejercicio al máximo, y al final, unos pocos kilos menos, pero vamos que digo kilos por no decir gramos. Eran las fiestas del pueblo donde estaba el balneario y yo quieta sin salir, sólo pensaba en que pasaran las horas para que llegara la siguiente comida. Dos hojas de canónigos con unas migas de merluza, acompañadas por un tomate cherry.

¿Cómo pueden decir que así se es feliz? Imposible. Por lo menos, yo no lo era.

En febrero empecé un régimen que, gracias a Dios, me está haciendo volver a mí ser. Si bien parezco una monja de clausura porque no salgo a la calle por no pecar, por lo menos se están viendo los resultados.

Ya me vuelvo a pintar y reconozco mi cara, utilizo de nuevo los tacones, las rodillas están muy bien, el hígado perfecto, el colesterol ¿qué es eso?, la ropa me vuelvo a poner la mía de hace 8 años y me puedo comprar ropa en todas aquellas tiendas baratas pero que el tallaje también es pequeño, y me vuelven a abrir las puertas porque me ven.

Vuelvo a ser persona. Y que conste que no digo que el que esté más fuerte no sea persona, es simplemente que yo no me sentía como tal; cada uno se tiene que sentir como quiere sentirse y yo ahora estoy cada día más cerca o más bien, cada kilo más cerca del reto.

Lo importante es ser feliz y yo lo soy. ¿Y tú? ¿También lo eres? Es lo único que importa, porque la vida nos puede sorprender en cualquier momento. Vive como quieras vivir y goza todo lo que puedas y mucho más, siempre y cuando te dejen.

Hoy es tu santo Carmen, ¡muchas felicidades!

Escrito por Liberación 2000. Posteado en Noticias

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Como ya os comentamos el otro día, tras las felicitaciones de cumpleaños abrimos la veda a los santos. Muchos creen que los nombres con los que deciden bautizarnos nuestros padres pueden incluso cambiar nuestro destino. ¿Cuánto hay de cierto en ello? No lo sabemos. De lo que sí tenemos constancia, sin embargo, es de que hoy es el santo de todas aquellas que se llaman Carmen, ¡y en Liberación2000 tenemos unas cuántas! Empezando por la jefa, ni más ni menos… Aprovechamos también la ocasión para felicitar, aunque esta vez por ser su cumpleaños, al líder supremo de Nacex. ¡Muchas felicidades a todos!

Conozcamos algo más sobre este nombre: