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La búsqueda de la excelencia

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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“La excelencia” fue el lema entorno al que giró la celebración de la XXI Convención de Nacex, un lema que, no sólo lleva en los genes de la empresa desde su nacimiento, sino que persiste tras más de dos décadas, impulsándonos a desarrollar continuamente nuevos cambios, siempre con las miras puestas en alcanzar la perfección.

La diferencia que tiene esta empresa respecto a otras es que no hacemos publicidad gratuita de todas las acciones que llevamos a cabo, simplemente lo hacemos. “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.

Hemos sido pioneros en la tecnología, incluso hoy en día, me admiro cuando leo una noticia de que tal empresa hace tal cosa para los clientes, como si fuera algo grande y una novedad y me admiro porque para nosotros es nuestro día a día desde hace mucho tiempo.

Recuerdo cuando un cliente nos quiso comparar con una empresa de transporte poniendo sobre la mesa un artículo publicado hace poco. Todavía oigo su comentario “y va incluido en el precio”, yo con cara triste le comenté, “desde que trabajas con nosotros, hace ya unos años, te lo estamos haciendo y no te hemos cobrado nunca nada más”.

Y digo que lo hice poniendo una cara triste, porque parece que no sabemos explicar bien todo lo que ya hacemos con el cliente; como lo hacemos tan bien, el cliente no demanda ningún extra, porque ya lo tiene.

Claro que tenemos errores, somos personas, pero son tan pocos que no merecen la pena destacarlos. Eso sí, cuando nos vemos envueltos en un problema maldecimos a todos aquellos que han estado implicados en él y han propiciado el error. Luego te envalentonas y se lo dices al cliente, porque nosotros somos más papistas que el mismísimo papa.

Recuerdo un artículo de un gran amigo mío en el que decía que una de las cosas más importantes para dar un buen trabajo al cliente es saber sus necesidades, pero aquí es donde tenemos el gran problema.

Quitando la primera visita, que o bien quiere cambiar de proveedor del transporte o bien empieza su andadura como emprendedor, que en estos casos suelen dar bastante información de sus necesidades, llega el momento después que, salvo honrosas excepciones, la información empieza a no ser bilateral y toda relación se basa en la “información” de que ha llegado otro proveedor y le ha ofrecido un precio menor. ¿Pero en realidad ese proveedor te hace lo que nosotros te hacemos? Si nos dieran esas tarifas ofrecidas o se nos informara de todo, se le podría hacer una comparativa exacta y como digo al comercial: nosotros siempre queremos lo mejor para el cliente, y si el otro proveedor le ofrece como mínimo lo mismo que yo y con menos precio, con todo el dolor del mundo les tenemos que decir que se vaya con el otro proveedor. En los casos que hemos tenido, todavía no ha habido nadie que hubiera ofrecido lo mismo que nosotros con menos precio, pero el cliente ha asumido que al ser más baratos tienen menos servicios, y no ha sabido valorar el trabajo extra que pueden tener. Y el cliente que al final lo ha valorado porque lo ha vivido, tarde o temprano han vuelto a trabajar con nosotros.

¿Por qué puedo estar segura de que los otros no van a ofrecer lo mismo que yo?

Pecando de prepotente, por las siguiente razones:

Primero porque pertenezco a una de las redes de transporte mejores que hay en la Península Ibérica; ojo, no digo sólo España, porque con Portugal trabajamos igual que si fuera España, no se considera internacional, por lo que los servicios son los mismos y añadiendo un precio muy competitivo.

Segundo, las casi 300 franquicias que componemos la red, estamos en continuo avance y nuestro objetivo es superarnos a nosotros mismos, donde la calidad es nuestro ADN.

Tercero, porque el franquiciador está en continuo desarrollo de nuevos servicios y no se ha acobardado ante las crisis quitando rutas nocturnas como han podido hacer otras empresas. E igual que el personal de las franquicias, sus componentes luchan por la calidad codo con codo con nosotros. Porque estamos en el mismo barco.

Y cuarto, y no en última posición, porque mi personal está para y por los clientes. Siempre pensando en lo mejor para el cliente no sólo en servicio sino también en precio. Estudiamos todas las necesidades y ofrecemos lo que le puede interesar y esto lo hacemos continuamente.

Es importante recordar que todo lo que hablo siempre va dirigido a los servicios B2B, nuestra relación con las empresas, porque con los particulares es otro mundo muy diferente, dónde tenemos que reciclarnos y hacer cursos de “paciencia”, porque como somos cada uno de nuestro padre y nuestra madre, lloramos en ciertos momentos. Pero, aunque el ecommerce ha aumentado tanto y parece que es el único negocio que existe hoy por hoy, todavía hay muchas empresas que no han caído en las crisis que nos necesitan y que, si nos dejan, les podemos ayudar mucho para seguir creciendo.

El precio puede ser importante, pero más importante es la tranquilidad del trabajo bien hecho. Tus clientes son los míos, son los nuestros y cuando más conozcas más haremos por ti y por tu negocio, somos tu ayudante para crecer. Danos una oportunidad y te enseñaremos de lo que somos capaces de hacer por ti.

Mi gran vecina Amparo

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Hoy es un día muy triste para mí, la vecina de la casa de mis padres ha dejado de sufrir y se ha marchado igual que vivió con una gran discreción y paz.

Una vecina de hace 54 años, una vecina de la de antes, de cuando se hacían reuniones familiares en el rellano de la escalera, donde su casa era la mía y su gran cariño estaba siempre cerca.

Su hija mayor es de mi edad, por lo que han sido colegios juntas, amistades y todas las vivencias posibles.

Su hija pequeña es la niña de las dos casas, hoy en día sigue siendo la peque.

Recuerdo a una mujer fuerte, trabajadora y muy cariñosa. Se ha ido sin querer molestar ni hacer sufrir a sus hijas.

Guapa, muy guapa, muy mujerona. Una vida muy dura, sufrió el maltrato de un marido a quien el alcohol le gustaba demasiado y al que luego le pasó factura.

Mi comedor pared de su comedor y tengo en mi memoria esos golpes y luego su cara marcada.

Pero cuando se quedó viuda, con dos niñas, salió adelante. Se puso a limpiar en una residencia y así, poco a poco, empezó a sacar su cabeza del pozo en que se había encontrado.

Hace 10 años ya la operaron del corazón y salió adelante, sus ganas de vivir siempre han sido fuertes. Pero esta segunda vez estaba muy cansada, demasiado para luchar y se durmió y ya no se ha levantado.

La semana pasada coincidimos en la misma planta con las 2 madres ingresadas y estábamos de la 4ª derecha a la 4ª izquierda pasando con una y otra para que estuvieran juntas.

Hicimos un grupo de WhatsApp para estar informados en todo momento de cómo estaban las dos enfermitas.

Las hicimos unas fotos juntas y mi madre la cogía de la mano y la decía “ponte bien que te echamos de menos en casa” y ella asentía con la cabeza con la mirada triste, como diciendo, ya veremos si vuelvo.

Estas son las mujeres fuertes, las grandes luchadoras, sin grandes avances ni grandes privilegios, pero que con su cariño han contribuido a crear buenas personas, porque todos los que hemos estado a su lado hemos aprendido mucho de ella y nos ha hecho más fuertes y mejores.

En estos momentos todo tiene menos importancia y te das cuenta el tiempo que perdemos y que no se recupera, para estar con la gente buena, la gente de verdad y, sobre todo, la gente que te quiere.

Por último, pongo las palabras de despedida de su hija mayor: “Se quería ir con mi padre y lo consiguió, ya está más cerca de él que de nosotras. Nos ha dejado una gran tristeza, pero con la satisfacción de habernos despedido”.

Hoy se ha marchado una parte de mi historia, alguien muy importante y sobre todo una gran señora, esposa y madre.

La caída del Imperio del cuerpo

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Estamos en una sociedad donde lo único importante es la imagen. El cuerpo perfecto, la cara bellísima, todo nuestro mundo gira en una educación de la estética que llega a ser enfermiza en muchos casos. Pero el problema viene cuando el paso del tiempo hace que, por muchos avances tecnológicos que tengamos, el cuerpo pierda su elasticidad, su tersura, su fuerza. Y esto es algo que no podemos evitar, tarde o temprano pasa, sin importar las veces que nos operemos o lo mucho que nos cuidemos. Al final todos nos hacemos mayores.

Somos una sociedad de mayores y cada vez más mayores. En estos días que he estado en el hospital para tratar a mi madre y he visto como toda la planta estaba ocupada por personas mayores, de la misma edad que mi madre (86 años) o más todavía si cabe. Tengo que decir que los comentarios de todos los que estábamos allí cuidando a nuestros familiares iban por los mismos derroteros; supongo que esta generación pasó muchas penalidades con la guerra y la postguerra, pero es una generación que puede con todo.

Es lógico pensar que lo poco que comían seguramente era de mucha más calidad que lo que hacemos actualmente. Las frutas y verduras estaban mejor cuidadas, incluso parecido sino igual a lo que ahora llámanos huertos ecológicos y antes era el día a día. Los animales eran engordados con los productos de la tierra, naturales. No hacía falta poner música clásica para relajar a las vacas y que dieran mejor leche y su carne podía comerse con la seguridad de que no estaba contaminada por otros agentes externos como los antibióticos; cuando un animal se pone enfermo, ahora, se lo trata con antibióticos, los cuales también acabaremos consumiendo nosotros de forma indirecta.

En cualquier caso, e independientemente de las diferencias entre la actualidad y antaño, no podemos negar que nos hemos topado con una sociedad “de viejos”, un punto al que todos acabaremos llegando tarde o temprano.

Y desde aquí revindico que al personal que trabaja en hospitales y/o que trata cada día con mayores reciba formación que le ayude a desarrollar aptitudes específicas para poder desarrollar bien su trabajo; enseñarles a tratar a personas mayores, ya que en la mayoría de ocasiones éstas tienen problemas para comunicarse e interactuar con el resto (ya sea porque no ven bien, porque no oyen o porque les cuesta asimilar las ideas).

Es gracioso ver cómo los médicos cuando pasan visita te piden que te salgas y tú con mucha educación y cuidado, le dices que ha perdido un poco la razón y que es sorda, pero de todas las maneras te dice que salgas, y desde el pasillo, oyes a grito pelado, le preguntas que hacen a tu madre y como es imposible tener una respuesta lógica. Y tengo que decir que esta vez hemos tenido suerte, porque después de quedarse sin voz para conseguir preguntar algo a mi madre, salieron para explicarnos y hacernos algunas preguntas, lógicamente, puesto que mi madre podía contestar por peteneras.

Y digo que hemos tenido suerte, porque otro médico que la operó hace unos años, NUNCA se dirigió directamente a los familiares. Incluso le decías, “doctor por favor” y el contestaba “ahora hablo con ustedes” y hasta hoy.

Otra cosa que he reflexionado es cómo lo hacen las personas que no tienen hijos o sus hijos están lejos de casa y no pueden estar mucho tiempo en el hospital acompañando a su familiar.

Es muy fuerte, y creo que se necesita un buen curso de reciclaje para estos momentos.

También me ha dado por pensar que en vez de gastarse el dinero en tonterías muchos gobiernos deberían decicarse a construir residencias del estado, porque es donde vamos a ir todos a parar, porque la mentalidad nuestra es la de no molestar a los hijos y además estar con gente de la misma edad y mismas aficiones, pero claro, encima son pocas y las privadas super caras.

Esto es el negocio del futuro, las residencias de ancianos. Donde el personal esté concienciado a mimar a las personas mayores. Y digo mimar, porque son tan sensibles nuestros mayores igual que cuando tienes a un bebé en brazos. Son muy frágiles, aunque, a diferencia de un bebé, son rebeldes, pero con la sensibilidad a flor de piel y me lleva los demonios cuando veo que se les trata mal.

Porque hay que pensar que nuestro fin va a ser ese, no saber dónde estás, tropezar porque no ves bien, decir algo que ha ocurrido hace años como si fuera ahora mismo, perder la intimidad, etc., etc.

Por muchos avances estéticos o tecnológicos, el cuerpo se va estropeando, pudriendo incluso. Y aquí llego a la frase de una doctora mía que decía “la mujer cuando es útil para la naturaleza, el cuerpo la protege, cuando deja de ser útil, la abandona”.

Y yo con esta frase le cambio algunas palabras y digo “cuando eres útil para la sociedad te apoya, pero cuando decaes, te da una patada y te manda al hoyo más profundo del abandono y la soledad”.

Pero no olvidaros, todos vamos a llegar y si no llegamos, malo, porque estaremos entonces criando malvas.

Por último, como acaba de ser el día de la mujer, quisiera dedicar mi recuerdo a aquellas mujeres de hace más de un siglo que son las verdaderas luchadoras por la igualdad y las que sufrieron día a día aquello que ninguna persona debiera haber sufrido. Ellas son nuestros ejemplos y sobre todo el mío.

Retos del transporte para el futuro

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Siempre que se empieza un año hay que hacer reflexiones y estudios para sacar partido de las experiencias pasadas y coger fuerzas para superar y crecer durante los años que nos tienen que llegar. Cuando tienes un negocio, no sólo piensas en el presente, hay que asimilar que lo conseguido hasta este instante tiene que mejorarse lo suficiente para durar muchos años más.

Y es que es importante valorar que todo lo que se hace, tanto de manera acertada como desacertada, repercute en todas las familias que componen la empresa; hablamos de una gran responsabilidad, ya que no sólo está en juego el futuro del empresario, sino el de todo el personal que tiene contratado.

Pero cuando estamos en una red de franquicias, encima no sólo dependes de ti mismo, sino de todos aquellos compañeros franquiciados y sobre todo, del dueño de la marca y estructura; del señor franquiciador, Don Franquiciador, dueño y amo del futuro de todos los integrantes de la red. Dependemos de su buen hacer, de su sabiduría, de su don de comunicación, de su saber escuchar, de su saber asimilar críticas, de su saberse rodear de los mejores y de saber diferenciar a los trepas y a los pelotas…

No voy a seguir por este camino porque no quiero meterme en un jardín de espinas, que a veces todo puede malinterpretarse de forma muy rápida… En esta santa casa, merece mención decir, todo se dice desde el lado positivo.

Claro que, y si bien no depende solo de mi, sí tengo que pensar hacia a dónde va el transporte. Y cada vez me resulta más difícil poner una meta, debo decir. La tecnología nos podrá ayudar, pero como siempre digo, mientras que no descubran la forma de hacer aparecer y desaparecer una materia en otro lugar, el mundo todavía nos necesitará. Aunque se puede pensar en los drones, todavía no se ha conseguido que transporten grandes paquetes y pesos, aunque seguro que el tiempo lo solucionará.

Recuerdo unos dibujos animados de cuando era pequeña, en los que una nave espacial llamaba a la casa de un receptor y entregaba el paquete. Todavía, no obstante, ese momento no ha llegado.

No estoy segura de que la guerra de los precios entre las empresas de transporte se haya terminado… Posiblemente, cuando la sospecha del advenimiento de una nueva crisis sobrevuele nuestras cabezas de nuevo, volvamos a escuchar tambores de guerra que nos alerten de la llegada de tensiones y negociaciones.

Pero no nos olvidemos que aquel que negocia con nosotros pidiendo menos precio es el mismo que pide en su trabajo más salario, más tiempo libre para estar con sus hijos y para dedicarse a su ocio, más comodidad, etc. Claro que, cuando negocia con nosotros, ahí sí que es inflexible. Inflexible en cuanto a horarios de recogida, de entrega, inflexible en el precio… ¡Qué injusto! Qué injusto este doble rasero. No queremos lo mismo para los demás que para uno mismo. Y es que, si quisiéramos lo mismo, ¿no sería todo mucho mejor? Bueno, ya estoy en mi utópico mundo de Yupi.

Por cierto, no quiero dejar pasar esta oportunidad para aplaudir la actitud de Alejandro Sanz ante el “posible maltrato” a una persona, porque tengo que decir muy alto, que me da lo mismo que sea hombre, mujer, niño o animal, si todos los que vemos un maltrato hiciéramos lo mismo, posiblemente otro gallo cantaría.

A todos aquellos valientes que son capaces de enfrentarse a todo tipo de realidades, gracias, gracias de parte del universo.

Creo que hoy sí que he conseguido ser escueta en la entrada, tal y como me dice mi hija: “¡No seas cansina!”.

Vuelva usted mañana

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Hoy quiero hacer esta entrada dedicada a todas aquellas personas que aún teniendo familiares y amigos, tratan bastante mal al resto de los humanos.

“Gran persona debió de ser el primero que llamó pecado mortal a la pereza”.

Así es como empieza un libro de Mariano José de Larra que además de pertenecer a lo más florido del Romanticismo literario español, era un gran crítico satírico y sus artículos reflejaron perfectamente la España de su época; uno de ellos, de hecho, llega a nuestros días con su significado intacto: “Vuelva usted mañana”.

Se trata de un artículo que estudié durante mis años colegiales, un artículo que me causó un gran impacto y que me despertó una de las carcajadas más sonoras y sin tapujos que he podido hacer en la vida. Y todo era porque encerraba una gran verdad que, aunque empezando a salir de mi cascarón, ya veía que existía.

Cada vez que voy a una institución me viene esta sátira y veo que, aunque las tecnologías nos hacen los trabajos más llevaderos, el ser humano lleva el despotismo del poder en los genes. Porque en realidad es esto lo que ocurre. La supremacía del que tiene el poder en sus manos, frente a los pobres desvalidos, quienes estamos esperando ver una ligera sonrisa en la otra persona. Inútil, no se verá ninguna sonrisa.

Como no quiero alargarme mucho en este tema, que luego mi hija me regaña, voy a intentar a escribir lo más reciente y hacerlo lo más abreviado posible.

Mis padres son mayores, más de 86 años en sus espaldas y gracias a Dios tienen a sus hijas que les llevan a un médico y a otro. Como he comentado en varias ocasiones, mi padre además de mayor es ciego, por lo tanto, no puede leer los 5000 papeles que hay en todas las paredes. Y además, por la edad que tiene, es sordo igual que mi madre.

Están sanos, con achaques, pero con mi madre hemos ido de un médico a otro, desde hace años.

Un dato destacable para entender el contexto de lo sucedido: se están informatizando los historiales clínicos en toda la comunidad de Madrid, salvo en el hospital que a mí me toca, lugar donde se desarrolla esta historia. Como hemos pasado por tantos médicos, citas, pruebas, etc., es difícil retener en la memoria todo lo que en un momento dado se les ocurre preguntar. Pero empecemos por el principio, todo comienza en un día como ayer; bueno, exactamente ayer, a las 9 a.m.

Mi madre empieza a pedir perdón al taxista porque tarda en subir al coche. Yo le digo a mi madre “no te preocupes, seguro que también tiene madre y todos tenemos que llegar a tú edad, esperemos”. Hago que el ceño del taxista se relaje y dentro de mí pienso ¿por qué se enfadará? Cuanto más lenta vaya mi madre, el contador sigue su camino. Pero me imagino que es la impaciencia.

Llegamos al Hospital, queremos ir a la planta 5 Centro. Tengo que decir que este hospital es tan grande que para ir a las salas hay que seguir muchas veces líneas de colores en el suelo (ya lo he comentado en otras ocasiones creo), pero como no se está haciendo mantenimiento, las líneas van desapareciendo.

Como yo poco a poco, también voy cumpliendo años, hago una parada para ir al servicio. Busco uno que ya sé yo que están muy bien porque son menos conocidos. Mi gozo en un pozo, sucio era poco y además sin papel. Las mujeres entenderán lo que significa que no haya papel. ¿Recordáis que estamos a las 9 a.m.? No lo olvidéis.

Queremos subir a la quinta planta. El hospital tiene ascensores en todos los pasillos y pasillos cada 10 centímetros (que no me he equivocado, centímetros, porque hay muchos). Imposible, los ascensores primero no se sabe si suben o bajan; segundo, pasa el tiempo y no se abre ninguna puerta.

Buscamos otros, ¡será por ascensores! Nada, tampoco. No puedo subir por las escaleras con mi madre, si justamente vamos al médico porque le duele una pierna.

Paciencia, insistimos. Para un ascensor, lleno, como el metro en hora punta. Nos empujamos, entramos, pulsamos la planta, no se mueve el ascensor, una señora al final decide salirse porque le estaba dando de todo, se le deja salir, se cierran las puertas, por f… ¡Noooo! Se han borrado los botones del ascensor, nos bajan a los sótanos, volvemos a subir, bien, lo conseguimos, vamos parando piso por piso, bien, ya sólo queda uno… ¡¡¡Noooooo!!! Se borran otra vez los botones y nos vamos a la planta 11. Bueno, ya bajaremos, no pasa nada. Otra vez uno por uno. El de atrás quiere salir, “venga señora salga que me bajo en esta”, vale tranquilo que para que mi madre arranque a mover una pierna tiene que pasar un tiempo hasta que las bisagras funcionen. Planta 6ª, por Dios, no se ve si es la 6ª o cuál, no se ilumina. No sabemos si subimos o si bajamos, por fin, se ilumina la 5ª, cojo a mi madre de la mano y a tirar de ella, que hay que salir antes de que se cierren las puertas, porque hay una señora que se dedicaba a dar el botón de cerrar puertas y la grito, pare que me la como, que es nuestra planta.

Que alegría, estamos en la planta 5 centro. Ahora a buscar reumatología. Un pasillo, no, equivocación. Otro pasillo, parece que sí. Por los pasillos nos vamos encontrando a varias personas mirando lo mismo. Carteles de dejar los volantes en las ventanillas, ventanillas cerradas, aparece una persona, en el quicio de la puerta nos cuenta algo que pasa con las ventanillas pero que ella nos apunta, decimos nombre, y a la sala de espera a esperar, que es lo que hacemos, puesto que no se cumple las citas y eso que estábamos todos. Con retraso nos toca.

La doctora, sin mirarnos la cara, empieza a hacer preguntas; me ha pillado, no me he estudiado bien la lección, no me acuerdo de cuándo empezó a tomar uno de los 20 medicamentos que toma mi madre.La doctora me mira como pensando “pues vaya hija”. Me pregunta ¿Quién se lo mando? Pues no lo sé, pero si es para los huesos, digo yo que el médico de los huesos. ¡Yo no he sido!

Más preguntas, hasta que al final le digo a la doctora ¿pero no está todo en el ordenador? Pues claro, se pone a mirar su expediente y sale todos los médicos, pruebas, visitas, etc., tanto en atención primaria como hospitalaria. Descanso, se acabaron las preguntas. Ahora toca revisión, le habla a mi madre, sorda también, yo le traduzco. Empieza la exploración ¿duele? Sí claro, los gritos que están saliendo de la garganta de mi madre son eso, gritos y no risas. Y mi madre, viendo la cara de limón que estaba poniendo la doctora, vuelve a disculparse y yo ya enfadada le digo a mi madre “tranquila, ella también tiene madre”. Frase milagrosa, nos relajamos todos. Empieza a rellenar papeles, me dice, “lleve estos papeles a secretaría y le dirán dónde tiene que seguir yendo”. Dos pautas más y se acabó. ¿Dónde está secretaría? ¿No es dónde hemos empezado? No, en la otra punta del pasillo. Ahí vamos, mi madre arrastrando la pierna y yo.

¿Se puede pasar? Si, espere a que termine una cosa. No hay problema, termina con tu WhatsApp y luego ya vamos nosotros. En la secretaría me dicen “Esto para la planta 0 centro, esto para la -2 y ahora te doy cita para resultados el 1 de Junio”. Pues nada, nos vamos para seguir por las plantas del hospital. Mientras que espero al ascensor, apunto la fecha en mi móvil y ¡horror! Ese día tiene mi madre otro médico. Me cojo a mi madre y vuelta por los pasillos, pero como nos habíamos movido mucho porque estábamos buscando el ascensor que funciona, me pierdo, sí señores, me pierdo, pasillo para arriba, pasillo para abajo. Mi orientación ya no me funciona. Consigo localizarlas y les pido, muy humildemente que me cambien de fecha, lo hacen y haciendo reverencias salgo de la secretaría.

Nos vamos a la planta cero (no voy a insistir con los de los ascensores), para que nos den hora para unas pruebas. Cógete el número y espera. Muchas mesas y 2 personas nada más, uno se queja, una empleada le da la razón y la otra se enfada con su compañera por darle la razón. Los números no corren porque ellas están discutiendo. Entra una amiguita, sigue sin correr los números. Al final me toca, me da fecha.

Cógete a tu madre y vete a la -2. Como los ascensores nada de nada, le digo a mi madre, ¿te atreves y lo hacemos por la escalera? Pobre, no sólo se atreve, sino que lo sufre. Allá que nos vamos. Cogemos otro número y a esperar. 10 mesas, 4 personas. Miran su whatsaap, hablo con sus compañeros, las batas blancas les toca siempre una mesa, y se van a desayunar que les toca. Después de estar más de una hora y media sentadas en unas sillas de madera, me toca, bien, bien, ya nos vamos mami.

Me dan el resto de las citas y me dice, tiene que subir a la cero para darle el tubo de la prueba. Me paso de lista: “no, no hace falta, sé cómo funciona”. No, vaya, total ya está aquí que además le dirán cómo lo tiene que hacer.

Me cojo a mi madre, hay escaleras mecánicas. Las únicas que hay en todo el hospital. Allá que vamos, pero me despisto y mi madre pisa entre los dos escalones, la sujeto, nos balanceamos, pero consigo que no nos caigamos. Mamá, necesitas revisión con el oculista, otra más para la mochila.

Vamos a la cero otra vez, la dejo sentada y me voy a coger el tubito. Pero había solo una persona atendiendo y había perdido los análisis de los que estaban primero y de ahí no se movían hasta que solucionaran el problema. Media hora más tarde sale otra persona, diciendo que, aunque no era la encargada, que podía dar los tubos de muestra. El que estaba delante de mí, da los papeles, y dice, lo siento, estos no, yo sólo los de 24 horas. ¡¡Bingo!! Yo era esa, me da el bote y “las indicaciones” no las hay, nada de nada. Tiempo perdido.

Por cierto, vuelvo al servicio tres horas más tarde y seguía sucio, bueno más sucio y sin papel.

Yo misma estaba ya saturada, hospital para arriba, hospital para abajo, pasillo para la derecha, pasillo para la izquierda. Leer, leer y leer.

¿Alguien se puede poner en el pellejo de las personas mayores o incluso con dificultades de movilidad?

No quiero alargarme, pero creo que como muchas personas han pasado por lo que yo estoy contando, no hace falta dar menos explicaciones.

Y lo único que pido es más humanidad en el trabajo, y que menos pensar en los sillones, ministerios, acuerdos, pactos o lo que sea, y más dedicarnos a gastar el dinero de todos los contribuyentes en el beneficio del pueblo.

Del pueblo y no de los políticos y/o responsables que se aprovechan de su situación privilegiada para llenarse los bolsillos del dinero de todos los españoles.

¡Basta ya! Trabajen para mejorar nuestras vidas, no para amargarnos la existencia.

¿Y si fuera una canguro?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Ya ha llegado el día en que a mi hija, después de vivir la maravillosa experiencia de ser madre, le toca volver a la rutina del trabajo.

Durante el embarazo eres una mujer a una tripa pegada y, durante los primeros meses de vida de tu retoño, eres una mujer a un bebé pegado. Respiras, duermes, comes y vives cuando tu mini-Yo te deja.

A partir de ahora serás una mujer a una hija pegada y hasta que llegue cierto momento -que no quiero nombrar-, ya no habrá lazo tan fuerte como el de una madre con una hija.

Pero se empieza a trabajar y ahora ¿qué se hace con los hijos?

Bastante polémica ha habido con las últimas imágenes de madres o madre llevándose a los hijos a su puesto de trabajo, sin aprovecharse de la gran ventaja de tener una guardería en el mismo sitio donde pasas largas horas de la jornada. Y no quiero hablar más de este tema, porque para mí fue un duro golpe debido al gran sufrimiento que me produjo ese momento y los malabarismos que tuve que hacer para que yo pudiera trabajar y al mismo tiempo mi hija estuviera cuidada.

¿Por qué se podía hacer si no tenías a ningún familiar ni dinero para que se quedara con tu hija? ¿Qué se puede hacer si tienes necesidad de seguir trabajando? ¿Merece la pena tanto sufrimiento? Porque no sólo estamos hablando de dinero, sino también de desarrollo de la mujer.

¿No es el motivo principal o uno de ellos por lo que las mujeres se quedan embarazadas cada vez más tarde?

Hace años se decía que la mili partía por la mitad al hombre o en su vida laboral o en su vida de estudiantes. Tenía que cortar para hacer la mili o pedir una prórroga. Esto ya no existe. Pero ¿y la mujer y la llamada de la maternidad? Pues estamos en el mismo caso, o lo prorrogas hasta que tienes una edad que ya no puedes seguir ampliándolo o cortas tu vida y te lanzas a ello.

Y la guardería no es lo peor, ¿qué hacemos en la edad escolar con tantas vacaciones? ¿Cómo los repartimos? Un mes con papi, otro con mami, el resto con los abuelos, un campamento rural, otro urbano… Locos, se termina locos para cuadrar tantas festividades y horarios. Te faltan familias, te faltan horas y te faltan dineros, muchos dineros.

Tiene que cambiar mucho las leyes, pero tienen que cambiar. Por cierto, ya se han hecho muchos avances, pero quedan todavía muchos más.

La verdad es que más que ver a una diputada llevar a su hijo al trabajo, que, por cierto, vaya niñ@ bueno, mi hija hubiera estado todo el tiempo llorando, me hubiera gustado ver a su padre haciendo lo mismo, llevándoselo al trabajo. No sé si está casada o no, pero digo yo que ese hijo habrá sido “engendrado” con mucho cariño y con alguna participación masculina, porque además es su segundo hijo. Y si no este el caso, insisto que me gustaría ver a los hombres llevándose a los niños a los trabajos, entonces ya no se vería tan normal que lo hagan las mujeres, aunque se critiquen.

Bueno, hay que cambiar las mentes, pero más todavía las leyes y las ayudas.

Ahora toca volver al trabajo y yo a descansar un poco porque estaba ya acostumbrada a su trabajo que he tenido que sustituir. Volví a retomar labores que ya hacía ella en la empresa igual que tuve que volver a retomar la faceta de estar con un bebé, con la diferencia que ahora mimo y no educo. Le toca a ella, es su momento.

Como decía yo siempre, en el fondo, cuando se vuelve al trabajo, también se vuelve a ser persona y te das cuentas que existe algo más que los pañales y las leches en polvo. Que se puede hablar de otros temas que no tengan que ver con mocos y que se lucha contra todas las adversidades para salir adelante, aunque ahora con una niña preciosa que tiene los ojos más bonitos del mundo mundial (y parte del extranjero) …

¡Bienvenida hija! Te estaba esperando como agua de mayo o en este caso, de enero.

Y se armó el Belén

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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¡Por Fin! Volvemos a la rutina diaria, a la tranquilidad y a la paz de todos los días. Las fiestas se han terminado, el desmadre, las comilonas, las compras, las bebidas… Parece que nunca hemos comido hasta estas fiestas. La crisis se ha olvidado y a lo único que hemos dedicado tiempo es a comprar todo lo pensable. El espíritu navideño ha dicho “hasta el año que viene”, ¿pero de verdad existe el espíritu navideño?

He comentado en varias ocasiones que muchas personas en estas fechas se vuelven más antipáticos, están más estresadas y no disfrutan el hecho de que otras tengan la suerte de estar de vacaciones o de celebraciones; ellos tienen que trabajar o no celebran nada de nada. Y al final, acaba resultando que Diciembre es el mes en el que hay más broncas, más enfados y en el que se respira más mala educación en el ambiente. La tensión de celebrar una cena, de aguantar a la familia o de utilizar mejor el tiempo libre nos acaba pasando factura a todos.

Poco queda o nada de aquellas navidades pasadas, en las que la ilusión y la esperanza ocupaban todo el tiempo de estas fiestas. Pero hoy quiero dedicar esta entrada a la ilusión de los Reyes Magos y las nuevas tendencias.

Yo no soy una católica, apostólica al uso. Siempre lo he dicho. Si es verdad que he sido educada en la religión cristiana y lo cierto es que, si bien no soy practicante, tampoco me molesta que otros lo sean. Soy de las que se acuerda de Jesús cuando necesita algo y poco más.

Me encanta visitar iglesias y catedrales porque adoro la historia y también soy capaz de entrar en una mezquita o en una sinagoga y apreciar su arquitectura; no entro a valorar si no pueden rezar las mujeres junto con los hombres o lo tienen que hacer detrás de unas celosías, porque, aunque como mujer me molesta, estoy compartiendo el espacio y el momento con gente de otras culturas y, por ende, tengo que respetar lo que se hace.

Ahora, sin embargo, parece que tenemos que ir contra la religión católica. Es la enemiga a batir, tenemos que quitar todo lo relacionado con esa religión, aunque respetemos las de los otros. Insistiendo que no soy una devota, me llama la atención como los nuevos gobernantes, que tienen que dirigir las vidas de todos los ciudadanos, aplican los cambios que se les antojan sin tener en cuenta la opinión de la sociedad.

Porque yo me hago una pregunta, si tu no crees en la navidad, pues no ibas a ver ningún belén, ni ibas a la cabalgata de reyes, ni hacías nada de nada relacionado con la religión cristiana. Es decir, si no eres de ninguna religión no hacías nada, pero ahora lo que se hace es quitar de un plumazo lo que son tradiciones ya no con años de antigüedad, sino de siglos.

Cambiamos los ropajes de los Reyes Magos o los cambiamos de sexo y así pensamos que somos más modernos y más feministas y entonces tenemos que explicar a los niños que Gaspar ahora es Gaspara, y que el traje es de alta costura alternativa.

Y yo me pregunto también, ¿esta gente que no celebra la navidad, qué les dice a sus hijos cuando ve que el resto de los niños están esperando a los Reyes Magos? ¿O ponen un belén en sus casas? Y esto lo digo por aprender, porque a este paso nos tendremos que inventar algo para dar explicaciones.

¿Qué se le dice a un niño que en vez de villancicos está viendo a un DJ que además se lobo? E insisto, que ya se me han olvidado a mí misma los villancicos, pero ¡jolines, esto ya es demasiado! Aunque estoy segura que tanto esta música como la que se puso mientras que se esperaban a los Reyes estaba analizada por grandes expertos y era la música infantil por excelencia y la que más interesa a esos niños, porque estamos hablando de niños, niños pequeños.

Me estoy haciendo vieja, no llego a entender lo que está pasando. Se gobierna para unos pocos y además si alguien piensa lo contrario, se le echan encima las redes sociales.

No queremos que los Reyes vengan en camello porque se pueden estresar, pero dejamos que una carroza esté patrocinada por un fabricante de bebidas muy conocido que ha echado a la calle a muchos trabajadores. De hecho, hay una sentencia que dicta que se los tiene que readmitir y, si bien todavía no sé si se ha hecho o no, imagino que, en cualquier caso, esto sí que debe ser estresante.

Aunque estoy de acuerdo con este tema de los animales, ¿qué hacemos con los zoos? ¿y con los mataderos? ¿o es que sólo pensamos en los animales para la Navidad y no durante el resto del año? Creo que tenemos que avanzar en muchas cosas, pero parece que sólo se está mirando todo lo relacionado con la religión cristiana.

Y que conste que vale que Baltasar sea realizado por una persona blanca con betún en toda la cara y que se olvidara de pintar el cuello, porque hay mucha gente de color que puede realizar esta tarea, pero de ahí a lo que ha pasado, me parece que hay un abismo y ojo, que es mi opinión, si alguien se siente ofendido es porque no sabe oir las opiniones de los demás.

Eso sí, ha sido una cabalgata que ha respetado las culturas chinas, con su dragón, la india con su elefante y todo lo que haga falta, porque son tradiciones, aunque sean sexistas también, porque es un dragón ¿no hay dragonas? ¿no hay elefantas?. Esto me recuerda lo de “miembros y miembras”.

Y por último sólo quiero hacer otro comentario sobre los Reyes. He buscado los cuentos de toda la vida, los de mi época, los cuentos de Andersen, pero claro, ha sido difícil encontrarlos porque parecen que son cuentos “sexistas”. Busqué también los cuentos de Gloria Fuertes y la verdad que también ha sido complicado. Al final, con gran felicidad encontré un cuento que más o menos ponía “Mis primeros sonidos de animales de granja” y dije “esto se lo compro a mi nieta”. Llega el día y se abre y se le enseña, aplaude y rie, le ha gustado, ¡qué alegría! Se empieza a leer y nos quedamos muertos, asombrados y no nos lo podíamos creer. En cada página hay un pequeño texto para luego tocar y que salga el sonido, y yo esperaba la vaca muaaa, el perro gua gua, el gato miau, miau, pues no, eso es tonto, ahora la vaca se tira pedos, el perro eructa, el gato le suena las tripas, y así todos los primeros ruidos de los animales.

¿Pero qué es esto? ¿Qué queremos hacer con los niños? No le podemos hablar de príncipes porque no existen, ni de fantasías ¿y los primeros sonidos que pueda oir de un animal son sus pedos?

Juro que lo compré de la estantería de +0 meses.

¿Cuál será el futuro cuento que va a leer mi nieta? El cerdito marido, Blancanieves y los 7 divorcios, etc. ¿De verdad que hay que romper la inocencia tan pronto? Si todo llega, no hay problemas. Yo me he criado con los cuentos de los príncipes que te rescataban y la realidad me abofeteó, pero el tiempo que soñaba con mi príncipe azul no me lo quita nadie, es más, todavía le estoy esperando, pero feliz, no estoy traumatizada, estoy muy feliz, porque tengo a muchos príncipes a mi alrededor, aunque no sea el mío ni esté feliz.

Y he estado contenta en mi ignorancia con el ratoncito Pérez, y me hacía ilusión que me dejara un regalo cuando se me caía los dientes y no me ha pasado nada mal (bueno, eso creo yo), y ahora que sé que no existe y se me siguen cayendo los dientes, pues no espero ningún regalo, es más, sólo que queda soltar el dinero al dentista de turno y esperar que vaya todo bien.

Por favor, dejar que la infancia tenga ilusiones, que no hay ningún peligro en las tradiciones, que son solamente eso, tradiciones, canciones y que no hace daño a nadie.

Si se quiere hacer cambios, tendrá que ser con el tiempo, mucho tiempo, porque todo está basado en unas tradiciones de hace muchos años, incluso siglos, y no se puede cambiar de un día para otro.

Y no nos olvidemos que es lo que queremos proyectar hacia los demás, que imagen estamos dando al resto del mundo, porque luego queremos a los turistas, que nos dejan dinerito, y que vivimos del turismo, pero ¿tenemos tradiciones?

Y sobre todo, respetemos a los que piensan diferentes a nosotros. Un gobernante, tenga la ideología que tenga, tiene que gobernar para todos y no para los que a ellos les ha votado, es para todos. ¿No hubiera sido bueno hacer una encuesta y oír las opiniones de todos? ¿Por qué no se hace una app dónde se informe de los cambios y que haya votaciones? Yo tengo una que hay para el congreso y puedes dar tu opinión con me gusta o no me gusta y a lo mejor hay una para mi ayuntamiento, pero ahora mismo lo desconozco, pero si no la hay, habría que hacerla.

Insisto, habrá que cambiar mucho y reconozco que no tengo la edad para entender estos cambios, pero creo que me tocará verlos, pero no entiendo este “odio” que hay por lo cristiano y por las tradiciones y ahora pienso ¿cómo van a ser la próxima “semana santa”? porque no hablo de los carnavales que van a ser antes, porque como es una fiesta pagana, será bendecida por todo el mundo y no habrá sorpresas.

¿Y dentro de 3 años si se cambia de ideología política volveremos a las tradiciones antiguas? ¿Y al niño que dentro de ese tiempo tendrá 6 años que le vamos a decir ahora? ¿Y si luego hay otra vez cambios, volvemos a rectificar? Esto es de locura.

Habrá que prepararse a los cambios y me siento “mayor” “vieja”, la que hasta ahora estaba preparada a todos los cambios, ahora no sé qué pensar.

Solo digo que ya hemos terminado este año con el espíritu navideño y que a lo mejor ya no le volvemos a ver nunca más o en años. Pues nada, a esperar otros cambios y saber asimilarlos o a digerirlos.

¡Feliz 2016! Que creo que esto todavía se puede decir y a empezar con los buenos propósitos para este año que acabamos de comenzar.

Miedo, mucho miedo

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Estamos en la semana más terrorífica del año, Halloween, aunque también celebramos el Día de todos los santos no solo en España sino también en todos los países hispano-hablantes. El año pasado ya hice una entrada de Halloween vs el Día de todos los santos, por lo que no hace falta ya insistir y que cada uno elija la fiesta que mejor le haga pasar este mal rato, porque ninguna de las dos fiestas es demasiado agradable, por mucho que se las quiera revestir de risas.

La entrada de hoy la voy a dedicar a los miedos en general y en particular los míos; pero no los miedos a la oscuridad, a los sustos, a las fobias, etc., sino los miedos a comenzar una nueva vida, a un nuevo proyecto, a una nueva decisión.

Aunque celebramos el día del miedo ahora, en este mes, si nos damos cuenta, a lo largo del año y de todas nuestra vida, nos estamos enfrentando a una cantidad inusitada de temores, los cuales día a día van a ir modelando nuestra personalidad, la forma de relacionarnos entre nosotros y nuestro futuro también.

Ahora queda muy bien decir la frase de “salir de tu zona de confort”, pero en realidad, ¿de qué se trata? ¿De superar miedos y temores? Pues sí. Es mucho más cómodo estar impasible y que los demás te solucionen la vida y, si es posible, además criticar a los demás y a sus decisiones. Lo difícil es dar el salto y tomar decisiones. Esto lo vemos mucho en el trabajo, ¿quién no tiene un compañero que prefiere que se le dé órdenes y cumplirlas con menor o mayor acierto que plantear ideas para que se produzcan los cambios?

Es mucho más fácil la crítica, el sacar punta a las decisiones de los demás y es más complicado hacer cambios aunque sean para mejorar.

Y esto influye luego en tu vida, en las relaciones de las personas, en las relaciones de tu compañero de vida, en toda tú.

Siempre he sido persona de tomar decisiones, algunas acertadas, otras muchas equivocadas, pero me he tirado a la piscina. No quiero insistir en la parte laboral, porque ya he hablado mucho del tema y seguro que lo volveré hacer.

Voy a ponerme en la parte sensitiva más emocional, más del corazón.

Si analizo el por qué estoy divorciada, llego a una clara definición de mí misma. No sirvo para llevar las zapatillas al hombre macho que viene del trabajo cansado, porque entre otras cosas yo siempre he trabajado y también el cansancio hace mella en mi cuerpo. No soy servicial, “lo que tú quieres, cariño”, “vemos el futbol si te apetece, mi amor”, “vete tesoro con tus amigos, que yo me quedo haciendo la casa, cuidando de la niña y preparando reuniones, amor de mi vida”. No, claramente no soy de ese tipo de mujeres. Tengo el recuerdo de una conocida que coincidimos en vacaciones en unos apartamentos. Claramente yo prefería ir a un hotel donde me dieran todo hecho en las vacaciones y no en un apartamento que tenía que cocinar, limpiar y lavar la ropa igual que en casa o peor, porque me faltaba de todo. El primer día te tienes que dar una paliza haciendo la compra, luego colocándola, luego limpiando porque soy asquerosamente escrupulosa, y al final del primer día, ya estaba deseando que se terminara las vacaciones. Pero cuando no hay dinero, vas a donde puedas, aunque algunas veces es mejor no ir a ningún sitio. Pues recuerdo a esta pareja lo feliz que estaban, siempre enamorados, y como ella me comentaba, cuando le decía la paliza que es estar en un apartamento, que estaba muy contenta, puesto que su marido le ayudaba muchísimo, por ejemplo, estoy haciendo la ensaladilla rusa para comer y me ha pelado las patatas. ¡Dios! Se me calló el alma a los pies, pero que mala persona era yo, porque yo quería más ayuda, y mejor aún, no quería ayuda, quería que todo se hiciera entre los dos sin tener que decirlo, que digo yo que la ropa había que lavarla, los platos fregarlos, cuidar de la niña, etc., etc.,

¿Y qué tiene que ver todo esto con el miedo? Pues que en el momento de tomar la decisión decisiva, te entra mucho miedo, crees que no vas a poder hacerlo hasta que se te abren los ojos y te das cuenta que lo llevas haciendo años. Pero el resultado es que ella sigue casada y yo divorciada, y además considero que las dos estamos muy felices por nuestros estados.

Yo tengo una compañero de trabajo que hablando de estos temas me dijo que las personas tenemos listones, algunos la raya la ponen abajo y otros arriba, ¡y qué verdad es!.

También tengo que decir que hacer unos días, en una reunión, se nos habló de que teníamos que ser valientes en este año, tengo que decir, que una cosa es ser valiente y otra ser un suicida. Pero no pude decir nada porque es difícil exponer todas tus opiniones, sobre todo si no te dejan.

Pero si analizamos nuestro día a día, vemos que hay personas que siempre estamos superando miedos y lo trasladamos luego a nuestras relaciones personales.

Sólo un dato más, yo cuando era pequeña (en edad que ya sé que en estatura lo sigo siendo) tenía miedo a la oscuridad, a la soledad, a los perros, a todos aquellos animales que no tienen patas, etc., etc. y ahora vivo sola, voy por la casa sin encender luces, he tenido perros, y a los otros animales los he visto muy de cerca, libres y en cautividad, pero tengo que declarar, que siguen sin gustarme.

Por todo esto y mucho más, ¡Feliz Halloween! Y ¡Feliz día de todos los santos! Y recordad, los miedos te acotan tu espacio.

Corrige al necio y… Proverbio Chino

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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A lo largo de muchas de las entradas que se han publicado en este blog os he hablado del ansia de conocimientos y de la voluntad de aprendizaje que me invade desde que empecé esta nueva etapa de emprendedora. La verdad es que siempre me ha gustado ampliar conocimientos y me he querido empapar del saber de las personas que me rodeaban. De hecho, cuanto más conocimientos adquiría, más reconocía la ignorancia de las personas que yo pensaba que tenían grandes mentes. Aunque parezca difícil de entender, cuanta más tonta era yo, más sabios me parecían los demás. No obstante, según iba conociendo nueva información y asimilándola, más me daba cuenta de que mi razonamiento inicial estaba errado: quien me había parecido antes muy inteligente, de repente, ya no lo era tanto (o no me lo parecía a mí). Simplemente, hay gente que sabe venderse muy bien.

Del mismo modo, y tal y como he comentado en otras ocasiones, a todas esas “mentes prodigiosas” se les ha acabado viendo el plumero con el auge de los dispositivos móviles; cualquiera con un smartphone a mano, hoy día, puede comprobar si lo que afirma alguien con tanta contundencia es o no es verdad. Con el paso de los años, y tras asistir a diferentes cursos, he empezado a darme cuenta de que no todo lo que me decían era correcto.

Como siempre he dicho, tengo muchos defectos, si bien uno de los peores es que que tengo que entender al 100% las cosas; me puedes explicar lo que quieras, pero hasta que no lo entiendo, no me lo creo y, lo peor de todo, no lo interiorizo, por lo cual no lo asimilo.

En el mundo del transporte hay mucha gente con grandes conocimientos, debido a su trayectoria y a la experiencia que han acumulado a lo largos de los años. Claro que también los hay de los que utilizan palabras acertadas, rebuscadas incluso (si pueden ser en inglés, mucho mejor) con las que te hacen creer a pies juntillas en todo lo que te están diciendo. En realidad, no obstante, no te están diciendo nada que tú ya no sepas, pero el empaque con el que hablan les hace parecer auténticos dioses griegos caídos del Olimpo. Además, y como he comentado en más de una ocasión, el sector del transporte parece que sólo esté hecho para hombres, algo incierto y que, poco a poco y con suerte, va cambiando; la presencia femenina va aumentando y ganando fuerza, si bien aún somos pocas y aún sigue siendo un reto que se nos escuche.

Hay un gran grupo de personas, y no hablo solamente del transporte, que saben de todo y poco tienen que aprender de otros seres humanos por su experiencia, lo que necesitan lo tienen en la red.

La realidad es que ya pocas veces te quedas con la duda de saber algo, coges tú móvil y lo buscas, y tenga erratas o no, al final va a misa.

Pero en esta entrada quisiera comentar la frase de este año para mí, y no es porque la descubriera, es por la cantidad de personas que las puedo clasificar en este Proverbio chino.

Corrige al sabio y lo harás más sabio. Corrige al necio y lo harás tu enemigo

Si lo analizas detenidamente, te das cuenta de que a todas las personas que conoces las puedes clasificar en un lado o en el otro.

Pensadlo y podréis comprobarlo.

Hay personas a las que podríamos llamar sabías, inteligentes, humildes. Son aquellas no sólo con ansias de conocer y aprender constantemente, incluso de sus propios errores. De hecho, probablemente podrás señalarles en qué se equivocan, pues no sólo te escucharán, sino que analizarán tus palabras, las asimilarán y acabarán aceptando las criticas, trabajando para corregir sus errores.

Pero hay un grupo extenso de personas a las que no se les puede corregir en nada. Ni en su forma de ser, ni en su trabajo, ni en su vida personal… en nada de nada. Además suele coincidir que a este tipo de personas les encanta cuestionar constantemente al resto de los humanos, pero, por el contrario, tienen infinitos problemas a la hora de asimilar sus propios errores o defectos.

Según actúan las personas que conoces puedes clasificarlas en un bando o en el otro; hasta en situaciones aparentemente sin importancia te dejan comprobar que, en muchas ocasiones, lo que vale para los unos no vale para los otros.

Además, si les preguntas directamente dónde quieren que los clasifiques, todos van a situarse en el lado de los “sabios”; si lo pensaran sin orgullo, sabrían que probablemente estarían en el lado de los “necios”.

Es como cuando pides a la gente que se clasifiquen en:

  • Quiero y no puedo
  • No quiero y puedo
  • No quiero y no puedo
  • Quiero y puedo
  • Etc.

Nadie se pone en No quiero y puedo, pero ¿a cuántas personas conoces y a las cuales clasificarías en esa sección?

Esto se aprende en cursos de inteligencia emocional y yo lo practico desde hace tiempo. A todo el mundo le gusta “criticar al jefe”, es lo fácil, y así lo hago, me dejo que me digan cómo me ven, con los defectos. Lo malo es cuando tanto el jefe y/o compañeros hacen lo mismo con el resto. Ya hemos topado con el “Papa” y/o “Iglesia”, ahí las cosas son diferentes y complicadas de aceptar, y aparecen los “enemigos”.

Enmienda para el 2016, consigamos todos el “quiero y puedo” y aprendamos de nuestros fallos y/o errores. No sé si tendremos más clientes, pero creo que al final de nuestro día, veremos todo lo que las personas y el mundo nos puede ofrecer en positivo.

Esta entrada está dedicada a:

· 17 de octubre. Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, con un poco de suerte reflexionamos de lo que tenemos y lo que tienen otros.

· 18 de Octubre. Día Internacional de la Menopausia. Esto va a dedicado a mi nueva etapa como mujer, con las hormonas subiendo y bajando y la irritación a flor de piel, que no es lo mismo de no entender lo que me dicen, es todo culpa de las hormonas.

· 19 de Octubre. Día Internacional contra el Cáncer de Mama. Porque son verdades supervivientes y que cuando pasan por este trauma saben valorar mejor lo que es positivo y lo que no, han aprendido a valorar lo importante.

Podía seguir, pero dejaremos algo para futuras entradas. Pero “quiero prometer y prometo” que quiero estar en el grupo de los buenos y prometo escuchar y no oír, prometo mirar y no ver y sobre todo, siempre que los sofocos me dejen, prometo reflexionar para cambiar.

La transparencia es seguridad

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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En estos tiempos de cambios y de renovación tras la crisis, estamos oyendo hablar de una nueva palabra, la transparencia. Dicha palabra parece que es sinónimo de legalidad, honradez, sinceridad y de todo lo relacionado con la buena gestión y voluntad de instituciones y personas.

El propósito del trabajo que se hace en Nacex es siempre desarrollar nuestra labor lo mejor posible y superarnos cada día más y más, aprendiendo de los errores y llevando a cabo las medidas oportunas para acotarlos. Lo que ahora se conoce con el anglicismo de Feedback, en español retroalimentación, no es sino la capacidad de definir la respuesta o reacción a una acción determinada; un método de control, en el cual se trabaja y mejora diariamente en Nacex.

Leyendo estos días en las redes sociales me he dado cuenta que, paradójicamente, a muchas personas les incomoda tanta transparencia. ¿Cómo podemos hacernos entender? Para mí es fácil, muchos de nuestros clientes quieren tener la tranquilidad de que sus envíos están donde tienen que estar y en el momento en el que tienen que estar; para poder cumplir con estas exigencias, ha sido necesaria la creación de controles y de un sistema de notificaciones. Notificaciones que, en algunos casos, a algunos pueden resultarles molestas; algo que entiendo, ya que a quién sólo le interesa saber cuándo le llegará el paquete, el resto de información le sobra.

Por todo esto he hecho un cuadro resumen con algunas de las posibilidades que existen para la tranquilidad tanto del cliente como del destinatario en relación a nuestros servicios de envío. Espero que haga que todo el mundo tenga paciencia con nuestras notificaciones, porque lo que a alguno le puede poner nervioso, para el que paga el servicio le da paz y sosiego.

Empecemos explicando que la información les puede llegar a través de un SMS al móvil o a través de un correo electrónico, el cual pueden consultar a través de PC, de smartphone o de otros dispositivos electrónicos tales como el iPad. De esta manera estamos al tanto de toda la trazabilidad del paquete no a través de la web de Nacex, poniendo el albarán o la recogida, sino también a través de informaciones puntuales, las cuales nos ayudan a no tener que estar pendientes de refrescar la información continuamente. Esto hace que, entre otras ventajas, dicho tiempo se pueda ocupar en otros asuntos, primordiales para el buen funcionamiento de cualquier empresa o acción.

Para el cliente:

  • Le informamos cuando el paquete está recogido y preparado para su transporte.
  • Información detallada de la realización de la entrega.
  • Se puede añadir una imagen para comprobar sello y/o firma, hora y fecha.

Para el destinatario:

  • Aviso de fecha de llegada del envío.
  • Además se puede añadir instrucciones en la entrega.
  • Aviso cuando el mensajero lleva el envío.
  • Si además el destinatario viene a recogerlo a la Delegación, recibe el aviso junto con una autorización por si el destinatario manda a otra persona a recogerlo en su nombre.

Y finalmente, para ambos, tanto como para el cliente como para el destinatario, la notificación del motivo de la incidencia que ha hecho que no se haya podido recoger y/o entregar un paquete. En esta comunicación, además, el destinatario tiene la posibilidad en el mismo mensaje de cambiar fecha y/u hora para una nueva entrega.

Esta última notificación es la que puede ser más pesada de recibir para algunos destinatarios, porque nosotros y una vez que hemos realizado la primera entrega, retenemos durante un mínimo de 15 días el envío en las delegaciones y a lo largo de ese tiempo, seguimos haciendo intentos de entrega, o bien esperamos ordenes de la delegación del cliente, que es quién manda, sobre todo porque es quién paga y ha elegido el servicio correspondiente. Toda esta información que vamos generando, se va notificando al destinatario o bien por SMS y/o email, por lo cual, hacen que algunas personas no quieran disponerla y se pide perdón por ello, pero para el resto de los usuarios es muy necesaria y tranquilizadora y además, es lo que los clientes nos están exigiendo diariamente y también es lo que nos hace diferentes de otras empresas, muy diferentes.

El último fin de nuestro trabajo es entregar el paquete a su destinatario y para ese fin, ponemos la más alta tecnología disponible y siempre siendo punteros en ofrecerlos, pero somos tan modestos que los que nos falta es que los conozcan todos, sólo lo saben valorar nuestros clientes que lo están utilizando diariamente y les proporcionamos esa seguridad y esa tranquilidad que hace que revierta en mejorar su empresa y en su calidad de vida.

Como dice un famoso anuncio en la actualidad, si realizas una tarea durante 21 días seguidos consigues implantarlo como un hábito, para ellos el número 21 es la clave, para nosotros en Nacex sólo nos hace falta 1, un envío, un día, un momento, sabemos que si nos da la oportunidad de probarnos, llegarás a pensar ¿por qué no lo habré hecho antes? No lo dudes, quién nos prueba no quiere dejarnos escapar y aunque intentan que los precios sean como los otros, en el fondo respetan nuestro trabajo y saben que para tener calidad se tiene que compensar económicamente. Por eso, y por desgracia, no todo el mundo puede ser nuestro cliente, sólo los más exigentes que dan calidad a sus clientes, nos piden que seamos igual y en ese camino estamos, difícil ante la lucha de precios, pero llevando por bandera el trabajo bien realizado. Y que perfectos no es nadie al 100%, que tire la primera piedra quién se atreva a decir que él sí es perfecto al 100%, pero puedo decir que estamos cerca, ¡Síiii, claramente! (un poco de orgullo naranja Nacex, ja, ja.).

No esperes, un día es suficiente para quedarte con nosotros durante largos periodos, trabajando para un crecimiento mutuo y desahogado.