¿Sabemos escucharnos?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

kids-hope-dreams-recurso

Que esto sea lo único que tenga que desvanecerse, romperse, desintegrarse en la vida de nuestros hijos, y no sus propias vidas.

No paramos de tener malas noticias, pero en estos días, también se cumple un aniversario: los 80 años del principio de la Guerra Civil. Durante todo este tiempo hemos visto esas imágenes en blanco y negro, pero ahora nos las están poniendo en color. Me ha impresionado verlas con todo su “esplendor”, quizás porque me he acordado de la edad que tendrían mis padres por entonces (9 y 7 años) y he pensado que, en cierta manera, ahora yo lo estaba viendo a través de sus ojos; los ojos de unos niños que, hasta la fecha, no habían tenido más preocupaciones fuera de su mundo de juegos. En aquel momento su vida, algo dura pero feliz al fin y al cabo, aquella que compartían con familia y amigos, quedó dividida y rota por un suceso ajeno a ellos.

Y mientras veo esas imágenes, también vienen a mis ojos las de un muñeco tirado en el suelo, un muñeco que yace junto al cadáver de un niño, un niño que tan sólo había ido a ver unos fuegos artificiales… Súmale también las imágenes de los tanques callejeando por una bella ciudad en la que he estado y de la que he disfrutado.

Las imágenes no se corresponden en el tiempo (unas ocurrieron hace 80 años y las otras, por mucho que ello escape a mi comprensión, se enmarcan en la actualidad), pero ambas me despiertan sentimientos semejantes: rabia, dolor, incomprensión. El panorama político que flota a mi alrededor no me hace sentir mejor, más bien todo lo contrario: nuestros “líderes”, inmersos en discusiones generada por egos políticos que poco o nada tienen que ver con la cruda realidad que azota a diario a los ciudadanos de este mundo.

Como está de moda, ponemos textos bonitos en las redes sociales, la creatividad se desborda y salen fotos, pinturas, frases que hacen que nos invada un profundo sentimiento de tristeza. En las televisiones parece que exista una competencia para dar la noticia del primer político que publica un twitter y ponen énfasis en el que lo hace el último, pero ¿es esto lo que importa de verdad? Queremos con tanta fuerza hundir al político del turno que ya estamos buscando los motivos por el cual ha tardado tanto en escribir, ¿de verdad que esto es más importante que el muñeco que está al lado de un cadáver? No hay nada más importante que la vida, y lo que hay que tomar son medidas, no escribir twitter, medidas y para tomar medidas hay que estar unidos y no sacar partido de lo que otros hacen, porque mucho peor es lo que “Tu dejas de hacer”, que, en nuestro país, es mucho.

No nos escuchamos, cada vez lo tengo más claro, pero no en altos puestos, no, no, hasta en el más mínimo momento de nuestras vidas. Giramos en torno a nuestros egos, son más fuertes que el resto de las situaciones. Y así va el mundo, porque no es sólo un país, como el nuestro, que llevamos muchos años, muchos siglos, peleándonos por lo mismo, repetimos la historia una y otra vez, y seguimos sin aprender. No es solo mi país, es el resto de los países, donde los egos ganan ante la conciencia, ante la brutalidad, ante la falsedad. Porque muchos de nuestros problemas son por culpa de la doble apariencia, el doble rasero, la doblez en todos los estamentos.

Todos queremos ganar más dinero, pero queremos las cosas más baratas. No se reflexiona de que si algo es más barato, a alguien en alguna parte ganará menos dinero o explotarán a personas para abaratar costes. ¿Podemos escuchar también sus llantos?

Por último, me repugna oir como en mi propio país 5 hombres (por llamarles de alguna manera) han violado (presuntamente) a una chica en unas fiestas muy conocidas. ¿Pero qué está ocurriendo? ¿Quién se atreve a hacer estas cosas? Y seguro que habrán dicho que ella provocaba, porque más de uno, piensa que la forma de vestir de las mujeres es el problema y no les importaría incluso que tuvieran que llevar burka, todo para que sus mentes calenturientas y enfermas no tuvieran problema de dañar a una mujer por no saber superar sus instintos animales. ¿Qué es lo que nos diferencian de los animales? Me gustaría que me lo explicaran porque no creo que sea el raciocinio.

Sobre este tema podemos seguir dando vueltas y vueltas, pero es penoso lo que está pasando y yo creo que todo es por falta de oir a todos los que nos rodean. Estamos tan preocupados en demostrar a todo el mundo lo buenos que somos, lo inteligentes que somos, lo perfectos que somos, que perdemos la oportunidad de aprender, de seguir aprendiendo, pero de seguir aprendiendo escuchando a los demás.

Siento un gran dolor con todos los acontecimientos que han pasado en estos días, meses, e incluso años, pero tengo miedo de lo que nos queda por pasar si no conseguimos tener unos políticos de altura, unos compañeros inteligentes, unos seres humanos completos.

Mi más sincero cariño a esa imagen de la muñeca al lado de un bulto tapado con un plástico negro, pequeño bulto, que tenía toda una vida por disfrutar.

Y pido, que no tenga que vivir algo parecido a esto ni a ninguna guerra como nuestros padres, porque es lo único que no tiene arreglo.

Perdemos todos.

¿Corrupto yo? Tururú

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

corrupcion-recurso

El otro día, estando comiendo con un grupo de amigas, nos pusimos hablar de la corrupción en este país, pero no de esa corrupción que sale diariamente en los telediarios, esa que ocupa las cárceles de todo el país.

Esa ya tiene bastante tinta derramada. Nos pusimos hablar de los enchufismos que hay en nuestro día a día, a pequeña escala pero que, al fin y al cabo, también es corrupción. Porque si pensamos en su significado, lo primero que encuentro cuando lo busco en Google es “Acción de corromper o corromperse. Situación o circunstancia en que los funcionarios públicos u otras autoridades públicas están corrompidos.” En otras palabras, no sólo está mal el que se corrompe sino también el que provoca la tentación e importante, se habla de entes públicos, y nos preguntaremos ¿por qué los públicos?, pues dentro de mi entender porque en lo público funciona el dinero de todos y, por lo tanto, estamos todos perjudicados si se producen dichas corrupciones.

“El concepto de corrupción está relacionado con el honor y la moral destruidos o deshechos”.

Cuando perdemos la integridad, lo vemos reflejado en los hechos; nuestro desempeño y rendimiento ya no son los mismos y es usual que resulten afectadas otras personas.”

Y yo soy de la opinión que todos tienen un corrupto en su interior, pero a pequeña escala tenemos los famosos enchufes que, muy voluntariosamente, se ofrecen a diestro y siniestro perjudicando a otros usuarios pero que debe de crear una adicción tan poderosa que estamos diariamente viéndolo, pero hasta llega a parecernos normal.

Nos parece normal que los médicos lleguen tarde a sus consultas y nos parece normal que se nos cuelen en las consultas mientras que a nosotros nos duelen las posaderas de estar tanto tiempo esperando el turno.

Además, me gustaría añadir que echo de menos que ciertas instituciones tengan un Twitter o un Facebook a los que puedas dirigirte para expresar tu descontento en el momento. Como mucho disponen de un apartado en la página web habilitado para que manifestemos nuestras opiniones, a las cuales, en cualquier caso, responden con semanas de retraso; todo queda en papel mojado. Si pudiéramos quejarnos “en directo”, a través de las redes sociales, otro gallo cantaría. Y esto va por los Hospitales, por ejemplo.

Si yo pudiera poner, como el otro día, que llevaba 2 horas esperando al médico, a lo mejor, lo buscaban y comprobaban si estaba de verdad en alguna planta trabajando o, por el contrario, estaba desayunando. Y si yo el otro día pudiera haber puesto que estaba cansada de que se me colara personal propio del hospital, con sus hermosas batas blancas y verdes, a lo mejor, alguien se daba cuenta que hay un problema.

Porque toda esta gente que se cuela con sus padres, hermanos, vecinos o mecánico, seguro que, si pidieran cita para esas personas, se las daría antes que a mí y mis padres, pero no, eso es mucho trabajo, es mejor que lleguen a la cita, con tres horas de retraso el médico, más el tiempo que hay que añadir porque ellos se cuelan.

Y ya lo comenté una vez, ¿es que su madre es más importante que la mía? Pues para esa persona está claro que sí, pero para mí, está claro que no.

Creo que hacen falta muchos cambios, porque claro, si tenemos el presunto celador, asistente, enfermera, medico, etc. que cuela a sus familiares y/o amigos-conocidos, ¿si a estas personas le damos más poder qué es lo que llegarían a hacer? Pues vete tú a saber, como se lleva en el ADN, posiblemente se quedarían con más dinero o más favores…

Y que conste que no disculpo a los grandes corruptos televisivos, se tendrían que pudrir en las cárceles, aunque devolvieran el dinero; hablo de que, a pequeña escala, también estamos rodeados de corruptos.

Mi amiga me comentaba una cosa, por ejemplo. Tenía una compañera igual que ella, quizás mi amiga un escalafón más alto, aunque sólo sea por antigüedad. No son funcionarias, pero trabajan, a través de otra empresa, en una que es estatal. Pues hay aparcamiento, pero no lo pueden utilizar porque es sólo para los funcionarios. Pues casualmente su compañera tiene al padre que trabaja en el mismo sitio (ohhh, ¿casualidad?), pues como su padre es funcionario, ella sí puede llevar el coche y aparcarlo en la zona exclusiva de los funcionarios. ¿Enchufe? Para mí, claramente sí. La hija está trabajando para otra empresa y no tiene derecho, y si tiene derecho, que lo haya para todos.

Esto me recordaba a cuando empezó a salir la noticia de que un taxista se negó a aceptar un cheque de locomoción de su señoría el diputado, porque no era el diputado, sino el familiar del diputado. Es lo mismo, yo como contribuyente, puedo pagar lo del diputado (hasta cierto punto) pero es para que lo utilice el diputado para ir al congreso/senado y vuelta a su casa, pero no para que lo utilice su familiar después de una juerga toledana. Claro que le pagamos un cheque de locomoción para todos los días, pero la realidad es que van al congreso/senado cuando quieren, porque se ven más asientos vacíos que llenos. Circunstancia que tendría que estar prohibida, o bien, pagar a su señoría por los días que viene exactamente y no por los que no asiste.

Y esta es la realidad, cualquier persona que puede hacer un enchufismo lo hace, sin importar si otros son perjudicados, les crece, se sienten importantes y los demás que arreen. Luego, podemos hacer una regla de tres, si en pequeña escala hacemos este tipo de “trampas/corruptas”, a gran escala podemos poner la X y veremos los miles de millones que se llevan para la butxaca, la vida de potentados que disfrutan y los costes de sus fiestas pasados por la piedra de la contabilidad A, B e incluso C, además del lado oscuro de la historia.

Piensa en la cantidad de pequeñas cosas que hacen que demos el visto bueno a estos enchufes y empecemos a decir “basta”, pero empecemos desde abajo y seguro que se irá cortando los de arriba.

En fin, mi reflexión es que posiblemente todos tengamos un corrupto dentro de nuestro cuerpo y lo que hay que hacer es pensar que si tú consigues algo de forma no lícita ¿perjudicas a algún contribuyente? Pues si es así, jolines, no lo hagas.

Aquellos locos cacharros

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

juguete-antiguo-nostalgia-recurso

Un síntoma claro de que me estoy haciendo mayor, son los recuerdos cada vez más intensos de épocas anteriores a nuestra etapa de adulto.

Añoramos tiempos anteriores, recordamos juegos, vivencias y en nuestra cara se nos refleja una gran sonrisa. ¿Significa que ahora no somos tan felices? No lo creo, lo que pasa que éramos más inocentes, sin tener tantas mochilas llenas de grandes piedras que han ido, según iban pasando los años, haciendo que estuviéramos más encogidos y que, poco a poco, nuestros hombros se echaran más adelante, casi hasta el punto de tocar con la nariz el suelo.

Pero el ser humano es optimista por naturaleza y siempre hay algo que nos hace erguirnos de nuevo y comenzar nuevas etapas o continuar con las aparcadas en otro lugar. Lo llamaremos metas, ilusiones o lo que los especialistas quieran indicar, pero siempre tenemos algo a lo que agarrarnos para seguir luchando.

Es gracioso ver cómo en poco tiempo la vida ha cambiado y nosotros con ella.

Cuando yo era pequeña, estábamos todo el día en la calle y no necesitábamos un móvil para volver a casa, se oía los gritos de todas las madres llamando a sus hijos por las ventanas de las cocinas. Todos desaparecíamos a la vez y volvíamos a la calle una vez terminada la comida o la merienda si era en época de colegio.

Jugábamos chicos y chicas juntos, ellos a la muñeca o a los paseíllos de canciones y nosotras a las chapas o al futbol si hacía falta. Cuando hacía falta unos postes para jugar a la goma, ahí estábamos haciendo cola también, y si era para saltar, nos juntábamos todos y a hacer concursos.

En semana santa lo teníamos todo prohibido, no había cines, ni bares, ni nada de nada, y comías los viernes el potaje correspondiente para no pecar.

Cuando hacías la comunión te dejaban en ayunas para recibir mejor a cristo.

Las vacaciones eran 5 personas metidas en un seiscientos, más las maletas y sin aire acondicionado. ¡Sorpresa! No teníamos aire acondicionado y hacía un calor de narices. Recuerdo poner una toalla o un trapo en la ventanilla para intentar que no entrara el sol y que el viaje fuera más placentero. Imposible. Sudábamos muchísimo, las gotas nos caían por todo el cuerpo y el asiento se quedaba mojado.

No existían las sillas de seguridad para los niños, apoyábamos la cabeza en las piernas de tu madre o del familiar que tocara.

En las casas no ponían tapones en los enchufes, ni protegíamos las esquinas de las mesas. En este punto recuerdo una anécdota con mi hermana la mediana, un trasto de niña, inquieta como la que más. Como mi padre era electricista, tenía un cuadro de luces en una habitación. Mi hermana, como a su corta edad ya quería saber qué es lo que significaba eso, en un descuido de mis padres puso la clavija donde no debía y dejó a toda la urbanización sin luz. Pero bien, no le pasó nada, salvo el susto.

Los columpios no eran de madera o especiales para los niños. Eran metálicos, que cuando pegaba el sol, era complicado columpiarse y no quemarse las piernas. El final del tobogán no estaba protegido, si tenías suerte había mucha arena y sólo llegabas a casa con las rodillas rozadas, o con los pantalones roídos. Por eso se utilizaba una cosa que ahora nadie sabrá lo que es, salvo por estética, se usaba las rodilleras y las coderas.

Cuando una vecina y/o hermana tenían el sarampión, nos ponían todas juntas para pasarlo a la vez. Bebíamos de la misma botella, comíamos algunas chuches y estábamos sanos.

Mi padre tenía la manía de que no le gustaba vernos comer chicle, y antes de entrar en casa, teníamos que tirarlo o en mi caso, tragarlo, porque siempre se me olvidaba. Hasta que un día entré con él, me mira mi padre y me dice, bueno, no pasa nada. A partir de ese día, mi estómago dejó de recibir chicles.

El jabón de lagarto era nuestro gel y/o champú. No teníamos problemas de alergias y de escamas, ja, ja, nunca mejor dicho.

No teníamos ningún videojuego, pero nos pasábamos horas intentando meter unas bolitas metálicas en los pequeños agujeros de un circulo. O tirábamos a meter monedas en la boca de una rana metálica.

No teníamos películas de vídeo animadas, sólo discos traducidas por sudamericanos de películas Disney y cuentos de papel con formas de las protagonistas.

Hacíamos colecciones de todo lo que nos dejaban y jugábamos con muñecas recortables cambiando las ropas según temporada.

Mi hermana tiene el recuerdo de que una vez le regalaron una muñeca en Valencia de cartón y que cuando llegó a Madrid, después de un viaje en tren, se la había casi comido entera.

Yo no conocí esas muñecas, pero me regalaron una vez una que era casi más grande que yo, que además hablaba. Tenía detrás un hilo con una anilla, que tirabas de ella y decía unas palabras. La recuerdo con su vestido rosa.

Jugábamos al yo-yo, al diábolo y pasaba el tiempo super rápido.

A todo el mundo le deseabas buenos días, distinguías entre las personas que llamabas de tú y las que las llamabas de usted. Dejabas pasar primero a las personas mayores y les dejaba los asientos en los autobuses.

La televisión era en blanco y negro y te decían cuando podías verla y cuando te tenías que ir a la cama, y lo mejor de todo, es que lo hacíamos, sin rechistar. Recuerdo muchos anuncios de aquella época que incluso los sigo utilizando en el día hoy, por ejemplo, hay gente que tiene una sonrisa muy especial y a mí me recuerda el anuncio de “Con un poco de pasta basta, Gior”, era muy bueno.

Cantabas sobre “aquel negrito, del africa tropical” y nadie te llamaba racista, porque digo yo que había blanquitos y negritos.

Oías las telenovelas en la radio, mientras que tu madre te preparaba la merienda, o las recomendaciones de una mujer que al final solo ponía la voz pero que era un hombre quién escribía las contestaciones, muy bueno, ¿verdad?

Pertenezco a la generación del Baby bommers (1945-1964), aunque por los pelos, porque nací en 1962, casi podría ser de la generación del X (1965-1981).

Y una cosa de mi generación, sea la que sea, es que son echados para adelante, se arriesgan. Si os fijáis es una generación que viste muy moderna, sin importarles los demás. Van modernamente peinadas, mucho más que las siguientes generaciones.

Están en la última en las nuevas tecnologías, no seremos la generación de los milennials ni de los nativos digitales, pero ahí estamos, mucho más dispuestos que algunos de las últimas generaciones.

Y nos encanta vivir y disfrutar de lo que tenemos, recordamos el pasado, pero al mismo tiempo nos enfrentamos al presente y nos arrojamos al futuro, porque somos así y así seguiremos avanzando y creciendo como seres humanos. Recordamos con nostalgia, pero subiendo escalones en esta pirámide que es nuestra vida, y no sólo en lo personal sino también en lo laboral.

Conciliación familiar/laboral

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

conciliacion-laboral-familiar-liberacion2000

Estando pensando de qué podía hablar hoy en la entrada del blog, he pensado que este tema sería interesante. En una pequeña conversación con el personal de la agencia, todos me han informado que les gustaría bastante que se pudieran cambiar los horarios para disponer de más tiempo libre. Estamos de acuerdo que sería mucho mejor que las jornadas fueran continuas y sin tener que parar para la comida, la digestión e incluso hasta la siesta, para posteriormente volver al trabajo, con pocas ganas, porque nuestro estómago y neuronas están en una fase que es imposible que se sea productivo.

Pero si una gran mayoría de las personas estamos de acuerdo, ¿por qué no se saca las leyes necesarias para producir dicho cambio?

Parece como si hubiera miedo a hacer ciertos cambios por ley o por decreto, porque quizás hay dicho cambio significa otros muchos que hay que realizar, pero se puede hacer sin problemas.

¿No nos parecía muy fuerte cuando se prohibió fumar en los restaurantes? Parecía que se iba a acabar el mundo, que no podríamos vivir, que los bares y restaurantes iban a cerrar y al final, poco a poco, todo se ha ido adaptando a la nueva situación y yo no he visto que ninguno haya cerrado.

Quizás haría falta unos cambios o unas adaptaciones. A lo mejor, los bares y/o restaurantes de los polígonos no serán como los actuales, pero si se pueden reciclar a base de pinchos o lo que ahora se lleva tanto los Food trucks, que en otros países son normales verlos por las calles y la gente comiendo.

La verdad es que, si analizamos los cambios realizados en estos últimos años, cada vez nos cuesta más y más volver a unas costumbres que incluso nos parecen ahora arcaicas.

Hace unos años, en la oficina, íbamos a desayunar y comer en un bar del polígono. No sólo empezamos a ensanchar nuestro cuerpo, debido a las grasas ingeridas, sino que nuestro bolsillo tuvo problemas para aguantar tanto gasto.

Con la llegada de la crisis, hizo que se pensara en tanto gasto y al final me he dado cuenta que no sólo el dinero es importante sino también la salud y quitar las famosas frituras.

Pero cuando hablamos de conciliar nuestra vida familiar es importante tener en cuenta que es mejor disponer de tiempo libre para dedicarlo a lo que de verdad te hace feliz.

Esto supone que hay que realizar muchos cambios, horarios de guarderías, colegios, pero también otros servicios como puede ser estética, vigilancia, etc.

Tenemos que pensar cómo lo hacen en Europa, porque me imagino que dichos servicios también existen y que se utilizan, luego de alguna manera podemos conseguir que todos tengamos nuestro tiempo libre para disponer de él como mejor nos convenga.

Y de esta manera, se cogerá las funciones laborales con mucha más alegría y seremos más productivos.

Cada vez veremos más cerca el poder trabajar desde casa. Hoy en día se puede hacer en muchos aspectos, pero hay que tener la mentalidad de trabajar y no de engañar, que es un pequeño defectillo que hay por algunos sitios.

Si estando con un trabajo presencial, los hay que se inventan todo tipo de excusas para faltar ¿qué es lo que no haría si nadie te vigilara?

Pero sería otro paso importante para tener una vida tanto familiar como personal más llena y completa y todo ello se volcaría en nuestra actitud diaria con nuestro entorno.

Cada vez nos iremos acercando a ello, sin la menor duda, pero creo que los políticos que son muy valientes a bajar impuestos cuando estamos cerca de unas elecciones, luego se les olvida y siguen dejando pasar el tiempo.

Eso claramente porque a ellos no les incumbe. Pueden faltar a su trabajo cuando quieran (por ejemplo, al congreso) o tiene guarderías en el congreso, aunque no la utilicen y prefieran llevarse a su hijo a los pulpitos, o van en taxi no solo el diputado correspondiente sino toda su familia, etc., etc.

Señores, demos pasos para conseguir que podamos disfrutar de nuestro tiempo.

Solo añadir que no tenemos que tener miedo a parecernos a los europeos. Hay que tener en cuenta que si ellos salen a las 6 p.m. en su país ya es de noche, por lo tanto, por regla general, se meten en sus casas a comer o a tomar cervezas, esperando a que llegue el fin de semana.

A nosotros no nos pasaría, porque a las 6 p.m. hace un sol radiante que en verano puede estar hasta muy tarde y nos sentaremos muy a gusto en cualquier terracita a disfrutar de nuestra familia, amigos o mirar el horizonte con ilusión.

La angustia de las novedades

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

valor-aadido-liberacion2000-agencia-nacex-sanse-el-blog-de-carmen

En numerosas ocasiones hemos hablado de nuestra zona de confort, de cómo podemos salir de ella o de cómo nos obligan a salir sin que nos lo esperemos, algo que nos deja la misma sensación que nos dejan las collejas o un buen bofetón. Es genial cuando eres tú el que decides tomar un camino u otro pero, ¿cuántas veces nos encontramos que, sin quererlo ni beberlo, alguien nos están obligando a cambiar? En estos casos, en cualquier caso, siempre conviene adoptar una buena predisposición a los cambios, así como una buena actitud e incluso aptitudes para adaptarse a dichos cambios lo antes posible.

¿Pero qué ocurre en tu cuerpo/mente hasta que te adaptas?

En mi caso, angustia. Son minutos, horas, días en los que la incertidumbre hace que en mi cuerpo se produzcan algunos cambios naturales debidos a la inseguridad que me produce la situación hasta que domino el entorno perfectamente. ¿Pero qué es lo más importante en esos momentos? La información. Si yo tengo conocimiento de los pasos a seguir y/o de cómo se encuentra la situación del problema, la angustia que soporta mi cuerpo y mi mente se hace más llevadera.

Voy a poner un ejemplo. Ayer mismo me encontraba acompañando a mi madre al hospital, algo que últimamente, por desgracia, estoy haciendo muy a menudo. Era rutinario, análisis y radiografías. Nos sabemos en qué planta se encuentra todo y es lo más cómodo para nosotras.

Empezamos con los análisis. Vamos a la planta de siempre, hacemos la cola de siempre y nos encontramos que, justo  la cabina que nos tocaba, estaba ubicada una planta más abajo. Los ascensores siguen en su línea, sin funcionar (porque te lo dicen los empleados) o sin luces, por lo tanto, no saben si funcionan o no funcionan. Y además tic tac, el tiempo corre.

Buscamos las escaleras, pasando por varios ascensores sin éxito, bajamos a la siguiente planta, despacito que voy con una persona mayor. Otros usuarios de las escaleras, que no estaban haciendo deporte por ellas, nos atropellan un poco, son más jóvenes y más ágiles y si no nos encontramos con mayores en peores condiciones que mi madre, eso parece el via crucis para un pinchazo.

Llegamos, por fin, que alegría, ¿hay que hacer cola? ¿sale la persona? No hay ningún cartel, pregunto con cuidado, no vaya a ser que se enfade alguien. “Ahora salgo”, me contestan. Mientras llega otra persona que tiene la suerte de que va acompañado por un empleado del hospital, no sé si conocido o simplemente un buen samaritano. Se agudiza mi oído al oír la palabra rayos y oigo como le indica que, aunque tiene la cita que ahora habían puesto unas nuevas máquinas y antes de pasar a las cabinas que le indicaba ya, tenía que sacar un “ticket” porque sino no le vale nada. Bendita samaritana y benditos mis oídos. Me acerco al pobre porque compruebo que tiene cara de ¿y ahora qué hago? Le informo, mira hay que esperar a que salga una persona para los análisis y lo de los rayos que te ha dicho que está al lado de la capilla, veo que no sabes dónde está la capilla, yo te digo, subes a la planta cero, donde hemos entrado al hospital y te chocas con información, pues lo bordeas y de frente te vas a encontrar el nuevo espacio de rayos, a la derecha verás la capilla, pasa de ella. Más no te puedo informar porque es la primera noticia que tengo de estos cambios.

Llega el análisis, le rompen la vena y no sale la sangre, claro, es culpa de mi madre porque tiene las venas finas. No sé si fustigarme en esos momentos o arrancarme unos cuantos cabellos, veo como sufre mi madre. Al final thrombocid y a por otra vena, ¡¡bien se consiguió!!, pues vamos a ver lo nuevo, tranquila, seguro que hay multitud de carteles informando.

Venga, con ánimo, vamos al siguiente checkpoint y conseguimos un ascensor. En principio pone para el personal, pero subir 3 pisos con mi madre andando, puede ser una odisea. Mientras que entro en el ascensor y veo a los empleados mirándome, pienso, como me digan algo…. Se callan, pero ¿qué casualidad, funcionan sus ascensores?

Llegamos a la planta cero, ni un solo cartel anunciando los cambios. Información llena de personas que no le funciona la máquina, que no saben utilizarla. Las de información cansadas de decir las mismas cosas. Hago la cola, mando sentar a mi madre. Meto la tarjeta y voila, me aparece tres tickets separados por 10 minutos cada uno. Venga, vamos a buscar la sala de espera B que no sé si es la misma que la sala 4 que tengo en mis papeles. Llego y pregunto. Me dicen que estoy un poco loca, que no hace falta el ticket. Yo sigo con mi ticket y mi madre. Me encuentro una empleada de la limpieza, llena de amabilidad, está informando a todo el mundo. Me informa que la sala B es la misma que la 4. Empiezo a relajarme. Las personas que al principio me decían que no hacía falta lo de los tickets, al final le informan que sí, y en tropel, se van a donde se encontraba la máquina y vuelven sulfurados, llevan media hora esperando y podían seguir esperando. Sigo nerviosa porque no sale en la pantalla mis números y me pongo a pensar ¿no harán que cada 10 minutos esté desnudando a mi madre y vistiendo? Me corto las venas. No veo lógica en la numeración y soy obsesiva con ese tema, lo tengo que encontrar. Jolines, estoy bloqueada, si es muy fácil, son las iniciales de nombre y apellido del enfermo en orden inverso y una numeración que dependerá de la parte del cuerpo. Sigo esperando, me tocaaa, bien, yuju.

Entramos, la puerta está abierta. Sigo sin carteles, nadie nos atiende y veo que hay alguien en la mesa de rayos.

Vamos mamá, vamos a empezar a ponerte esta batita a ver si al final sabemos que pasa. De repente, ya terminado nuestro cambio de look, aparece una amable chica, le pregunto, ¿vamos a tener que estar esperando cada 10 minutos? Y me informa, “ya me he dado cuenta”, tranquila, lo hago yo las tres. Uff, descansa mi cuerpo y mi mente. No voy a seguir con lo que ocurrió, que no quiero aburrir al personal, porque la moraleja de todo esto al final, es que todo lo nuevo asusta y angustia, pero con información, se consigue que “la píldora pase mejor” y nos podemos quitar de sufrimientos tontos, que ya hay otros problemas para que nos provoquen situaciones de estrés en nuestras vidas. Estas se pueden solucionar y no entiendo por qué no se hace.

Si esto lo llevamos a mi trabajo, es justamente lo que nos diferencia de cualquier otra empresa de transporte. Puede haber otras más baratas, seguro que las hay, pero cuando tienes un problema con tu envío suelen ser difícil de contactar y si tienes suerte en hablar con ellos, más suerte tienes todavía si te solucionan el problema.

Eso es la diferencia de Nacex. ¿Y por qué? Te lo cuento:

* Llevamos muchos años con la comunicación de oks e incidencias on line y ahora on time. Las primeras pistolas utilizadas fueron en Nacex.

* También llevamos tiempo con sms y/o email tanto para los destinatarios como para tranquilizar al cliente de que está todo correcto o se ha producido alguna incidencia. Pero no solo en la entrega, sino también en la recogida.

* Tenemos servicios como ok 15’, Servicio específico de confirmación de entregas a clientes/remitentes de forma inmediata, en un plazo inferior a 15 minutos después de la entrega.

* Programas dónde no solo pueden comprobar dónde se encuentra su envío, sino también pueden visualizar las firmas. Así como pueden dar solución en el momento de las incidencias generadas.

* Atención telefónica y/o por correo personalizada, tanto de todo el personal de la oficina como el departamento comercial, administrativo y de gerencia.

¿Y qué conseguimos con todo esto? Tranquilidad para nuestros clientes, quitarle las angustias propias de su negocio y relajando su día a día.

Y además hacemos controles continuamente para detectar cualquier incidencia antes de que pueda ser perjudicial. Nuestra operativa nos lo exige. Aunque entendemos que el error puede existir, al final somos personas, pero ponemos todos los medios posibles para que sea mínimo. Y aunque sabemos que cuando ocurre algo, se nos llama de todo, cuando el cliente reflexiona, se da cuenta que de todos los envíos que realiza, sólo unos pocos tienen incidencia y que además se le soluciona a la velocidad de la luz. Es decir, es un porcentaje mínimo a lo largo de un periodo de tiempo.

Eso es nuestro valor añadido, donde el precio no existe, sino la calidad, que es nuestra razón de ser.

¿Calidad vs precio?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

servicio-transporte-nacex-precio-calidad-liberacion2000-ss-de-los-reyes-madrid

Tengo que decir que hago esta entrada del blog en un momento de profunda rabia y decepción.

Empresas serias en este país estamos luchando por la calidad en el servicio, trabajamos para que todos tengan una buena recompensa no sólo de palmaditas y premios sino también en el salario.

Sí señores, en el salario. Todos queremos vivir bien y que nuestro trabajo se vea recompensado.

Y cuando vamos a hablar con un cliente, se le llena la boca de que quiere calidad y aquí estamos nosotros, y le damos calidad, pero para mantener una infraestructura, hace falta invertir y la inversión se hace con dinero. Sí con dinero, eso que a todos nos gusta, pero para uno mismo y le da lo mismo lo que pase a los demás.

Esta es nuestra sociedad. Queremos tenerlo todo, pero a los demás poco nos importa.

Estas grandes empresas que hacen concursos anuales para cambiar de transportista, porque están descontentos, que esa es la realidad, porque los operarios que lo sufren todos los días, están a punto de un ataque de nervios.

Pero estas empresas deciden dar el concurso a una empresa externa para que analice la situación. No se lo dan a sus empleados que lo sufren, no, se lo dan a alguien externo. Si se lo dieran a sus sufridores no les importaría pagar un poco más para tener verdadera calidad y así ellos vivir mejor. Lo analiza una empresa, que lo único que les importa, es la línea final, el precio.

Encima te comentan que están contentos con la empresa que le ha tirado el precio y que aceptan los problemillas normales que se tiene con cualquier empresa de transporte. ¡No hombre no! Se tiene los problemas normales cuando estás con las empresas de transporte baratas, que ni se acercan a las nuestras, que a lo mejor no son ninguna. No se puede comparar la estructura nuestra con esas empresas, por mucho que se quiera hacer.

Siempre habrá un error, y como siempre digo, tú error es EL ERROR. Te importa poco que lleves años funcionando perfectamente, un error y pierdes al cliente.

¿Por qué a una empresa “barata” le perdonan no sólo un error, sino varios y de forma repetida? ¿Tanto importa el dinero que se ahorran? A lo mejor se lo gastan en bajas del personal por estrés.

Y luego me llama mucho la intención cuando veo los beneficios que ha tenido la empresa en cuestión. Hace récord, se reparten dividendos. ¿Y no les importa que cuando abaratan los precios de los proveedores hacen que gente se quede sin trabajo o gane menos dinero?

¿Esa es la ética que tenemos? Para mí lo mejor, para ti … es tu problema.

“Ande yo caliente y ríase la gente”. Injusticia, egoísmo, despotismo, etc.

¿Se ha tenido en cuenta que para dar precios baratos lo tienen que hacer las centrales quitando el trabajo a las empresas de zona que les correspondería?

Estoy indignada, nunca conseguiremos que en un concurso se nos acepte.

La calidad no importa y mientras que tengamos esta opinión seremos mediocres y estaremos lejos de los países “desarrollados” y seguiremos trabajando horas y horas, días y días para conseguir un salario pequeño, sin conciliar nuestra vida y disgustados por no poder cambiar el mundo.

¿Para qué sirve trabajar con la excelencia? ¿Sale más barato trabajar mal? En mi sector, claramente sí. Trabajas mal pero no me importa porque eres barato. ¿Cuánto te cuesta para tú empresa un mal trabajo? Te puedo asegurar que mucho. Pero claro, no lo ven, lo sufren los demás. Yo sólo veo que me he ahorrado un poco de dinero y a lo mejor me puedo comprar otro yate.

Sale caro la calidad, no sólo en esfuerzo y en dinero, sino también en desesperación por la falta de valoración.

Estoy indignada, no es justo. La calidad debe de ser nuestro motor, junto con la superación; no premiemos la mediocridad.

¿Día del trabajador?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

trabajo-salario-obrero-recurso

Otro año más celebramos el 1 de Mayo, el Día del Trabajador, ¿pero tenemos ganas de celebrarlo?

La verdad es que a mí cada año me cuesta más:

  • Seguimos con un alto porcentaje de parados. Nos alegramos cuando baja por motivos vacacionales, pero no avanzamos en cuanto a la calidad del trabajo.
  • Se sigue discutiendo por el precio de los servicios sin darnos cuenta qué significa bajada de salarios y/o despidos.
  • Los sindicatos, grandes defensores del trabajador, en juicios por no utilizar “presuntamente” las subvenciones para aquello para las que les fueron concedidas.
  • Unos y otros, pagando mariscadas, copitas en locales de lucecitas, viajes paradisíacos, etc. “presuntamente” a costa de todos los trabajadores y pagadores de impuestos.
  • Hacienda persiguiendo a todo el mundo y, en cambio, perdonando a otros deudas de alcance millonario. “Presuntamente”, claro, siempre todo “presuntamente”. Acaban de encerrar en la cárcel a uno que dicen que es el segundo mayor deudor de Hacienda de España. ¿Pero esto cómo se come? Y también “presuntamente” hay equipos deportivos que no pagan la seguridad social de sus jugadores y aquí no pasa nada. Claro que si lo hace un empresario, embargo de casa, coche y de toda su vida como poco.
  • Los jóvenes se tienen que ir o coger un trabajo que no corresponde a sus estudios y los adultos que han sido despedidos, rogando para que alguien les dé algo de trabajo y poder así sobrevivir.

Y más cosas que podría escribir, pero creo que sería enumerar repetidamente una realidad que, desgraciadamente, ya vemos cada día en nuestro entorno. Porque mientras el pueblo lo pasa mal, los políticos se dedican a jugar a su particular Monopoly, uno en el que los asientos del Congreso y los Ministerios representan las calles del mítico juego. Es gracioso ver cómo un Gobierno en funciones no quiere presentarse en el Congreso a dar explicaciones porque está en funciones y en cambio está gobernando estando en funciones. Si no se dan explicaciones en una cámara que no te ha elegido ¿por qué gobiernas si la cámara no te ha votado? Esto es de locos. Y mientras nosotros presentando impuestos y pagando.

Yo no salgo de mi asombro, día tras día. Ahora amanecemos con los “papeles de Panamá”, ¿pero, cuántas fórmulas tienen para no pagar impuestos aquellos que las conocen?

Y si no nos encontramos con los juicios de Palma, ¿pero cuánto dinero se ha tirado a tanta gente sin que haga nada de nada? Todo a costa de los contribuyentes.

Tenemos oficios y/o trabajos que van a desaparecer o que van a tener que reciclarse. La tecnología va tan deprisa que no somos capaces de asumir tantos cambios.

Hace un tiempo recordaba cómo desaparecieron los acomodadores de los cines y cómo nos hemos ido acostumbrando a ello, pero de lo mal que lo debieron pasar esos trabajadores pocos se acuerdan. Y digo yo que se reciclarían si tenían edad para ello y sino a mal vivir. Esto me recuerda que hace muchos años (creo que 35) pasamos también una gran depresión y mandaron a muchos trabajadores al paro, entre ellos a mí padre, con 54 años. Nunca más volvió a encontrar trabajo, era muy mayor. Tuve que dejar los estudios y ponerme a trabajar. Junto a mi hermana la mediana aportábamos los salarios para que la casa siguiera adelante. Mi padre entró en una tristeza enorme y cuando se asomaba al balcón estábamos pendientes de que no hiciera una tontería. Y al final, de todo se sale. Pero no gracias al Estado. Porque se le terminó el paro, estuvo muchos años sin cobrar nada y cuando tuvieron que hacerle el cálculo de la pensión, os podéis imaginar, con tantos años sin nada, la pensión es la mínima. Llevaba trabajando desde los 6 años.

Con relación al reciclaje de los empleos os cuento lo que me ha pasado hace poco. Las gasolineras hacen tiempo que son autoservicios, hay muy pocas que haya personal para servirte. En realidad, yo pensaba en su momento que el ser autoservicio haría que la gasolina bajara de precio, pero en realidad no fue así, pero poco a poco fueron desapareciendo los “gasolineros”. A la que voy yo normalmente, en mi barrio, sigue existiendo personal que te sirve la gasolina. Poca, si es verdad, de los que habían, han dejado a 2, uno que sirve y otro que cobra…

Pues ha salido un app para móvil donde puedes hacer todo a través del dispositivo, menos echar la gasolina, claro, eliges el surtidor, pones el importe, pagas por el móvil e incluso te mandan la factura automáticamente al móvil. ¡Qué maravilla! Me quito de esperas y menos trabajo. El problema viene cuando el que me sirve habitualmente se enfada cuando le pregunto por el nuevo sistema. Y me dice que estamos potenciando que se les despida. Hombre, pienso que no era eso. Pero lo malo viene cuando vuelvo otro día y está otro compañero, dónde me hace que abra el deposito, él llena el deposito, y me dice a mí que cierre yo el deposito. La verdad que para mí era cómodo porque como siempre estoy con el bolso, el monedero, etc. pues me facilitan que lo hagan ellos por comodidad mía (claro), pero si ahora lo tengo que hacer yo también, pues no me importa también echarme la gasolina, que lo hago en otras gasolineras. Pero yo me he preguntado ¿de verdad se quiere trabajar o bien se quiere trabajar lo mínimo posible? ¿Tenemos miedo a que nos echen con las nuevas tecnologías o hacemos honores para que todo se vaya haciendo más automáticamente?

Total, que no se sabe ni lo que queremos y no donde vamos a terminar. El dinero no tiene el mismo valor hace un tiempo que ahora y cada vez pensamos más en pequeño, será por miedo, por incertidumbre, o por miedo a reciclarnos, pero estamos condenados a salir de nuestra zona de confort y si no lo hacemos nosotros solos, nos van a sacar a empujones.

¡Feliz Día del Trabajador!

La búsqueda de la excelencia

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

ideas

“La excelencia” fue el lema entorno al que giró la celebración de la XXI Convención de Nacex, un lema que, no sólo lleva en los genes de la empresa desde su nacimiento, sino que persiste tras más de dos décadas, impulsándonos a desarrollar continuamente nuevos cambios, siempre con las miras puestas en alcanzar la perfección.

La diferencia que tiene esta empresa respecto a otras es que no hacemos publicidad gratuita de todas las acciones que llevamos a cabo, simplemente lo hacemos. “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.

Hemos sido pioneros en la tecnología, incluso hoy en día, me admiro cuando leo una noticia de que tal empresa hace tal cosa para los clientes, como si fuera algo grande y una novedad y me admiro porque para nosotros es nuestro día a día desde hace mucho tiempo.

Recuerdo cuando un cliente nos quiso comparar con una empresa de transporte poniendo sobre la mesa un artículo publicado hace poco. Todavía oigo su comentario “y va incluido en el precio”, yo con cara triste le comenté, “desde que trabajas con nosotros, hace ya unos años, te lo estamos haciendo y no te hemos cobrado nunca nada más”.

Y digo que lo hice poniendo una cara triste, porque parece que no sabemos explicar bien todo lo que ya hacemos con el cliente; como lo hacemos tan bien, el cliente no demanda ningún extra, porque ya lo tiene.

Claro que tenemos errores, somos personas, pero son tan pocos que no merecen la pena destacarlos. Eso sí, cuando nos vemos envueltos en un problema maldecimos a todos aquellos que han estado implicados en él y han propiciado el error. Luego te envalentonas y se lo dices al cliente, porque nosotros somos más papistas que el mismísimo papa.

Recuerdo un artículo de un gran amigo mío en el que decía que una de las cosas más importantes para dar un buen trabajo al cliente es saber sus necesidades, pero aquí es donde tenemos el gran problema.

Quitando la primera visita, que o bien quiere cambiar de proveedor del transporte o bien empieza su andadura como emprendedor, que en estos casos suelen dar bastante información de sus necesidades, llega el momento después que, salvo honrosas excepciones, la información empieza a no ser bilateral y toda relación se basa en la “información” de que ha llegado otro proveedor y le ha ofrecido un precio menor. ¿Pero en realidad ese proveedor te hace lo que nosotros te hacemos? Si nos dieran esas tarifas ofrecidas o se nos informara de todo, se le podría hacer una comparativa exacta y como digo al comercial: nosotros siempre queremos lo mejor para el cliente, y si el otro proveedor le ofrece como mínimo lo mismo que yo y con menos precio, con todo el dolor del mundo les tenemos que decir que se vaya con el otro proveedor. En los casos que hemos tenido, todavía no ha habido nadie que hubiera ofrecido lo mismo que nosotros con menos precio, pero el cliente ha asumido que al ser más baratos tienen menos servicios, y no ha sabido valorar el trabajo extra que pueden tener. Y el cliente que al final lo ha valorado porque lo ha vivido, tarde o temprano han vuelto a trabajar con nosotros.

¿Por qué puedo estar segura de que los otros no van a ofrecer lo mismo que yo?

Pecando de prepotente, por las siguiente razones:

Primero porque pertenezco a una de las redes de transporte mejores que hay en la Península Ibérica; ojo, no digo sólo España, porque con Portugal trabajamos igual que si fuera España, no se considera internacional, por lo que los servicios son los mismos y añadiendo un precio muy competitivo.

Segundo, las casi 300 franquicias que componemos la red, estamos en continuo avance y nuestro objetivo es superarnos a nosotros mismos, donde la calidad es nuestro ADN.

Tercero, porque el franquiciador está en continuo desarrollo de nuevos servicios y no se ha acobardado ante las crisis quitando rutas nocturnas como han podido hacer otras empresas. E igual que el personal de las franquicias, sus componentes luchan por la calidad codo con codo con nosotros. Porque estamos en el mismo barco.

Y cuarto, y no en última posición, porque mi personal está para y por los clientes. Siempre pensando en lo mejor para el cliente no sólo en servicio sino también en precio. Estudiamos todas las necesidades y ofrecemos lo que le puede interesar y esto lo hacemos continuamente.

Es importante recordar que todo lo que hablo siempre va dirigido a los servicios B2B, nuestra relación con las empresas, porque con los particulares es otro mundo muy diferente, dónde tenemos que reciclarnos y hacer cursos de “paciencia”, porque como somos cada uno de nuestro padre y nuestra madre, lloramos en ciertos momentos. Pero, aunque el ecommerce ha aumentado tanto y parece que es el único negocio que existe hoy por hoy, todavía hay muchas empresas que no han caído en las crisis que nos necesitan y que, si nos dejan, les podemos ayudar mucho para seguir creciendo.

El precio puede ser importante, pero más importante es la tranquilidad del trabajo bien hecho. Tus clientes son los míos, son los nuestros y cuando más conozcas más haremos por ti y por tu negocio, somos tu ayudante para crecer. Danos una oportunidad y te enseñaremos de lo que somos capaces de hacer por ti.

Mi gran vecina Amparo

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

luz-recurso

Hoy es un día muy triste para mí, la vecina de la casa de mis padres ha dejado de sufrir y se ha marchado igual que vivió con una gran discreción y paz.

Una vecina de hace 54 años, una vecina de la de antes, de cuando se hacían reuniones familiares en el rellano de la escalera, donde su casa era la mía y su gran cariño estaba siempre cerca.

Su hija mayor es de mi edad, por lo que han sido colegios juntas, amistades y todas las vivencias posibles.

Su hija pequeña es la niña de las dos casas, hoy en día sigue siendo la peque.

Recuerdo a una mujer fuerte, trabajadora y muy cariñosa. Se ha ido sin querer molestar ni hacer sufrir a sus hijas.

Guapa, muy guapa, muy mujerona. Una vida muy dura, sufrió el maltrato de un marido a quien el alcohol le gustaba demasiado y al que luego le pasó factura.

Mi comedor pared de su comedor y tengo en mi memoria esos golpes y luego su cara marcada.

Pero cuando se quedó viuda, con dos niñas, salió adelante. Se puso a limpiar en una residencia y así, poco a poco, empezó a sacar su cabeza del pozo en que se había encontrado.

Hace 10 años ya la operaron del corazón y salió adelante, sus ganas de vivir siempre han sido fuertes. Pero esta segunda vez estaba muy cansada, demasiado para luchar y se durmió y ya no se ha levantado.

La semana pasada coincidimos en la misma planta con las 2 madres ingresadas y estábamos de la 4ª derecha a la 4ª izquierda pasando con una y otra para que estuvieran juntas.

Hicimos un grupo de WhatsApp para estar informados en todo momento de cómo estaban las dos enfermitas.

Las hicimos unas fotos juntas y mi madre la cogía de la mano y la decía “ponte bien que te echamos de menos en casa” y ella asentía con la cabeza con la mirada triste, como diciendo, ya veremos si vuelvo.

Estas son las mujeres fuertes, las grandes luchadoras, sin grandes avances ni grandes privilegios, pero que con su cariño han contribuido a crear buenas personas, porque todos los que hemos estado a su lado hemos aprendido mucho de ella y nos ha hecho más fuertes y mejores.

En estos momentos todo tiene menos importancia y te das cuenta el tiempo que perdemos y que no se recupera, para estar con la gente buena, la gente de verdad y, sobre todo, la gente que te quiere.

Por último, pongo las palabras de despedida de su hija mayor: “Se quería ir con mi padre y lo consiguió, ya está más cerca de él que de nosotras. Nos ha dejado una gran tristeza, pero con la satisfacción de habernos despedido”.

Hoy se ha marchado una parte de mi historia, alguien muy importante y sobre todo una gran señora, esposa y madre.

La caída del Imperio del cuerpo

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

manos-mama-recurso

Estamos en una sociedad donde lo único importante es la imagen. El cuerpo perfecto, la cara bellísima, todo nuestro mundo gira en una educación de la estética que llega a ser enfermiza en muchos casos. Pero el problema viene cuando el paso del tiempo hace que, por muchos avances tecnológicos que tengamos, el cuerpo pierda su elasticidad, su tersura, su fuerza. Y esto es algo que no podemos evitar, tarde o temprano pasa, sin importar las veces que nos operemos o lo mucho que nos cuidemos. Al final todos nos hacemos mayores.

Somos una sociedad de mayores y cada vez más mayores. En estos días que he estado en el hospital para tratar a mi madre y he visto como toda la planta estaba ocupada por personas mayores, de la misma edad que mi madre (86 años) o más todavía si cabe. Tengo que decir que los comentarios de todos los que estábamos allí cuidando a nuestros familiares iban por los mismos derroteros; supongo que esta generación pasó muchas penalidades con la guerra y la postguerra, pero es una generación que puede con todo.

Es lógico pensar que lo poco que comían seguramente era de mucha más calidad que lo que hacemos actualmente. Las frutas y verduras estaban mejor cuidadas, incluso parecido sino igual a lo que ahora llámanos huertos ecológicos y antes era el día a día. Los animales eran engordados con los productos de la tierra, naturales. No hacía falta poner música clásica para relajar a las vacas y que dieran mejor leche y su carne podía comerse con la seguridad de que no estaba contaminada por otros agentes externos como los antibióticos; cuando un animal se pone enfermo, ahora, se lo trata con antibióticos, los cuales también acabaremos consumiendo nosotros de forma indirecta.

En cualquier caso, e independientemente de las diferencias entre la actualidad y antaño, no podemos negar que nos hemos topado con una sociedad “de viejos”, un punto al que todos acabaremos llegando tarde o temprano.

Y desde aquí revindico que al personal que trabaja en hospitales y/o que trata cada día con mayores reciba formación que le ayude a desarrollar aptitudes específicas para poder desarrollar bien su trabajo; enseñarles a tratar a personas mayores, ya que en la mayoría de ocasiones éstas tienen problemas para comunicarse e interactuar con el resto (ya sea porque no ven bien, porque no oyen o porque les cuesta asimilar las ideas).

Es gracioso ver cómo los médicos cuando pasan visita te piden que te salgas y tú con mucha educación y cuidado, le dices que ha perdido un poco la razón y que es sorda, pero de todas las maneras te dice que salgas, y desde el pasillo, oyes a grito pelado, le preguntas que hacen a tu madre y como es imposible tener una respuesta lógica. Y tengo que decir que esta vez hemos tenido suerte, porque después de quedarse sin voz para conseguir preguntar algo a mi madre, salieron para explicarnos y hacernos algunas preguntas, lógicamente, puesto que mi madre podía contestar por peteneras.

Y digo que hemos tenido suerte, porque otro médico que la operó hace unos años, NUNCA se dirigió directamente a los familiares. Incluso le decías, “doctor por favor” y el contestaba “ahora hablo con ustedes” y hasta hoy.

Otra cosa que he reflexionado es cómo lo hacen las personas que no tienen hijos o sus hijos están lejos de casa y no pueden estar mucho tiempo en el hospital acompañando a su familiar.

Es muy fuerte, y creo que se necesita un buen curso de reciclaje para estos momentos.

También me ha dado por pensar que en vez de gastarse el dinero en tonterías muchos gobiernos deberían decicarse a construir residencias del estado, porque es donde vamos a ir todos a parar, porque la mentalidad nuestra es la de no molestar a los hijos y además estar con gente de la misma edad y mismas aficiones, pero claro, encima son pocas y las privadas super caras.

Esto es el negocio del futuro, las residencias de ancianos. Donde el personal esté concienciado a mimar a las personas mayores. Y digo mimar, porque son tan sensibles nuestros mayores igual que cuando tienes a un bebé en brazos. Son muy frágiles, aunque, a diferencia de un bebé, son rebeldes, pero con la sensibilidad a flor de piel y me lleva los demonios cuando veo que se les trata mal.

Porque hay que pensar que nuestro fin va a ser ese, no saber dónde estás, tropezar porque no ves bien, decir algo que ha ocurrido hace años como si fuera ahora mismo, perder la intimidad, etc., etc.

Por muchos avances estéticos o tecnológicos, el cuerpo se va estropeando, pudriendo incluso. Y aquí llego a la frase de una doctora mía que decía “la mujer cuando es útil para la naturaleza, el cuerpo la protege, cuando deja de ser útil, la abandona”.

Y yo con esta frase le cambio algunas palabras y digo “cuando eres útil para la sociedad te apoya, pero cuando decaes, te da una patada y te manda al hoyo más profundo del abandono y la soledad”.

Pero no olvidaros, todos vamos a llegar y si no llegamos, malo, porque estaremos entonces criando malvas.

Por último, como acaba de ser el día de la mujer, quisiera dedicar mi recuerdo a aquellas mujeres de hace más de un siglo que son las verdaderas luchadoras por la igualdad y las que sufrieron día a día aquello que ninguna persona debiera haber sufrido. Ellas son nuestros ejemplos y sobre todo el mío.