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Entrevista en La Vanguardia a Manel Orihuela

Escrito por Liberacion 2000 Carmen Ruiz. Posteado en Noticias

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“NACEX destaca en el mercado por la calidad de su servicio”

Estas son las sinceras palabras de nuestro Subdirector General en la entrevista realizada el 3 de Junio de 2017, en La Vanguardia en su suplemento Transporte y Logística.

Como dice nuestro representante, “Contamos con una amplia experiencia en el transporte urgente de material hospitalario (material quirúrgico y ortopédico), de laboratorio y farmacia; y en soluciones logísticas avanzadas para la distribución de piezas críticas para la industria y servicios técnicos multisectoriales. Todo ello lo hace posible la última tecnología aplicada en nuestras plataformas de distribución”

No te pierdas esta interesante información en los links siguientes:

manel Orihuela y pharma

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              Vía blog de Nacex 

               Lee la entrevista completa aquí

La OCU valora a NACEX como una de las mejores empresas de mensajería por la calidad de su servicio

Escrito por Liberacion 2000 Carmen Ruiz. Posteado en Noticias

Calidad vs precio
Propiedad Nacex - Liberacion 2000

En su  revista del mes de Mayo (nº425), la OCU publicó los resultados de un estudio realizado sobre el servicio ofrecido por 15 empresas de mensajería urgente.

De los resultados del estudio se desprende la excelente calidad de servicio ofrecida por NACEX, que según la OCU destaca frente a la competencia por su eficacia en la contratación y recogida de los envíos, así como en la rapidez y puntualidad en la entrega.

NACEX evalúa anualmente la satisfacción de sus clientes, con el fin de identificar aspectos susceptibles de mejora, medir el progreso de la marca y detectar las preferencias de los clientes a la hora de contratar los servicios de la compañía.

Lee la noticia completa en el pinchando aquí:

 

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Via Blog Nacex

 

¿Dónde está lo urgente?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

urgente-transporte

Una de las cosas que ha traído la crisis es la desaparición -o casi desaparición- de todo aquello que se considera urgente. Desde que empezamos en el mundo del transporte nos hemos acostumbrado a que las cosas sean siempre para ayer. Hemos enfocado todos nuestros esfuerzos hacia la urgencia y puesto todos nuestros sentidos en lo importante que son todos los envíos, siempre pensando en todo lo que hay detrás de ese envío: personas con un alto grado de necesidad.

Antes no importaba pagar lo que fuera, lo más importante siempre era el envío, la urgencia del envío. Y, tras años perfeccionando este tipo de servicio, va y llega la crisis y convierte todo aquello que antes era tan importante y urgente en algo que ahora puede esperar,  siempre y cuando el trámite resulte lo más barato posible.

En estos momentos, además, nos enfrentamos con otra paradoja importante: en algunos casos, como cuando realizamos nuestras compras por Internet, no suele existir una urgencia real real pero, aún así, queremos que se nos entregue nuestro pedido el mismo día, porque tenemos una gran necesidad de tenerlo YA en nuestras manos.

Pensando solamente en algunos casos y siendo yo también usuaria del entorno e-commerce, es lógico pensar que el zapato que he comprado a través de la web -y que además me han ofrecido traerme a casa- lo quiera no para mañana sino para ayer, es muy importante para mí y lo quiero y punto.

Y nuestra estructura de trabajo se nos rompe porque lo que para nosotros antes era urgente ahora es la crema de celulitis, la ropa hecha a mano, los patucos de crochet, el disfraz de este año, el kit para realizar scrapbook, y lo peor de todo, es el regalo que he comprado deprisa y corriendo porque se me había olvidado y lo quiero tener porque sino se descubre que se me había olvidado.

Ya cada vez nos quedan menos empresas donde la urgencia sea como era antes, porque incluso esos envíos, ahora ya tampoco son tan urgentes, ahora pueden esperar.

En Nacex estamos haciendo ahora una campaña para estos envíos y viendo las fotografías me ha recordado aquellas urgencias que teníamos y la tensión de nervios que llegábamos a sufrir, porque hay que decir que cada envío de este tipo era como un pellizco en el estómago y todos estábamos pendiente de su perfecta ejecución. Para no aburrir, voy a contar sólo algunos casos que se me viene ahora a la cabeza.

Hace años hubo una alerta de algunos casos de meningitis en niños. La televisión daba la información a cuenta gotas intentando no alarmar a la población, pero nosotros estábamos comprobando como las vacunas viajaban urgentemente a todas las ciudades de España y no se podía esperar. Pero sobre todo recuerdo un caso en concreto donde había que llegar al aeropuerto con un buen número de vacunas para la parte sur de España. Hasta el avión nos esperó a que llegáramos, todo el mundo pendiente de la problemática que se tenía si no se enlazaba con tiempo. Para poner más tensión se nos decía que los niños las necesitaban y que era de vida o muerte y teniendo en cuenta que siempre con un dolor ajeno se llega a sufrir, cuando se habla de niños y eres madre, el dolor es infinitamente mayor.

Otro caso que teníamos es las famosas cánulas para el corazón o para cualquier tipo de operación que lo necesitara. Muchas veces es mejor no tener conocimientos de la verdadera realidad y todos pensamos que cuando vamos a ser operados tienen material suficiente para reponer en el caso de un accidente en plena operación. Pero luego la realidad puede ser muy diferente y eso lo hemos vivido y sufrido. Cánulas que se rompen en plena operación y no hay repuestos en el lugar, prótesis que no cuadran, etc., etc., no voy a seguir con estos ejemplos para dejar a todo el mundo con la misma ignorancia que yo tenía antes de vivir estas cosas.

Esto me hace recordar también un tema que aunque no tiene mucha relación con lo urgente, sí tiene que ver con los controles en los hospitales. Nosotros cuando entregamos la mercancía en casi todos los casos tenemos que pasar por el almacén correspondiente y hacer la cola de todos los transportistas que hay para hacer entrega de un paquete, y lo mismo da que sean camiones grandes llenos de mercancía como furgonetas con un paquete. Esto se hace para tener un control de lo que entra (aunque yo añado que lo importante es que se tuviera un control de lo que sale). Pues con estos controles, cuando en una operación de mi madre, estuve en una planta durante más de una semana, durante todo ese tiempo vi como las cajas estaban en los pasillos sin que nadie los llevara al pequeño almacén de la planta y cualquiera podría coger lo que quisiera porque ni había vigilancia ni a nadie le preocupaba que desapareciera y además sin control higiénico. Y yo pensaba el tiempo que pasamos nosotros esperando que nos cojan los envíos y cómo estaban allí medio tirados. En esos momentos también estábamos resolviendo una reclamación en el que nos indicaba que faltaba productos del interior, estuve a punto de mandar fotos al cliente para que me dijera cómo podía saber si se habían perdido en el transporte o si se había perdido en el mismo hospital y/o clínica. Gracias a Dios, al final la reclamación fue una falsa alarma.

No me voy a alargar más en el tema, pero las urgencias que ahora tenemos no son ni cercanas a las de hace unos años, pero lo que si os digo es que las de ahora nos crean mucha tensión porque, como ya he comentado en otras ocasiones, tenemos que aguantar los gritos, enfados, malos humos, complejos, etc. de todas las personas que quieren su compra en el instante en el que levantan la mano del teclado. Y el problema es que con este tema y con la bajada de los precios sin tener en cuenta el trabajo de las personas, los culpables han sido las mimas empresas del transporte, que por quitar el mercado a otras, al final, el único razonamiento que han tenido es la bajada de precios, y ahora se vive del particular haciendo su compra por Internet.

La urgencia de las empresas es directamente proporcional al precio, y si el precio es pequeño, se resignan con el trabajo realizado, por ese precio no tienes derecho a quejarte.

Pero nosotros seguiremos dando calidad, porque seguimos pensando que:

  • Existimos y hacemos nuestro trabajo para quitar sufrimiento a los clientes.
  • Reforzamos la marca de los clientes, dando un buen servicio se da una buena imagen.
  • Con nuestro trabajo buscamos crecer junto con los clientes. Si al cliente le va bien, me irá bien a mí.
  • No buscamos ser el mejor, queremos ser el adecuado para el cliente. Y para eso queremos conocer sus necesidades y nosotros le damos las soluciones.
  • No somos los más inteligentes, ni los más baratos, pero siempre estamos intentando adaptarnos mejor a los cambios. Y además lo hacemos.
  • No vendemos humo, demostramos nuestra profesionalidad en nuestro trabajo diario.
  • No vendemos nuestros servicios tirando por tierra lo de las otras empresas. No queremos palabras queremos hechos y eso se demuestra trabajando. En cuanto el cliente nos prueba, es muy difícil que quieran marcharse con otra empresa.
  • No nos gastamos dinero en grandes publicidades, es nuestra calidad la mejor publicidad, el boca a boca.
  • No pensamos en los problemas, solo tenemos soluciones y nuestras mentes están preparadas para ello. Con los problemas nos crecemos y con las soluciones vivimos.
  • Todos los días aprendemos, salimos de nuestra zona de confort. Escuchamos, analizamos, resolvemos y actuamos. Es nuestro trabajo y nuestra vida.
  • Vivimos con el respeto como bandera, y somos los reyes de los silencios y así no seremos los esclavos de nuestras palabras.

Vuestra opinión nos ayuda a mejorar

Escrito por Liberación 2000. Posteado en Noticias

formulario

Liberación 2000 y Nacex luchamos, día tras día, para ofrecer a nuestros clientes un servicio de transporte y mensajería personalizado y de alta calidad. Para ello, es esencial conocer la opinión de todas aquellas personas que utilizan nuestros productos. De esta manera, podemos valorar todo aquello que ofrecemos y seguir mejorando.

Si tienes unos minutos, puedes darnos tu punto de vista sobre nuestro servicio a través del formulario del la página web de Nacex. Solo por completarlo, puedes recibir un pequeño obsequio: una libreta reciclada con un bolígrafo y un punto de libro con sticks.

En recuerdo a mis clientes pasados, presentes y futuros

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Clientes Liberación 2000

Una cosa que ha traído la crisis, entre otras muchas, son los cambios producidos en la relación cliente-proveedor. Ha existido una guerra de precios entre empresas del mismo sector que ha hecho que el cliente utilice esa arma para seguir arrancando algunos centimillos. Y las empresas han decidido cambiar calidad por precio. Como dicen mis comerciales: “no todo lo barato vale”. El problema es que sin la ética no vamos a poder poner freno a las exigencias.

Y el caso es que, yo mismamente, me llego a enfadar con mis grandes proveedores, puesto que no me dan el trato que yo doy a mis clientes.

Lo comparo con mi generación, que parecemos el eslabón perdido de la obediencia. Me explico. Mi generación era de sumo respeto a los padres y hacíamos lo que se nos ordenaba que se hiciera con unos pequeños momentos de rebeldía. Cuando fuimos padres, por no repetir las enseñanzas de los nuestros, educamos de diferente manera: más social y democrática. Al final, hemos pasado de obedecer a los padres a mandar poco o nada a los hijos. Soy la generación de los palos, estoy en el medio. También tengo que decir que, la siguiente a la mía es peor, es la de la permisibilidad total, y aquí, ya se produce la frase de “ancha es Castilla”. Lo peor de todo es que yo también la sufro. ¿Veis como pertenezco a la generación del eslabón perdido de la obediencia? Cualquiera otra generación, por delante o por detrás, está por encima.

Pues en el trabajo pasa lo mismo, mis proveedores son los grandes, luz, teléfono, etc., y ellos van a lo suyo arrasando. Sólo te hacen caso si dices que te vas o que cambias, porque como también están dentro del juego de la competencia feroz y atacan los precios, pues estamos todo el tiempo jugando a “yo más”.

Pero, ¿dónde dejamos la calidad? Han reducido el número de personal para ajustar los costes y eso repercute en la atención que hacen al cliente.

Además, existe la frase de “política de empresa”. Es una frase genial, perfecta, ideal, pero, ¿qué hay detrás de la frase? Pues normalmente es una subida de importes o te lo dicen para no contestarte nada de nada. Voy a poner un ejemplo de un proveedor. Ha habido 3 años que el proveedor decidió congelar los precios debido a la crisis. Tengo que decir que los primeros años de crisis, él subía perfectamente los precios, pero un año decidió congelar y así 2 años más, pero cuando llegó el tercer año hizo una subida del 25%. Al preguntar por dicha barbaridad, me contestaron “por política de empresa”. “¿Qué política?” – respondí yo. “¿Queréis subir en un año lo que no se había subido en los 3 años anteriores que se había congelado los precios?” Pues sí, va a ser que sí.

Nosotros hemos congelado durante varios años los precios y cuando volvamos a subir, estará basado en la base que tenemos, no le aplicaremos el % por ciento elevado con la suma de lo que se hubiera subido en los años anteriores, que además, tampoco es así puesto que en tres años era imposible que se subiera una media de 8.30% por año con la que está cayendo.

Otras veces, y para mentirte más elegantemente, te contestan: “por política de empresa”. Con lo cual, me encuentro que mis proveedores no me tratan como deberían y, al mismo tiempo, mis clientes quieren que la calidad sea la misma o más, pero el precio vaya bajando cada vez más y más, y parezcamos como la canción “algo chiquitito, algo pequeñito…”.

Ha habido momentos que me ha recordado a un gran bazar islámico. La primera vez que estuve en una Medina fue en Túnez y me reía mucho cuando me tiraban de la mano para meterme dentro de la tienda y me decían “barato, muy barato, más barato que en Carrefour” o “hola, hola, pepsicola”. ¡Qué gracia!, esto lo decía de pequeñita. Pero la realidad es que tenías que regatear si querías comprar algo. Y cuando te llevabas un adorno a más de la mitad de precio, te quedabas con la sensación de que, de todas las maneras, te habían timado.

En Egipto, nos vendían unos collares con los pendientes y pulseras cada vez más baratos, mientras fumabas en pipa y no te dejaban ni respirar y te agobiaban. Al final, alguien compró, se me acercó el vendedor y me dijo: “te lo dejo a mitad de precio que a la otra persona”. Le había timado.

Pues así pasa casi ahora. Tienes un precio con el cliente, viene la competencia, te llama, le ajustas el precio si puedes, no has terminado de firmar y te vuelve a llamar.

Los clientes te comentan: “es que yo quiero trabajar con vosotros, pero os vais de precio, pero quiero porque lo hacéis muy bien”. Claro, eso lo sé yo, pero si queremos pagar todos los impuestos, todos los salarios, todas las obligaciones, y todo el mundo tener su negocio, eso tiene un precio, que la crisis ya ha hecho bajarnos los humos, pero tiene un precio y no se puede estar enseñando el caramelo todo el rato a condición de un euro pero exigiendo la calidad de Armani.

Añoro a esos clientes, ya me van quedando menos, se me están marchando como las hojas de los árboles se van perdiendo con el otoño. Las hojas que se han ido ya no vuelven, vienen otras pero no son las anteriores.

El cliente de calidad está contento, no da problemas, es comprensivo, quizás porque ha utilizado a los otros y ha preferido que seamos nosotros los que estemos preocupados por sus envíos y él esté tranquilo, porque lleva años sin tener el más mínimo problema, eso es cosa nuestra. Por desgracia, cada día me quedan menos de este tipo de clientes, la mayoría son los de bajar céntimo a céntimo, euro a euro. Pero, digo yo, ¿no se es capaz de pensar que se pone una empresa como negocio? Digamos que adaptados a los nuevos tiempos, pero al fin y al cabo negocio o ¿alguien invierte su dinero, tiempo y vida en algo que no da beneficios?

Lógicamente, los clientes que aprecian la calidad son conscientes del esfuerzo realizado, de que es bueno para él y sus clientes y lógicamente para el resto de los humanos.

¿Cuánto cuesta tu tiempo? ¿Cuánto cuesta la atención continua de comerciales y administrativos? ¿Cómo puedo yo valorarlo? Porque a lo mejor puedo bajar los precios del servicio, pero dando peor atención telefónica, sin gastos de uniformidad, sin gastos de personal administrativo, sin comerciales, etc. ¿Así avanzamos en España?

¿Estamos en los Zocos o estamos en Europa?

Europa, vocablo que ahora se utiliza una y otra vez para identificarse como que no perteneces a un país despectivamente. Pero en realidad, ¿dónde estamos?. En uno de mis viajes a Suiza, país que parece que no tiene crisis porque tiene el dinero de los que provocan dichas crisis (presuntamente), son tan legales que, -nos contó la guía que en todos los pequeños pueblos-, aparte de estar todos con sus banderitas de su país en los balcones, la última o la primera casa del pueblo plantaba en un pequeño terreno flores, y como ellos tienen costumbre de ir los fines de semana a comer con amigos y familiares y llevar flores, cogían las flores de estos vecinos y dejaban el dinero que en cada tiesto ponía. ¡Y no había nadie que cobrara ni vigilara! ¿Os lo podéis creer? Y nunca faltaba dinero. Sabían lo que tenían que hacer y lo hacían, sin necesidad de estar una persona regateando ni con la vara en la mano para que pague lo que es justo. Porque en realidad, todo gira en eso, se paga lo justo o lo que uno piensa que es lo justo. ¿Quién puede decidir si mi trabajo es caro o es barato? ¿La competencia? Esta competencia ¿hace el mismo trabajo y con la misma rapidez que yo? Algunas veces lo dudo, pero para conseguir mejor precio mis clientes dicen que sí, que hacen lo mismo o más. Entonces, ¿por qué quieres volver a trabajar con Nacex o quieres que te hagamos mejor precio para no irte? Algo no cuadra, pero me tengo que aguantar, porque al final, la gente prefiere trabajar más barato y con peor calidad.

Tengo que decir que me he encontrado con clientes que para bajar sus costes (no es que los quieran repercutir en el precio del servicio de transporte, que hasta cierto punto es lo lógico) también quieren que hagamos de contables, de botones, de recepcionistas, etc., administrativos en general, eso sí, no con el mismo precio, no, hay que bajarlo más todavía.

¿Y qué me contáis de esos clientes que eran buenos pagadores? Sería capaz de enrollarme en una alfombra como Cleopatra y dar sorpresas continuas a esos clientes, son Dioses, o Cesares o Marcos Antonios. Ídolos de otros tiempos.

También quiero hablar de un tipo de clientes que han nacido con la crisis y el regateo. Es un cliente que piensa que está por encima del bien y del mal, que tiene grandes conocimientos del transporte (y con seguridad será verdad todo), pero que además esto del regateo le parece que es un gran invento y entra en el juego. El primero que llega le ofrece el precio más barato, pero no se da cuenta de dos cosas:

  • Casi seguro que en alguna parte de la factura tiene otros costes;
  • No ofrece el ok de entrega igual que nosotros o la incidencia, etc.

Sólo se fija en el precio unitario. Y, ¿qué nos encontramos al final? Que no es correcto lo que le dicen y además pueden aumentar pesos o medidas, etc. Por lo tanto, cuando conseguimos ver la factura y vemos dónde se producen los cambios, hay algunos clientes que vuelven a la tranquilidad que damos, aunque otros siguen entrando en el juego, y una vez, que han conseguido la información, vuelven al otro proveedor para seguir negociando. Y así, una y otra vez. Porque el cliente no es fiel, aunque hay algunos que lo son siempre.

Yo por ejemplo soy diferente, considero que es el proveedor el que tiene que tener cuidado con el cliente y si pone un precio yo no suelo regatear, lo pago, eso sí, me tiene que demostrar que su trabajo es directamente proporcional a su precio, si no es así, a lo mejor ya con el tiempo les dejo, pero sin discutir, sin decir nada más.

En fin, adoro aquellos recuerdos de clientes donde el precio era importante pero la calidad era el día a día nuestro, donde se producía nuestro crecimiento como empresa y como persona. Porque al esforzarme en conseguir la calidad, se estaba continuamente creciendo. Sin esfuerzo no hay crecimiento.

Carmen Ruiz Atienza

Gracias compañeros Nacex

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Oficinas Nacex

Tal y como he contado, cuando empezamos esta aventura, éramos pocas delegaciones Nacex en toda España. En mi recuerdo sale un número pequeño, pero repasando en la  web de Nacex pone que se empezó con 110 franquicias y 8 plataformas. Actualmente, contamos con más de 310 agencias y 29 plataformas.

Durante estos años, hemos ampliado algunas de nuestras plataformas. Otras las hemos cambiado, poniendo en todas ellas los últimos avances en clasificado, cámaras de vigilancia, etc., y dando una capacidad de clasificado de 98.000 paquete/hora. Pero, este tema lo desarrollaré en otro momento.

Ahora, me gustaría dedicar esta entrada a mis compañeros franquiciados Nacex: a los que empezaron desde el principio, a los que se marcharon a conocer otros mares y a los que con posterioridad, han ido entrando en esta gran familia.

Algunas veces, pensamos que nos llegan los envíos que necesitamos casi “por obra y gracia del espíritu santo”, pero en realidad, es una gran cadena humana la que está detrás de todo el trabajo.

Es verdad que la técnica ha avanzado y que procesos, que antes se hacían manualmente, ahora, se hacen utilizando todos los avances tecnológicos que tenemos a nuestra disposición. Esto lo que ha conseguido es que los errores humanos sean cada día mucho menores, puesto que están controlados por los procesos automatizados. Pero, seguimos siendo una empresa de servicios que necesita del equipo humano.

Siempre ha sido muy importante para mí estar a la última de todas las novedades para poder desarrollarlas en el trabajo.

Por lo tanto, somos una gran familia, que como tal, cada uno ocupa su lugar en el árbol genealógico, pero que dependemos unos de otros.

Hay una frase que repetimos continuamente: “los clientes de otra delegación son mis clientes”. Tratamos a todo el mundo igual, con la misma dedicación, control y seguridad.

Cuando empezamos, no nos conocíamos tanto como ahora, y dejábamos el envío en esas manos. Aunque parezca difícil de entender, era como dejar a tu hijo con un medio-desconocido. Actualmente, “el hijo” sigue estando, pero estamos tan seguros de que lo hacemos bien, que ya no se te encogen las entrañas.

Esos comienzos fueron de gran confianza:

  • Confiabas en el negocio.
  • Confiabas en tu compañero.
  • Confiabas en ti mismo.
  • El cliente confiaba en todos.

Y todo salía bien. Poco a poco, fuimos cogiendo prestigio. Cada vez era más fácil hacer clientes, ya teníamos “fama”, y además, era y es positiva.

Nuestros clientes saben que no habrá ningún problema y que si los hubiera, ya nos encargamos nosotros de arreglarlo. Esto es muy importante que lo remarque, porque lógicamente no sólo dependemos de las personas, sino también del tiempo, manifestaciones, huelgas, cortes de circulación por festividades, por romerías, por procesiones, accidentes, etc., y como España es grande, esto ocurre en cada momento.

Y todo lo solucionamos y lo hacemos de tal manera que muchas veces el cliente ni se da cuenta y todo está perfectamente entregado, pero en ese momento nosotros respiramos y el estómago vuelve a su posición normal.

Mis compañeros, tanto los antiguos como los nuevos, son muy buenos. Además, igual que un equipo de trabajo puede llegar a expulsar a aquella persona que no se adapte a las normas de una empresa, lo mismo pasa entre nosotros como Delegados.

Todos funcionamos de la misma manera y esto se consigue con unas férreas normas, comunicados, órdenes, auditorías internas, externas, controles y todo aquello que nos podamos imaginar para que todos vayamos al mismo ritmo y trabajemos de la misma forma. Todo hace que nuestra calidad no tenga comparación con ninguna otra empresa del mismo sector. Porque todo lo hacemos porque queremos el mismo fin, “la excelencia”. Todos los meses hay un ranking de todas las delegaciones para saber que el funcionamiento es perfecto, y tengo que decir que cada vez es más difícil estar en los primeros puestos, puesto que existe una gran lista de delegaciones que están con cero incidencias, y eso que nosotros tenemos parametrizados todos los procesos uno por uno. Todo se tiene que hacer en unas horas en concreto y si no, ya tenemos la incidencia. Yo en broma digo que tenemos parametrizados hasta si nos levantamos al servicio en un momento no adecuado. Pero, todo esto hace que todas las agencias trabajemos igual.

Y al final, tenemos controlados todos los envíos de tal manera que es muy difícil que no sepamos su ubicación. ¡Hasta pistoleamos los envíos cuando los tenemos en la delegación esperando una respuesta a la incidencia del cliente! Increíble pero cierto.

Eso no quita que al ser un conjunto de personas, pequeñas cosas pueden fallar, pero la mayoría de las veces sin querer.

Me viene a la memoria un desagradable momento que nosotros mismos hemos vivido. También es verdad, que hace unos días, a un mensajero de Bilbao le ha pasado algo parecido pero con mejor suerte que la nuestra. El 2004 fue un año triste para nosotros. En mayo, perdimos un comercial y en noviembre perdimos un mensajero. En los dos casos fueron perdidas muy dolorosas por lo improvisado. El primer caso fue por un accidente de moto y el segundo fue al llevar la mercancía desde la delegación a la plataforma. Todavía duele recordar esos momentos, pero lo que quería indicar es que tuvimos que recoger los paquetes tras el accidente para que salieran en la ruta y que al día siguiente llegaran al resto de España. Plataforma nos dio ánimos y nos esperó todo lo que pudo (gracias). Se recuperaron todos los envíos con lágrimas en los ojos, aunque no estábamos seguros de ello, pero al día siguiente se comprobó uno por uno que todos los envíos habían llegado a su destino, más había uno, sólo uno que no estábamos 100% seguros.

Quiero hacer hincapié a que nadie quería trabajar ese día, todo el mundo lloraba, nos abrazábamos muy tristes, pero estábamos cogiendo el teléfono, atendiendo a las delegaciones y a los clientes, los mensajeros entregando los envíos, aunque muchos se enteraron al llegar por la mañana. Cuando comunicamos al cliente que ese envío no estábamos 100% seguro de dónde estaba nos contestó: “Me da lo mismo lo que os haya pasado, yo quiero mi paquete entregado”, lógicamente quiero creer que no estaba escuchando la explicación que le estábamos dando, pero ahí se quedó. Finalmente, todos los paquetes llegaron a su destino. El cliente se quedó tranquilo y pidió disculpas.

Con este hecho, quiero decir ue detrás de la perfección, también hay personas, que nos gusta, no sólo enfrentamos a los mayores problemas para darles solución, sino también que se nos felicite por nuestro trabajo. Y por eso hago esta entrada.

No soy nadie sin mis compañeros Nacex. Mis clientes no estarían contentos con nosotros si no existieran unos administrativos, mensajeros, ruteros, etc., que cuidan los envíos como si fueran sus propios “niños”.

  • No hay agencias más importantes que otras, las emisoras no son nada sin las receptoras y no nos olvidemos que todas somos emisoras y receptoras.
  • No hay clientes más importantes que otros, TODOS los clientes son importantes, porque algunos sacarán muchos envíos, pero otros pagarán mejor y otros, dentro de sus posibilidades, quieren también crecer y, ¿por qué no darles la mejor calidad para que él mismo consiga mejores clientes?

En la siguiente entrada hablaré del CAF, plataformas, etc. que también tengo agradecimientos.

Gracias a las Agencias Nacex y a todo su personal. ¡Sois los que hacéis grande a esta empresa!, y además, es “de bien nacido ser agradecido”.

Carmen Ruiz Atienza