Publicaciones etiquetadas ‘El Blog de Carmen’

¿Cuánto cuesta el tiempo de un cliente? ¿Y el del proveedor?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

reloj-tiempo-oro

Aunque el titulo puede parecer un poco largo, en realidad es un pequeño resumen de mi propia experiencia, que ha sido bombardeada hace poco tiempo.

Hay que reconocer que no sé bien si es por nuestro carácter mediterráneo o por nuestros ancestros árabes, la realidad es que todos tenemos un cliente dentro de nuestro cuerpo. Cualquier persona en el momento menos esperado y cuando considera que tiene el estatus necesario para imponer sus exigencias, no duda en utilizarlo. Por ejemplo, en un restaurante, estamos sentados en una mesa y en ese momento nos convertimos en fieros clientes, empezamos a acosar al camarero porque tarda en servirnos, porque se me ha caído el tenedor y quiero otro, que está abarrotado el restaurante, pero nosotros queremos ser atendidos como si estuviéramos solos, etc.

O bien contratamos una persona para que nos ayude en las tareas de la casa y no se sabe por qué motivo, pensamos que igual que en el anterior caso, es inferior a nosotros y no se desaprovecha la oportunidad de demostrarlo.

Puedo poner más ejemplos, pero creo que todos entenderán a dónde quiero llegar.

Hace poco, en la visita de un cliente, nos encontramos con una continua demostración de que todo el personal de dicha empresa, se ponen en el sitio de cliente y se presupone que esa posición es sólo de exigencia. Exigencia con respecto a la forma de trabajar de ellos, exigencias con el coste del servicio, etc. Sobre el tema del coste ya estoy acostumbrada, pero sobre otras exigencias me parece que pasamos unas horas bastantes duras. Por ejemplo, una persona viene y nos dice que el sobre donde ellos mandan sus cosas no puede ir tapado el nombre de la empresa, que me lo monte como quiera, pero que es tremendamente importante que se tiene que leer, todo esto me lo dice al lado de un paquete con la etiqueta puesta de otro transportista con la pegatina en todo el medio del nombre del cliente. Las exigencias ¿sólo era para nosotros o para todos los transportistas?

Horas y horas de pie, porque si cogíamos cualquier silla, se lo quitábamos al personal que estaban a nuestro alrededor, por lo tanto, nosotros de pie. Recibiendo exigencias de uno y de otro lado que ya no sabíamos por dónde nos venían los golpes.

A todo esto, estábamos allí arreglando un problema que tenían que otro transportista y le estábamos poniendo nuestros programas informáticos con nuestro personal, cosa que el suyo estaba en diferido.

La cuestión es que estábamos intentado solucionar los problemas que estaban teniendo, porque podía explayarme, pero no sería bueno al final.

Había que tener mucho cuidado en no ofender, porque cualquier tipo de mejora que se le quisiera decir para que les fuera más cómodo todo, suponía una ofensa hacia ellos. Con pies de plomo había que ir aportando ideas, y cada vez aumentaban los interlocutores y sus exigencias. Y seguíamos de pie, intentando resolver en tiempo récord todo lo que nos estaban diciendo.

Hasta que de repente, una persona grita que “llevaba tiempo sin poder trabajar y que su tiempo era oro y lo estaba perdiendo”. En esos momentos te entran unas ganas tremendas de salir corriendo, tirar toda la negociación y decir basta. Pero mantienes la figura y piensas, “estoy aquí porque me lo han pedido y para ayudar y mi tiempo también es válido, igual que el de los clientes”.

Tienes una sensación de que por el mero hecho de ser los clientes tienen la obligación de rebajar al máximo a los proveedores, sobre todo, que como siempre digo, si tú eres exigente en tu trabajo puedes exigir a los demás, pero aquellas personas que no funcionan todo lo bien que pueden funcionar, me hace gracia que hacia los demás si sean exigentes.

Estamos para ayudar, apoyamos a nuestros clientes al máximo, porque si le van bien a ellos, nos va bien a nosotros. Todos somos trabajadores y deberíamos de ser menos clasicista.

Recuerdo un restaurante de marisco que había en mi zona, muy bueno. El maître era increíble, parecía un mayordomo antiguo, con una jerarquía impresionante (en todas partes vemos lo mismo). Un día fuimos a darnos un festín y a mi comercial se le ocurrió preguntar que si de postre tenían plátano flambeado. El maître le miró de arriba a abajo de manera que parecía que le estaba perdonando la vida, y dijo “en este restaurante no se sirve esas cosas”, bueno, en realidad fue algo diferente y más grosero, pero vamos a dejarlo ahí. Nos hizo sentirnos mal, aunque luego nos entró la risa. Vino la crisis, el restaurante ha desaparecido y la verdad que no sé dónde se encuentra el maître, a lo mejor, está trabajando de camarero en un chino, hartándose de servir plátano flambeado.

Otra cosa que recuerdo es un cliente que me llamó a la oficina, y que le comentaron que como era viernes ya me había marchado. Francamente a mí no me importa que me llamen los clientes ni nadie, porque tengo facilidad para conectar y desconectar, porque ya son muchos años, pero lo que me gusta es que se haga por un motivo necesario. Me llaman al móvil, me hace una pregunta que no era correcta y la contesto, y el resto de la llamada es oir como teclea en el ordenador y está indicando cosas de la que ya estaban zanjadas durante toda la semana. Y se acabó la conversación. Me quedé como tonta pensando y no voy a poner lo que pensé y pasado una semana sigo sin entender la llamada. Y yo me pregunté ¿mi tiempo no vale nada?, pues soy una persona que odia perder el tiempo y que lo rentabilizo al máximo posible, porque considero que el tiempo de todo el mundo es importante y lo respeto.

Todo el tiempo de todo el mundo es de oro, aunque sea para rascarse la espalda.

Y dicho esto, vuelvo a decir la frase que más me gusta “corrige a un necio y tendrás un enemigo, corrige un sabio y lo harás más sabio”.

Todos tenemos un marqués en nuestro interior

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

fuego-recurso

Quememos, simbólicamente, todo lo malo del año que despedimos para así recibir pacíficamente lo nuevo que nos traerá el 2017.

Bueno, pues ya estamos en el 2017, dejamos atrás otro duro año y nos ilusionamos en que el acaba de comenzar será el definitivo y que conseguiremos todo aquello que deseamos o nos gustaría conseguir.

Pero antes de que mi vida se arregle por este cambio, tengo que despedir, como se merece, al año que acabamos de despedir, y para eso sólo necesito decir que hasta los coj… he terminado de este año. Y que estoy harta de muchas cosas que las voy a escribir aquí y las voy a quemar como en un aquelarre y así conseguir pasar al año nuevo con el alma pacífica y con nuevas vivencias. Y teniendo en cuenta que se me ha quedado grabada una canción que oí ayer en un programa de televisión paso a indicaros las cosas que quiero desprenderme para el futuro y para ello me quito de la educación y de las buenas maneras y sale el ogro que llevo dentro de mí:

  • Me cago en los adelantos tecnológicos, que hacen que mi vida sea más agradable, hasta que alguien decide tocar algo en el momento menos oportuno y durante días interminables nos hace pasar un verdadero infierno. En positivo, me doy cuenta de los grandes profesionales que tiene esta red, la alta dedicación a esta causa y lo orgullosa que me encuentro con mis compañeros. Me explico un poco. Nosotros trabajamos “On time”, es decir, en todo momento se sabe dónde se encuentra nuestro paquete y se conoce la entrega o la incidencia en el momento de producirse. Pues bien, en plena navidades, con record de envíos transportados, a alguien se le ocurre meter una nueva versión que hicieron paralizar todas las pistolas de toda España. ¿Os lo podéis creer? Pues sí, ocurrió. Y nosotros, con la contingencia acuesta, trabajando como si no pasara nada, dando todo en los últimos días del año, y sin que el cliente notara nada de nada, sólo un pequeño fallo en conseguir las imágenes, pero casi todo entregado en tiempo, con un par. Hablando con una persona de este tema y alabando el trabajo realizado, me dice: “que pronto se os ha olvidado el trabajar como antiguamente”, pues sí señor, se nos ha olvidado por varios motivos, primero porque nadie escribe ya como los antiguos escribas, la vida ha avanzado y porque hemos invertido mucho dinero para que todo funcione correctamente y además nuestros clientes son exigentes y quieren la excelencia, y se lo hemos dado, aunque sin la tecnología. Bravo compis y gracias clientes por vuestra comprensión.
  • Me cago en aquellas reuniones familiares donde al que le toca prepararlo es un verdadero infierno. Y claro, como estáis notando me ha tocado a mí, la nochevieja y el año nuevo. Mis recuerdos de estos últimos días han sido, compras, preparación, cocinar, recoger, volver a recoger, cocinar, vuelta a limpiar y así horas y horas. Me pelé las uvas y les quito los pipos para no atragantarme, pero la verdad, es que se me han atragantado igualmente. Aunque te ayuden, no es suficiente. Coloqué en dos mesas todas las cositas que se pudieran necesitar a lo largo de las agradables veladas, y fue pregunta tras pregunta, falta esto, ¿dónde está esto otro? Una y otra vez mi contestación era a tu lado, en la mesa auxiliar o en la mesa de las comidas. Da lo mismo si comes o no comes, todo es para el resto. En fin, un desastre. Con lo bien que está celebrarlo en un hotel con cena, cotillón, requete-cena, y comida al día siguiente y tú a divertirse que para eso son las fiestas.
  • Me cago en el despilfarro de comidas. Es tirar comida tontamente. Compras mucho para que nadie se queje (imposible porque siempre les falta algo), compras y compras cantidad, como si no hubiera un mañana. Comen al final lo de siempre, pero hay que comprar todo una y otra vez. Se abre la tarrina del foie para untar una sola tostada, se deja abierto para que se estropee y yo liada en otros menesteres, cuando me doy cuenta ya no tenía remedio. Estoy acostumbrada a cocinar desde hace tiempo para mí sola y además siempre a régimen y siempre engordando, sea de paso. Pues en esos días hay que cocinar para 14 como mínimo. No sabes ni calcular las cantidades, en las recetas de google viene para 2, para 4 y cómo mucho para 6, pero no para 14, por lo tanto, hay que ir haciendo reglas de 3 para cuadrar las cantidades. No hay ollas suficientes para tanta comida y al final, todo tu esfuerzo, se queda en una porquería, que no está mal de sabor, pero no queda perfecto.
  • En definitiva, me cago en to, porque muchos somos capaces de ir a manifestaciones para revindicar un mejor salario (pero luego apretamos los descuentos), un mejor horario (pero dejamos el trabajo para el final y se lo damos a otras personas mientras que se van a sus casas), que paguen más los ricos (pero en cuanto nos dan la oportunidad cenamos y comemos como si se terminara el mundo) y lo peor de todo me cago en aquellas personas que se apoltronan en una silla para que les hagan todo en la vida y que piensan que los demás, en esos momentos, somos criadas o chachas para todo.

Y que conste que me encantan las navidades, pero como acabo de quemar todo lo que no me gusta escribiendo este texto, voy a tener un 2017 perfecto junto contigo, mis lectores de este blog, que hace que me sirva de terapia.

Feliz 2017

¿Pecado original o pecado venial?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Dejemos atrás el machismo y avancemos de una vez.

Dejemos atrás el machismo y avancemos de una vez.

Me estaba haciendo yo esta pregunta con relación al machismo, ¿viene intrínseco en el hombre porque es una herencia de Adán o lo hemos desarrollado con el paso de los siglos? Y me hago esta pregunta a raíz de los últimos acontecimientos vividos, los cuales paso a exponer a continuación para que podáis sacar por vosotros mismos las conclusiones pertinentes.

A parte de mis quehaceres laborales, familiares y lúdicas, tengo este año el gran privilegio de pertenecer al famoso club de “vocales de la comunidad de vecinos”. Yupiii, ¡qué alegría, qué alborozo!! No entro en mí. Llevo 28 años viviendo en el mismo lugar, con unos 12 vecinos en mi portal (hay más portales), me hubiera tenido que tocar unas 2 veces más o menos. Pero resulta que llevo innumerables veces que me nombran como vocal, porque cuando uno se presenta voluntario (que aunque parezca mentira existe), luego vuelven a empezar por mí por ser el bajo y así varias veces. Con lo cual, les dije que no contaran conmigo porque ya había sido como unas 5 ó más veces vocal. Pero este año me ha tocado y no entro en mi ser.

Me encuentro con un presidente y 2 compañeros vocales, porque el resto han decidido no asistir ni hablar del tema.

La sorpresa me llega cuando pienso que como pagamos a un administrador de fincas, mi figura iba a ser la justa y necesaria, pero mis queridos compañeros son de esos encantadores vecinos que quieren arreglar hasta el más mínimo tema de la comunidad sin dejar nada a los que dentro de un año nos seguirán. Este altruismo es ejemplar, pero esto significa que se encargan de pedir presupuestos, de hablar con todos los contratistas, de saber de todo, y en el caso de que se apruebe la modificación hacer las comprobaciones diarias e in situ de las obras.

Como buenos machos ibéricos tienen grandes conocimientos de todo lo relacionado con los ñapas, lo cual, me deja admirada.

Pero no le hago esta entrada a sus mentes privilegiadas sino a lo que me lleva a escribir este artículo.

El 13, Martes, de este mes, tuvimos una maravillosa reunión, quizás por ser 13 y martes, llego a la reunión, un poco más tarde porque tenía que realizar algunas cosillas y además deseando que hubieran avanzado en los temas. Me dio en la nariz que estaban hablando de mí en el momento que entro, pero dejemos pasar el tema.

Duró la reunión como unas 2 horas más o menos (ésta ha sido corta, las ha habido más largas) y me situé enfrente del presidente, para que no tuviera problemas en mirarme ¿y por qué digo esto? Porque no me mira en ningún momento, sólo mira a mis dos compañeros vocales. Sólo dirige su vista a mí cuando hago algún comentario o dice una palabrota que mirándome me dice “perdón por la palabra”, a la que yo le digo que no me molesta, que estoy acostumbrada y que no hace falta que me diga perdón, pero igual que no me mira supongo que tampoco me escucha y vuelve a repetirme el perdón.

Pero el tema viene cuando en la conversación de temas de la comunidad, se cuela un gran problema estructural y es que uno de los últimos novios de mi vecina (no el anterior) le ha puesto muy bonito el jardín. Esto lo comento porque es mi vecina de pared (aunque otro portal) y no sé si tiene novio, ni cuantos, ni si es cojo o no. Pero parece importante lo que tiene y lo que influye en nuestro cometido. Pero lo bueno viene ahora, cuando dicen que mi vecina está más contenta ahora y que se nota que está “bien lubricada”, por dios, por dios, y la virgen maría y todos los santos. Mi cara es un cromo y pienso ¿qué dirá esta gente de mí?. Yo no me conozco la vida de casi nadie, y hay personas que se conocen los de todos. Pero, pienso, que este tipo de “gracias” es lo que da lugar a otras muchas peores. Por cierto, con esta teoría, ¿tengo que pensar que todas las personas que están de mala leche continuamente y tienen pareja es que no han lubricado o la han lubricado bien? Porque a lo mejor no es tanto de que esté lubricada sino también de que se la lubriquen perfectamente y no a medias. ¡Qué fuerte todo!

Luego pasa lo que pasa, que mucha lucha por la igualdad, la paridad,… Y el problema está en los mismos seres humanos. Todo se toma como algo normal y se hacen chistes de estos temas.

Cuando yo era pequeña, que se supone que éramos más retrógrados, sólo salía en la televisión noticias de exhibicionistas, que ya es tela, yo no entendía que placer suponía ir desnudo por las calles con una gabardina y abrirla al paso de una mujer. Mentes de hombres. También me encontré con un viejo que amablemente me ayudó para coger algo de un árbol y noté como empezó a mover sus asquerosos dedos para moverme la braga, lo que hizo que como un resorte me bajara y le diera una patada. Pero ahora que somos más civilizados, me encuentro con un montón de jóvenes que violan a mujeres incluso en pandillas de amigos, como si la fiesta fuera también joder la vida a una jovencita. Pero lo malo es que no sólo pasa en países “tercermundistas” sino en mi mismo país y con gente joven. Pero claro, seguro que han oído chistes como el que comento y por supuesto, se sienten en la obligación de “lubricar” al ser que tienen bajo coacción.

Y siempre que oigo que ocurre alguna de estas cosas, pienso que el hombre es lo más guarro que he conocido nunca, no les importa meter lo que tengan que meter, en cualquier sitio, en cualquier lugar, y compartiendo la entrada con otros amigotes que a saber qué es lo que han hecho antes con el aparato lubricador.

¡En fin! Esto no ha cambiado ni cambiará, mientras que en cosas más simples no se haga un giro de mente y se piense que para ser feliz no todo se basa en lo mismo, y que a lo mejor el mal genio no es por falta de líquidos sino por incompetencia del dueño del aparato.

¿Se puede cambiar a partir de los 50?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

happiness-positivisme-recurso-blogcarmen

Hace unos meses hablando de mi carácter, se me dijo “el que nace lechón muere cochino”. No sé si me llamaron guarra descaradamente o por el contrario me querían decir que es difícil cambiar mi personalidad. Aunque a mí me gusta más la frase “genio y figura hasta la sepultura”.

Pero tengo que decir que, a mi edad, estoy dispuesta a que se produzca un cambio en mi forma de ver la vida. Sé que va a ser muy complicado, incluso a lo mejor, imposible, pero voy a empezar este septiembre con la creencia de que lo voy a conseguir.

Y a lo mejor os preguntareis el porqué de este cambio, pues os tengo que decir que estoy cansada, muy cansada de nadar contra corriente. Veo que las personas que no son tan exigentes en sus vidas son más felices. Dejarse mecer por los momentos les provoca más placer que aquellos que estamos siempre queriendo mejorar y vivimos los retos como logros personales.

Pero miro a mi alrededor y veo que no todos piensan igual y luchar en este mundo, donde muchas veces la mediocridad está premiada, me ha agotado.

Va a ser muy difícil, pero seguiré con mis logros, pero lo que tengo que aprender es a no exigir a los demás que me entiendan ni que me sigan.

A lo mejor yo soy la equivocada y me he dado ahora cuenta. Si es así, nunca es tarde para rectificar y es lo que voy a hacer.

Tomarme la vida con más filosofía hará que disfrute más de lo que me rodea.

Muchas veces en algunas conversaciones he comentado “tenemos lo que nos merecemos” y creo que así, luchar sola o casi sola, cuando el resto están de acuerdo con la situación, es complicado de llevar y que conste que no es porque se tenga diferente opinión. Todos estamos de acuerdo en la injusticia, pero unos giran las cabezas y otros luchamos, pero al final, no se consigue nada, puesto que unos pocos no pueden con unos muchos.

Siempre he dicho que la crisis ha quitado la careta a muchas personas, y la crisis ha demostrado quién de verdad vale y quién está debajo de un paraguas esperando que acampe.

Vamos a ver si lo consigo y el resultado es positivo, el tiempo lo dirá y mis nervios lo templará.

Mis deberes para este curso están puestos, en unos meses veremos el resultado.

¿Corrupto yo? Tururú

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

corrupcion-recurso

El otro día, estando comiendo con un grupo de amigas, nos pusimos hablar de la corrupción en este país, pero no de esa corrupción que sale diariamente en los telediarios, esa que ocupa las cárceles de todo el país.

Esa ya tiene bastante tinta derramada. Nos pusimos hablar de los enchufismos que hay en nuestro día a día, a pequeña escala pero que, al fin y al cabo, también es corrupción. Porque si pensamos en su significado, lo primero que encuentro cuando lo busco en Google es “Acción de corromper o corromperse. Situación o circunstancia en que los funcionarios públicos u otras autoridades públicas están corrompidos.” En otras palabras, no sólo está mal el que se corrompe sino también el que provoca la tentación e importante, se habla de entes públicos, y nos preguntaremos ¿por qué los públicos?, pues dentro de mi entender porque en lo público funciona el dinero de todos y, por lo tanto, estamos todos perjudicados si se producen dichas corrupciones.

“El concepto de corrupción está relacionado con el honor y la moral destruidos o deshechos”.

Cuando perdemos la integridad, lo vemos reflejado en los hechos; nuestro desempeño y rendimiento ya no son los mismos y es usual que resulten afectadas otras personas.”

Y yo soy de la opinión que todos tienen un corrupto en su interior, pero a pequeña escala tenemos los famosos enchufes que, muy voluntariosamente, se ofrecen a diestro y siniestro perjudicando a otros usuarios pero que debe de crear una adicción tan poderosa que estamos diariamente viéndolo, pero hasta llega a parecernos normal.

Nos parece normal que los médicos lleguen tarde a sus consultas y nos parece normal que se nos cuelen en las consultas mientras que a nosotros nos duelen las posaderas de estar tanto tiempo esperando el turno.

Además, me gustaría añadir que echo de menos que ciertas instituciones tengan un Twitter o un Facebook a los que puedas dirigirte para expresar tu descontento en el momento. Como mucho disponen de un apartado en la página web habilitado para que manifestemos nuestras opiniones, a las cuales, en cualquier caso, responden con semanas de retraso; todo queda en papel mojado. Si pudiéramos quejarnos “en directo”, a través de las redes sociales, otro gallo cantaría. Y esto va por los Hospitales, por ejemplo.

Si yo pudiera poner, como el otro día, que llevaba 2 horas esperando al médico, a lo mejor, lo buscaban y comprobaban si estaba de verdad en alguna planta trabajando o, por el contrario, estaba desayunando. Y si yo el otro día pudiera haber puesto que estaba cansada de que se me colara personal propio del hospital, con sus hermosas batas blancas y verdes, a lo mejor, alguien se daba cuenta que hay un problema.

Porque toda esta gente que se cuela con sus padres, hermanos, vecinos o mecánico, seguro que, si pidieran cita para esas personas, se las daría antes que a mí y mis padres, pero no, eso es mucho trabajo, es mejor que lleguen a la cita, con tres horas de retraso el médico, más el tiempo que hay que añadir porque ellos se cuelan.

Y ya lo comenté una vez, ¿es que su madre es más importante que la mía? Pues para esa persona está claro que sí, pero para mí, está claro que no.

Creo que hacen falta muchos cambios, porque claro, si tenemos el presunto celador, asistente, enfermera, medico, etc. que cuela a sus familiares y/o amigos-conocidos, ¿si a estas personas le damos más poder qué es lo que llegarían a hacer? Pues vete tú a saber, como se lleva en el ADN, posiblemente se quedarían con más dinero o más favores…

Y que conste que no disculpo a los grandes corruptos televisivos, se tendrían que pudrir en las cárceles, aunque devolvieran el dinero; hablo de que, a pequeña escala, también estamos rodeados de corruptos.

Mi amiga me comentaba una cosa, por ejemplo. Tenía una compañera igual que ella, quizás mi amiga un escalafón más alto, aunque sólo sea por antigüedad. No son funcionarias, pero trabajan, a través de otra empresa, en una que es estatal. Pues hay aparcamiento, pero no lo pueden utilizar porque es sólo para los funcionarios. Pues casualmente su compañera tiene al padre que trabaja en el mismo sitio (ohhh, ¿casualidad?), pues como su padre es funcionario, ella sí puede llevar el coche y aparcarlo en la zona exclusiva de los funcionarios. ¿Enchufe? Para mí, claramente sí. La hija está trabajando para otra empresa y no tiene derecho, y si tiene derecho, que lo haya para todos.

Esto me recordaba a cuando empezó a salir la noticia de que un taxista se negó a aceptar un cheque de locomoción de su señoría el diputado, porque no era el diputado, sino el familiar del diputado. Es lo mismo, yo como contribuyente, puedo pagar lo del diputado (hasta cierto punto) pero es para que lo utilice el diputado para ir al congreso/senado y vuelta a su casa, pero no para que lo utilice su familiar después de una juerga toledana. Claro que le pagamos un cheque de locomoción para todos los días, pero la realidad es que van al congreso/senado cuando quieren, porque se ven más asientos vacíos que llenos. Circunstancia que tendría que estar prohibida, o bien, pagar a su señoría por los días que viene exactamente y no por los que no asiste.

Y esta es la realidad, cualquier persona que puede hacer un enchufismo lo hace, sin importar si otros son perjudicados, les crece, se sienten importantes y los demás que arreen. Luego, podemos hacer una regla de tres, si en pequeña escala hacemos este tipo de “trampas/corruptas”, a gran escala podemos poner la X y veremos los miles de millones que se llevan para la butxaca, la vida de potentados que disfrutan y los costes de sus fiestas pasados por la piedra de la contabilidad A, B e incluso C, además del lado oscuro de la historia.

Piensa en la cantidad de pequeñas cosas que hacen que demos el visto bueno a estos enchufes y empecemos a decir “basta”, pero empecemos desde abajo y seguro que se irá cortando los de arriba.

En fin, mi reflexión es que posiblemente todos tengamos un corrupto dentro de nuestro cuerpo y lo que hay que hacer es pensar que si tú consigues algo de forma no lícita ¿perjudicas a algún contribuyente? Pues si es así, jolines, no lo hagas.

Aquellos locos cacharros

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

juguete-antiguo-nostalgia-recurso

Un síntoma claro de que me estoy haciendo mayor, son los recuerdos cada vez más intensos de épocas anteriores a nuestra etapa de adulto.

Añoramos tiempos anteriores, recordamos juegos, vivencias y en nuestra cara se nos refleja una gran sonrisa. ¿Significa que ahora no somos tan felices? No lo creo, lo que pasa que éramos más inocentes, sin tener tantas mochilas llenas de grandes piedras que han ido, según iban pasando los años, haciendo que estuviéramos más encogidos y que, poco a poco, nuestros hombros se echaran más adelante, casi hasta el punto de tocar con la nariz el suelo.

Pero el ser humano es optimista por naturaleza y siempre hay algo que nos hace erguirnos de nuevo y comenzar nuevas etapas o continuar con las aparcadas en otro lugar. Lo llamaremos metas, ilusiones o lo que los especialistas quieran indicar, pero siempre tenemos algo a lo que agarrarnos para seguir luchando.

Es gracioso ver cómo en poco tiempo la vida ha cambiado y nosotros con ella.

Cuando yo era pequeña, estábamos todo el día en la calle y no necesitábamos un móvil para volver a casa, se oía los gritos de todas las madres llamando a sus hijos por las ventanas de las cocinas. Todos desaparecíamos a la vez y volvíamos a la calle una vez terminada la comida o la merienda si era en época de colegio.

Jugábamos chicos y chicas juntos, ellos a la muñeca o a los paseíllos de canciones y nosotras a las chapas o al futbol si hacía falta. Cuando hacía falta unos postes para jugar a la goma, ahí estábamos haciendo cola también, y si era para saltar, nos juntábamos todos y a hacer concursos.

En semana santa lo teníamos todo prohibido, no había cines, ni bares, ni nada de nada, y comías los viernes el potaje correspondiente para no pecar.

Cuando hacías la comunión te dejaban en ayunas para recibir mejor a cristo.

Las vacaciones eran 5 personas metidas en un seiscientos, más las maletas y sin aire acondicionado. ¡Sorpresa! No teníamos aire acondicionado y hacía un calor de narices. Recuerdo poner una toalla o un trapo en la ventanilla para intentar que no entrara el sol y que el viaje fuera más placentero. Imposible. Sudábamos muchísimo, las gotas nos caían por todo el cuerpo y el asiento se quedaba mojado.

No existían las sillas de seguridad para los niños, apoyábamos la cabeza en las piernas de tu madre o del familiar que tocara.

En las casas no ponían tapones en los enchufes, ni protegíamos las esquinas de las mesas. En este punto recuerdo una anécdota con mi hermana la mediana, un trasto de niña, inquieta como la que más. Como mi padre era electricista, tenía un cuadro de luces en una habitación. Mi hermana, como a su corta edad ya quería saber qué es lo que significaba eso, en un descuido de mis padres puso la clavija donde no debía y dejó a toda la urbanización sin luz. Pero bien, no le pasó nada, salvo el susto.

Los columpios no eran de madera o especiales para los niños. Eran metálicos, que cuando pegaba el sol, era complicado columpiarse y no quemarse las piernas. El final del tobogán no estaba protegido, si tenías suerte había mucha arena y sólo llegabas a casa con las rodillas rozadas, o con los pantalones roídos. Por eso se utilizaba una cosa que ahora nadie sabrá lo que es, salvo por estética, se usaba las rodilleras y las coderas.

Cuando una vecina y/o hermana tenían el sarampión, nos ponían todas juntas para pasarlo a la vez. Bebíamos de la misma botella, comíamos algunas chuches y estábamos sanos.

Mi padre tenía la manía de que no le gustaba vernos comer chicle, y antes de entrar en casa, teníamos que tirarlo o en mi caso, tragarlo, porque siempre se me olvidaba. Hasta que un día entré con él, me mira mi padre y me dice, bueno, no pasa nada. A partir de ese día, mi estómago dejó de recibir chicles.

El jabón de lagarto era nuestro gel y/o champú. No teníamos problemas de alergias y de escamas, ja, ja, nunca mejor dicho.

No teníamos ningún videojuego, pero nos pasábamos horas intentando meter unas bolitas metálicas en los pequeños agujeros de un circulo. O tirábamos a meter monedas en la boca de una rana metálica.

No teníamos películas de vídeo animadas, sólo discos traducidas por sudamericanos de películas Disney y cuentos de papel con formas de las protagonistas.

Hacíamos colecciones de todo lo que nos dejaban y jugábamos con muñecas recortables cambiando las ropas según temporada.

Mi hermana tiene el recuerdo de que una vez le regalaron una muñeca en Valencia de cartón y que cuando llegó a Madrid, después de un viaje en tren, se la había casi comido entera.

Yo no conocí esas muñecas, pero me regalaron una vez una que era casi más grande que yo, que además hablaba. Tenía detrás un hilo con una anilla, que tirabas de ella y decía unas palabras. La recuerdo con su vestido rosa.

Jugábamos al yo-yo, al diábolo y pasaba el tiempo super rápido.

A todo el mundo le deseabas buenos días, distinguías entre las personas que llamabas de tú y las que las llamabas de usted. Dejabas pasar primero a las personas mayores y les dejaba los asientos en los autobuses.

La televisión era en blanco y negro y te decían cuando podías verla y cuando te tenías que ir a la cama, y lo mejor de todo, es que lo hacíamos, sin rechistar. Recuerdo muchos anuncios de aquella época que incluso los sigo utilizando en el día hoy, por ejemplo, hay gente que tiene una sonrisa muy especial y a mí me recuerda el anuncio de “Con un poco de pasta basta, Gior”, era muy bueno.

Cantabas sobre “aquel negrito, del africa tropical” y nadie te llamaba racista, porque digo yo que había blanquitos y negritos.

Oías las telenovelas en la radio, mientras que tu madre te preparaba la merienda, o las recomendaciones de una mujer que al final solo ponía la voz pero que era un hombre quién escribía las contestaciones, muy bueno, ¿verdad?

Pertenezco a la generación del Baby bommers (1945-1964), aunque por los pelos, porque nací en 1962, casi podría ser de la generación del X (1965-1981).

Y una cosa de mi generación, sea la que sea, es que son echados para adelante, se arriesgan. Si os fijáis es una generación que viste muy moderna, sin importarles los demás. Van modernamente peinadas, mucho más que las siguientes generaciones.

Están en la última en las nuevas tecnologías, no seremos la generación de los milennials ni de los nativos digitales, pero ahí estamos, mucho más dispuestos que algunos de las últimas generaciones.

Y nos encanta vivir y disfrutar de lo que tenemos, recordamos el pasado, pero al mismo tiempo nos enfrentamos al presente y nos arrojamos al futuro, porque somos así y así seguiremos avanzando y creciendo como seres humanos. Recordamos con nostalgia, pero subiendo escalones en esta pirámide que es nuestra vida, y no sólo en lo personal sino también en lo laboral.

Conciliación familiar/laboral

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

conciliacion-laboral-familiar-liberacion2000

Estando pensando de qué podía hablar hoy en la entrada del blog, he pensado que este tema sería interesante. En una pequeña conversación con el personal de la agencia, todos me han informado que les gustaría bastante que se pudieran cambiar los horarios para disponer de más tiempo libre. Estamos de acuerdo que sería mucho mejor que las jornadas fueran continuas y sin tener que parar para la comida, la digestión e incluso hasta la siesta, para posteriormente volver al trabajo, con pocas ganas, porque nuestro estómago y neuronas están en una fase que es imposible que se sea productivo.

Pero si una gran mayoría de las personas estamos de acuerdo, ¿por qué no se saca las leyes necesarias para producir dicho cambio?

Parece como si hubiera miedo a hacer ciertos cambios por ley o por decreto, porque quizás hay dicho cambio significa otros muchos que hay que realizar, pero se puede hacer sin problemas.

¿No nos parecía muy fuerte cuando se prohibió fumar en los restaurantes? Parecía que se iba a acabar el mundo, que no podríamos vivir, que los bares y restaurantes iban a cerrar y al final, poco a poco, todo se ha ido adaptando a la nueva situación y yo no he visto que ninguno haya cerrado.

Quizás haría falta unos cambios o unas adaptaciones. A lo mejor, los bares y/o restaurantes de los polígonos no serán como los actuales, pero si se pueden reciclar a base de pinchos o lo que ahora se lleva tanto los Food trucks, que en otros países son normales verlos por las calles y la gente comiendo.

La verdad es que, si analizamos los cambios realizados en estos últimos años, cada vez nos cuesta más y más volver a unas costumbres que incluso nos parecen ahora arcaicas.

Hace unos años, en la oficina, íbamos a desayunar y comer en un bar del polígono. No sólo empezamos a ensanchar nuestro cuerpo, debido a las grasas ingeridas, sino que nuestro bolsillo tuvo problemas para aguantar tanto gasto.

Con la llegada de la crisis, hizo que se pensara en tanto gasto y al final me he dado cuenta que no sólo el dinero es importante sino también la salud y quitar las famosas frituras.

Pero cuando hablamos de conciliar nuestra vida familiar es importante tener en cuenta que es mejor disponer de tiempo libre para dedicarlo a lo que de verdad te hace feliz.

Esto supone que hay que realizar muchos cambios, horarios de guarderías, colegios, pero también otros servicios como puede ser estética, vigilancia, etc.

Tenemos que pensar cómo lo hacen en Europa, porque me imagino que dichos servicios también existen y que se utilizan, luego de alguna manera podemos conseguir que todos tengamos nuestro tiempo libre para disponer de él como mejor nos convenga.

Y de esta manera, se cogerá las funciones laborales con mucha más alegría y seremos más productivos.

Cada vez veremos más cerca el poder trabajar desde casa. Hoy en día se puede hacer en muchos aspectos, pero hay que tener la mentalidad de trabajar y no de engañar, que es un pequeño defectillo que hay por algunos sitios.

Si estando con un trabajo presencial, los hay que se inventan todo tipo de excusas para faltar ¿qué es lo que no haría si nadie te vigilara?

Pero sería otro paso importante para tener una vida tanto familiar como personal más llena y completa y todo ello se volcaría en nuestra actitud diaria con nuestro entorno.

Cada vez nos iremos acercando a ello, sin la menor duda, pero creo que los políticos que son muy valientes a bajar impuestos cuando estamos cerca de unas elecciones, luego se les olvida y siguen dejando pasar el tiempo.

Eso claramente porque a ellos no les incumbe. Pueden faltar a su trabajo cuando quieran (por ejemplo, al congreso) o tiene guarderías en el congreso, aunque no la utilicen y prefieran llevarse a su hijo a los pulpitos, o van en taxi no solo el diputado correspondiente sino toda su familia, etc., etc.

Señores, demos pasos para conseguir que podamos disfrutar de nuestro tiempo.

Solo añadir que no tenemos que tener miedo a parecernos a los europeos. Hay que tener en cuenta que si ellos salen a las 6 p.m. en su país ya es de noche, por lo tanto, por regla general, se meten en sus casas a comer o a tomar cervezas, esperando a que llegue el fin de semana.

A nosotros no nos pasaría, porque a las 6 p.m. hace un sol radiante que en verano puede estar hasta muy tarde y nos sentaremos muy a gusto en cualquier terracita a disfrutar de nuestra familia, amigos o mirar el horizonte con ilusión.

¿Calidad vs precio?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

servicio-transporte-nacex-precio-calidad-liberacion2000-ss-de-los-reyes-madrid

Tengo que decir que hago esta entrada del blog en un momento de profunda rabia y decepción.

Empresas serias en este país estamos luchando por la calidad en el servicio, trabajamos para que todos tengan una buena recompensa no sólo de palmaditas y premios sino también en el salario.

Sí señores, en el salario. Todos queremos vivir bien y que nuestro trabajo se vea recompensado.

Y cuando vamos a hablar con un cliente, se le llena la boca de que quiere calidad y aquí estamos nosotros, y le damos calidad, pero para mantener una infraestructura, hace falta invertir y la inversión se hace con dinero. Sí con dinero, eso que a todos nos gusta, pero para uno mismo y le da lo mismo lo que pase a los demás.

Esta es nuestra sociedad. Queremos tenerlo todo, pero a los demás poco nos importa.

Estas grandes empresas que hacen concursos anuales para cambiar de transportista, porque están descontentos, que esa es la realidad, porque los operarios que lo sufren todos los días, están a punto de un ataque de nervios.

Pero estas empresas deciden dar el concurso a una empresa externa para que analice la situación. No se lo dan a sus empleados que lo sufren, no, se lo dan a alguien externo. Si se lo dieran a sus sufridores no les importaría pagar un poco más para tener verdadera calidad y así ellos vivir mejor. Lo analiza una empresa, que lo único que les importa, es la línea final, el precio.

Encima te comentan que están contentos con la empresa que le ha tirado el precio y que aceptan los problemillas normales que se tiene con cualquier empresa de transporte. ¡No hombre no! Se tiene los problemas normales cuando estás con las empresas de transporte baratas, que ni se acercan a las nuestras, que a lo mejor no son ninguna. No se puede comparar la estructura nuestra con esas empresas, por mucho que se quiera hacer.

Siempre habrá un error, y como siempre digo, tú error es EL ERROR. Te importa poco que lleves años funcionando perfectamente, un error y pierdes al cliente.

¿Por qué a una empresa “barata” le perdonan no sólo un error, sino varios y de forma repetida? ¿Tanto importa el dinero que se ahorran? A lo mejor se lo gastan en bajas del personal por estrés.

Y luego me llama mucho la intención cuando veo los beneficios que ha tenido la empresa en cuestión. Hace récord, se reparten dividendos. ¿Y no les importa que cuando abaratan los precios de los proveedores hacen que gente se quede sin trabajo o gane menos dinero?

¿Esa es la ética que tenemos? Para mí lo mejor, para ti … es tu problema.

“Ande yo caliente y ríase la gente”. Injusticia, egoísmo, despotismo, etc.

¿Se ha tenido en cuenta que para dar precios baratos lo tienen que hacer las centrales quitando el trabajo a las empresas de zona que les correspondería?

Estoy indignada, nunca conseguiremos que en un concurso se nos acepte.

La calidad no importa y mientras que tengamos esta opinión seremos mediocres y estaremos lejos de los países “desarrollados” y seguiremos trabajando horas y horas, días y días para conseguir un salario pequeño, sin conciliar nuestra vida y disgustados por no poder cambiar el mundo.

¿Para qué sirve trabajar con la excelencia? ¿Sale más barato trabajar mal? En mi sector, claramente sí. Trabajas mal pero no me importa porque eres barato. ¿Cuánto te cuesta para tú empresa un mal trabajo? Te puedo asegurar que mucho. Pero claro, no lo ven, lo sufren los demás. Yo sólo veo que me he ahorrado un poco de dinero y a lo mejor me puedo comprar otro yate.

Sale caro la calidad, no sólo en esfuerzo y en dinero, sino también en desesperación por la falta de valoración.

Estoy indignada, no es justo. La calidad debe de ser nuestro motor, junto con la superación; no premiemos la mediocridad.

La caída del Imperio del cuerpo

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

manos-mama-recurso

Estamos en una sociedad donde lo único importante es la imagen. El cuerpo perfecto, la cara bellísima, todo nuestro mundo gira en una educación de la estética que llega a ser enfermiza en muchos casos. Pero el problema viene cuando el paso del tiempo hace que, por muchos avances tecnológicos que tengamos, el cuerpo pierda su elasticidad, su tersura, su fuerza. Y esto es algo que no podemos evitar, tarde o temprano pasa, sin importar las veces que nos operemos o lo mucho que nos cuidemos. Al final todos nos hacemos mayores.

Somos una sociedad de mayores y cada vez más mayores. En estos días que he estado en el hospital para tratar a mi madre y he visto como toda la planta estaba ocupada por personas mayores, de la misma edad que mi madre (86 años) o más todavía si cabe. Tengo que decir que los comentarios de todos los que estábamos allí cuidando a nuestros familiares iban por los mismos derroteros; supongo que esta generación pasó muchas penalidades con la guerra y la postguerra, pero es una generación que puede con todo.

Es lógico pensar que lo poco que comían seguramente era de mucha más calidad que lo que hacemos actualmente. Las frutas y verduras estaban mejor cuidadas, incluso parecido sino igual a lo que ahora llámanos huertos ecológicos y antes era el día a día. Los animales eran engordados con los productos de la tierra, naturales. No hacía falta poner música clásica para relajar a las vacas y que dieran mejor leche y su carne podía comerse con la seguridad de que no estaba contaminada por otros agentes externos como los antibióticos; cuando un animal se pone enfermo, ahora, se lo trata con antibióticos, los cuales también acabaremos consumiendo nosotros de forma indirecta.

En cualquier caso, e independientemente de las diferencias entre la actualidad y antaño, no podemos negar que nos hemos topado con una sociedad “de viejos”, un punto al que todos acabaremos llegando tarde o temprano.

Y desde aquí revindico que al personal que trabaja en hospitales y/o que trata cada día con mayores reciba formación que le ayude a desarrollar aptitudes específicas para poder desarrollar bien su trabajo; enseñarles a tratar a personas mayores, ya que en la mayoría de ocasiones éstas tienen problemas para comunicarse e interactuar con el resto (ya sea porque no ven bien, porque no oyen o porque les cuesta asimilar las ideas).

Es gracioso ver cómo los médicos cuando pasan visita te piden que te salgas y tú con mucha educación y cuidado, le dices que ha perdido un poco la razón y que es sorda, pero de todas las maneras te dice que salgas, y desde el pasillo, oyes a grito pelado, le preguntas que hacen a tu madre y como es imposible tener una respuesta lógica. Y tengo que decir que esta vez hemos tenido suerte, porque después de quedarse sin voz para conseguir preguntar algo a mi madre, salieron para explicarnos y hacernos algunas preguntas, lógicamente, puesto que mi madre podía contestar por peteneras.

Y digo que hemos tenido suerte, porque otro médico que la operó hace unos años, NUNCA se dirigió directamente a los familiares. Incluso le decías, “doctor por favor” y el contestaba “ahora hablo con ustedes” y hasta hoy.

Otra cosa que he reflexionado es cómo lo hacen las personas que no tienen hijos o sus hijos están lejos de casa y no pueden estar mucho tiempo en el hospital acompañando a su familiar.

Es muy fuerte, y creo que se necesita un buen curso de reciclaje para estos momentos.

También me ha dado por pensar que en vez de gastarse el dinero en tonterías muchos gobiernos deberían decicarse a construir residencias del estado, porque es donde vamos a ir todos a parar, porque la mentalidad nuestra es la de no molestar a los hijos y además estar con gente de la misma edad y mismas aficiones, pero claro, encima son pocas y las privadas super caras.

Esto es el negocio del futuro, las residencias de ancianos. Donde el personal esté concienciado a mimar a las personas mayores. Y digo mimar, porque son tan sensibles nuestros mayores igual que cuando tienes a un bebé en brazos. Son muy frágiles, aunque, a diferencia de un bebé, son rebeldes, pero con la sensibilidad a flor de piel y me lleva los demonios cuando veo que se les trata mal.

Porque hay que pensar que nuestro fin va a ser ese, no saber dónde estás, tropezar porque no ves bien, decir algo que ha ocurrido hace años como si fuera ahora mismo, perder la intimidad, etc., etc.

Por muchos avances estéticos o tecnológicos, el cuerpo se va estropeando, pudriendo incluso. Y aquí llego a la frase de una doctora mía que decía “la mujer cuando es útil para la naturaleza, el cuerpo la protege, cuando deja de ser útil, la abandona”.

Y yo con esta frase le cambio algunas palabras y digo “cuando eres útil para la sociedad te apoya, pero cuando decaes, te da una patada y te manda al hoyo más profundo del abandono y la soledad”.

Pero no olvidaros, todos vamos a llegar y si no llegamos, malo, porque estaremos entonces criando malvas.

Por último, como acaba de ser el día de la mujer, quisiera dedicar mi recuerdo a aquellas mujeres de hace más de un siglo que son las verdaderas luchadoras por la igualdad y las que sufrieron día a día aquello que ninguna persona debiera haber sufrido. Ellas son nuestros ejemplos y sobre todo el mío.

¿Y si fuera una canguro?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

imagen-recurso-cuna-carmen

Ya ha llegado el día en que a mi hija, después de vivir la maravillosa experiencia de ser madre, le toca volver a la rutina del trabajo.

Durante el embarazo eres una mujer a una tripa pegada y, durante los primeros meses de vida de tu retoño, eres una mujer a un bebé pegado. Respiras, duermes, comes y vives cuando tu mini-Yo te deja.

A partir de ahora serás una mujer a una hija pegada y hasta que llegue cierto momento -que no quiero nombrar-, ya no habrá lazo tan fuerte como el de una madre con una hija.

Pero se empieza a trabajar y ahora ¿qué se hace con los hijos?

Bastante polémica ha habido con las últimas imágenes de madres o madre llevándose a los hijos a su puesto de trabajo, sin aprovecharse de la gran ventaja de tener una guardería en el mismo sitio donde pasas largas horas de la jornada. Y no quiero hablar más de este tema, porque para mí fue un duro golpe debido al gran sufrimiento que me produjo ese momento y los malabarismos que tuve que hacer para que yo pudiera trabajar y al mismo tiempo mi hija estuviera cuidada.

¿Por qué se podía hacer si no tenías a ningún familiar ni dinero para que se quedara con tu hija? ¿Qué se puede hacer si tienes necesidad de seguir trabajando? ¿Merece la pena tanto sufrimiento? Porque no sólo estamos hablando de dinero, sino también de desarrollo de la mujer.

¿No es el motivo principal o uno de ellos por lo que las mujeres se quedan embarazadas cada vez más tarde?

Hace años se decía que la mili partía por la mitad al hombre o en su vida laboral o en su vida de estudiantes. Tenía que cortar para hacer la mili o pedir una prórroga. Esto ya no existe. Pero ¿y la mujer y la llamada de la maternidad? Pues estamos en el mismo caso, o lo prorrogas hasta que tienes una edad que ya no puedes seguir ampliándolo o cortas tu vida y te lanzas a ello.

Y la guardería no es lo peor, ¿qué hacemos en la edad escolar con tantas vacaciones? ¿Cómo los repartimos? Un mes con papi, otro con mami, el resto con los abuelos, un campamento rural, otro urbano… Locos, se termina locos para cuadrar tantas festividades y horarios. Te faltan familias, te faltan horas y te faltan dineros, muchos dineros.

Tiene que cambiar mucho las leyes, pero tienen que cambiar. Por cierto, ya se han hecho muchos avances, pero quedan todavía muchos más.

La verdad es que más que ver a una diputada llevar a su hijo al trabajo, que, por cierto, vaya niñ@ bueno, mi hija hubiera estado todo el tiempo llorando, me hubiera gustado ver a su padre haciendo lo mismo, llevándoselo al trabajo. No sé si está casada o no, pero digo yo que ese hijo habrá sido “engendrado” con mucho cariño y con alguna participación masculina, porque además es su segundo hijo. Y si no este el caso, insisto que me gustaría ver a los hombres llevándose a los niños a los trabajos, entonces ya no se vería tan normal que lo hagan las mujeres, aunque se critiquen.

Bueno, hay que cambiar las mentes, pero más todavía las leyes y las ayudas.

Ahora toca volver al trabajo y yo a descansar un poco porque estaba ya acostumbrada a su trabajo que he tenido que sustituir. Volví a retomar labores que ya hacía ella en la empresa igual que tuve que volver a retomar la faceta de estar con un bebé, con la diferencia que ahora mimo y no educo. Le toca a ella, es su momento.

Como decía yo siempre, en el fondo, cuando se vuelve al trabajo, también se vuelve a ser persona y te das cuentas que existe algo más que los pañales y las leches en polvo. Que se puede hablar de otros temas que no tengan que ver con mocos y que se lucha contra todas las adversidades para salir adelante, aunque ahora con una niña preciosa que tiene los ojos más bonitos del mundo mundial (y parte del extranjero) …

¡Bienvenida hija! Te estaba esperando como agua de mayo o en este caso, de enero.