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Que nadie te amargue las vacaciones | Este verano, #NacexPromo y a viajar con tranquilidad

Escrito por Liberación 2000. Posteado en Noticias

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Cancelaciones, retrasos y maletas amontonadas en esquinas perdidas de cientos de aeropuertos nacionales e internacionales. Ésta es la estampa con la que han abierto los informativos cada día de la semana y, en medio de esta vorágine rodeada de frustración e impotencia, no podemos evitar preguntarnos qué otras alternativas pueden ayudarnos a que nuestro viaje sea más fácil.

En Nacex no podemos hacer nada por los vuelos cancelados o los interminables retrasos, pero cuando se trata del equipaje, ahí sí podemos ayudar a los viajeros. ¿Harto de tener que acudir con demasiada antelación al aeropuerto para poder facturar la maleta a tiempo? ¿Cansado de tener que pagar precios desorbitados por tu equipaje y bultos? ¿Con miedo atroz a los sudores fríos que a todos nos entran mientras esperamos (y rezamos) para que nuestra maleta asome la ruedecita por la cinta de equipajes?

Este verano, evita cualquier situación desagradable relacionada con el transporte de tu equipaje y confía en Nacex, ¡nosotros nos encargamos! Hemos diseñado un servicio de envío de maletas y bultos con el que podrás viajar tranquilo y ligero, sabiendo que tus pertenencias llegarán a tu destino sin que tengas que preocuparte por ellas. Se trata de Nacex Promo, uno de nuestros servicios más demandados y con el que, además, podrás disfrutar de tus aficiones durante las vacaciones; trasladamos palos de golf, equipos de surf y ¡hasta bicicletas!

En Liberación 2000 estaremos encantados de resolver cualquier duda que tengas respecto a éste o cualquier otro de nuestros servicios de mensajería urgente. Somos tu agencia Nacex 2801, ubicados en San Sebastián de los Reyes, ¿en qué podemos ayudarte?

Y este verano, ¡a viajar sin preocupaciones!

 

Foto vía El Periódico

De cómo las crisis desenmascaran

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Cuando todo va bien, cuando hay dinero, todos somos buenos e incluso inteligentes. ¡Qué fácil es navegar en la misma dirección que la corriente! Se hace una navegación cómoda, sin obstáculos y que permite disfrutar de la pesca de ganancias. Cuando el viento nos ayuda todo es menos complicado, pero ¡ay amigo cuando el viento cambia! Llega el monstruo, el coco, el susto. Y esta vez se hace llamar CRISIS. Y aquí es cuando todos nos quitamos las caretas.

  • El empresario al que antes podía tildarse de trabajador, ahora parece haberse convertido en el vago de turno. Durante una crisis hay que trabajar más, más horas y rendir en esas horas el doble que antes.
  • El que antes era inteligente, ahora, con la crisis, se ha vuelto un torpe. No era inteligencia, sólo le iba bien y se dejaba llevar. Ahora, cuando hay más necesidad, no salen las ideas ni las soluciones.
  • Antes de la crisis un individuo podía ser más independiente y estar algo más aislado; en estos momentos, todos somos más sociales, aunque sea a través de un móvil (hay que reconocer que, en persona, nos hemos aislado más que nunca).

¡Cuántas personas a las que tenía yo en un pedestal se han caído en estos años de crisis! Que triste me hace estar toda esta situación.

En estos momentos es cuando más patente se hace las carencias de inteligencia y la falta de buenas ideas. ¿Y cómo logran entonces las personas (algunas) mantener sus puestos? Pues a base de “ordeno y mando”. Algunas incluso me han recordado en alguna ocasión a aquellos dictadores que mandaban al paredón a aquellos que hablaban con sinceridad y exoneraban en cambio a los que aplaudían sus actos cual marionetas por miedo a las represalias.

El problema de estas personas, las que ostentan el cetro con soberbia, es que además no saben escuchar. Y se les va a pasar el arroz, si es que no está ya más que seco…

Soplan nuevos vientos y, aún así, parece que lo de escuchar verdades todavía no gusta. La verdad es difícil de digerir en muchos casos y, ni siquiera todos aquellos que presumen de ser abanderados del diálogo, soportan las cosas dichas sin tapujos. Con todo lo abiertos que creemos ser, ¿cómo saltamos de esa manera a la primera de cambio? ¿Qué clase de resorte nos ha “crecido” al final de la espalda?

Lo bueno que conlleva todo esto es que ahora nos conocemos más. Las caretas han resbalado y las falsedades han aflorado, regadas por la crisis. Una vez se disipa la nebulosa, todos somos capaces de ver qué sitio ocupamos en esta galaxia. Y esto es también algo muy difícil de averiguar: cúal es nuestro sitio en el mundo.

El sitio que cada uno tiene es muy complicado, por eso se pierde mucho tiempo también en poner a las personas en su sitio. Y no lo digo por aquellos que, por arrogancia y egoísmo, sólo saben quejarse de los demás sin ver los defectos propios; lo digo por aquellas situaciones en las que no sabes sin ponerte en una silla cerca de alguien que puedas aprender algo o presentarte en algún sitio que a lo mejor ya no debes, o todas aquellas situaciones que hace unos años eran normales y queridas y ahora con otros problemas, son diferentes.

Pero las caretas se han caído, o más bien se han transformado, convirtiéndose en tapones para los oídos, en vendas para los ojos y en pañuelos para las bocas.

Los tiempos están cambiando, nuevos aires entran por las ventanas y hay quienes todavía no se han enterado y quieren seguir viviendo de las rentas, del pasado, sin avanzar en la vida.

¡Qué pena siento por ellos! Pero al mismo tiempo ¡qué alegría para las nuevas ideas! Todo esto hace que mis horizontes se amplíen, con aciertos o errores, pero me siento viva y quiero seguir rodeándome de personas que sigan creciendo con esta nueva oleada.

¿Os dais cuenta de la moda? Se vuelven a llevar aquellos modelos de los años 60 ó 70, pero con tintes actuales. Pues así es mi vida ahora. Toda la experiencia de mis años anteriores ha valido para seguir luchando, sin miedo a los cambios, y saliendo a diario de mi zona de confort.

Y lo mejor de todo, ¡lo que me queda todavía por aprender, vivir y gozar! ¿Te apuntas al cambio? Juntos podremos superar todos los obstáculos físicos y mentales.

Yo me apunto.

¿Dónde está lo urgente?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Una de las cosas que ha traído la crisis es la desaparición -o casi desaparición- de todo aquello que se considera urgente. Desde que empezamos en el mundo del transporte nos hemos acostumbrado a que las cosas sean siempre para ayer. Hemos enfocado todos nuestros esfuerzos hacia la urgencia y puesto todos nuestros sentidos en lo importante que son todos los envíos, siempre pensando en todo lo que hay detrás de ese envío: personas con un alto grado de necesidad.

Antes no importaba pagar lo que fuera, lo más importante siempre era el envío, la urgencia del envío. Y, tras años perfeccionando este tipo de servicio, va y llega la crisis y convierte todo aquello que antes era tan importante y urgente en algo que ahora puede esperar,  siempre y cuando el trámite resulte lo más barato posible.

En estos momentos, además, nos enfrentamos con otra paradoja importante: en algunos casos, como cuando realizamos nuestras compras por Internet, no suele existir una urgencia real real pero, aún así, queremos que se nos entregue nuestro pedido el mismo día, porque tenemos una gran necesidad de tenerlo YA en nuestras manos.

Pensando solamente en algunos casos y siendo yo también usuaria del entorno e-commerce, es lógico pensar que el zapato que he comprado a través de la web -y que además me han ofrecido traerme a casa- lo quiera no para mañana sino para ayer, es muy importante para mí y lo quiero y punto.

Y nuestra estructura de trabajo se nos rompe porque lo que para nosotros antes era urgente ahora es la crema de celulitis, la ropa hecha a mano, los patucos de crochet, el disfraz de este año, el kit para realizar scrapbook, y lo peor de todo, es el regalo que he comprado deprisa y corriendo porque se me había olvidado y lo quiero tener porque sino se descubre que se me había olvidado.

Ya cada vez nos quedan menos empresas donde la urgencia sea como era antes, porque incluso esos envíos, ahora ya tampoco son tan urgentes, ahora pueden esperar.

En Nacex estamos haciendo ahora una campaña para estos envíos y viendo las fotografías me ha recordado aquellas urgencias que teníamos y la tensión de nervios que llegábamos a sufrir, porque hay que decir que cada envío de este tipo era como un pellizco en el estómago y todos estábamos pendiente de su perfecta ejecución. Para no aburrir, voy a contar sólo algunos casos que se me viene ahora a la cabeza.

Hace años hubo una alerta de algunos casos de meningitis en niños. La televisión daba la información a cuenta gotas intentando no alarmar a la población, pero nosotros estábamos comprobando como las vacunas viajaban urgentemente a todas las ciudades de España y no se podía esperar. Pero sobre todo recuerdo un caso en concreto donde había que llegar al aeropuerto con un buen número de vacunas para la parte sur de España. Hasta el avión nos esperó a que llegáramos, todo el mundo pendiente de la problemática que se tenía si no se enlazaba con tiempo. Para poner más tensión se nos decía que los niños las necesitaban y que era de vida o muerte y teniendo en cuenta que siempre con un dolor ajeno se llega a sufrir, cuando se habla de niños y eres madre, el dolor es infinitamente mayor.

Otro caso que teníamos es las famosas cánulas para el corazón o para cualquier tipo de operación que lo necesitara. Muchas veces es mejor no tener conocimientos de la verdadera realidad y todos pensamos que cuando vamos a ser operados tienen material suficiente para reponer en el caso de un accidente en plena operación. Pero luego la realidad puede ser muy diferente y eso lo hemos vivido y sufrido. Cánulas que se rompen en plena operación y no hay repuestos en el lugar, prótesis que no cuadran, etc., etc., no voy a seguir con estos ejemplos para dejar a todo el mundo con la misma ignorancia que yo tenía antes de vivir estas cosas.

Esto me hace recordar también un tema que aunque no tiene mucha relación con lo urgente, sí tiene que ver con los controles en los hospitales. Nosotros cuando entregamos la mercancía en casi todos los casos tenemos que pasar por el almacén correspondiente y hacer la cola de todos los transportistas que hay para hacer entrega de un paquete, y lo mismo da que sean camiones grandes llenos de mercancía como furgonetas con un paquete. Esto se hace para tener un control de lo que entra (aunque yo añado que lo importante es que se tuviera un control de lo que sale). Pues con estos controles, cuando en una operación de mi madre, estuve en una planta durante más de una semana, durante todo ese tiempo vi como las cajas estaban en los pasillos sin que nadie los llevara al pequeño almacén de la planta y cualquiera podría coger lo que quisiera porque ni había vigilancia ni a nadie le preocupaba que desapareciera y además sin control higiénico. Y yo pensaba el tiempo que pasamos nosotros esperando que nos cojan los envíos y cómo estaban allí medio tirados. En esos momentos también estábamos resolviendo una reclamación en el que nos indicaba que faltaba productos del interior, estuve a punto de mandar fotos al cliente para que me dijera cómo podía saber si se habían perdido en el transporte o si se había perdido en el mismo hospital y/o clínica. Gracias a Dios, al final la reclamación fue una falsa alarma.

No me voy a alargar más en el tema, pero las urgencias que ahora tenemos no son ni cercanas a las de hace unos años, pero lo que si os digo es que las de ahora nos crean mucha tensión porque, como ya he comentado en otras ocasiones, tenemos que aguantar los gritos, enfados, malos humos, complejos, etc. de todas las personas que quieren su compra en el instante en el que levantan la mano del teclado. Y el problema es que con este tema y con la bajada de los precios sin tener en cuenta el trabajo de las personas, los culpables han sido las mimas empresas del transporte, que por quitar el mercado a otras, al final, el único razonamiento que han tenido es la bajada de precios, y ahora se vive del particular haciendo su compra por Internet.

La urgencia de las empresas es directamente proporcional al precio, y si el precio es pequeño, se resignan con el trabajo realizado, por ese precio no tienes derecho a quejarte.

Pero nosotros seguiremos dando calidad, porque seguimos pensando que:

  • Existimos y hacemos nuestro trabajo para quitar sufrimiento a los clientes.
  • Reforzamos la marca de los clientes, dando un buen servicio se da una buena imagen.
  • Con nuestro trabajo buscamos crecer junto con los clientes. Si al cliente le va bien, me irá bien a mí.
  • No buscamos ser el mejor, queremos ser el adecuado para el cliente. Y para eso queremos conocer sus necesidades y nosotros le damos las soluciones.
  • No somos los más inteligentes, ni los más baratos, pero siempre estamos intentando adaptarnos mejor a los cambios. Y además lo hacemos.
  • No vendemos humo, demostramos nuestra profesionalidad en nuestro trabajo diario.
  • No vendemos nuestros servicios tirando por tierra lo de las otras empresas. No queremos palabras queremos hechos y eso se demuestra trabajando. En cuanto el cliente nos prueba, es muy difícil que quieran marcharse con otra empresa.
  • No nos gastamos dinero en grandes publicidades, es nuestra calidad la mejor publicidad, el boca a boca.
  • No pensamos en los problemas, solo tenemos soluciones y nuestras mentes están preparadas para ello. Con los problemas nos crecemos y con las soluciones vivimos.
  • Todos los días aprendemos, salimos de nuestra zona de confort. Escuchamos, analizamos, resolvemos y actuamos. Es nuestro trabajo y nuestra vida.
  • Vivimos con el respeto como bandera, y somos los reyes de los silencios y así no seremos los esclavos de nuestras palabras.

Feliz 2015

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

2015

“En 2015 nos va a ir mejor”. No lo sabemos, pero a eso aspiramos.

Ya se han terminado los polvorones, los turrones y el roscón de reyes. Todos los excesos navideños están en nuestro cuerpo esperando que entre los buenos propósitos del año que comenzamos, esté lo de perder esos kilos que hemos cogido durante estos días. Se acabaron la música de estas fechas, las luces de las ciudades y los cohetes artificiales que han iluminado algunas noches. Terminaron las grandes colas para comprar unos míseros calcetines y los golpes por coger esa blusa de la última colección.

Es época de pensar en los demás, estamos más sensibles a todos los problemas. Ha sido impresionante la espectacular recogida de comida que ha habido en los últimos días de noviembre, era digno de ver cómo la gente sacaba carros de alimentos y volvía a por más. Gente anónima, que no necesita presionar ni que le den las gracias, porque lo han hecho de corazón. Es triste ver lo que está pasando en España, país de primera, el dinero que se está gastando en tonterías mientras que los verdaderos problemas se están abandonando. Yo tengo a tres niños del “tercer mundo” ayudándoles con el apadrinamiento, y la verdad es que me estoy pensando dejarlos a los pobres, llevo varias generaciones ya de niños ayudados por los años que lo estoy haciendo, y dedicarlo a mi país, a los bancos de alimentos por ejemplo. Para que luego digan que los niños están delgados porque quieren. Esto me recuerda a un compañero mío que no voy a decir el nombre, que hizo una buena acción  para ayudar a alguien de su municipio, pero para hacer esa buena acción tuvo que pedirme a mí que también lo apoyara con mi beneficencia. ¿Es gracioso, no os parece? No preguntó las acciones que nosotros hacemos, que por supuesto, lo asumimos nosotros y muchas veces Nacex, como por ejemplo:

  • Entrega de revistas gratuitamente a los Hospitales contra el cáncer de mama.
  • Entrega de regalos a los niños de los hospitales gratuitamente y con unos famosos cantantes infantiles.
  • Carreras solidarias y participaciones también gratuitas en asociaciones de enfermedades raras y también conocidas.

Podría seguir enumerando, pero todo se hace de corazón y por supuesto sin involucrar a nadie para que también ponga su granito de arena, se supone que el resto de los humanos también hacen otras cosas y no piden nada a cambio. Es gracioso ver como algunas personas piensan que lo que hacen ellos es más importante que lo que hacen los demás, y lo más triste es que ni siquiera preguntó si hacíamos otras cosas, a él solo le importaba que le hiciera un rebaje de unos importes para que a él le costara menos su “buena acción”, ¡qué pena!, pero así es la vida de algunas personas.

Todo se ha pasado ya, y volvemos a la normalidad más o menos. Dicen que se nota que la crisis ha pasado por la cantidad de roscones que se ha comprado. Es gracioso ¿no os parece?, otros dicen que ya no hay miedo al despido, es irónico ¿no lo pensáis? Hay personas que tienen el humor en algún sitio que claramente yo desconozco. Debe de ser un humor negro, típico de algún país lejano de fantasía porque parecen que no están en este mundo.

Durante estos años de crisis, parece que ya llevamos 7, hay verdaderas familias que lo están pasando mal, que están sufriendo muchas necesidades, mientras que otros se aprovechan de la situación y gastan dinero y más dinero sin que llegue a ningún sitio útil.

Posiblemente la gente ahora no es no tenga miedo a que le despidan, simplemente es que llevan 7 años encogidos, con la cabeza gacha, pensando que podría ser el siguiente. Esto produce una angustia y que a lo mejor este año ha explotado, diciendo, mira si me despiden que me despidan, pero estas navidades mi familia y yo vamos a disfrutar.

Lo mismo pasa con las empresas, durante todo este tiempo hemos tenido el miedo de los impagos, los bancos sin dar dinero (por cierto, siguen igual y no hay nadie que haga nada contra su poder), los clientes regateando como en un zoco los precios, sin tener en cuenta que la rebaja de precios va directamente proporcional a los despidos y a las bajadas de salario.

Recuerdo que tras el primer año de crisis, al empezar el siguiente año, sobre Enero más o menos, y empezar lar noticias diciendo que nos teníamos que preparar para otro año duro, yo entré en un estado depresivo porque creía imposible que mi cuerpo aguantara otro año tan duro como fue el anterior. Me tuve que reponer y ya han pasado 6 años más. Nos volvemos más duros, más fríos, nos encontramos solos:

Los partidos a lo suyo, a ver quién es el siguiente presidente o de España o de la comunidad autónoma para mandar más o quedarse con más dinero que el otro. ¿Y nadie hace nada?

  • Los bancos haciendo como aquellos hombres de algunas obras de teatro antiguos donde ponían comisiones altas, rompían sus acuerdos según les apetecía y ponían condiciones usureras. Y todo esto después de que estemos en la crisis que estamos por culpa de ellos. ¿Y nadie hace nada?
  • Los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. La clase media desaparecida en combate. En estos días hemos recordado como los reyes magos a mi madre le traía unos reales y una rosquilla, y mi madre nos ha contado que luego le quitaban los reales, la rosquilla se la comía, era lógico, mi abuela era quién hacía las rosquillas, ese es nuestro mote en el pueblo de cuenca de la que es ella. ¿Qué se quiere, que retrocedamos tantos años atrás para estar igual? ¿Nadie se inmuta con éstas cosas y se toma decisiones?

Podría seguir poniendo más cosas, pero creo que lo toca ahora, es volver a desear un Feliz 2015 y que todos los deseos que hemos perdido en el camino de la crisis, volvamos a recuperarlos y volvamos a luchar con ilusión para conseguir nuestros sueños.

Optimismo vs Pesimismo

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Optimismo vs pesimismo

Hoy, me he levanto un poco “soviética”, y esto significa que me encuentro reivindicativa y paso a llamarme “Carmelosky”.

Llevamos muchos años de crisis. Está siendo larga y dura, pero hay personas y/o colectivos,  que yo creo que están deseando que la crisis no termine porque se les acaba su forma de vivir. Han hecho su negocio del problema, pero no en positivo, sino en propiciar la negatividad para su propia subsistencia.

Hay cosas que no entiendo, cuando todos gastábamos sin medir el dinero porque era fácil que un banco te diera cualquier préstamo, teníamos tantos coches como adultos con carnet hubiera en una misma casa, incluso en barrios donde aparcar significa dar vueltas y vueltas para conseguir una plaza. Pero no importaba porque se presumía de opulencia. Tener coche supone unos grandes gastos que ahora lo estamos viendo mejor: gasolina, seguro, revisiones, etc., y esto multiplicado por dos, tres y hasta cuatro, según el número familiar. Además, no se tenían coches antiguos, todos con coches nuevos, nada de segunda mano.

A su vez, estábamos cansados y los spas urbanos crecieron como setas en el campo. Incluso te encontrabas un spa en algunos sitios impensables. Lo que antes se veía   sólo en exquisitos balnearios que tendían a estar ocupados por personas de cierta edad para sus curas reumatológicas, en la época de la que estoy hablando, aparecieron  en cualquier hotel o en cualquier local del barrio más obrero posible. Y lo digo por mi barrio.

Los especialistas te daban información de la depresión por el cambio de hora. La depresión por la vuelta del trabajo después de las vacaciones, la depresión por la vuelta a los estudios… Total, nuestro cuerpo y mente necesitaban darse un baño con masaje a seis manos, un tratamiento de choco-terapia o un tratamiento anti-vejez a base de vino.

Yo me hago ésta pregunta: la gente del campo que se levantaba al alba y terminaba su jornada a la anochecida, con muchos hijos a su cargo y arando la tierra, ¿dónde tenía las depresiones?, ¿dónde tenían los traumas? Yo creo que no tenían tiempo para todo esto.

Pero ahora, estábamos en la sociedad del confort y todo era necesario para nuestro cuerpo y nuestra alma.

Al mismo tiempo, las vacaciones se cogían sin problema, elegías lo que más te gustaba sin mirar precios, de larga duración y mejor a hoteles porque en los apartamentos al final tienes que cocinar y limpiar. Con esto último sigo estando de acuerdo, aunque por necesidad es mejor hacerlo, más barato.

Los pisos subían de precio, más y más cada vez, los políticos decían que tenía que explotar la burbuja inmobiliaria, pero no hacían nada para evitarlo. Era dinero para las arcas de todos: ayuntamientos, comunidades autónomas, estado, notarios y bancos. Y claro, a ellos no les interesaba romper esto.

Es la misma hipocresía del tema del tabaco. Aunque pertenezca al grupo Logista, y por tanto algo relacionado del tabaco, hay que reconocer la hipocresía. Se nos ponen leyes para que se nos mire como apestados, fotos en los paquetes de tabaco para asustar, se anuncia lo que cuesta en la Seguridad Social un enfermo del tabaquismo…, pero bien que cuando necesitan más dinero suben los impuestos y viven del dinero que se llevan de los paquetes de tabaco, aunque sepan que es una droga y que matan a la gente. ¿No hay mayor hipocresía que esto? Yo llevo seis meses sin fumar, ya no les daré trabajo en la Seguridad Social, o a lo mejor si por ese tema o por otros, pero de momento no les pago más impuestos del tabaco (aunque sí otros impuestos).

Además del tema del tabaco y lo de los pisos, es la situación actual de algunos profesionales que están haciendo el negocio mientras que se sigan dando malas noticias.

Cuando no teníamos crisis y vivíamos felices gastando dinero que nos daban los bancos o los políticos gastando dinero que no teníamos, pues no pasaba nada. En la televisión, por ejemplo, había programas de fiesta, canciones, comedias, etc. Cuando ha llegado la crisis, la televisión se ha llenado de periodistas, críticos, etc., que programa tras programa, dan su opinión sobre la crisis y lo mal que lo hacen otros, pero no dan la solución. Es gracioso ver cómo, ante el mismo problema, se ven de diferente manera las soluciones. A mí no me hace gracia, porque algunas veces parece que nos quieren llamar tontos y sobre todo que no tenemos memoria. Repiten lo mismo una y otra vez, porque además los que hablan se ve claramente que son de un partido o de otro, los economistas también, pero ¿cómo es posible que sabiendo tanto y teniendo tantos conocimientos no han conseguido terminar con las crisis? A lo mejor, no les interesa porque si se termina la crisis no tendrían tanto trabajo porque en realidad  se van de una cadena a otra diciendo lo mismo.

Parece que hay un concurso para ver quién da la peor noticia posible. Una noticia positiva tiene un minuto de vida, la negativa horas y horas de televisión, tertulias, periódicos, opinión,  etc. Tenemos personas que antes no sabíamos que existían para que nos expliquen que es la prima de riesgo. Cuando estaba alta, salían un día sí y otro también para explicarlo en todos los medios de comunicación. Cuando está mejor, no sale nadie para hablar, se olvidan del tema, pero en cuanto sube unas décimas, ya oímos eso de “ya lo he dicho yo, no quiero ser pesimista pero ya lo sabía”, pero se vuelve a esconder cuando al poco vuelve a bajar.

Damos la enhorabuena a un pueblo o bomberos, policías, etc. que lo han dado todo en el accidente ferroviario de Galicia, y al día siguiente, sacamos errores de coordinación o hablamos de defectos cuando están en el aire proyectos de venta. Por supuesto que es necesario mejorar y que no tenía que haber muerto nadie, pero la solidaridad no nos puede dudar tan poco tiempo, por lo menos un poco de respeto a los familiares de esas víctimas que sufrirán más si oyen tantas cosas. Luego, los jueces ya dirán lo que tengan que decir.

Siguiendo con estos tertulianos que nos acribillan en programas, opinan en los periódicos, hablan en las radios, que tanto antes como ahora, han tenido la posibilidad de arreglar todos los problemas, pero no lo han hecho. Yo pienso: si se arreglan los problemas, ¿de qué vivirían ellos? Y me podéis contestar: de su profesión. Pues que lo hagan ya y dejen de darnos las charlas correspondientes, que además, se ven de diferente forma según el partido político que hable y/o actúe.

Estoy así porque este fin de semana he salido poco y he visto televisión. Me encuentro que durante la semana y a la misma hora, hay muchos programas de “actualidad” dando opiniones de jueces, abogados, política, sociedad, etc., ¿Alguien se ha preguntado las ideas que se dan a abogados defensores de delincuentes y asesinos donde se les está informando de los fallos del juicio? Pero llega el fin de semana y nos cambian las películas,  los musicales (que ya no existen) o las obras de teatro por más tertulias, para repetir lo mismo de toda la semana, por si acaso nos habíamos perdido algún segundo.

Eso sí, para ahorrar gasto, nos ponen las películas del siglo pasado, o las austriacas, alemanas o basadas en un hecho real de dolor y miseria, que te hacen adorar “Cine de Barrio” y Paco Martínez Soria.

Pero, ¿en realidad se produce un ahorro? o ¿lo que tendrían que pagar por una buena película se lo pagan a los tertulianos que van de cadena a cadena de televisión, radio y periódicos?

Antes, incluso había emisoras de radio que todo el rato ponían música. Ahora, encontrar una así es muy difícil. Menos mal que tenemos el iPod.

Yo quiero buenas noticias, que las hay y muchas, pero no venden tanto como las malas.

Necesitamos alegría, relajar nuestra cabeza de problemas, ánimos porque al final el que está más abajo es el que está sufriendo todo, canciones, que vuelva Peret, Chunguitos, la canción del verano, “La Barbacoa”, “Los Pajaritos”, lo que sea, pero que  disfrutemos del momento, que luego, te puede caer una bombona de butano y te lleva volando a las nubes.

Somos un país alegre, que toda esta gente no nos amargue la vida y saldremos adelante entre todos, no entre unos cuantos.

Hay que levantarse de la silla y exigir la “felicidad”. No viene en la constitución, pero debería de estar y deberíamos denunciar que nos la están robando.

Pensemos y publiquemos noticias positivas que LAS HAY.

Carmen Ruiz Atienza

Y empezamos a crecer

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Clientes Liberación 2000

Siguiendo con la historia de mis últimos años de vida, quisiera desarrollar varios puntos donde podemos comprobar que todas las crisis tienen que pasar, y si además las aprovechamos, sirven para renovarse por dentro y por fuera, pero hay que buscar siempre lo positivo de todo momento. Lo penoso es cuando lo único que se hace es esconder la cabeza como el avestruz y esperar que todo se termine, o aquellos otros que dejan que los demás hagan los movimientos suficientes para que ninguno te haga “jaque mate” a lo tuyo.

No soy de ese tipo de personas, por lo tanto, hay que echar toda la carne en el asador y dejar de lamentarse de la situación, echar la culpa a los otros y “levantarse de la silla”, como dice la promoción de Coca-Cola. Claro que, es más fácil seguir la corriente del río, incluso para los que no quieren escuchar, es mejor aquellos que no quieren hablar, pero hay que remar hacia donde tengamos que remar, y si es en contra de la corriente pues habrá que hacerlo, y además se hace, porque “hacerlo para nada es tontería” y encima adelgaza más. ¿No somos capaces de pagar un SPA que tenga aguas contra corriente para que nos cueste más y quememos más calorías? Pues si hay que hacerlo se hace, pero siempre pensando en positivo, porque no me gusta aquellos que siendo más “largos” se quieren aprovechar de la situación actual para pisar más, si se puede, a los débiles.

Siguiendo con la historia que tenemos entre manos, tengo que decir que una vez superado los primeros años, empezamos a crecer y crecer. Los clientes eran aquellos clientes únicos que sólo buscaban la calidad, les daba lo mismo lo que costara. En esos momentos, sólo podían confiar en dos empresas de transporte urgente y una de ellas éramos nosotros: NACEX. Nadie nos podía superar en calidad. Pero lo mejor de todo es que, no conformes con lo que estábamos haciendo, queríamos la perfección y buscábamos más calidad en todo aquello que tenía relación con un envío:

  • Sólo dos tonos de llamada sin coger el teléfono,
  • Comunicación de la incidencia real antes de que el cliente se queje,
  • El comercial tiene que ir a todas las llamadas/visitas necesarias y requeridas por cualquier cliente,
  • Todos los estados de situación del envío online. Para ello tenemos unas PDA que registran todos los estados en el momento:
    • Cuando el mensajero va a recoger un envío,
    • Cuando el cliente lo trae en la oficina,
    • Cuando preparamos el envío y lo subimos a la furgoneta de la agencia,
    • Cuando llega a la primera plataforma, en mi caso, la de Madrid,
    • Cuando pasa por los lectores de códigos de barra en la plataforma, con el peso, medidas, etc.,
    • Cuando pasa por las rampas para cargar en las distintas rutas correspondientes,
    • Cuando el rutero, después de estar toda la noche conduciendo, va llegando a otras plataformas y/o delegaciones,
    • Cuando llega los envíos a la última plataforma,
    • Cuando lo recogen los coches de las agencias (hay que tener en cuenta que tenemos muchas cámaras),
    • Cuando llegan los envíos a las delegaciones,
    • Cuando va el mensajero a entregar/incidencia,
    • Cuando vuelve a la delegación con incidencia,
    • Y se seguirá informando hasta que el envío esté entregado o vuelta a origen.
  • Y así un día tras otro. Calidad en la seguridad. Ponemos todas las medidas para que no se produzcan ni robos ni roturas.

Podría seguir poniendo más ejemplos, pero creo que sólo se puede creer todo lo que hacemos si estáis con nosotros trabajando.

Puedo contar algunas anécdotas de cómo los clientes, que sólo querían calidad costara lo que costara, cambiaron en el momento que llegó la crisis:

  • Recuerdo a un cliente que era encantador, pero se enfadaba siempre porque en una provincia de Castilla-La Mancha se le recogía (algunas veces) cinco minutos más tarde. Nosotros lo podíamos entender y es que suponíamos que nos decían la hora justo la que salían las personas para irse a sus casas. Nos echaba unas broncas que teníamos un gran disgusto. En cuanto llegó la crisis nos cambiaron de mensajería a otra que les recogía 2 veces por semana y se tenían que esperar el tiempo que hiciera falta. Creo que nunca se quejaron.
  • También hay que tener en cuenta que el personal de una empresa cuando hace algo mal a los primeros que nos echa la culpa es a nosotros. Recuerdo varios casos en que la persona que tenía que presentar concursos los hacía bastante mal, porque además según la comunidad autónoma es de una manera o de otra. Nosotros somos especialistas en estos trámites, y más de una vez, hemos salvado el error de la otra persona, pero ahora bien, el primer error que se pudo tener, y antes de que le echaran, no dudo en decir que los culpables éramos nosotros. Además, en un caso fue un error de problemas en Baleares con avión incluido, es decir, tampoco fue directamente el error del Courier, pero se negó a aceptarlo y su jefe le creyó.
  • Otro jefe que también creyó a su personal, decidió llamarme por teléfono, porque ya antes había discutido con el resto de mi personal y yo siempre les digo que para “discutir estoy yo”. El problema fue que, en el momento de descolgar el teléfono, no me dejó ni presentarme, todos los insultos que tiene la lengua castellana los estaba recibiendo uno detrás de otro. Además, me estaba diciendo al mismo tiempo que estaba recién operado del corazón. Yo la verdad, es que llegué a pensar que tenía que llamar al 112 mientras hablaba con él, no podía articular palabra y el señor cada vez más nervioso y como que le costaba hablar. Cuando terminó de acordarse, no sólo de mí sino de toda mi familia, conseguí hablar con él, explicarle lo que había pasado y hacerle sólo algunas preguntas que eran lo suficiente para que él sólo se diera cuenta de quien había tenido la culpa de todo. Me volvió a llamar a las pocas horas y sólo recuerdo que me dijo “lo siento y a sus pies”, algo raro en ésta época en que andamos.
  • Otros clientes están mirando la web para comprobar los oks de entrega y/o incidencias, y si no lo ve, nos llaman a nosotros, pero en cambio cuando cambian de mensajería no lo miran, porque si no se darían cuenta que meten el ok de entrega cuando está en la oficina no en el destinatario.
  • Si es verdad que los destinatarios que trabajan con Nacex saben que somos buenos y caros, y cuando nos retrasamos, ya están exigiendo a su cliente y él a nosotros, pero cuando es otra compañía ni miran la hora, por lo tanto, no saben si han llegado a tiempo o no.

También los clientes de antes de la crisis eran buenos pagadores, ahora no. Ahora mienten para dejarte en la estacada. Porque cuando una persona/empresa tiene intención de pagar y no pueden por circunstancias, pues pueden hacer un intento de pago, aunque sea a plazos, poco a poco. Pero de esos hay muy pocos. Bueno, en realidad, yo creo que ninguno aunque he dado la oportunidad a muchos, porque al final me cuesta más el abogado que lo que me debe.

Me acuerdo de los que me han dejado a deber dinero de la siguiente manera, todos clientes de toda la vida:

  • Resulta que empieza a jurar que va a pagar, que como dudo de ellos si siempre había pagado a tiempo y regularmente. A los tres meses, les digo que se acabó, y al día de hoy, no he conseguido nada de la justicia porque han disuelto la sociedad o la ha comprado una empresa de Bahamas y no se sabe nada más. Ahora bien, todos los trabajadores con el antiguo socio y el mismo edificio de antes, es donde con otra razón social siguen trabajando y yo sin el dinero. Y estoy hablando de mucho dinero.
  • Otro me daba pagarés y cheques y con mucho retintín me decía que tenía el dinero suficiente y que cuando quisiera me pagaba. Creo que han pasado 4 años y sigue sin pagarme, y además, está a mi lado y veo como cada día trae un cochazo más grande.
  • Otro, después de 3 años, consigue que se le retengan las cuentas, y el juez le embarga una cuenta que tiene 36 euros. Y es lo que me pagan a mí. Otra vez vuelta a empezar para que le embarguen las cuentas que tienen más dinero y/o clientes.
  • Otro que después de varios años, consigue un acuerdo con el cliente para realizar los pagos a cuenta. No llega a pagar ninguno. Se vuelve al juicio y se le condena a que me lo pague con los intereses adecuados. Me llama el dueño y me pide que por favor, hagamos otro plan de pago. Le digo que ya lo había hecho pero que no lo había cumplido. Me dice que es poco dinero y que lo paga cuando quiera. Le digo que lo haga. Me dice que si le obligo a que me pague es la ruina de su empresa. ¿No era poco dinero? Le digo que si no se ha puesto a pensar que, al no recibir yo ese dinero, si se había producido la ruina de mi empresa. Me dice que a lo mejor tiene que despedir a alguien, le digo que a lo mejor lo he tenido que hacer yo. Me dice que tenga cuidado con las sedes que me puede ocurrir algo. Se termina la conversación. Es lo único que he conseguido ganar en un juicio y era bastante dinero.

Maravillosa época en que los clientes buscaban la calidad y pagaban sin engaños. Significaba que todos respetábamos el trabajo de todos.

Tuvimos que comprar una nave más y alquilar otra en San Sebastián de los Reyes, por lo tanto, teníamos 3 naves: en la 2801, otra en la 2821 y otra en la 2826.Todo para dar una buena calidad y servicio a todos los clientes. Pero, empezó la crisis y todo empezó a cambiar. Lo único que no ha cambiado es nuestra forma de mantener la calidad. Seguimos haciendo los cambios necesarios para que vayamos a la perfección casi absoluta, pero no nos olvidemos de una cosa:

TODOS SON PERSONAS. Las máquinas nos han quitado mucho trabajo, pero ordenando a la maquina estamos nosotros: los seres vivos/humanos. Por lo tanto, por favor, no perdamos el respeto hacia el trabajo y los trabajadores.

Carmen Ruiz Atienza

Siempre con las neuronas aprendiendo

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

La opinión de Carmen Ruiz sobre algunos cambios generados por la crisis

Hace unos días, asistí a un curso de Brand-Coaching. No sólo aprendí otro anglicismo más, también me llamó la atención los cambios lingüísticos y de definición que la crisis está provocando.

Es una pena que con el idioma que tenemos, con una gran riqueza de palabras, tengamos que usar una lengua extranjera para darnos importancia y hacer ver que hacemos más cosas que las que, en la realidad, hacemos. ¿Es que decirlo en inglés hace que nuestro trabajo o los cursos sean mejores? Éste es el problema que tenemos los españoles. Parece que lo de fuera es siempre mejor que lo de dentro, lo cual, no es del todo cierto.

La crisis nos ha traído otro cambio. Ahora, para definir una misma cosa, utilizamos diferentes palabras, que además, son positivas. Me explico.

  • Hasta ahora, una persona que empezaba un negocio era un empresario. Incluso los autónomos eran sus propios empresarios. Ahora, somos emprendedores. Hemos pasado de la palabra “empresario”, que hasta en algunas locuciones tenía un significado peyorativo, a la de “emprendedor”, que tiene un significado mucho más  positivo.
  • Antes, copiabas ideas de otros negocios, ahora “modelas”.

Es decir, todas aquellas palabras que hasta ahora podían tener un significado negativo, se han transformado en positivas. Muchas veces, para conseguir atraernos a cursos, que en “inglés”, nos van a dirigir hacia el éxito final.

En el curso de Brand-Coaching, nos enseñaron vídeos donde algunos “emprendedores” que han tenido éxito contaban sus experiencias. Me hizo recordar mis comienzos en ésta aventura. Me sentía identificada en todos sus comentarios.

Mi propia experiencia empezó hace 18 años. También estábamos en crisis, aunque, tengo que reconocer que durante toda mi vida, he escuchado que España está en crisis, y eso que ya tengo 51 años.

Poco a poco, os iré explicando mis vivencias en éste mundo. Las podréis leer todas en este blog.

¡Hasta pronto!

Carmen Ruiz Atienza