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La famosa Gripe Aviar

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Bacteria

En estos días de otoño estamos oyendo que hay que vacunarse de la gripe sobre todo las personas de riesgo, mayores, enfermos crónicos y/o niños. Cada vez que lo oigo me recuerda mi etapa de funcionaria en la Comunidad de Madrid, exactamente en la Consejería de Salud, en el Centro de Salud Pública, que entre muchos temas cuando llegaba esta época la epidemióloga pedía las vacunas correspondientes para la zona en que estábamos, casualmente la misma zona que ahora llevo en Nacex con una delegación, la 2801, es decir, la zona norte (carretera de Burgos). Los Centros de Salud Pública estaban formados por veterinarios, farmacéuticas, médicos y una epidemióloga, en otra entrada recordaré todo lo que se hacía y como me influyo en mi vida, además es interesante comprobar como trabajaban estos especialistas. Pues en esos recuerdos me ha venido cuando sólo una vez yo me vacuné. Tengo que decir que lo pasé fatal, porque era el principio de una gripe pero que nunca rompía a peor, por lo tanto, fueron unos días muy duros. La verdad es que no volví a vacunarme, eso sí, intento tomar vitaminas y naranjas para no constipare mucho, y tengo suerte, porque me constipo muy pocas veces, aunque la peor gripe que suelo coger es en verano.

Pero en realidad lo que me ha venido a la cabeza es el famoso año que nos metieron el miedo en el cuerpo con la Gripe Aviar.

Incluso la Organización Mundial de la Salud la clasificó con el nivel de alerta 6, esto significa “pandemia en curso”. En España llegó sobre el 2006, pero en otros países ya había aparecido anteriormente. A partir de entonces, fuimos bombardeados a noticias de enfermos, de muertos, de cómo lavarnos las manos, de cómo actuar en todo momento y de la posible contaminación de los pollos, gansos, etc, todo animal de granja y que tenía alas.

En esos momentos la histeria se desató en todos los sentidos:

  • Había clientes que nos pedían un plan para saber cómo actuaría Nacex ante esta pandemia. Teníamos información de cómo nos podíamos contagiar: “Se transmite de persona a persona, principalmente por el aire, en las gotitas de   saliva y secreciones nasales que se expulsan al toser, al hablar o al estornudar, así como por contacto con superficies contaminadas.”

Se suponía que, según los malos augurios, íbamos a caer todos uno detrás de otros por la facilidad del contagio. Me acuerdo que hubo que hacer una lista de personas de la empresa según el orden de que cayeran enfermos, por ejemplo, si  Carlos se ponía enfermo, estaba Josito, si éste enfermaba estaba Ángel, si este también enfermaba sería fulano, etc., y así sucesivamente, hasta que al final no quedábamos nadie sin enfermar. Pero como nosotros estábamos preparados para     mandar información desde casa, sólo hacía falta que los paquetes llegaran hasta las plataformas, por lo tanto, ya hablábamos de más personal todavía que podía hacer el trabajo porque el resto estaba sano.

Incluso la Central de Nacex, ante todas las peticiones de los clientes y de nosotros mismos, creó un Plan de Actuación contra la Gripe A. En él, se nos daba información de las actuaciones a seguir en el caso de que la agencia estuviera infectada: cambio de ubicación, los clasificadores de las plataformas, etc., es decir, todo aquello que nos tenía que tranquilizar ante las alarmantes noticias de la pandemia.

También nos dieron unas pautas para la higiene personal:

  • Lávate a menudo las manos con agua y jabón;
  • Evita tocarte los ojos, la nariz y la boca;
  • Cúbrete la boca y la nariz al toser y estornudar (pañuelo desechable) y seguidamente lávate las manos y de vez en cuando desinféctalas con solución alcohólica.

Y esto supuso el negocio para las empresas de jabones especiales que no necesitaba agua y desinfectaban. Yo compré tal cantidad que hoy en día seguimos teniendo jabón, porque ya utilizamos del normal. Se compraron garrafas enteras, se tenía sobre la mesa y cada dos por tres, uno se limpiaba las manos.

Para taparnos la boca y nariz, otro negocio fueron las mascarillas. Llegó un momento que no había existencias de mascarillas normales, ya las comprabas especiales.

Los pañuelos desechables hicieron el agosto. Otros que también hicieron el agosto fueron algunos laboratorios por el tema de las vacunas, no sé si ponerlo en plural o en singular, pero que se hizo caja lo tengo claro. Ante tal alarma, las naciones se pusieron a comprar vacunas como locos, saltaba la alerta de que no había suficientes vacunas, que si España había llegado tarde y no había para todos, etc., etc. La verdad es que no se gastó casi ninguna y no sé qué es lo que hizo el Estado con la cantidad de vacunas que compró en su momento.

También nos dieron medidas de higiene en el ambiente:

  • Ventilar frecuentemente los locales, salas y despachos;
  • Evita tocar con las manos superficies potencialmente contaminadas: interruptor de la luz, manillas, barandilla de escaleras, etc. Se deberán limpiar estas superficies con una solución alcohólica;
  • Utilizar pañuelos de papel desechables y tirarlos a una papelera con tapa;
  • Todas las papeleras estarán con bolsas de basura. Antes de abandonar el centro de trabajo, déjala bien cerrada.

Pues más negocios a la vista, desinfectantes, basuras, basureros, etc., Luego nos pusieron medidas de Distancia Social:

  •  Mantén una distancia mínima de un metro al trabajar directamente con otras personas;
  • Evita las reuniones, utiliza en su lugar el teléfono, videoconferencia o el correo electrónico. Si son imprescindibles limita al máximo su duración;
  • Evita los saludos con apretones de manos, abrazos, besos, etc.;
  • Evita lugares concurridos (supermercados, restaurantes, conciertos, etc.

Lo que hizo que la gente no saliera a la calle sin tener miedo, muchos no dejaban ni que se les besara ni un simple apretón de manos. Fijaros que llegaron a decir o escribir que se evitaran restaurantes, conciertos, etc., y esto lo que suponía para los españoles, pues muchos lo cumplieron, por lo tanto, lo que algunos estaban haciendo negocio con la gripe aviar a otros les estaba perjudicando muy gravemente. Y mientras teníamos el miedo en el cuerpo, la gripe no crecía como lo que habían dicho, pero no tiraban la toalla y seguían insistiendo, era una Pandemia.

Pero lo peor de todo para nosotros es que, en Algete está el Laboratorio que analizaba todas las aves que pudieran tener una ligera duda de que su muerte hubiera podido producirse por la gripe Aviar. Desde Abril del 2005, analizaron aproximadamente unas 489 muestras dudosas, pero que salieron victoriosas y no había problemas. Para el transporte de dichas aves hay un protocolo especial y unos embalajes definidos. Hasta el momento que llegó la histeria colectiva, nosotros habíamos ido entregando paquetes a dicho laboratorio sin ningún problema, no sabíamos lo que transportábamos por lo tanto, dentro de la ignorancia estábamos felices. Incluso en febrero del 2006, el gobierno negó que hubiera llegado a este laboratorio un caso urgente de gripe aviar procedente de Navarra. Nosotros seguíamos las noticias de la evolución de la gripe, pero lo que no nos podíamos imaginar es que se transportara los animales a través de las empresas de transporte, porque tengo que decir, que no solamente éramos nosotros, llegaban de todas las partes y con todos los transportistas. El problema vino un día que el paquete no estaba correctamente embalado. Aunque se supone que había un protocolo de cómo actuar a la hora de transportar éste tipo de “contaminantes” desde la empresa de origen, los nervios y la incertidumbre (pienso yo), hizo que muchos mandaran las aves sin estar correctamente embaladas, y eso supuso que en un momento dado se viera el paquete abierto y la cabeza y el cuello de algo que pudiera ser un pato. La alarma asaltó rápidamente a la oficina, ¿quién lo tocaba? ¿qué se hacía? ¿esto llevamos al laboratorio?. Supongo que la gente que tiene que embalar correctamente estas sustancias no tienen en cuenta la cadena humana que puede estar perjudicada. Yo en ese momento pensé que había que poner todo en cuarentena (estoy exagerando un poco). Pero lo malo fue cuando otro día llegamos al laboratorio con nuestra PDA en una mano y una caja en la otra y nos reciben en el Laboratorio con los trajes que se ve en las películas americanas cuando existe posible contaminación de alguna enfermedad. Todo de blanco, con escafandra, pies blancos, manos blancas, etc., todo un traje de arriba abajo hermético. Y nosotros de calle. Desde detrás de la escafandra, mi conductor pudo adivinar algunas palabras que nos decía que tuviéramos más cuidado a la hora de tocar las cajas. Vuelta a la alerta, dimos negocio a más empresas porque ya también compramos guantes de látex (aunque había gente que era alérgico al látex también) para que no hubiera problemas.

Al final no existió la pandemia, ningún animal de granja o libre se encontró con gripe aviar, hubo muertos, pero no la cantidad tan enorme que se dijo al principio, algunos negocios se enriquecieron y algunas personas y otros pobres pasaron sus peores momentos.

Y nosotros, salimos como siempre, vencedores de todos los retos que el día a día nos presenta éste maravilloso trabajo.

Carmen Ruiz Atienza

Un poco de indignación mezclado con injusticia

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Oficina

Hoy me encuentro un poco indignada, en realidad bastante indignada. Como ya he contado, a lo largo de mi vida he vivido momentos de rebeldía, de lucha contra las normas, sobre todo cuando dichas normas son obligatorias y sin dar ninguna explicación. Las injusticias siempre me han sacado de mis casillas.  Ha habido momentos de ir contra corriente por defender unas ideas o pensamientos. Según han pasado los años, en vez de ir relajándome, muy al contrario, ha habido momentos de acrecentarse, aunque me he encontrado con grandes paredes. Pero sigo luchando contra las injusticias y me sigue enervando que no haya medios para quejarse o negarse, o que no haya nadie que te haga caso o que te solucione un problema. Durante las entradas del blog, he contado situaciones que provocan mis indignaciones y seguiré contando muchas más con total seguridad, pero hoy contaré una que me ha pasado estos días y que creo que es la gran demostración de hasta donde llega la locura de ciertas cosas, y así se comprenderá muy bien mi indignación.

Las empresas normalmente públicas, nos piden hacer un montón de estadísticas y nos piden información que tenemos que dar sí o sí. Yo no sé si les toca a todas, lo que yo sí tengo claro es que a mí me han tocado varias, y además con la coletilla de que si no participo en las estadísticas pueden ponerme una multa de entré 3005.07€ hasta 30.050,61€. Fijaros en el detalle de las decenas y los céntimos, no solo no se conforman con poner una multa de mucho dinero, sino que además ponen la puntilla en las decenas y los céntimos. ¿No os parece irónico?

Hasta ahora, hacíamos unas 3 estadísticas para diferentes entes públicos cada año. Y que digo yo, ¿no podrían relacionarse entre ellos y pasarse los datos? Así, nos ahorraríamos todos trabajo. Estamos en el siglo XXI, nos ponen la firma digital para que podamos ahorrar trabajo a la administración y en cambio no hacen unión de datos para no estar repitiendo lo mismo una y otra vez. Bueno, pues estas estadísticas hasta ahora eran una vez al año, costaba un poco porque mínimo hacemos tres, pero era pasable. Lo malo viene cuando recibo una carta de una de ellas comunicándome que necesitan unos datos del mes de septiembre, también con la coletilla de que si no contesto, la multa que tendría que pagar. La carta la recibo cuando estoy haciendo el cierre del IVA, y compruebo que me ponen fecha máxima para la entrega de la cuenta el día 7 del mes siguiente al que me piden. Entiendo que el día 7 de octubre, es decir, la fecha que más o menos me lo mandan. No doy crédito.

Se lo paso a la gestoría. Yo pensaba que había salido ese mes a voleo y mi empresa por lotería. Mi gestora me informa que cree que me lo van a pedir todos los meses y durante cuatro años. No doy crédito a lo que me está diciendo. A los pocos días, recibo la llamada del ente en cuestión, una mujer muy amable que con el tiempo llegaremos a ser íntimas, me comunica lo mismo. Sigo anonada y asombrada, pero con mucho cuidado le pregunto si me puedo quejar a alguien, me dice que no, me recuerda entre risillas la multa. Insisto: “esto es injusto,  no puedo estar pendiente del correo mensual y dar unos datos mensualmente. Hacienda lo hace trimestralmente, no es posible. ¿Y cuándo me vaya de vacaciones también?”. Es lo que toca, me dice. Además tengo que darme con un canuto en los dientes, porque para las grandes empresas son todos los meses de todos los años. “Sí, pero ellos son grandes, no soy yo. Además, ya hago la anual”. “Sí, pero te ha tocado” “Pero, ¿por qué?” “Porque quedan pocas empresas y menos van a quedar”. Tenemos que dedicarnos a nuestra empresa y no de estar pendientes de encuestas”

Al final, no hay ningún sitio para quejarse, lo tengo que hacer sí o sí, y no tengo defensa posible. ¿No os parece o injusto?

Esto me ha recordado otra injusticia, que hasta hace poco, era obligatoria también. Se trata del pago a las cámaras de comercio. Teníamos que pagar el IAE y el impuesto de sociedades a ellos sí o sí (aparte de a los Ayuntamientos y el Estado). Todos los años tocaba pagar y ¿para qué? Pues no lo sé, porque digo yo: si quieren socios, que lo paguen los socios, pero no por obligatoriedad porque a día de hoy no sé qué beneficios tenía porque pagaba. Una vez, entré para ver si podía conseguir algo y encima me decía que tenía que pagar también. ¡Pero si ya estaba pagando! Es alucinante.

Igual que, nos recortan de todos los sitios en los presupuestos, pero siguen dando dinero a otros que deberían pagarlo sus socios. Ya sabéis de que y quienes hablo, ¿verdad? Pues que se lo den a la investigación, a las personas que necesitan ayuda, o a los hospitales y que se lo quiten a todos estos entes, que luego encima son los que están todo el tiempo en los telediarios con temas judiciales.

¿Es injusto o no es injusto? Para mi es enervantes ¡Tengo una impotencia por no poder solucionar estos temas!

Carmen Ruiz Atienza

¿Por qué el nombre de Liberación 2000?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Liberación 2000

Muchas personas me han preguntado el porqué del nombre que tiene la empresa y otros muchos creen saber a qué es debido. Pero, la verdad es mucha más sencilla de lo que se piensa.

Cuando empezamos en Nacex, no se empezó con una sociedad S.L., se puso a nombre de una persona física, exactamente a nombre de mi marido en aquellos momentos, que hoy en día, es el padre de mi hija y compañero Nacex. En otro momento, hablaré de cómo se puede tener una separación matrimonial y seguir trabajando juntos por una empresa. Veréis que es una historia muy divertida y sobre todo original.

Pero llegado un momento, era conveniente crear una sociedad limitada. Conveniente o justo, porque ya se podría declarar a todos los socios que estaban trabajando para levantar la empresa y, se tenía que reconocer el trabajo mío concretamente. Porque la tercera socia era mi hija, que la pobre sufría las ausencias de sus progenitores o nos acompañaba en la nave para que estuviera con nosotros.

Como todo el mundo sabe, para crear una sociedad limitada, aparte de tener un dinero hay que buscar un nombre y aquí es cuando empieza el dolor de cabeza. ¿Qué nombre ponemos? Se hacen pruebas con trozos de los nombres, de los apellidos, etc., intentando que todos los miembros tengan las iniciales o algo dentro de la frase. También se intentan buscar frases relacionadas con el trabajo que realizamos: paquete, Courier, nacional, etc., Al final, nos damos cuenta que no somos muy originales.

En el Registro Central hay que presentar la solicitud de la denominación de la empresa, pero para esto hay que pensar en 5 nombres diferentes. Por lo tanto, hay que darle a la cabeza para ver lo que durante años será tú identificación.

Después de pensar y pensar, añadimos la calle donde vivíamos en esos momentos y actualmente es donde yo sigo viviendo. ¿Y cómo se llama la calle? Pues Liberación. Así de sencillo.

El 2000 está claro porque se añadió. Quedaban unos años para llegar a esa mágica fecha y estábamos sufriendo el “efecto 2000” con la informática. Todos como histéricos cambiando de programas. Nosotros pasamos del Gesagen al Gesnac. Todos los días, oíamos que el 31-12-1999 con las últimas campanadas de la Nochevieja, el mundo se iba a parar, no tendríamos ordenadores, los aviones no tendrían aparatos de navegación y caerían, las tarjetas de crédito no funcionarían, etc., etc. Total, que el mundo iba a dejar de girar alrededor del sol porque a los informáticos se les olvidó tener en cuenta el cambio de centuria.

Pues nosotros, ni calvos ni perezosos, siempre con el ánimo de “al mal tiempo buena cara”, dijimos: si en el año 2000 todo se iba a estropear, lo ponemos en el nombre, seguro que nadie lo ha hecho.

Efectivamente, así fue, el resto de los nombres fueron rechazados y se admitió el de Liberación 2000, S.L. Tengo que añadir que, posteriormente, más sociedades pusieron el 2000 en su nombre. Incluso tengo a una empresa que recibo un montón de cartas suyas, que casualmente también tiene la razón social en San Sebastián de los Reyes, que es el mismo nombre y sólo cambia una sola letra. El problema es que, la otra sociedad tiene problemas económicos y me molestan un poco que nos confundan.

Cuando pasado algunos años, tuvimos que pensar en otro nombre de sociedad ya teníamos práctica y mi socio (que era el gracioso del grupo) juntó dos canciones “graciosillas” y creo la razón social, las canciones fueron “Asereje” y “Toma, que toma, que toma”, y le puso de coletilla el 3000 porque así era más que el 2000. Cosas que tenía el gracioso.

Cuando separamos las sociedades, hubo que separar también los nombres, yo me quedé con Liberación 2000 y mi ex con él de las canciones.

Las personas que no sabían de cómo se había creado el nombre, empezaron a pensar que lo había elegido por los siguientes motivos:

  • Me había divorciado y me había liberado.
  • Se habían separado las sociedades y me había liberado.
  • Que se había producido un cambio en mí y era mi liberación.

La verdad es que todos los puntos eran y son correctos, pero no era tan “mala” como para describirlo tan claramente, aunque hay que tener en cuenta que, la cara es el reflejo del alma y, sin querer, se notaba que la libertad había llegado en mi vida.

Pero la realidad supera a la ficción. Vivo en esa calle y el 2000 era para quitar miedo a las terribles cosas que nos iban a pasar. Pero tengo que decir que, cada día que pasa, me siento más identificada con el nombre.

Aunque algunas veces parezca que estoy loca y me recuerdo a una famosilla de la tele que habla en tercera persona de sí misma (a mí me pasa lo mismo), hablo de Liberación 2000 como si fuera una persona que no soy yo. Pero esto es una locura pasajera -que quede claro-.

Sin lugar a dudas, Liberación 2000 representa todo lo que su momento pude imaginar de lo que quería para mi empresa y creo que es un claro reflejo de mi personalidad y ahora también el de Laura.

Y esta es la historia del nombre de la empresa. Es sencilla, pero dentro de la sencillez, sin quererlo, ha marcado la historia de mis delegaciones y la mía propia. Creo que nunca ningún nombre ha sido tan querido por nadie como yo estoy de la razón social elegida para mi empresa.

Carmen Ruiz Atienza

No te imaginas lo que duele un error

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Envíos Nacex

En otras entradas del blog, he hecho algunas referencias de los posibles errores que se puede tener al mandar un envío. En esta voy a intentar profundizar un poco.

Como ya he dicho en otras ocasiones, los documentos y/o paquetes no se teletransportan como en las sagas de películas de Star Trek. Pasan por muchos procesos antes de la llegada a su destino y en todos los procesos hay personas. Lógicamente, las máquinas no sólo han sustituido a personal humano sino también han permitido que los errores sean los mínimos.

Uno de los adelantos que tenemos es la clasificación automática de los paquetes. Aquí, la mano humana sólo se encuentra en la fase de colocar el paquete en la cinta dónde se pesa, se mide y los manda a la rampa dónde corresponde a una ciudad. Cuando la máquina hace sonar la sirena porque ha encontrado algún error, vuelve aparecer la persona para su comprobación y arreglarlo. Antes, todo este proceso se hacía manualmente, en las delegaciones se metían los paquetes en sacas con una brida por delegación de destino manualmente. Me acuerdo del dolor de riñones de estar cogiendo paquetes y sobres e ir metiendo en las sacas, que te hacía polvo las manos. Eso sí, ahora tengo que pagar un gimnasio para hacer el mismo ejercicio que antes era gratis. En este proceso donde las plataformas hacen la clasificación automática, se han evitado cantidad de errores.

Hoy por hoy, podemos estar orgullosos de ser la empresa de transporte que menos errores tiene junto con las escasas roturas. No hay que olvidar que, la inversión es muy importante, y algunas otras empresas de transporte no hacen esta inversión en las plataformas y/o delegaciones, por lo tanto, a lo mejor, es el motivo de ofrecer los precios más baratos, pero nosotros siempre luchamos por la calidad y esto significa inversión, y esto a su vez es dinero para el negocio. Todas nuestras plataformas están mecanizadas, y además, hay cámaras de seguridad que miran directamente a los paquetes, por lo tanto, podemos comprobar perfectamente el recorrido desde la llegada a las plataformas hasta las salidas de todos  los paquetes y podemos saber dónde se encuentra en todo momento, y además, lo ponemos online, así, los clientes pueden comprobar a cualquier hora por donde se encuentra su envío.

No hay que olvidarnos que hay personas también: el mensajero que recoge, llega a la oficina, se revisa, se teclea, se clasifica, se mete en la ruta para bajarlo en la plataforma, pasa por las cintas, caen en las rutas correspondientes, se carga en los furgones de las rutas nocturnas, viajan toda la noche, llega a otra plataforma, llegan los mensajeros de las delegaciones, se los llevan otra vez a la oficina de destino, se pistolean de nuevo, se reparte entre los conductores y llega al destinatario. Tengo que hacer hincapié que, cuando salen de la delegación de origen se pistolean todos los envíos para cuadrar que todo lo que se ha pedido hacer está correcto y se vuelve a pistolear en las oficinas de destino para comprobar que todo ha llegado correctamente. Es en este momento cuando si nos dice el sistema que algún envío falta suenan todas las alarmas para averiguar o arreglar el problema. Esto se suele producir aproximadamente antes de las 8h de la mañana, dependiendo de las zonas del país.

Rápidamente, todo el personal de las oficinas junto con las plataformas empiezan la búsqueda y solución del problema que se acaba de detectar. Se hace todo lo posible para que esté solucionado sin que el cliente sufra ningún disgusto o perjuicio en su envío. Muchas veces, el cliente no sabe lo que está ocurriendo y además es lógico. Pero esos momentos, horas, minutos y segundos, tengo que decir que nosotros tenemos un pinzamiento en el estómago y la yugular empieza a crecer y ensancharse.

Pocas veces no solucionamos el problema sin ningún perjuicio, tengo que ser sincera y hay veces que la impotencia te hace desesperar, pero existe. Voy a describir dos casos que me costará quitármelos de la memoria, aunque hayan pasado muchos años.

  • Un jueves, un cliente muy importante del principio de nuestra andadura en este negocio nos dio una documentación para Valencia, tenía que entregarse el viernes sin falta. Hubo un accidente de circulación y el envío no llegó a su destino a tiempo. La documentación eran papeles para dar salida a un barco super grande lleno de electrodomésticos de mi cliente, todo suyos, en el puerto de Valencia. Al no llegar la documentación en tiempo al puerto, el barco no pudo descargar, y todos los electrodomésticos junto con el barco de carga tuvieron que pasar el fin de semana en el puerto. ¿Alguien sabe lo que cuesta en dinero este tema?. El sufrimiento y la impotencia de no poder solucionar el problema hizo que todos nos pusiéramos malos. Hacía poco que Nacex había empezado, el cliente era muy buen cliente, y se podía perder por esto. Mi socio de entonces el lunes fue llamado por el cliente a una reunión urgente. Como era una empresa coreana, se pasó toda la reunión haciendo reverencias como los japoneses. Venía con dolor de espalda. Pero al final, entendieron lo que había pasado y siguieron siendo clientes. Pero, nadie se puede imaginar el fin de semana que pasamos sufriendo más que el propio cliente, si se puede permitir. Aquí, quisiera hacer referencia a la manía que se tiene muchas veces de mandar los envíos con el tiempo justo sin tener en cuenta que puede caer hasta un rayo, pero en fin, es así la vida.
  • Otro caso fue un Internacional. Teníamos diferencia horaria, mientras que en el otro sitio era de día yo estaba de noche y de madrugada. La aduana del destinatario, por el motivo que fuera, paró el envío y dijo que no salía adelante. No había manera de arreglar el problema. Hay que tener en cuenta que hay países y aduanas muy problemáticas.  Pues el destinatario decidió que yo no iba a dormir hasta que él tuviera su paquete. Cada hora más o menos recibía una llamada de la persona, le decía que no sabía nada más de lo que ya le había informado y colgábamos. Así estuvo hasta el día siguiente, que lógicamente yo estaba despierta pero supongo que él se iría a dormir. Al final se arregló y los dos pudimos dormir tan a gusto.

Podría añadir más temas como estos, pero tengo que decir que diariamente tenemos que ir solucionando problemas, que algunos tienen mala solución, pero que son los mínimos.

Que todos hacemos nuestro trabajo a la perfección. Hay destinatarios que cuando llega el conductor y toca a su portal y no está, nos llaman y nos dicen que es imposible, que estaba esperando, y no se dan cuenta que podían estar en el baño o que habían salido un momento para comprar el pan, o lo que sea. Pero prefieren decir que no hemos ido, ¿alguien piensa que yo voy a pagar a los conductores sin tener constancia de que han hecho su trabajo correctamente?, pues que se tenga la seguridad que no. Los conductores tienen que ir muchas veces lejos, con lluvia, con nieve, con calor, con frío y hacen su trabajo, no lo dejan sin hacer.

Por lo tanto, nadie sabe lo que se sufre diariamente con este trabajo. Ningún día es igual a otro y siempre tenemos que tener rápida la mente para saber cómo actuar en cada momento. Y además, cuando alguien te está insultando por el retraso de su envío, tener la tranquilidad de no ponerse al mismo nivel, y eso claramente, produce estrés.

Pero también digo que, la alegría que se produce cuando todo está bien, no tiene precio, y nos vamos todos los días con la cabeza y el orgullo muy elevado porque hemos HECHO NUESTRO TRABAJO CON CALIDAD Y PRECISIÓN.

Carmen Ruiz Atienza

Regalos para agradecer

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Regalos concurso

Con todo lo que llevo escrito en el blog durante todos estos meses, me he dado cuenta todo lo que he recibido de la gente que me ha rodeado y que me siguen rodeando. Muchas personas me conocen personalmente, otras ni siquiera físicamente, no saben si soy rubia, morena, alta o baja, si soy lista o tonta, pero todas, absolutamente todas me han dado momentos insuperables.

Emplead@s, clientes, proveedores, compañer@s, amig@s, etc., todos han hecho que durante todo este tiempo fuera creciendo en conocimientos, experiencias en definitiva como persona haciendo que mi metro y medio de estatura se convirtiera en casi 3 metros.

Es muy agradable tener la sensación de que he estado en un continuo aprendizaje aportado por las personas que han pasado por mi vida y mi trabajo, y he permitido dejar huella en mí.

También es verdad que he sido selectiva. En todos los círculos que componen mi personalidad he intentado rodearme de gente que me pueda aportar algo que yo no tengo y a aquellas personas que no me aportaban nada las he expulsado de mi entorno. Y además, según he ido cumpliendo años me he vuelto más irreverente, menos educada, más descarada… en definitiva, he disimulado menos, por lo tanto, he podido echar de mi entorno todo aquello que no me hacían crecer o que me ponían demasiadas zancadillas.

Por todo ello, ahora he pensado, ¿cómo puedo devolver un poquito todo lo que a mí me han dado? Teniendo en cuenta  estos momentos complicados donde nos encontramos y  donde hacemos esfuerzos cada minuto para ver todo lo positivo que tenemos, que es mucho y está cerca.

Pues nada mejor que el concurso que estamos promoviendo en Facebook. Puede participar todo el mundo, empleados, ex-empleados, amigos, examigos, novios, exnovios, clientes, exclientes, clientes futuros… Todos los que quieran pueden participar. En el fondo, da un poco de miedo. Más gente desconocida o conocida entrando en un concurso donde yo he comprado el regalo.

Un regalo que hay que pensar que está hecho con mucho cariño y que sobre todo es para agradecer todo aquello recibido en tantos años y en tantas vivencias.

Sólo me queda decir: Gracias, muchas gracias a todos y a concursar, y el que gane que disfrute del regalo y se acuerde de que detrás del regalo hay muchas personas que tienen una gran sonrisa.

Por cierto, es el primer concurso, pero no va a ser el último, por lo tanto, al que no le toque, que espere a los siguientes.

Carmen Ruiz Atienza

En recuerdo a mis clientes pasados, presentes y futuros

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Clientes Liberación 2000

Una cosa que ha traído la crisis, entre otras muchas, son los cambios producidos en la relación cliente-proveedor. Ha existido una guerra de precios entre empresas del mismo sector que ha hecho que el cliente utilice esa arma para seguir arrancando algunos centimillos. Y las empresas han decidido cambiar calidad por precio. Como dicen mis comerciales: “no todo lo barato vale”. El problema es que sin la ética no vamos a poder poner freno a las exigencias.

Y el caso es que, yo mismamente, me llego a enfadar con mis grandes proveedores, puesto que no me dan el trato que yo doy a mis clientes.

Lo comparo con mi generación, que parecemos el eslabón perdido de la obediencia. Me explico. Mi generación era de sumo respeto a los padres y hacíamos lo que se nos ordenaba que se hiciera con unos pequeños momentos de rebeldía. Cuando fuimos padres, por no repetir las enseñanzas de los nuestros, educamos de diferente manera: más social y democrática. Al final, hemos pasado de obedecer a los padres a mandar poco o nada a los hijos. Soy la generación de los palos, estoy en el medio. También tengo que decir que, la siguiente a la mía es peor, es la de la permisibilidad total, y aquí, ya se produce la frase de “ancha es Castilla”. Lo peor de todo es que yo también la sufro. ¿Veis como pertenezco a la generación del eslabón perdido de la obediencia? Cualquiera otra generación, por delante o por detrás, está por encima.

Pues en el trabajo pasa lo mismo, mis proveedores son los grandes, luz, teléfono, etc., y ellos van a lo suyo arrasando. Sólo te hacen caso si dices que te vas o que cambias, porque como también están dentro del juego de la competencia feroz y atacan los precios, pues estamos todo el tiempo jugando a “yo más”.

Pero, ¿dónde dejamos la calidad? Han reducido el número de personal para ajustar los costes y eso repercute en la atención que hacen al cliente.

Además, existe la frase de “política de empresa”. Es una frase genial, perfecta, ideal, pero, ¿qué hay detrás de la frase? Pues normalmente es una subida de importes o te lo dicen para no contestarte nada de nada. Voy a poner un ejemplo de un proveedor. Ha habido 3 años que el proveedor decidió congelar los precios debido a la crisis. Tengo que decir que los primeros años de crisis, él subía perfectamente los precios, pero un año decidió congelar y así 2 años más, pero cuando llegó el tercer año hizo una subida del 25%. Al preguntar por dicha barbaridad, me contestaron “por política de empresa”. “¿Qué política?” – respondí yo. “¿Queréis subir en un año lo que no se había subido en los 3 años anteriores que se había congelado los precios?” Pues sí, va a ser que sí.

Nosotros hemos congelado durante varios años los precios y cuando volvamos a subir, estará basado en la base que tenemos, no le aplicaremos el % por ciento elevado con la suma de lo que se hubiera subido en los años anteriores, que además, tampoco es así puesto que en tres años era imposible que se subiera una media de 8.30% por año con la que está cayendo.

Otras veces, y para mentirte más elegantemente, te contestan: “por política de empresa”. Con lo cual, me encuentro que mis proveedores no me tratan como deberían y, al mismo tiempo, mis clientes quieren que la calidad sea la misma o más, pero el precio vaya bajando cada vez más y más, y parezcamos como la canción “algo chiquitito, algo pequeñito…”.

Ha habido momentos que me ha recordado a un gran bazar islámico. La primera vez que estuve en una Medina fue en Túnez y me reía mucho cuando me tiraban de la mano para meterme dentro de la tienda y me decían “barato, muy barato, más barato que en Carrefour” o “hola, hola, pepsicola”. ¡Qué gracia!, esto lo decía de pequeñita. Pero la realidad es que tenías que regatear si querías comprar algo. Y cuando te llevabas un adorno a más de la mitad de precio, te quedabas con la sensación de que, de todas las maneras, te habían timado.

En Egipto, nos vendían unos collares con los pendientes y pulseras cada vez más baratos, mientras fumabas en pipa y no te dejaban ni respirar y te agobiaban. Al final, alguien compró, se me acercó el vendedor y me dijo: “te lo dejo a mitad de precio que a la otra persona”. Le había timado.

Pues así pasa casi ahora. Tienes un precio con el cliente, viene la competencia, te llama, le ajustas el precio si puedes, no has terminado de firmar y te vuelve a llamar.

Los clientes te comentan: “es que yo quiero trabajar con vosotros, pero os vais de precio, pero quiero porque lo hacéis muy bien”. Claro, eso lo sé yo, pero si queremos pagar todos los impuestos, todos los salarios, todas las obligaciones, y todo el mundo tener su negocio, eso tiene un precio, que la crisis ya ha hecho bajarnos los humos, pero tiene un precio y no se puede estar enseñando el caramelo todo el rato a condición de un euro pero exigiendo la calidad de Armani.

Añoro a esos clientes, ya me van quedando menos, se me están marchando como las hojas de los árboles se van perdiendo con el otoño. Las hojas que se han ido ya no vuelven, vienen otras pero no son las anteriores.

El cliente de calidad está contento, no da problemas, es comprensivo, quizás porque ha utilizado a los otros y ha preferido que seamos nosotros los que estemos preocupados por sus envíos y él esté tranquilo, porque lleva años sin tener el más mínimo problema, eso es cosa nuestra. Por desgracia, cada día me quedan menos de este tipo de clientes, la mayoría son los de bajar céntimo a céntimo, euro a euro. Pero, digo yo, ¿no se es capaz de pensar que se pone una empresa como negocio? Digamos que adaptados a los nuevos tiempos, pero al fin y al cabo negocio o ¿alguien invierte su dinero, tiempo y vida en algo que no da beneficios?

Lógicamente, los clientes que aprecian la calidad son conscientes del esfuerzo realizado, de que es bueno para él y sus clientes y lógicamente para el resto de los humanos.

¿Cuánto cuesta tu tiempo? ¿Cuánto cuesta la atención continua de comerciales y administrativos? ¿Cómo puedo yo valorarlo? Porque a lo mejor puedo bajar los precios del servicio, pero dando peor atención telefónica, sin gastos de uniformidad, sin gastos de personal administrativo, sin comerciales, etc. ¿Así avanzamos en España?

¿Estamos en los Zocos o estamos en Europa?

Europa, vocablo que ahora se utiliza una y otra vez para identificarse como que no perteneces a un país despectivamente. Pero en realidad, ¿dónde estamos?. En uno de mis viajes a Suiza, país que parece que no tiene crisis porque tiene el dinero de los que provocan dichas crisis (presuntamente), son tan legales que, -nos contó la guía que en todos los pequeños pueblos-, aparte de estar todos con sus banderitas de su país en los balcones, la última o la primera casa del pueblo plantaba en un pequeño terreno flores, y como ellos tienen costumbre de ir los fines de semana a comer con amigos y familiares y llevar flores, cogían las flores de estos vecinos y dejaban el dinero que en cada tiesto ponía. ¡Y no había nadie que cobrara ni vigilara! ¿Os lo podéis creer? Y nunca faltaba dinero. Sabían lo que tenían que hacer y lo hacían, sin necesidad de estar una persona regateando ni con la vara en la mano para que pague lo que es justo. Porque en realidad, todo gira en eso, se paga lo justo o lo que uno piensa que es lo justo. ¿Quién puede decidir si mi trabajo es caro o es barato? ¿La competencia? Esta competencia ¿hace el mismo trabajo y con la misma rapidez que yo? Algunas veces lo dudo, pero para conseguir mejor precio mis clientes dicen que sí, que hacen lo mismo o más. Entonces, ¿por qué quieres volver a trabajar con Nacex o quieres que te hagamos mejor precio para no irte? Algo no cuadra, pero me tengo que aguantar, porque al final, la gente prefiere trabajar más barato y con peor calidad.

Tengo que decir que me he encontrado con clientes que para bajar sus costes (no es que los quieran repercutir en el precio del servicio de transporte, que hasta cierto punto es lo lógico) también quieren que hagamos de contables, de botones, de recepcionistas, etc., administrativos en general, eso sí, no con el mismo precio, no, hay que bajarlo más todavía.

¿Y qué me contáis de esos clientes que eran buenos pagadores? Sería capaz de enrollarme en una alfombra como Cleopatra y dar sorpresas continuas a esos clientes, son Dioses, o Cesares o Marcos Antonios. Ídolos de otros tiempos.

También quiero hablar de un tipo de clientes que han nacido con la crisis y el regateo. Es un cliente que piensa que está por encima del bien y del mal, que tiene grandes conocimientos del transporte (y con seguridad será verdad todo), pero que además esto del regateo le parece que es un gran invento y entra en el juego. El primero que llega le ofrece el precio más barato, pero no se da cuenta de dos cosas:

  • Casi seguro que en alguna parte de la factura tiene otros costes;
  • No ofrece el ok de entrega igual que nosotros o la incidencia, etc.

Sólo se fija en el precio unitario. Y, ¿qué nos encontramos al final? Que no es correcto lo que le dicen y además pueden aumentar pesos o medidas, etc. Por lo tanto, cuando conseguimos ver la factura y vemos dónde se producen los cambios, hay algunos clientes que vuelven a la tranquilidad que damos, aunque otros siguen entrando en el juego, y una vez, que han conseguido la información, vuelven al otro proveedor para seguir negociando. Y así, una y otra vez. Porque el cliente no es fiel, aunque hay algunos que lo son siempre.

Yo por ejemplo soy diferente, considero que es el proveedor el que tiene que tener cuidado con el cliente y si pone un precio yo no suelo regatear, lo pago, eso sí, me tiene que demostrar que su trabajo es directamente proporcional a su precio, si no es así, a lo mejor ya con el tiempo les dejo, pero sin discutir, sin decir nada más.

En fin, adoro aquellos recuerdos de clientes donde el precio era importante pero la calidad era el día a día nuestro, donde se producía nuestro crecimiento como empresa y como persona. Porque al esforzarme en conseguir la calidad, se estaba continuamente creciendo. Sin esfuerzo no hay crecimiento.

Carmen Ruiz Atienza

Un país con agua es un país rico

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Alemania 2

Esta es la continuación de la frase que decía mi guía gallego mientras conocíamos la Selva Negra, las Cataratas del Rin y La Alsacia, y el fin de la historia de mis mini-vacaciones.

Un país con árboles es un país rico, un país con agua es un país rico. Durante todo el camino, nos lo estuvo diciendo junto con un montón de chistes que no recuerdo, primero, porque soy mala para recordar chistes aunque me gusten, y segundo, porque yo utilizaba el autocar para recuperarme de las noches en ese maravilloso hotel de 4 estrellas y las largas marchas por calles empedradas. Algunas veces, ni siquiera eran chistes sino frases que había oído en algún sitio que visitábamos. Recuerdo que estando dentro de la Catedral de Estrasburgo y estando esperando a que el reloj astronómico comenzara su repiqueteo (pase que era exclusivo para nosotros, pero que se colaron algunas personas), oyó como estas personas decían que se quedaban a ver el reloj “gastronómico”. La verdad es que, a mí también me parece importante saber todas las palabras que en tu cabeza saben el significado, pero que la lengua se empeña a cambiarlas por otras parecidas, y por eso, agradezco las nuevas tecnologías porque puedo buscar los significados y la historia en la Wikipedia (aunque algunas veces también se equivoca, me han dicho). En mi caso, soy de una especie única para cambiar refranes, dichos, palabros, etc.

Nuestro guía gallego se llama “Anntttonio”, lo escribo así pero vosotros imaginaros como llama Melanie Griffith a Antonio Banderas. Era el guía que nos acompañó desde el aeropuerto de Madrid hasta la llegada al mismo aeropuerto. Tenía un problema con los brazos, más cortos pero el jodido tenía unas piernas largas con grandes zancadas. ¿Habéis visto el anuncio de dos perros, uno grande y lentamente caminando y el pequeño yendo muy rápido para ir a la par?, pues así éramos el grupo siguiendo al guía, pero era imposible ir a su lado, por lo que se hizo una cuerda con seres humanos que intentábamos no perder al anterior a nosotros. Digo que se intentaba porque en cuanto hacías una foto había problemas. Recuerdo una vez que me pasó a mí, al mirar para adelante me puse a seguir a un grupo, de repente, oí gritos por detrás, me estaban llamando, se habían metido en una galería y no me había dado cuenta. El otro grupo eran rusos y no me entendían nada de nada.

De vez en cuando mi guía se daba cuenta que estaba solo y volvía a buscarnos. Cuando sabíamos que éramos los últimos de la cola y adelantábamos a alguien le avisábamos “eres la ultima/último” ten cuidado.

En otra ocasión, delante de otra guía oigo como le dice que si quieren un tour en autobús porque había mucho que andar con las calles empedradas, y mi guía contesta que no hacía falta que éramos de senderismo. Sería él porque nadie del grupo pertenecía a ese grupo de valientes que se llama senderistas.

Tuvimos varios guías a cual más original.

Estando en el Museo Regional de la Selva Negra nos acompañó otra guía, tenía varias peculiaridades:

  • Echaba un pie un poco hacía adelante y mientras hablaba inclinaba el tronco como saludan los japoneses, pero ella era nativa de Alemania.
  • Hablaba alaaargannndo lasss palabrassss como una buena germaaaaaanica.

Nos enseñó cómo vivían en la antigüedad en la Selva Negra y llevaba una misteriosa llave en la mano, que tocaba como un rosario mientras agachaba el torso y hablaba paladeando las consonantes. Nos llevó a un molino de agua y con la misteriosa llave, puso en funcionamiento una pequeña puerta que después manualmente abría el agua para que el molino empezara hacer su trabajo. ¡Qué asombroso! – decía. ¡Qué ingenioso! – aplaudía. ¡Pasen y vean como el agua podía moler el trigo, cáñamo para las ropas, etc.!

Estos no han visto los molinos de Asturias decían algunos, y yo, como mi madre es de la Mancha, decía lo mismo pero con los molinos de viento, aquellos que Don Quijote confundió con gigantes, que seguro que eran los teutones buscando ideas.

También nos enseñó la casa de los labriegos y admiré la habitación que tenía tan espaciosa para el matrimonio de campesinos. Envidia que me daba porque recordaba la que me esperaba en el hotel y no quería llegar, la cambiaba ya mismo.

Yo me paré en un telar que había para sacarle fotos porque era igual que el que mi abuelo utilizaba en Cuenca. Porque mi abuelo era tejedor y mi abuela hacia rosquillas y pan que los vendía por los pueblos. Hablando de Cuenca, y recordando las cataratas que he visto, quiero hacer mención al nacimiento del río Cuervo que con menos agua, pero cascadas también. Y ya saliéndome de Cuenca y yendo a Zaragoza ese maravilloso Monasterio de Piedra que no desmerece nada a lo que hemos visto. Eso sí, con más agua. Pero todo tiene remedio, plantemos árboles y conseguiremos agua. Pero esto es otro tema de discusión.

Un día, comimos en la ciudad de los cucos, antes de ver el Cuco más grande de esa parte de Alemania, lo cual no es verdad, porque en el pueblo de al lado es donde está el cuco más grande, pero como donde vamos hay tiendas, de manera muy práctica decidieron que para que los turistas se gastaran el dinero en la tienda se dijera que era ese. Es lo que tiene los alemanes, por el avance monetario, son capaces de estas cosas.

Creo que fue en Schiltach donde después de comer, dimos un paseo para ver cucos. Entramos en una tienda y estando viendo uno muy grande, yo comenté que no me gustaba porque era sobre caza y estaban los animales muertos. En eso que, oigo a una dependienta con traje típico de la zona decirme: “Sobre todo el reno muerto, ¿lo has visto?” ¡Qué alegría! Era española, exactamente de Cádiz. Tenía una alegría en su cara y estuvimos hablando largo y tendido. La chica tenía 2 carreras, creo recordar que 22 añitos, había ido con un contrato de 6 meses para Alemania, estaba muy contenta. Además nos decía que se le pagaba todo el tiempo que hacía de más y que su sueldo estaba en 1200€ y aparte el tiempo que estaba de más. Que le gustaba el sitio y que mejor que en España, que no encontraba nada. El dueño que estaba pendiente, le dije que tenía una buena empleada y para que viera el negocio hice unas compras. Cuando fui a pagar estaba otra compañera también española. Es lo que tenemos, las dos etapas de españoles en Alemania en la historia para ayudarles a levantar su país y mientras tanto, nosotros desperdiciando la fuerza de nuestro pueblo.

El siguiente guía local que tuvimos creo que fue en Colmar. Este era muy gracioso, hablaba fatal el español pero estaba todo el rato riéndose, entre la risa de perro pulgoso y el anuncio del perro que enseña los dientes para que no tenga sarro. Nos enteramos de sus explicaciones porque todos sabíamos francés, sino nos hubiéramos quedado igual que al principio.

En Estrasburgo tuvimos otra guía pero recuerdo poco de ella porque estábamos pendientes de que las gitanas no nos quitaran las pertenencias y ella nos iba avisando. Me llamó la atención la cantidad de ellas (gitanas) que había junto a los turistas y sus guías. Y pensé que si alguien que yo sé, pero que en Alemania ni se le nombra, levantara la cabeza, vaya tortazo que se daría viendo la pureza de su raza aria. En la diversificación está la grandeza.

De esa época sólo hablan para enseñarte como quedaron las ciudades después de los bombardeos realizados a las ciudades alemanas y como las reconstruyeron. He visto muchas fotos de las ruinas pero creo que no he visto ninguna foto de Él. Otro ciclo que les gusta enseñar en fotos es cuando Kennedy y su mujer estuvieron en Alemania y además te puedes hacer una foto como si le estuvieras dando la mano al mismísimo presidente.

En Baden-Baden, tuvimos una guía de origen belga, por lo cual, nos contó la historia de manera que siempre había un belga por medio.

Otra guía que tuvimos fue en Heidelberg pero no tengo nada malo que decir de ella. Lo original de este sitio es que es donde murió el General Patton. Lo que es la vida, éste General combatió en la Primera Guerra Mundial, en la Segunda fue el horror de los Alemanes le apodaban “sangre y cojones” y en este hermoso lugar va y tiene un accidente de coche y muere, aunque ayudado por una bala en el cuello, presuntamente.

En Frankfurt, tuvimos el último guía y, esta vez, era masculino, aunque no se reía como el francés, pero también tenía su aquel. Hicimos una ruta en autobús y nos explicó que su origen era italiano, pero para hacer bien su oficio nos decía que miráramos un bellísimo callejón donde había unos tomando vino de manzana. Dios mío, no saben bien lo que es el vino de manzana, nuestra siedriña está mucho mejor, y además, no sabía lo que era callejones bonitos, tenía que pasear por el Madrid de los Austrias y verá lo que es bonito.

Más o menos al final del tour, el guía nos dijo que nos iba a dar una sorpresa. Llevaba una carpeta en la mano y yo pensaba que nos iba a regalar una foto suya firmada porque estaba todo el tiempo diciendo lo que hacía, lo que había estudiado, los idiomas que sabía, le faltaba decirnos la talla de ropa que utilizaba. Bueno, la sorpresa no era una foto, era que cantaba lírico y nos deleitó con “Oh Sole Mio”. La verdad es que no cantaba mal, pero tampoco para tenérselo tan creído, yo me quedé con la versión que me hizo el gondolero en Venecia mientras paseábamos por los canales y yo me encontraba en el cielo .

Después, nos deleitó con una canción española y se despidió con una alemana.

Al guía gallego le entraron los celos al ver cómo se le aplaudía, y a partir de entonces, nos despertaba de dormir en el autocar con una canción silbada y no con un chiste. Por cierto, silbaba las canciones muy, muy bien.

En todo el viaje, vimos muchos grupos españoles y chinos. En el “maravilloso” primer hotel donde no había aire acondicionado lo compensaba porque tenía wifi.

Pues tampoco, los primeros días nos dijeron que lo estaban petando los chinos y cuando se fueron, yo seguí sin wifi, porque estábamos en la parte antigua del hotel.

Con uno de los chinos me pasó una cosa graciosa. Estábamos en la terraza alargando el momento de irnos a la habitación y me acerqué al hotel a pedir bebidas. En esto que aparece el chino vestido como se ven en las películas antiguas de chinos, le faltaba el sombrero, pero a mí me parecía estar viendo a Bruce Lee caminando a mi lado.

También vimos muchos, muchos hindúes, pero vestidos igual que los ves en los documentales de la India. En una ocasión, en la cola de los famosos servicios de pago y mientras esperaba que saliera mi amiga, entra una hindú vestida con su sari, con su brillante en la nariz y de piel morena. Viendo que había otro servicio libre y que no lo usaba, se lo indiqué, puso – pon o introduce 30 céntimos y ya podía entrar. Me dijo que no llevaba dinero entre tanto ropaje y que pasaría al nuestro. Asombrada todavía de lo que me estaba diciendo, me pregunta de dónde soy. “De España” y puso carada de ¿Qué me estás contando?. Le digo Madrid y sonrío – sonrió ella. Le pregunté lo mismo y yo entendí que me dijo Bali, “¿Bali?” – le repito extrañada. Y me dice: “No, Germany” enfadada. Vamos, mira que soy tonta, si es la típica teutona germánica. Y se mete en el servicio cuando mi amiga sale y esta me mira como diciendo ¿le has dado permiso? Es increíble, ella se enfada porque dice que es Alemana y me deja con la boca abierta y yo me tengo que aguantar que no conozca España aunque sea por el futbol, que somos Campeones del Mundo.

Con esto lo que quiero decir es que, los primeros que se creen que el país es bonito son sus guías, lo que puede ser menos bonito, ellos lo engrandecen, la parte de la historia que no les gusta, la borran tranquilamente. Según la nacionalidad del guía, se pueden cambiar unos hechos históricos. Y además, visitando el extranjero, te das cuenta que es muy importante respetar todas las culturas y que unos más rubios  y otros más morenos, al final, hemos utilizado las herramientas iguales todos y que tenemos unas culturas todas diferentes pero muy interesantes.

La compañía aérea que utilicé tanto a la ida como a la vuelta fue Iberia. Cuando marchaba hacia Alemania, no se me ocurrió mirar la revista que te dejan, pero a la vuelta lo hice. Y, ¿sabéis lo que me encontré? Pues en toda una hoja un jugador de golf y un texto que decía: “disfruta de tu deporte favorito y relájate, Nacex te llevamos el material donde quieras”. Mira como son estos de Nacex, me marcho de vacaciones con esta novedad y me encuentro en una revista de Iberia del mes de agosto la información, me di cuenta entonces que “Adiós a las vacaciones y vuelta a la realidad”.

Carmen Ruiz Atienza

Un país con árboles es un país rico

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Alemania

Os voy a contar mis 9 días de vacaciones por Suiza, Alemania y Francia y las experiencias que he tenido directamente en estos países. El título no es mío, es de mi guía, que lo repetía una y otra vez mientras que mirábamos el paisaje dentro del autocar. El guía que teníamos de continuo era gallego, por lo cual, me he encontrado con una persona que sabía una gran cantidad de chistes, que me costaba entenderle porque no terminaba las frases y que sus zancadas eran enormes aunque no era alto, pero estaba acostumbrado al senderismo.

Os pongo en antecedentes con relación a mí:

  • De senderismo nada, nada. Siempre y cuando hablemos de las marchas andando por campo, ciudades, carreteras, etc. Ahora bien, me puedo definir perfectamente como el adjetivo de sedentarismo, es decir, según la definición sería “es una forma de poblamiento por la cual una sociedad (es decir, yo conmigo misma) se establece en un lugar determinado al que pasa a considerar de su propiedad (mi casa)”. Aquí también puedo añadir mi trabajo, y unos cuantos kilómetros alrededor. Pero lo justo, justo.
  • Tengo 51 años, por lo tanto, la menopausia está llamando a mi puerta, esto supone hinchazón del cuerpo, sofocos, y algunos otros maravillosos síntomas que te hacen recordar que lo mismo lo pasaste pero cuando eras adolescente, incluso los granos, pero la diferencia es que ya llevo medio siglo vivido, felizmente vivido. Pero debido a que no soy persona fácil, mi menopausia tampoco lo es, y los cambios hormonales están siendo un poco cansinos.
  • Llevo 6 meses sin fumar, ¡hurra! ¡increíble! ¡maravilloso! ¡engordandoooooo! Y eso que parecía difícil, porque con el apartado anterior parecía que ya había hecho tope, pero nada más lejos de la realidad, todavía se puede uno estropear más. Sobre todo si no se hace senderismo.
  • Además tengo hígado graso, que no se sabe muy bien si también es lo que ha provocado la obesidad o bien se ha deformado proporcionalmente a los kilos asumidos.
  • Las articulaciones no responden a mis órdenes, sobre todo las rodillas, parezco Robocop y necesito Tres en Uno para engrasar.
  • Total, esto supone que en poco tiempo mi cuerpo ha cogido unos 30 kilos de más, y si además añadimos que mido más o menos metro y medio de estatura, hacemos un pan como unas hostias. Eso sí, positiva hasta la medula y feliz, que no haya dudas, que por lo menos respiro y no estoy criando malvas, por lo tanto, ¡estoy divina de la muerte!

Supongo que quién lea esto, a estas alturas, se estará preguntando para qué cuento todo esto. Es muy sencillo: para que mi relato sea más comprensible y nos echemos unas risas entre todos imaginándome en las situaciones que voy a escribir.

Lo primero es que elegí este entorno buscando el fresquito para no pasar el calor sofocante de Madrid. Había estado hace unos años en Suiza, en agosto, y tuve que comprarme ropa de invierno y paraguas. Esta vez, me dirigía a la Selva Negra y la Alsacia francesa y se suponía que se estaría más fresquito.

Para la ocasión, me había comprado unos zapatos-zuecos en GEOX para que mis pies no sufrieran mucho y además ya los tenía usados. Al mismo tiempo, llevaba calzado cómodo y zapatillas BMT, que hacen que trabajen mejor las piernas y la circulación. De ropa, iba más o menos preparada para unas temperaturas fresquitas. Aunque sabía que también había llegado una ola de calor por la Europa central y que estaban cayendo gente por el calor, pensé que no sabían lo que era pasar calor y que mi cuerpo estaba acostumbrado a un calor sofocante y seco. ¡Que infeliz yo! No caí en que mi cuerpo ya no estaba acostumbrada a nada, quizás al aire acondicionado que llevamos en el coche, que tenemos en casa, en el trabajo, en los centros comerciales, en los cines, etc.

Aterricé en Zúrich (Suiza) y me encontré con un calor sofocante y muy húmedo. Después de comer (horario de allí) y ver un poco los alrededores de Schaffhausen, nos metimos en un barquito para acercarnos a las cataratas, y el que llevaba la barca hizo la gracia de acercarnos para ver si nos llegaba un poco de agua a nuestros sudorosos cuerpos. Nos refrescaba un poco, pero en cuanto se retiraba otra vez el calor sofocante. No recuerdo la temperatura que se podía tener, pero más o menos os puedo decir que el problema era la alta humedad, había entre un 60 y 90% de humedad. “Dios, soy de los madriles, la humedad no existe, se ha marchado al olimpo, necesito la sequedad de mi tierra.”

A esas alturas del día, con la misma ropa que llevaba desde las 5 de la mañana, con el bolso sin poder descargar del peso que llevaba, y la temperatura de las 4 de la tarde subiendo junto con la humedad, nos encontramos que empecé a perder los tobillos y las muñecas de las manos eran continuidad de los brazos. Los dedos eran como pequeñas longanizas. En el recorrido por las calles empedradas busqué desesperadamente una tienda de ropa para cambiar mi look. Entré en un establecimiento donde me encontré a una dependienta más o menos de mi envergadura, es decir, con carnes. Mitad alemán, mitad inglés, mitad francés y mitad español, es decir, por señas, le dije que me gustaba su falda, la cual, entre risas me la enseñó sin problemas en su misma persona. Es elástica, se puede llevar de minifalda o de falda hasta los tobillos, por lo cual explico lo siguiente:

  • Al ser elástica, imaginaros como queda con los michelines.
  • Si vale tanto de minifalda como de maxifalda, fijaros donde se pone el resto de la falda cuando la llevas mini ¡¡debajo de los sobacosssssssss casi!!

Pero me decidí a llevarme 2. Al mismo tiempo, cogí una camiseta grande, talla XXXLL de color naranja corporativo y una especie de camiseta-camisola que me llegaba por debajo de las rodillas de la misma talla y del mismo color.

Con la alegría de mis compras, nos fuimos a Offenburg (Alemania).

Por cierto, habíamos pasado 2 veces la frontera entre Suiza y Alemania, esto de que las fronteras no son muy rectas, y nos hicieron pagar (al autocar) más de 80€ por el ratillo que estuvimos. Tengo que decir que, tardamos más en pagar dicha tasa que en estar en la carretera usándola, pero así son las cosas.

Llegamos al hotel en Offenburg, deseando poner el aire acondicionado y descansar los pies, si me los encontraba…, y, ¡sorpresa! El hotel de 4 estrellas no tenía aire acondicionado. Pedimos algo para el calor y nos dieron un pequeño ventilador que encima no se movía, estaba fijo. La habitación era pequeña para dos personas. El armario era de un cuerpo, no había sitio para las maletas, el cuarto de baño sólo tenía ducha, no había bidel, por lo tanto, no podía poner en remojo mis pies. El wáter era súper alto, me colgaban las piernas, no podía estar mucho tiempo sentada. Es el único que he encontrado así, el resto tenían un tamaño normal para mí.

Había unas grandes ventanas y nos comunicaron que podíamos abrirlas enteras, que no entraban los mosquitos. Pues claro, ni los mosquitos quieren estar en esa habitación que hacía más calor dentro de ella que fuera a 40º y con el 70% de humedad. Ni bichos se atrevían a dormir en esa habitación. Y allí estuve 5 días. Sin dormir por la noche del calor y con la paliza del día siguiente viendo sitios.

Y todo esto mientras leía que se pedía que se bajaran los sueldos de los españoles un 10%, y ellos son capaces de dar a un hotel la categoría de 4 estrellas cuando ni siquiera tienen ningún plan para el calor y cuyo desayuno y cena dejaba mucho que desear.

Los españoles somos un pueblo un poco acomplejado, siempre lo de otros países es mejor, pero no es verdad. Nuestra comida es inmejorable, nuestras carreteras de momento gratuitas (aunque parece que le queda poco), nuestros hoteles a cual mejor, la atención del personal insuperable. Ellos cobran hasta para ir al servicio en zonas públicas, pero el problema es que como apures el tema, te puedes encontrar que o tienes 30 céntimos o no entras al servicio. Pero me han llegado a pedir 70 céntimos que incluía una limpieza a su manera, que os juro que tenía necesidad, pero después de pagar los 70 céntimos y ver lo que estaban haciendo mi primera intención era salir corriendo. Me explico: la señora cogía un cacho de papel, se ponía delante de la persona que le tocaba entrar, ella entonces entraba primero y limpiaba la taza del wáter (hasta aquí bien), el problema que se iba a otra puerta y hacía lo mismo con la siguiente pero UTILIZABA EL MISMO PAPEL…. Dios increíble pero cierto. Era el motivo por el cual era más caro: limpieza personalizada.

Al día siguiente, y debido al calor, estrené mi conjunto de vestido butanero. Como me había hecho daño el día anterior en el pie, puesto que todo la parte delantera era una rozadura ya que el pie empezó a crecer y a crecer por el calor y rozó el zapato de GEOX que transpira por abajo pero no por arriba, me puse unos calcetinicos rosas. Imaginaros la situación: bombona de butano (naranja) andando por las calles de las alemanias, con unos calcetines rositas, unos zapatos BMT que son como barcas, grande, grande. Los pies ya eran de elefantes, las manos y brazos como los de Sansón y se me veía una pequeña cabeza, y no porque la tenga pequeña sino porque en comparación con el cuerpo era como la de una tortuga.

No creáis que exagero, tengo el recuerdo permanente que me hizo mi amiga. Me preguntó ¿te hago una foto? Yo dije sí claro, voy a tener un recuerdo de los canales. Me la hizo ¿estoy bien aquí? Perfecta. Me hace dos por si no me gusta la primera. Yo creo que has salido muy bien. La miro, miro a mi amiga y pienso que no necesito enemigos, pero claro, es pasión de amiga. La pienso imprimir y ponerla en la puerta de la nevera. Si con esto no adelgazo, tened la seguridad que nunca lo conseguiré.

Bueno, como es largo contar todo lo que me ha pasado, lo dejaremos para otra entrada, pero el fin de todo esto, es (aparte de reírnos de nosotros mismos) que tenemos que tener más seguridad en nuestro pueblo, en nuestra gente, en nuestras instalaciones, en todo y que prefiero mi España y sus gentes que todo aquello que he visto, que sirve para culturizarme y apreciar lo que tengo más cerca.

Carmen Ruiz Atienza

Bodas y nacimientos

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Bodas y nacimientos

Voy a poner ahora recuerdos agradables. En estos años que han pasado, nuestra “familia” ha crecido, también ha menguado, pero hablemos de los momentos divertidos y felices que hemos tenido.

Durante estos años, ha habido unas 14 bodas, unos 20 nacimientos, una jubilación, algunas separaciones, 3 funerales y muchas fiestas.

De las bodas hay muchas historias divertidas.

Cuando se casó Carlos, le hicimos una “especial despedida de soltero”, digo especial porque fuimos tanto hombres como mujeres y él estuvo acompañado por su futura mujer. Como siempre, le habíamos hecho varios regalos. Por una parte, los serios, y por otra, alguno “graciosillo”. No sabíamos cómo la novia se iba a tomar dichos regalos, pero en la terraza donde estábamos cenando, empezamos a dárselos y tengo que decir que ella se hizo con el mando de todo desde el primer momento. El problema vino cuando nos fuimos a bailar todos y ella se subió a bailar tipo go-go con alguno de los regalos. En poco tiempo, comprobé que estaba rodeada de hombres cuya mirada se hacía cada vez más erótica. Al final, conseguimos que dejara de moverse de aquella manera y llegó sana y salva para su boda. Era verano, mucho calor, a la salida de la Iglesia empezamos a ver unas nubes grises. Ya pasarán – empezamos a comentar. Cogimos los coches camino a la celebración, las nubes pasaban de grises a negras. Ya quedaba poco, nos daba tiempo a resguardarnos de una posible lluvia. Error, no fue así. Fue bajarnos del coche y eso no era llover, era una tromba de agua que en pocos segundos había riachuelos por el suelo. Los paraguas no hacían nada y los pocos metros que había hasta llegar a resguardarnos, fueron los suficientes para llegar empapados. Los vestidos pesaban 5 veces más. Lo mío era un conjunto de falda y blusa de encaje beige. Con el peso, la falda se me caía, el encaje se transparentaba, el pelo se rizaba y la pintura de la cara se resbalaba. Todas las mujeres corriendo al cuarto de baño, había overbooking. Todas con sus ropas y el secador de pared para las manos. ¿Sabéis lo difícil que es secar una falda estrecha en ese secador? Algunas decidieron quitarse las ropas y secarlas, ¿Quién es la última? Al final, un poco compuesta de aquella manera, un poco de restauración facial y a divertirse que se casaba Carlos. Hoy, es padre de 2 niños: un niño y una niña, que son tan guapos que pueden salir en cualquier anuncio. ¡Quién me lo iba a decir a mí, si cuando empezó a trabajar conmigo casi el niño era él!

Otra boda divertida fue la de Goyo, aunque luego a los pocos días pasó una desgracia como es la muerte de Jesús. Pero hablemos de lo bueno. Cristina estaba embarazada, pero si la mirabas de espaldas no se lo notabas para nada, parecía que se había quitado la barriguita y se la había dejado en casa, pero se daba la vuelta y allí estaba Andrea, todavía sin ver la carita, pero ya existía.

Según estaba haciendo la entrevista para contratar a Goyo (antes hacía la entrevista en la segunda planta), pensaba en que tenía un ramalazo, pero me pareció bueno para el trabajo y le hice el contrato. Bajé a presentarlo a sus compañeros y cuando se marchó comenté “es el primer empleado especial que he contratado”, pensaba que su tendencia sexual era otra. Pues nada más equivocada. Yo creo que tonteó con todas las féminas del trabajo, pero él se casó con la que estaba enamorada, fue en el 2004, hoy está separado, pero Goyo tiene otra historia de fortaleza muy bonita y difícil para todos. Cuando separé sociedades, hubo que dividir al personal: unos para Alcobendas y otros en Sanse, el resto se quedaban en las otras delegaciones. Fue duro, muy difícil sobre todo porque me tocó a mí. Tuve que tener la cabeza fría para dejar a las dos delegaciones bien, y como en Sanse nos quedábamos con menos personal al tener menos envíos, fue todavía más difícil de decidir. Lo contaré en otro momento, pero a lo que vamos, Goyo le tocó para Alcobendas. Pasado el tiempo, se vino conmigo, y un día se fue de boda a Valencia. Él es de ahí, y a mitad del camino empezó a que no podía moverse, le diagnosticaron esclerosis múltiple en el cerebro. Se le paralizó un lado entero del cuerpo, perdió vista., etc. Fue muy duro para todos, pero lógicamente más para él. Poco a poco se fue recuperando, se pone tratamiento todas las semanas, prueba tratamientos nuevos, todas las noches tiene fiebre, pero a primera hora le tengo aquí trabajando, desde la vez que le dijeron que podía hacerlo. Es lógico, no quiere estar solo, pero a nosotros al principio nos daba miedo. No hay dolor que pueda con él y siempre está contento. Cuando algunas veces, le he dicho que se vaya a su casa a descansar me pide que no, por favor. Es un gran chico y lo loco que era antes, ha hecho que ahora sea no sólo buena persona sino uno de mis mejores trabajadores.

Seguimos con la boda de Alberto, el comercial de San Fernando de Henares. Yo le tengo puesto en el móvil como “calimerooo”. ¿Os acordáis del pollito negro con la cáscara en la cabeza que nadie le entendía? Pues es Alberto. Nadie le entiende, y además, pasa desapercibido. Ha ido junto a Oscar a todas las convenciones comerciales, y además, me ha acompañado a una de delegados. Pues todo el mundo, durante todos los años, me preguntan: ¿éste es nuevo? La misma persona al año siguiente ¿es tú comercial nuevo? Así convención a convención.

En su boda, los mensajeros le hicieron un pasillo y le cantaron una canción “militar” hecha nada más que para él. Nos dieron una botella de vino con sus caras, que con el paso del tiempo se ha estropeado. ¿A ver si renovamos y me regalas otra majo? Ahora tiene 2 hijos, también la parejita.

Otra boda fue la de Oscar. Él se llama “tigre” ya sabéis por qué. Yo le tengo grabado en el móvil como “pesadoooooo”, tal cual. Su boda también fue muy bonita sobre todo por la música que pusieron en la iglesia cuando entraba la novia y cuando entraron en el restaurante. Dos canciones preciosas. Luego en el restaurante se llevó camisetas Nacex de verano y se puso a casi todos los invitados, sobre todos los relacionados con la empresa y otros invitados que se animaron. Bailamos mucho, y además, sus amigos hicieron un álbum muy gracioso con fotos de ellos de pequeños y luego de mayores, como si fuera un cómic. Estuvo muy bonito, me hicieron llorar hasta a mí, sobre todo porque salía una foto de su padre que Oscar le quiere mucho y murió muy joven y no podía estar ahí, pero de alguna manera consiguieron que estuviera. Ahora, tiene una hija preciosa y la mar de graciosa, pero que puedes esperar con el padre que tiene. ¡Le está enseñando cada cosa!

Con todos los niños, como los ves de bebes y luego como van creciendo, es ver pasar el tiempo pero muy muy rápido.

Hemos tenido más bodas, pero sería largo seguir hablando de ello. Ahora, el 31 de agosto, se casa un mensajero. La crisis no ha podido con el amor.

Embarazos también hemos vivido unos pocos. No sólo de mujeres en el trabajo, sino también de los hombres, que ya no es como antes. Pero como me he alargado un poco, mejor lo dejamos para otra entrada.

Tengo que decir que, Andrea fue mi primera “sobrina-nieta”, pero que luego también he vivido en el trabajo otro embarazo y nacimiento de otro “sobrino-nieto”. Esta vez, Itzan. Entre medio, tenemos otra pero que no lo he vivido en el trabajo, pero un besito también para Violeta. Sobrino nieto significa que es un hij@ de una sobrina, ahora tengo la ilusión de ser abuela, porque quiero ser una abuela joven antes de que la artritis, el colesterol, las canas me hagan ser de otra manera.

Carmen Ruiz Atienza

Optimismo vs Pesimismo

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Optimismo vs pesimismo

Hoy, me he levanto un poco “soviética”, y esto significa que me encuentro reivindicativa y paso a llamarme “Carmelosky”.

Llevamos muchos años de crisis. Está siendo larga y dura, pero hay personas y/o colectivos,  que yo creo que están deseando que la crisis no termine porque se les acaba su forma de vivir. Han hecho su negocio del problema, pero no en positivo, sino en propiciar la negatividad para su propia subsistencia.

Hay cosas que no entiendo, cuando todos gastábamos sin medir el dinero porque era fácil que un banco te diera cualquier préstamo, teníamos tantos coches como adultos con carnet hubiera en una misma casa, incluso en barrios donde aparcar significa dar vueltas y vueltas para conseguir una plaza. Pero no importaba porque se presumía de opulencia. Tener coche supone unos grandes gastos que ahora lo estamos viendo mejor: gasolina, seguro, revisiones, etc., y esto multiplicado por dos, tres y hasta cuatro, según el número familiar. Además, no se tenían coches antiguos, todos con coches nuevos, nada de segunda mano.

A su vez, estábamos cansados y los spas urbanos crecieron como setas en el campo. Incluso te encontrabas un spa en algunos sitios impensables. Lo que antes se veía   sólo en exquisitos balnearios que tendían a estar ocupados por personas de cierta edad para sus curas reumatológicas, en la época de la que estoy hablando, aparecieron  en cualquier hotel o en cualquier local del barrio más obrero posible. Y lo digo por mi barrio.

Los especialistas te daban información de la depresión por el cambio de hora. La depresión por la vuelta del trabajo después de las vacaciones, la depresión por la vuelta a los estudios… Total, nuestro cuerpo y mente necesitaban darse un baño con masaje a seis manos, un tratamiento de choco-terapia o un tratamiento anti-vejez a base de vino.

Yo me hago ésta pregunta: la gente del campo que se levantaba al alba y terminaba su jornada a la anochecida, con muchos hijos a su cargo y arando la tierra, ¿dónde tenía las depresiones?, ¿dónde tenían los traumas? Yo creo que no tenían tiempo para todo esto.

Pero ahora, estábamos en la sociedad del confort y todo era necesario para nuestro cuerpo y nuestra alma.

Al mismo tiempo, las vacaciones se cogían sin problema, elegías lo que más te gustaba sin mirar precios, de larga duración y mejor a hoteles porque en los apartamentos al final tienes que cocinar y limpiar. Con esto último sigo estando de acuerdo, aunque por necesidad es mejor hacerlo, más barato.

Los pisos subían de precio, más y más cada vez, los políticos decían que tenía que explotar la burbuja inmobiliaria, pero no hacían nada para evitarlo. Era dinero para las arcas de todos: ayuntamientos, comunidades autónomas, estado, notarios y bancos. Y claro, a ellos no les interesaba romper esto.

Es la misma hipocresía del tema del tabaco. Aunque pertenezca al grupo Logista, y por tanto algo relacionado del tabaco, hay que reconocer la hipocresía. Se nos ponen leyes para que se nos mire como apestados, fotos en los paquetes de tabaco para asustar, se anuncia lo que cuesta en la Seguridad Social un enfermo del tabaquismo…, pero bien que cuando necesitan más dinero suben los impuestos y viven del dinero que se llevan de los paquetes de tabaco, aunque sepan que es una droga y que matan a la gente. ¿No hay mayor hipocresía que esto? Yo llevo seis meses sin fumar, ya no les daré trabajo en la Seguridad Social, o a lo mejor si por ese tema o por otros, pero de momento no les pago más impuestos del tabaco (aunque sí otros impuestos).

Además del tema del tabaco y lo de los pisos, es la situación actual de algunos profesionales que están haciendo el negocio mientras que se sigan dando malas noticias.

Cuando no teníamos crisis y vivíamos felices gastando dinero que nos daban los bancos o los políticos gastando dinero que no teníamos, pues no pasaba nada. En la televisión, por ejemplo, había programas de fiesta, canciones, comedias, etc. Cuando ha llegado la crisis, la televisión se ha llenado de periodistas, críticos, etc., que programa tras programa, dan su opinión sobre la crisis y lo mal que lo hacen otros, pero no dan la solución. Es gracioso ver cómo, ante el mismo problema, se ven de diferente manera las soluciones. A mí no me hace gracia, porque algunas veces parece que nos quieren llamar tontos y sobre todo que no tenemos memoria. Repiten lo mismo una y otra vez, porque además los que hablan se ve claramente que son de un partido o de otro, los economistas también, pero ¿cómo es posible que sabiendo tanto y teniendo tantos conocimientos no han conseguido terminar con las crisis? A lo mejor, no les interesa porque si se termina la crisis no tendrían tanto trabajo porque en realidad  se van de una cadena a otra diciendo lo mismo.

Parece que hay un concurso para ver quién da la peor noticia posible. Una noticia positiva tiene un minuto de vida, la negativa horas y horas de televisión, tertulias, periódicos, opinión,  etc. Tenemos personas que antes no sabíamos que existían para que nos expliquen que es la prima de riesgo. Cuando estaba alta, salían un día sí y otro también para explicarlo en todos los medios de comunicación. Cuando está mejor, no sale nadie para hablar, se olvidan del tema, pero en cuanto sube unas décimas, ya oímos eso de “ya lo he dicho yo, no quiero ser pesimista pero ya lo sabía”, pero se vuelve a esconder cuando al poco vuelve a bajar.

Damos la enhorabuena a un pueblo o bomberos, policías, etc. que lo han dado todo en el accidente ferroviario de Galicia, y al día siguiente, sacamos errores de coordinación o hablamos de defectos cuando están en el aire proyectos de venta. Por supuesto que es necesario mejorar y que no tenía que haber muerto nadie, pero la solidaridad no nos puede dudar tan poco tiempo, por lo menos un poco de respeto a los familiares de esas víctimas que sufrirán más si oyen tantas cosas. Luego, los jueces ya dirán lo que tengan que decir.

Siguiendo con estos tertulianos que nos acribillan en programas, opinan en los periódicos, hablan en las radios, que tanto antes como ahora, han tenido la posibilidad de arreglar todos los problemas, pero no lo han hecho. Yo pienso: si se arreglan los problemas, ¿de qué vivirían ellos? Y me podéis contestar: de su profesión. Pues que lo hagan ya y dejen de darnos las charlas correspondientes, que además, se ven de diferente forma según el partido político que hable y/o actúe.

Estoy así porque este fin de semana he salido poco y he visto televisión. Me encuentro que durante la semana y a la misma hora, hay muchos programas de “actualidad” dando opiniones de jueces, abogados, política, sociedad, etc., ¿Alguien se ha preguntado las ideas que se dan a abogados defensores de delincuentes y asesinos donde se les está informando de los fallos del juicio? Pero llega el fin de semana y nos cambian las películas,  los musicales (que ya no existen) o las obras de teatro por más tertulias, para repetir lo mismo de toda la semana, por si acaso nos habíamos perdido algún segundo.

Eso sí, para ahorrar gasto, nos ponen las películas del siglo pasado, o las austriacas, alemanas o basadas en un hecho real de dolor y miseria, que te hacen adorar “Cine de Barrio” y Paco Martínez Soria.

Pero, ¿en realidad se produce un ahorro? o ¿lo que tendrían que pagar por una buena película se lo pagan a los tertulianos que van de cadena a cadena de televisión, radio y periódicos?

Antes, incluso había emisoras de radio que todo el rato ponían música. Ahora, encontrar una así es muy difícil. Menos mal que tenemos el iPod.

Yo quiero buenas noticias, que las hay y muchas, pero no venden tanto como las malas.

Necesitamos alegría, relajar nuestra cabeza de problemas, ánimos porque al final el que está más abajo es el que está sufriendo todo, canciones, que vuelva Peret, Chunguitos, la canción del verano, “La Barbacoa”, “Los Pajaritos”, lo que sea, pero que  disfrutemos del momento, que luego, te puede caer una bombona de butano y te lleva volando a las nubes.

Somos un país alegre, que toda esta gente no nos amargue la vida y saldremos adelante entre todos, no entre unos cuantos.

Hay que levantarse de la silla y exigir la “felicidad”. No viene en la constitución, pero debería de estar y deberíamos denunciar que nos la están robando.

Pensemos y publiquemos noticias positivas que LAS HAY.

Carmen Ruiz Atienza