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Y se nos jubiló Pepe

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Hemos tenido bodas, bautizos, cumpleaños, funerales pero también hemos tenido una jubilación, la de Pepe, el abuelo de Liberación 2000. Pepe era un conductor de la 2801, muy responsable, educado en una época muy diferente a la nuestra, daba gusto ver su letra, la que le enseñaron de pequeño, bien hecha, se entendía perfectamente, daba gusto ver sus albaranes. Como empezó casi desde el principio, estuvo más tiempo con los albaranes auto-copiativos que con la PDA y se le entendía perfectamente todo lo que escribía.

Cuando pasamos a las PDAs, fue al primero que le hice que lo probara, si Pepe era capaz de aprender y de hacerlo bien, los demás lo tenían que hacer, como mínimo, igual que él; y no porque pensara que no era listo, muy al contrario, sino porque la edad hace que nuestro rendimiento sea cada día más lento y peor, -eso lo empiezo a notar yo misma-. Hubo una doctora que me dijo una vez: “A la naturaleza cuando les somos útiles nos cuida, pero cuando ya no le servimos nos abandona y nuestro cuerpo empieza a estropearse”. Y que verdad es. En las mujeres empiezan a abandonarnos cuando dejamos de ser fértiles y a los hombres no lo tengo muy claro, habría que recordar el momento en que son útiles, pero ahora mismo prefiero seguir con el relato de Pepe. Sus neuronas estaban más desgastadas que las de otros conductores más jóvenes, en teoría, aunque algunas veces tengo mis dudas. Pero, superó con nota la prueba, si es verdad que a lo largo de los años estuvo siempre listo para todos los cambios, pero hablar de nuevas tecnologías era otro cantar, pero sin problemas, lo hizo perfectamente, cómo todo lo que hace.

Pepe tenía la ruta de los pueblos de la Sierra. Se iba por la mañana y volvía a última hora con todo perfecto. En la Sierra hay pueblos muy pequeños y se conocía si el alcalde estaba arando tierra o era hora del desayuno, o si era el alcalde de varios pequeños municipios y donde lo podría buscar. Siempre venía con todo perfecto y entregado.

Cuando se acercaba el año de su jubilación me lo iba diciendo, y yo le decía ya hablaremos, no quería ni pensarlo. Yo sabía que le vendría bien descansar, había trabajado mucho en su vida y si seguía era para ayudar a sus hijos, porque él estaba siempre ahí ayudando a sus hijos, ahora que está jubilado pues se dedica a sus nietos.

Pero, llegó el día que se tuvo que pensar que se acercaba el momento, había que reorganizar las rutas, mensajero nuevo, etc., etc. Y sobre todo hacernos a la idea que él ya no trabajaría con nosotros. También tuvimos que ir pensando en la fiesta que le teníamos que dar para que su despedida no la olvidasemos ni él ni nosotros, y empezamos a idear lo que luego se hizo realidad.

Lo primero que necesitábamos era una cómplice y elegimos a su mujer Carmen. Nos dividimos en dos partes. Por un lado, estaba yo como empresa y lo que pensaba hacer y los regalos, y por otra los chicos que también hicieron regalos, por eso, fue muy importante la ayuda de Carmen y de su hija.

Casi al principio de entrar a trabajar me enseñó una foto pequeñita dónde se le veía a él disfrazado de una oruga verde, me la regaló y yo me la guardé con mucho cariño. Pasados unos años, y unos meses antes de que se jubilara, me la pidió y yo le tuve que decir que la había perdido, -mentira cochina-, lo que pasaba es que nos estaban preparando unas camisetas a todos con esa fotografía y por detrás estaban los nombres de todos los componentes de Liberación 2000. Pero, tuve que poner la cara más triste que pude y decirle que lo había perdido y que lo sentía mucho. Pobre, se le quedó una cara que por dentro debía de pensar en toda mi familia, pero al fin y acabo, Santa Rita, Rita, lo que se da no se tira y yo le añadí no se devuelve. Se lo creyó sin problemas.

También yo había visto en una película que hacían recortables de fotos con el tamaño real y pensé que eso también se lo íbamos a hacer. Empecé a pedirle fotos como si estuviera entregando un paquete. Él preguntaba para qué queríamos tantas fotos y nosotros diciendo que para tenerlo de recuerdo. Para disimular nos hicimos fotos con él todos o casi todos, pero lo que importaba es la foto con el paquete y la PDA. Lo gracioso de todo es que unos días antes de su fiesta sorpresa llegó el recortable a tamaño real, que a partir de ahora le llamaremos el Mini-yo de Pepe. Lo dejamos a la entrada hasta que decidiéramos adonde lo dejábamos, y los clientes al entrar se pegaban un susto o le preguntaba algo porque parecía real cien por cien. Lo malo fue que entre las risas y todo, nos avisaron que llegaba Pepe y tuvimos que subir su mini-yo deprisa a la primera planta y conseguimos que no se diera cuenta.

Bueno, la verdad es que en ningún momento se dio cuenta de nada, llegaron las camisetas, las teníamos también en la planta de arriba para que la gente se llevara su talla, teníamos el mini-yo, estuvimos mirando una placa conmemorativa, maletas, regalo de un balneario, reloj típico de jubilación, etc., etc., y también regalos de broma como una carpeta azul para cuando fuera a visitar las obras una vez jubilado y un juego de petanca de juguete, y más cosas que no me acuerdo. En ningún momento se mosqueó de la revolución que estábamos teniendo en la oficina, empezamos por el mes de noviembre o diciembre a planificar todo y no se percató de nada.

Según se acercaba la fecha, me imagino yo que estaría pensando que muy poca vergüenza teníamos todos, porque si hablaba del tema yo no quería escuchar y me marchaba, y sus compañeros pasaban de decir nada, por lo tanto, pensaría que esta gente no iba ni a poner unas patatas fritas en la nave para despedirle, pero así fue, no hicimos nada y él no se daba cuenta de todo el movimiento.

Ya llegada la fecha, le comenté que quería quedar con él y su mujer para comer un día con ellos, le pareció bien, quedamos en la nave y les subí a mi coche, no sabía dónde íbamos a ir, pero les estuve hablando hasta que llegamos a Ajalvir, había avisado cuando les metí en el coche para que estuvieran preparados, pero cuando llegue a Ajalvir vi a unos cuantos por la zona, tuve que avisar sin que se diera cuenta Pepe. Él preguntaba que dónde íbamos, pero yo seguía despistando, hasta que ya no pude seguir haciéndolo porque me metí en un camino de tierra dónde no había ni casas, sólo campo, no quiero ni pensar lo que en esos momentos podía imaginarse él, su mujer lo sabía todo por lo que estaba tranquila. Llegado a un punto, dónde se veía una finca a lo lejos, paré el coche y le puse un antifaz, hay madre, aquí ya las piernas nos temblaban a todos. Con los ojos tapados, llegué a la finca de la zona que, además de comer, tienen una plaza de toros para capeas y luego se puede tomar copas, y que casualmente lo regenta un veterinario Cipriano que le conocía yo por mi anterior trabajo en el Centro de Salud Pública. Pues con los ojos tapados vamos llegando a la entrada del restaurante, le saco del coche con los ojos tapados y a mí me dan mi camiseta. Tanto la mujer como yo que podíamos ver, al entrar y ver a todos con las camisetas puestas se nos nublaron los ojos, pero el momento llegó cuando le destape sus ojos y vio a todos sus compañeros con la camiseta de la foto que él me había pedido, ¡Como la iba a perder Pepe!, fue precioso. Le enseñamos su mini-yo, se hizo un montón de fotos con él. Empezamos a comer, se le dio muchos más regalos, estaba feliz y contento, a su mujer también le tocó algún que otro regalo sólo para ella. Todos estábamos muy contentos y felices.

Después hicimos una capea con las vaquillas, fue muy divertido y luego tocó baile y copas, terminamos a las tantas de la madrugada. Pero lo pasamos genial, recuerdo todavía la cara de felicidad de Pepe y de Carmen, felicidad y sorpresa, porque no se lo había imaginado. Aunque le había extrañado que nadie le hiciera nada, estaba resignado, pero se encontró con todo lo contrario. No podía ser menos Pepe, todos te adoramos y sabes que sigues siendo parte de Liberación. Y aunque ha pasado ya años desde que te jubilaste (2009), seguimos contando con él para la lotería, cenas, etc., y nos viene a visitar y hablamos, siempre que sus nietos le dejan, claro.

Fue un día que lo recordamos en muchos momentos, y como se acerca su cumpleaños, el 3 de marzo, aprovecho para escribir de él. Pepe sabes que te quiero y que te queremos mucho y que te has jubilado pero no dentro de nuestros corazones. Además aprovecho para felicitarte en tu cumpleaños.

Carmen Ruiz Atienza

Machismo no, gracias

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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El 6 de febrero, mientras nosotros estábamos celebrando el 19º Aniversario de Nacex con gran alegría y sorpresas, en el resto del mundo se dedicaba el mismo día a la Lucha contra la Ablación Femenina, es decir, la lucha contra la mutilación genital femenina, que atenta directamente contra la vida sexual y reproductiva de las mujeres. Es un proceso muy doloroso que se hace a las niñas de corta edad y que les puede producir unos graves daños, como la muerte por colapso hemorrágico o por colapso neurogénico, debido al intenso dolor y el traumatismo, así como infecciones agudas y septicemia. Muchas niñas entran en un estado de colapso inducido por el intenso dolor, el trauma psicológico y el agotamiento a causa de los gritos.

Sólo de pensarlo, se me pone los pelos de punta, la carne de gallina y cruzo las piernas por si acaso. ¿Cómo es posible que todavía se puedan hacer tales mutilaciones a las mujeres? Encima las personas que lo hacen son también mujeres que, además, tienen un buen salario para hacer estas actividades. Podría seguir y seguir con éste tema en concreto, pero creo que debemos todos reflexionar de cómo es posible que un ser humano pueda hacer tanto daño a otro ser humano, y sólo por ser mujer.

En la India violan y violan a las mujeres como si no fueran personas sino objetos para utilizar.

En las guerras, incluso en las actuales, violan a las mujeres para satisfacer instintos animales. No quiero hablar en estos momentos de que hacen lo mismo con los niños, porque aparte que me parece más despreciable atacar a un indefenso, creo que se podría dedicar toda una entrada a este tema, si soy capaz de escribir, claro, porque hay temas que mi cabeza no es capaz de asimilar.

Pero, me voy a dirigir sobre todo a Europa, esa Europa moderna, sin complejos, y sobre todo a España, que es lo que más conozco. No existe la ablación, pero, existe todavía la supremacía del hombre sobre la mujer?

Vamos a hablar de Alemania, por ejemplo, país moderno y no machista -en teoría-, pero nos vamos a ir a Munich, ciudad conocida por su festival de la cerveza y por su equipo de futbol: el Bayern.

En un viaje de vacaciones que hice por ese país, mi primera parada fue en dicha ciudad. Sería más o menos el año 2002. La guía nos hablaba de lo buena que era la cerveza, todos los días 1 litro como mínimo, era buena para el corazón, el hígado, el páncreas, la alegría, la felicidad, etc., etc. Ella plasmaba todo esto en ella misma, era una mujer más bien entrada en carnes y con buenos colores. Era mi primer viaje a ese país y yo me imaginaba a todos los alemanes altos y rubios, pero en Munich no los ví por ninguna parte, tuve que esperar unos años más tarde y marcharme a Lanzarote unas vacaciones para comprobar a todas las familias alemanas guapas, delgadas y rubias, desde el padre siguiendo por la madre y los encantadores hij@s. Pero estando en Munich, no los ví y, además, comprobé la cantidad de inmigrantes que había y pensé si alguien que yo sé levantara la cabeza, menuda torta se daba al ver donde estaba su raza aria.

Durante el primer día, nos estuvieron enseñando las maravillas de la ciudad. Me acuerdo que cuando pasamos por una estatua de mujer, la guía nos dijo que se podía comprobar que tenía las curvas bien marcadas y estaba entrada en carnes, esto era debido a que los habitantes de Munich les gustaba las mujeres rellenitas. Asombrada me quedé, pensé que sería raro que los hombres en esa ciudad no estuvieran también adscritos a las curvas de la Barbie, pero había que hacer caso a la guía que, entre la cerveza que tomaba y la cintura que tenía, cada vez tenía más adeptos a sus charlas, aunque casi todas eran féminas, los hombres seguían intentando encontrar a las rubias.

Por la mañana, nos llevaron a la famosa cervecería Hofbräuhaus, vimos a muchos hombres tomando cerveza con camisas de cuadros y pantalones vaqueros o tiroleses. Con unos brazos que eran como todo mi cuerpo (sin exagerar) y con unos enormes vasos llenos de cerveza. No movían el cuerpo, solo movían el brazo de un lado para otro como si fueran a brindar entre ellos. Nos marchamos y volvimos a la hora de la comida: estaban los mismos, o si eran otros, llevaban las mismas camisas, todos hombres. Volvimos a la cena y horror: ¡allí volvían a estar! En todo el día, sólo habíamos visto una mujer que era la única que cambiaba de rodillas de los hombres que era su asiento. Las otras mujeres eran como yo, turistas que estaban con la boca abierta. Había una orquesta tocando música muy típica de allí e incluso nuestra, pero ellos sólo movían el brazo, el resto del cuerpo estaba pegado al banco. No sabíamos cómo podían estar quietos, porque a nosotros se nos iban los pies y el resto del cuerpo. Preguntamos a la guía que cómo era posible que estuvieran allí todo el día y por qué sólo había una mujer, más o menos. Nos comentó que Munich era una ciudad muy machista y que las mujeres o estaban trabajando o estaban ya en casa preparando la cena o con los hijos. La boca se me cayó hasta el suelo, no daba crédito a lo que estaba oyendo. La guía nos siguió comentando que las mujeres disfrutaban 2 veces al año, una con el Festival de la Cerveza y otra en Carnavales, puesto que, en dicho día, se permitía que al estar disfrazada se echara una canita al aire y se hacía un intercambio de parejas permitido. Si antes tenía la boca abierta, después de éste comentario se me había quedado encajada. También tengo que decir que no sé si se estaba quedando con nosotros o era una broma alemana rara, pero ella lo estaba diciendo muy en serio.

Yo no sé si los guías mienten o agrandan el tema, pero es lo que nos contó en esos momentos, es decir, en Alemania también existía el machismo.

Luego en todos los países, ciudades cuecen habas. Sólo decir que ese día jugaba el Real Madrid y el Bayern, allí en Munich. Lo vimos en el Hotel, hicimos que los camareros nos subieran la cena a la habitación, nos la tiraban de mala leche porque ganamos, además, todas las habitaciones estaban con los turistas españoles y se lió una buena en los pasillos con los gritos, porque ganamos.

Y España, ¿cómo lo vemos? Pues bastante mal. También el 12 de febrero se ha conmemorado el nacimiento de Clara Campoamor (en la foto), una mujer que ya en el año que nacía hacía presagiar que iba a tener las cosas difíciles 1888. Es una madrileña cuya vida fue muy interesante por su esfuerzo y su dedicación y luchó para que la mujer española de la época tuviera el derecho de votar. Consiguió un escaño porque en la II República podían ser nombradas, pero no elegidas. Desde allí, luchó hasta que lo consiguió y se pudo votar en el año 1933, aunque ella no fue elegida casualmente, pero pudo ejercer su derecho al voto. En España, duró poco la felicidad porque llegó un militar llamado Franco que abolió todo lo que se había conseguido y, El franquismo restableció el Código Civil de 1889 que, entre otras muchas discriminaciones, fijaba la mayoría de edad femenina en los 25 años y prohibía a las mujeres trabajar sin consentimiento de su marido, tener pasaporte, abrir una cuenta bancaria, administrar bienes, suscribir contratos, disponer de los ingresos de su trabajo, ser tutora o comparecer en un juicio. Hasta la aprobación de la Constitución de 1978 la mujer no disfrutaría de plena equiparación jurídica.

¿Qué os parece? Se pensaba que los derechos actuales estaban de toda la vida, cuando lo piensas parece que es de épocas pasadas, pues no ha pasado tantos años.

Pero en España, hemos erradicado el machismo. Pues no. Todavía en las grandes empresas, ponen de jefes a hombres aunque durante años la vacante la ha ocupado una mujer o incluso hay mujeres de mayor valía que el hombre que acaban de nombrar. Cuando yo estaba en el Centro de Salud Pública, resulta que las farmacéuticas eran mujeres, los veterinarios eran hombres, había subjefes tanto de hombres como mujeres, pero cuando llegó el jefe supremo era médico masculino. (En otra entrada de blog hablaré de esta etapa de mi vida).

Es decir, todavía a las mujeres nos cuesta mucho más que a los hombres llegar a los puestos de arriba. Y así pasa, que ves a grandes directores de empresa que están en el puesto por ser “machitos”, pero quien les lleva el trabajo suelen ser sus secretarías o ayudantes femeninas porque muchos no están ni preparados para las técnicas modernas. He puesto “machitos” entre comillas porque no es obligatorio que sean hombres, hombres. Es decir, sólo hace falta que tengan tributos masculinos, porque si son femeninos, si no se les nota mucho, también consiguen buenos puestos. Esto no quiere decir que haya hombres que sí son inteligentes y que están arriba porque se lo merecen, pero la realidad es que muchos no, cuando tienen que elegir entre una mujer que vale y un hombre con atributos, se marchan al segundo.

Yo misma he vivido muchos momentos de machismo, pero mejor será que lo deje para otra entrada que esta ya va siendo muy larga.

Pero, como resumen, sólo puedo decir que se ha hecho mucho trabajo, pero que todavía queda mucho por hacer, demasiado para estar en el siglo en que estamos.

Carmen Ruiz Atienza

Imagen: Clara Campoamor (e-mujeres.net)

Aniversario Nacex

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Ya tenemos 19 años, en mi cabeza me pasan 2 cosas diferentes:

Por una parte me parece que ha transcurrido un siglo. Si es verdad que hemos cambiado de siglo, pero no es esa sensación. Cuando escribo en este blog, todo lo que ha ocurrido durante todo este tiempo, mi sensación es que han pasado muchos, muchos años. Parece que toda mi vida he estado con el transporte y aunque hay una parte de verdad, puesto que fui novia de mensajero y luego mujer, no es lo mismo que tener una empresa de transporte. Todo lo que he podido aprender de transporte, de contabilidad, de finanzas, etc., etc. Y lo peor de todo, lo que todavía me queda por aprender. Ahora mismo estoy que parece que en mi cabeza ya no cabe más información, pero sigo reciclándome y leyendo para intentar estar al día. Si es verdad que mucho se lo debo a mis compañeros en esta gran familia que somos.

Por otro lado, 19 años no son nada. Hemos conseguido, en este corto periodo de tiempo, hablar de tú a empresas que llevan muchos más años que nosotros, pero no solo hemos sido capaces de estar a su nivel sino que, además en muchos casos los hemos superado. Porque muchas personas piensan que somos iguales todas las empresas de transporte, ¡pero no es verdad! Algunas empresas trabajan con empresas cuyos nombres son más conocidos que el nuestro pensando que son ellos mejores, pero tengo que decir que no, que se están equivocando, la fama no hace que sean mejores que nosotros y la prueba es que no lo son. Incluso se lo hemos puesto tan difícil que muchos de ellos tienen que seguir nuestra estela para estar al día.

Fuimos pioneros en poner nuestros “oks” de entrega e incidencias online. Fuimos los primeros en hacer firmar a los clientes en PDAs, incluso antes que el mismo correos. ¿A qué parece que no? Pues yo tenía ya PDAs con mis mensajeros y cuando recibía algo por correos firmaba en papel. Si bien, algunos lo tuvieron más fácil de comprar las PDAs que otros, dependiendo si eran empresas privadas o no. Pero hoy en día, nos parece normal firmar en una máquina, lo hacemos cuando vamos a comprar también.

Fuimos los primeros en poner el servicio a las 13h, hoy pasado a las 12h, antes no se utilizaba, ahora lo vemos en todas las empresas de transporte.

Podría poner muchos más ejemplos, donde las marcas más conocidas se han tenido que poner a hacer lo mismo que nosotros porque se quedaban atrás.

Por eso, muchas empresas que piensan que las empresas con nombre lo hacen mejor que nosotros, que llevamos menos tiempo, se equivocan y mucho. Además, hay que dar oportunidades a la juventud y, ¡nosotros somos jóvenes!

Pero, hoy es nuestro aniversario, 19 años ya, parece mentira. Quiero felicitar a todos los que formamos esta gran familia, que como toda familia pasamos momentos duros, muy duros, divertidos y felices. Nos enfadamos, estamos un tiempo sin hablarnos, pero vuelta otra vez al redil. Pues como en toda familia: a los amigos los buscas, a la familia “nacex” con ellos.

Tengo grandes compañeros, tanto en un lado como en el otro. Y también grandes amig@s, de los cuales he aprendido muchas de las cosas que, hoy por hoy, me hacen crecer. Tengo que decir que vivo una etapa de mi vida muy rara, y la timidez que tenía cuando era más joven ha dejado pasar al enfado al ver la pasividad de ciertas personas. Al final, me junto con aquellas personas que me suman y no que me restan. A estos últimos, los mando lejos de mi vida.

También quiero recordar en este aniversario a amig@s que aunque ya no están en la “Gran Familia” están dentro de mí y que me han aportado no sólo conocimientos sino formas de vivir.

Este día es para mí como cuando estoy en una convención: se me olvida lo malo y exalto lo bueno. Por lo tanto, a todos mis compañeros, de un lado a otro, estén en el lado oscuro o no, hoy es un día para recordar cómo empezamos y dónde estamos y de sentirnos muy orgullosos de lo que se ha conseguido.

¡Feliz Aniversario Nacex!

Carmen Ruiz Atienza

Día Internacional de las Víctimas del Holocausto

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Hoy se conmemora el Día Internacional de las Víctimas del Holocausto.

La ONU, a través de la Resolución 60/7 insta “a los Estados Miembros a que elaboren programas educativos que inculquen a las futuras generaciones las enseñanzas del Holocausto con el fin de ayudar a prevenir actos de genocidio en el futuro” y “rechaza toda negación, ya sea parcial o total, del Holocausto como hecho histórico”.

Este párrafo parece simple, pero es tremendamente importante, el problema es que yo no creo que se cumpla, ni siquiera aquellos que sufrieron dicha matanza, más de 6 millones de judíos, homosexuales, comunistas, gitanos, etc., etc.

La Resolución también “condena todas las manifestaciones de intolerancia religiosa, incitación, acoso o violencia contra personas o comunidades basadas en el origen étnico o las creencias religiosas, donde quiera que tengan lugar”.

Voy a intentar no meterme en estos temas, aunque sea difícil, y voy a contar mi experiencia en la visita de los campos de concentración.

Tengo que decir que todas las personas deberían de pasar por esta experiencia. Aunque es verdad que con tantas películas y libros tienes muy claro o te crees que tienes muy claro qué es lo que pasó: cómo vivieron, cómo pasaban los días o cómo murieron. Con esa idea fuimos mi hija y yo, pero la realidad es muy diferente cuando estás allí.

Era en agosto, pero hacía fresco, mucho fresco. La primera visita fue a Auschwitz, y lo primero que te encuentras es un cartel en la entrada que pone “Arbeit macht frei“, «el trabajo libera». Un escalofrío te entra por el cuerpo, y no es por el frío que empieza a hacer en esos terrenos. En esos momentos, y antes de entrar, ya hay gente del grupo que decide no seguir adelante, son incapaces de continuar con la visita, y acabábamos de empezar. Entramos, todos estamos sobrecogidos, callados, y nos llevan a los barracones. Mi guía era polaca-germánica, nos había llevado por todos los sitios con una marcha militar que nos dejaba a todos con la lengua afuera. A esta velocidad llegamos al barracón que te dejaban visitar. De repente, mi guía se calla, pienso que está esperando a que todos estemos en el mismo sitio, pero me equivoco, ya estamos todos dentro y mi guía sigue en silencio. Yo miro esos barracones y por mi cabeza pasan todas las imágenes que he podido ver en libros y en películas sobre cómo estaban aquí todos juntos. Pienso en la obra “La vida es Bella” y la fuerza que se tenía que tener para decir: “Buenos días, princesa”, o jugar con su hijo con este paisaje tan desolador.

Por fin, mi guía se despierta y con sus palabras se borran todas las imágenes vistas anteriormente y me centro en lo que estoy viviendo. El silencio que se había producido era para rezar por las almas que parecían que te rodeaban todavía, lo podía haber dicho antes, porque pensábamos que le había dado algún vahído. Seguimos con la visita, nos lleva a las letrinas, a las celdas, paseamos por unas cristaleras donde tienen zapatos, maletas, pelo de todas las personas que pasaron por allí. Impone y mucho. Y llegamos a los crematorios, nos explican que no entraban de uno en uno, que también les agrupaban, que tampoco estaban de todo muertos. Vemos la sala dónde les tiraban por el techo el gas. Impresionante. No hay palabras hay que verlo.

También estuvimos en Alemania, en el campo de concentración de Sachsenhausen. Los alemanes al no querer tener este recuerdo, lo tienen de diferente manera. Han dejado pocos restos de esa época,  hace poco fue Merkel a visitar uno de ellos y fue una de las primeras dirigentes alemanas en ir allí.

En este campo de concentración, en el que han dejado pocas cosas en pie, vimos lo que dejaron de los crematorios, donde les fusilaba, la sala de autopsias y pruebas médicas, que era lo que mejor estaba cuidado. Nos explicaron cómo les hacían las barbaridades y atrocidades con ellos. Recuerdo las letrinas, era imposible ninguna intimidad. Pero lo que más me impresionó fueron las celdas de castigo, después de una larga jornada de trabajo y castigos, les llevaban allí, fueran ancianos, niños, mujeres, daba igual. Pero había una celda en concreto, al final del pasillo que tenía una pequeña ventana arriba del todo, por el único sitio donde entraba algo de aire, era estrecha, quien estuviera allí no podía sentarse ni tumbarse, tenía que estar de pies e intentando respirar algo de aire después de unas jornadas horribles, y al día siguiente vuelta a empezar hasta que les llevara al crematorio.

Recuerdo mucho campo y mucho frío. Los pueblos de alrededor sabían cuando mataban a las personas por el horrible olor a carne quemada.

Allí, hacía más frío que en Polonia, y era agosto, me imaginaba en pleno diciembre… Cuando la liberación, el campo se lo quedaron los soviéticos e hicieron lo mismo con los nazis.

Es una visita muy interesante, la tengo en mi memoria. Quizás se me olviden los nombres, pero hay historias que no se me podrán olvidar nunca.

Al llegar a casa, nos pusimos otra vez todas esas películas, y os puedo decir que todo se ve de diferente manera, aunque parezca mentira.

En la “Lista de Schindler”, su director Steven Spielberg no pudo rodar en  Auschwitz, y creó un decorado en un lugar muy cercano, y no es de extrañar, si cuando yo he estado mis imágenes estaban en mi cabeza, ¿os imagináis a miles de actores vestidos, destrozados como en aquella época y reviviendo episodios? Mentalmente tienes que ser muy fuerte.

Lo malo de todo esto es que hoy en día sigue existiendo matanzas por razones de razas, ideologías, creencias, es decir, de la intolerancia, y como he dicho al principio incluso por los que han sufrido en sus propias carnes o en sus antepasados las mayores humillaciones posibles.

¿Por qué el ser humano olvida tan fácilmente sus sufrimientos?

Espero que, entre todos consigamos que no se llegue a lo que ha pasado y lo que está pasando en estos momentos. Hagamos de la tolerancia una religión sin fanáticos.

*Os recomiendo a todos éste viaje.

Carmen Ruiz Atienza

Imagen: Lugaresymomentos

Y nevó en Madrid

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Ya hemos puesto por escrito o en el pensamiento todas aquellas buenas intenciones que vamos a conseguir para el 2014. Casi no han pasado ni 15 días y ya parece que los buenos propósitos vuelven a cambiar según las nuevas necesidades que hacen que cambien las prioridades. El problema viene cuando los cambios se producen porque a las personas a las que has confiado una obra u otro tema no cumplen con lo que prometen. Llevo ya un tiempo que estoy diciendo en voz alta palabras que no me gusta repetir pero que por desgracia es la realidad en la situación actual. Parece que hay un grupo de “profesionales” (entre comillas) que no les importa cobrar una buena cantidad de dinero por hacer alguna reparación y/o obra, pero que no cumplen con las expectativas puestas o con el precio cobrado, y al final te intentan dejar como que la idiota eres tú. La frase que digo es que aun estando en el siglo XXI, estamos en un país de “ñapas” y de machistas, porque al día de hoy les cuesta dirigirse a una mujer para explicar temas técnicos que en realidad al final lo que quieren es liar la realidad. Pero de este tema creo que haría falta un escrito mucho más largo y una entrada única del blog, pero me da pena ver como se cobran unas cantidades exorbitantes de dinero en las obras pero que luego tienes que seguir haciendo más obras por las chapuzas que se hacen. ¿Y no os pasa a vosotros que llamas a un electricista, o fontanero u otro gremio y siempre os dicen que lo que ha hecho el anterior lo ha hecho mal? Pero es que lo malo es que lo arregla, se vuelve a estropear y el siguiente que viene te dice lo mismo. Es desesperante, pero como digo, haré una entrada del blog muy extensa de nuestras vivencias con respecto a las obras.

Hoy quería hablar de la nieve. Durante éstos días hemos estado oyendo la ola de frío que había en Norte América. Es impresionante, sólo el decir las temperaturas a las que estaban y ya te entraba un escalofrío por la espalda. La ropa se congelaba a los cinco minutos de estar al aire libre, el agua caía en forma de nieve antes de llegar al suelo cuando se hacía el experimento de tirarla en la calle ¡agua vaaa! y terminabas casi con un pedrusco en la cabeza.

Y con todo me ha hecho recordar algunas nevadas aquí. Madrid es una ciudad que nieva poco, muy poco. Cuando yo era pequeña recuerdo más nevadas y ver desde la ventana de mi casa como las personas intentaban caminar aunque algunas no lo conseguían y terminaban con los huesos en el suelo. Eso suponía luego alguna pierna o brazo roto.

Pero luego se ven pocas veces nevar y sobre todo que cuaje, porque agua nieve si lo hemos visto, pero que dure la nieve lo suficiente es lo raro.

Si es verdad que normalmente en febrero es más fácil que se tenga más frio y podamos ver algo de nieve, pero es difícil. Aquí no estamos preparados para esas temperaturas y sobre todo para conducir como ellos lo hacen.

Voy a contar la historia que me ocurrió sobre el 2009 y un día que nevó en Madrid.

No me acuerdo si en los telediarios del día anterior estaban anunciando que nevaría en Madrid capital, porque en la Sierra siempre hay nieve, pero otra cosa diferente es en las cotas bajas. En otra entrada hablaré de lo bonito que es Madrid y sus sierras y pueblos, pero ahora hablemos de ese día en concreto.

Mi hija, que salía antes que yo de casa, me avisó que estaba nevando y que mejor me quedara en casa, pero yo dentro de mi cabezonería típica pensé que tampoco podría ser tanto y ni corta ni perezosa salí con mi coche a intentar llegar a San Sebastián de los Reyes. La salida que utilizo para llegar al trabajo es la salida 18, esto significa que está a 18 kilómetros de la puerta del sol (más o menos), pero teniendo en cuenta que yo vivo en la zona norte de Madrid, significa que estoy mucho más cerca, sin atascos tardo 15 minutos en el recorrido, con los atascos típicos de Madrid, podemos tardar horas.

Pues salgo a coger mi coche y veo que está nevando, pero pienso que como siempre, no iba a cuajar. Despacito y buena letra vamos conduciendo, cada vez la nieve se hace más espesa, pero me queda poco para llegar y esto está chupado. En otras ocasiones había hecho patinaje artístico con el coche, pero esta vez no había hielo, era nieve en polvo, como dicen cuando dan el estado de las pistas de nieves. Había dejado de fumar ese día, muy mal día para dejar de fumar, era el número 5820 de intentos de dejar de fumar o a lo mejor era más, pero me había levantado pensando que el propósito de ése año era dejar de fumar y ahí estaba, sentada en mi coche, yendo despacito porque la nieve era cada vez más espesa. Quito la música y empiezo a escuchar la radio para saber las noticias que estaban dando. Las máquinas quitanieves estaban atascadas y no podían avanzar por los coches y que no se saliera de casa. Bien, yo estaba a penas 5 kilómetros de mi trabajo, no puede ser malo. Dan las noticias de que muchos conductores están dejando en la cubeta de las carreteras los coches, por imposibilidad de continuar el camino. Que exagerados, total mientras que tenga mi radio, mi calefacción y despacito vayamos andando, no puede ser tan malo. De repente, a la altura de Alcobendas nos paramos, ya no andamos ni mucho ni poco, nada de nada. Bueno, no pasa nada, estoy cerca y no puede ser tan grave el tema. Cada vez nieva más y va pasando el tiempo, los minutos, las horas y sigo en el mismo sitio. Miro y veo que la gente deja tirado el coche y se van, empiezan a andar. Algunos lo dejan en un lado, pero otros en mitad de la carretera, cansados y/o hartos, y yo pienso, que no me pase con ninguno que se encuentran delante porque a ver como consigo girar el coche, hay que tener en cuenta que todo el tiempo que estamos parados, sigue nevando, por lo tanto, nos empieza a rodear la nieve por las ruedas, a la hora de volver a movernos, tenemos unos bultos alrededor de las ruedas que hace que sea más difícil.

Y yo sin fumar, la gente empieza a salir de sus coches para ir de uno a otros pidiendo tabaco. Pienso, no es mala idea, pero se me adelantan y el que está justamente delante de mí le acaban de pedir varias personas y ha dado varios cigarrillos. Me da vergüenza pedirle más y ahí estoy aguantando sin fumar. Recibo llamadas de todo el mundo porque están preocupados por mí, y yo esperando que se desbloqueen los quitanieves y se consiga pasar. En la radio se oía que una de las peores carreteras era la de Burgos, la mía, pero a mí me quedaba pocos metros para conseguir salir de éste atasco. Tampoco se estaba echando la sal pertinente, todo eran discusiones entre los políticos echándose las culpas unos a los otros, pero nosotros atascados y ya llevaba más de 3 horas. Los helicópteros estaban encima de nuestras cabezas, no si al final nos van a tener que sacar a través de ellos. Pero no, no eran de auxilio, eran de las televisiones para grabarnos, me llaman, me están viendo en la televisión, yo a esas alturas estoy como para televisiones ni noticias, me duele el culo de estar tantas horas sentada y quiero un cigarrillo. El cuerpo empieza a hacer estragos, tengo hambre, no he cogido nada para comer de casa, tengo sed, me da ganas de chupar la nieve, pero está pisoteada, y ahora tengo una necesidad fisiológica, quiero “mear”, cada vez las ganas son mayores y empiezo a sudar, pero no de calor, sino de impotencia, no sé cómo me las voy a apañar en esos momentos. En esto que miro con mayor precisión a mi alrededor y veo a muchos conductores hombres saliendo de sus coches, sacando su aparato urinario y mear delante de mis narices. ¡Qué fuerte! yo aguantándome, cruzando las piernas, y ellos ahí, en cualquier sitio y sin ningún pudor, ¡por lo menos abre la puerta y ponte detrás! Digo a uno de ellos que es el que está más cerca de mí. Estoy sin fumar, sin comer, sin beber, a 5 metros de mi salida y que no hay ningún coche atascado, con ganas yo también de “hacer aguas menores o mayores” según vayan pasando las horas y encima de todo esto, tengo que ver el “órgano” a unos hombres que por cierto, no eran espectaculares, debía de ser por el frío.

El tiempo pasa y yo cada vez  veo más cerca la salida, consigo subir la cuesta sin irme para atrás con el coche, los nervios los tengo a flor de pie. Sigo contestando a las llamadas, estoy bien, no he tenido que dejar el coche, pero prepararme unos cigarros y un buen café.

Una vez que consigo salir del atasco, llevo más o menos unas cuatro horas para 2 kilómetros, decido, ahora sí, dejarlo aparcado y seguir andando por la nieve. Gracias a Dios, no soy tan tonta y ese día llevo unas botas camperas sin tacones. Aparco y pienso no puede ser esto tan difícil y llegaré antes andando. La primera calle es de bajada, todo va bien, salvo que la nieve me llega a la altura de la rodilla. Una nieve preciosa, sin pisar, yo era la única descabezada que estaba por ahí pisando la nieve, una gozada, pero muy duro, tenía que hacer mucha fuerza para sacar las piernas y dar unos pasos. Llego al final de la calle y ahora venía lo más difícil, tenía que torcer y subir por la mía, una gran calle recta pero de subida, con una buena cuesta. Poco a poco, empiezo a subir. No levanto la cabeza, siempre mirando para arriba. Oigo voces de ánimo y de risas, miro, ya estoy llegando a la nave, pero las voces son de mis chicos, ellos después de las risas vienen la seriedad “pero si es la jefa”, salen a ayudarme un poco, porque tampoco pueden mucho, salir de la nave es una pista de patinaje.

Lo he conseguido, con las piernas temblando, con frío y con el resto que llevaba, conseguí sentarme en mi silla y relajarme.

Los políticos seguían discutiendo entre ellos, llegan las maquinas quita nieves, echan sal y sale el sol, y se acabó los problemas.

Hubo gente que no pudieron llegar al trabajo y que tardaron un poco más en salir de esos atascos.

También tengo en el recuerdo una de las llamadas recibidas. Un cliente estaba llamando a la oficina, estaba atascado en la misma carretera que yo, pero en el lado contrario, yo dirección a Burgos y ella dirección a Madrid. Pero estábamos en la misma situación. Nos estaba llamando porque como ella no podía salir del atasco nos estaba mandando a nosotros que hiciéramos lo que ella no podía. Claramente le dijimos que nosotros tampoco podíamos salir, primero porque era imposible mover ningún coche y menos una furgoneta o furgón, y por otro lado, porque no quería que nadie se jugara la vida saliendo con el coche hasta que el tiempo no mejorara. Dicha cliente no lo entendía y estaba empeñada que lo teníamos que hacer. No había manera de hacerla entender que era imposible y que además no disponíamos de helicópteros. La verdad es que algunas veces me deja asombrada hasta dónde llega la insensibilidad de las personas, consciente de que era imposible no solo para ella sino para el resto de los humanos, estaba utilizando su posición de cliente y de buena cliente para conseguir sus objetivos y además con gritos y malas palabras. Yo creo que algunas veces las personas nos utilizan como terapeutas para pagar con nosotros todos aquellos complejos o inseguridades que tienen ellos mismos o en sus propios trabajos. Es típico ver personas que en sus trabajos están bastantes castigadas y que para no verse tan pequeñitos lo pagan con nosotros a base de gritos y malas contestaciones, pero nosotros podemos con eso y con mucho más. Como puse en otra entrada del blog, al final, si llegan a escucharte se dan cuenta de la barbaridad que pueden decir.

En algunas ocasiones están las televisiones hablando de algo que ha pasado en alguna parte de España, terremotos, nieves, lluvias, ríos, etc., y te llaman diciendo que dónde está el envío, pues está bien custodiado, hemos tenido suerte, ¿pero se va a entregar? pues si cogemos una zodia y salimos rápidamente a entregar, o saltamos entre los escombros para entregar el envío en un edificio que está caído, eso sí, podemos dejar el aviso en alguna piedra que haya sobrevivido. No son muchos los casos de éste tipo que se nos da, normalmente la gente tiene conocimiento de lo que pasa en España y ante tragedias así saben reaccionar con lógica, pero hay personas que no tienen ninguna sensibilidad y te lo sueltan, pero nosotros, hemos podido con todo y con mucho más.

La moraleja de ésta historia, es que no te hagas la valiente y sal de tu casa siempre, desayunado, meado, fumado (esto suena un poco mal) y lo que necesites, que sabes cuando sales pero nunca sabes cuándo puedes llegar a tú destino, eso sí, siempre llega adonde tengas que llegar, que más vale perder un minuto de tú vida que la vida en un minuto.

Y como consejo a aquellos hombres que aunque la naturaleza les ha dado un miembro que lo puede sacar a pasear en cualquier sitio y en cualquier momento, un poco de pudor no les vendría mal, que los demás, a ciertas horas y de desconocidos, no tenemos ganas de ver intimidades viriles.

Menos mal que en el centro de Madrid, nieva poco.

Carmen Ruiz Atienza

Buenos propósitos

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

feliz_2014

Primera entrada del Nuevo Año 2014 y espero que todos hayamos tenido una buena entrada y salida de año y que el año que comenzamos sea mucho, pero que mucho mejor que el acabamos de dejar, que se ha hecho muy pesado, una carga en la espalda dura de sobrellevar.

Hace tres años, yo llegué a estas fiestas sin poder moverme. Me tocaba celebrar las fiestas con mi familia en mi casa, tenía las bebidas en la terraza, había llovido, al entrar cargada me resbalé y en el quicio de la terraza me encontré con una pierna mirando para Cuenca y la otra mirando a Chicago, resultado un dolor de piernas inhumano, con lo cual, ni pude comer ni preparar casi nada, puesto que según pasaban las horas el dolor era peor. Así empecé el año y así lo he seguido sufriendo, como  dice el refrán “encima de apaleada con la pata quebrada”. No sé si el refrán es correcto pero soy única para cambiar refranes y unir otros según me interesan, es decir, si el refrán no es así, así lo compro porque es como me he sentido durante todo el año.

Pero el 2014, va a ser diferente. Año par, tiene una bonita estética y por Dios, la Virgen María y TODOS los Santos, por fin tiene que acabar éste martirio que estamos soportando de crisis. Pero en esta primera entrada del año me niego a hablar de la crisis, ya tendremos tiempo, aunque espero equivocarme.

De lo que quiero hablar en esta primera entrada es de los buenos propósitos que siempre tenemos una vez que nos tomamos las uvas o que nos atragantamos con ellas, porque yo junto con mi sobrina somos únicas para atragantarnos debido a que nos entran unas risas que no podemos parar aunque el agüilla de las uvas corriendo por la cara haga que intentemos parar, sobre todo por no manchar el vestido especial que nos hemos puesto o para que el maquillaje no termine cambiando de color al mantel . Como dice aquél: ¿Cómo has pasado las fiestas bien o en familia?. Pues ya superado todos los obstáculos culinarios y de logística para meter a 17 personas en un salón pequeño, toca la relajación y decir en voz alta los propósitos de enmienda para el año que acabamos de empezar.

Creo que lo que yo me propongo es lo mismo que el resto de los españoles, e incluso diría que el resto del mundo, aunque este año tengo que quitar uno de los propósitos: dejar de fumar. Dentro de poco ya haré un año, ¡no me lo puedo creer! Pero ya hablaré de este tema largo y tendido cuando se cumpla el aniversario.

¿Cuáles son el resto de los propósitos?

  • Dejar de fumar: Conseguido
  • Ir a un gimnasio para perder peso. Bueno, ya llevo meses intentándolo, por mi salud, algo he mejorado pero lo malo es que han llegado las fiestas y vuelta a empezar, pero bueno, seguiremos sufriendo para ver si conseguimos que las lorzas no lleguen hasta el suelo.
  • Aprender inglés. Esto creo que tengo que decir que es imposible para mí. Soy nula para los idiomas, aparte que cada vez oigo menos y ya me cuesta entender el español, ¿cómo me voy a meter con otro idioma?, imposible para mí. Y menos todavía inglés, que hace que pienses al revés. En mi época se estudiaba francés, un idioma con la misma gramática que la española y mucho más bonito de oír, no hay nada mejor que escuchar “Je t’aime à mon oreille” o incluso en italiano “Ti amo nel mio orecchio”, pero ¿en inglés? “I love you in my ear” y en inglés americanizado, lo mismo pero comiendo chicle. ¿No me digáis que es más bonito en francés? Tengo que confesar que soy negada para el inglés, y cuando algo no te gusta es difícil de aprender, aunque lo he intentado. Creo que tengo todos los fascículos para empezar a aprender, antiguamente en cassette, luego en CD, ahora por Internet. Aprovechando que puse un profesor como refuerzo a mi hija, aproveché yo para que me diera inglés, nada de nada. No he pasado del “What is this” “It is a pencil”. Mis sobrinos mayores fueron a estudiar en un colegio bilingüe inglés-español y se reían de mí cuando no pronunciaba como era debido la “T” de table de esa manera tan marcada. Yo creo que me quedé traumatizada cuando unos niños que no levantaban un palmo del suelo me estaban corrigiendo en mi pronunciación inglesa, que era muy parecida a cómo hablan los indios en las películas yankees. En fin, yo creo que nunca lo conseguiró, pero que todos los años hago intención de hacerlo, aunque viendo como hablan algunos políticos, yo creo que no lo haría tan mal.

De verdad espero que todos las ilusiones que tengamos se cumplan este año que empezamos a luchar y que si nos dejan viviremos mejor y en paz, pero sólo si nos dejan, porque el hombre, bueno por naturaleza, sólo es corrompido por la sociedad, la política, el dinero, etc., etc.

¡FELIZ 2014!

Carmen Ruiz Atienza

La Navidad de mi infancia

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

felicitacion_navidad

Estamos en unas fechas importantes y muy bonitas y siempre me hacen recordar momentos vividos cuando era muy pequeña. Como he contado en varias ocasiones, nací en una familia muy humilde, siendo la pequeña de tres hermanas. Mis padres se sacrificaron para darnos una buena educación, aunque para eso suponía que los lapiceros se utilizaban hasta que no te cabían los dedos, se les sacaba punta con un cuchillo y la goma de borrar era la miga de pan. Cuando hacíamos dibujo técnico, usábamos el tiralíneas y cuando se producía un manchón de tinta, con una cuchilla de afeitar y siguiendo los pelos del papel, borrabas las equivocaciones. Yo he vivido esto si bien también llegué al rotring pero no porque no existiera antes sino porque mis padres no me lo podían pagar, eso fue un gran adelanto para hacer los dibujos técnicos. Como pone un Facebook yo soy de la época de la EGB, casi la primera generación de EGB.

Los inviernos los recuerdo mucho más fríos que ahora, quizás porque ahora en todas partes hay calefacción, pero cuando yo era niña las casas no estaban preparadas para las calefacciones actuales. Es más, cuando en Nacex empezamos a ganar algo de dinero, lo primero que hice fue regalar la calefacción en toda la casa de mis padres, tal es el trauma que cogí de esa casa y del frio que hacía. Cuando yo era muy pequeña, en la cocina había una estufa de leña y carbón, en ella merendábamos pan con aceite o mantequilla, oíamos la radio (creo que el consultorio de  Elena Francis y las telenovelas radiofónicas que era lo que le gustaba a mi madre), después de merendar podíamos ver un poco la televisión, programas infantiles, recuerdo a Herta Frankel y su perrita Marili, a otro personaje que se le levanta los pelos y decía “Que tengo miedo”, luego fue Locomotoro, Valentina y el Capitán Tan Tan y más tarde “Un globo, dos globos, tres globos” y así podría seguir interminablemente. Porque al final aparecieron los payasos de la tele. Aunque no teníamos para gomas de borrar si disponíamos de televisión y eso era posible porque las hacía mi padre, un mecánico hidráulico que se aficionó a hacer televisiones y por eso fuimos pioneros en tener en casa lo que otros tenían que ver en los bares y en los escaparates.

Como decía entre la leña de la cocina y un hornillo en una mesa camilla, nos calentábamos esos días de invierno. Recuerdo que por las noches, las sabanas estaban tan frías que mi abuela nos hacía unos patucos para dormir de ganchillo, ahora en vez de ganchillo se llama crouchet y es la moda, pero entonces se utilizaba de puro frío. Todo en la casa era de ganchillo: los cojines, las mantas, las colchas, los tapetes, los ponchos, las faldas, los calcetines, la ropa interior, todo de todo. Así nos pasa a nuestra generación, que entre la ropa interior de ganchillo de punto fino y el papel higiénico el Elefante todo lo que tenemos actualmente nos parece super suave, muy “Mimosin”.

Por lo tanto, el frío lo teníamos en los huesos bien metidito. En Madrid, es muy raro ver nevar, pero si recuerdo en aquella época ver mucha nieve y reírme maliciosamente más de una vez de alguna caída. Y todavía no entiendo cómo, con lo torpe que soy, no haya sido yo una de las que se cayera.

Esas Navidades, eran muy familiares y también con los vecinos. Si es verdad que entonces en Nochebuena y Navidad no habrían ni bares, ni cines, ni había pan, ni nada de nada, por lo tanto, en Nochebuena antes del cierre mis padres salían con sus amigos a tomar algo, después cenábamos en familia y posteriormente con los vecinos nos acercábamos a la misa del gallo. No es que fuéramos practicantes, aunque en esa época era casi obligatorio, pero era el momento de ver a todos los vecinos. Más tarde, en Navidad o Año Nuevo, nos íbamos a ver a la familia. No teníamos coche, por lo tanto, se hacía en autobuses, aunque parezca un chiste el que pasaba por mi barrio era el P2. Era muy cansado, íbamos a casa de una tía, todos hablando y saludando, luego a otra, y vuelta al autobús, que por supuesto estaba lleno. Hace pocos años, oliendo una colonia que utilizaba mi padre, me vino un recuerdo de esos momentos y como yo agotada me llevaba mi padre en brazos y yo apoyaba mi cara en su hombro y olía esa colonia.

Había poco alumbrado navideño, pero era precioso. Los vecinos reunían entre todos un dinero y adornaban las calles con luces y guirnaldas. También reunieron dinero para contratar a unos Reyes Magos para darnos los regalos. Con que ilusión vivía yo esos momentos. Hoy en día me pasa lo mismo, lo vivo como una niña, con mucha más edad, pero como una niña. Me emociona oír los villancicos, el tamborilero todavía me hace llorar. Los fuegos artificiales también me encantan y me emocionan.

Aprovecho que hay algún niño, aunque sea un sobrino nieto para ver la cabalgata de reyes del barrio y así cuando me emociono lo disimulo con el niño que tenga cerca.

Cuando mi hija era pequeña junto con mis sobrinos, me encantaba ir a la plaza mayor, al cortilandia, las luces de las calles, y me siguen apareciendo lágrimas de emoción.

Para mí las navidades no son tristes, todavía no se me ha muerto ningún ser querido que eche en falta en las cenas. Ahora nos reunimos en Nochevieja toda la familia, y estamos todos. Si es verdad que en Nochebuena, desde que me separé, no lo celebro con mi hija, pero cenaba con una buena persona que ese sí que me falta, pero siempre brindo con él y su recuerdo.

Era todo diferente, cantabas con gente desconocida y no tenías miedo de que esa persona te pudiera robar. Confiabas en todo el mundo. La paz y el amor estaban en todas partes, se respiraba y se transmitía.

Aunque también hay pervertidos como en todas las épocas, pero lo normal es que te relacionabas mucho más con los vecinos, compañeras del colegio, etc., porque mucha vida la hacías en la calle, también es verdad. No había tanto peligro.

El adorno de las casas era muy gracioso. Mi padre nos hacía un árbol de Navidad con alambres y nosotras hacíamos las decoraciones. Cuando tuvimos el primer árbol lo recuerdo adornando con esas cintas espumosas que juro que nunca más las he vuelto a poner y que cuando las veo en alguna tienda me entra salpullido en todo el cuerpo. Más tarde, aparecieron esas láminas plateadas y doradas para adornar el árbol, que las teníamos que guardar con mucho cuidado para que duraran varios años.

Yo creo que por todo esto tengo la costumbre de deshacer las cosas con mucho cuidado y reciclar todo aquello que se pueda romper, porque puede valer para otro momento.

Es una pena que no podamos poner música a esta entrada de blog, porque sería estupendo estar leyendo y al mismo tiempo estar escuchando música de Navidad. Yo ahora mismo lo estoy haciendo, por eso mi mente se está alejando cada vez más en unos difusos años, abrigada hasta las cejas, con jerséis con codilleras, pantalones con rodilleras o unos leotardos de lana azul, manoplas, pero cantando villancicos y con los ojos llorosos de la emoción.

Cada vez que me voy al centro de Madrid en esta época me vuelven a aparecer las mismas lágrimas de emoción de mi niñez.

FELIZ NAVIDAD, PROSPERO AÑO 2014 Y QUE LOS REYES MAGOS NOS TRAIGAN TODO LO QUE PUEDAN. Además como el Domingo es el Día de la Salud (porque no creo que tenga suerte en la lotería), pues: ¡MUCHA SALUD PARA TODOS!

Carmen Ruiz Atienza

Barreras arquitectónicas y mentales

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

discapacidades

El 3 de diciembre se ha celebrado el Día Internacional de las Personas con Discapacidad y me gustaría hacer una entrada con mis pensamientos sobre este tema.

Tengo que aclarar que cuando escribo en mi blog es con mi forma de pensar y mis vivencias, que no quiere decir que sean las mismas que las personas que leen el blog, porque son las mías y por supuesto las opiniones son libres de cada cual, pero lo que yo he vivido es lo que cuento, y no puedo escribir sobre lo que sienten otras personas, si bien puedo estar cercano a un sentimiento pero si no lo has vivido difícil es expresarlo.

Recuerdo que una vez con una amiga mía, que además lee este blog, me dijo una vez que no podía imaginarme lo que ella sentía en ese momento. Todo fue porque yo era ya madre y ella estaba intentándolo pero no lo conseguía. Viéndola triste le intenté dar ánimos, lo típico, otro mes será, no pasa nada, etc., etc., y fue cuando me mandó un correo sobre los sentimientos que tienen las mujeres cuando no se quedan embarazadas, y que yo no lo podía saber puesto que ya tenía una hija. Estoy totalmente de acuerdo, pero también doy el pésame a las personas que tienen alguna perdida familiar o doy la enhorabuena cuando hay algo positivo y en ninguno de los casos puedo saber el sufrimiento o alegría que en esos momentos tiene la otra persona porque no soy yo, pero te sueles solidarizar.

Por tanto, insisto que lo que escribo aquí son mis vivencias y/o de personas muy cercanas a mí pero desde mi mente.

Aclarado este punto, quiero hablar de algunas cosas que tienen que sufrir aquellas personas que tienen alguna discapacidad.

Pero, ¿a qué llamamos discapacidad?. Esto es muy relativo y hasta cierto punto difícil de tasar, pero los estudiosos así lo han hecho.

Las discapacidades físicas se suelen notar rápidamente, se ven. Si eres ciego, paralitico, manco, etc., son problemas que podemos ver rápidamente. ¿Pero y las discapacidades mentales? ¿Cómo las distinguimos?

Voy a empezar con las físicas. Conozco varios casos, pero voy a hablar solamente de dos, por cercanía:

  • Es la historia de una prima mía, una mujer valiente, muy valiente, que fue capaz de superar todas las barreras y las zancadillas que la vida le podía ocasionar y todo con una gran sonrisa y una cara de las más bonitas de toda la familia, bueno, personalmente para mí es la más guapa de todas ellas, sin desmerecer al resto. Es la segunda de tres hermanas. Cuando nació su hermana mayor hubo una epidemia de polio y le tocó a ella, pero levemente. Cuando nació ella, otra epidemia se cebó cuando nació y la atacó muy fuerte. De cintura para abajo es paralitica. Va con muletas y con las piernas llena de hierros, así es como la recuerdo. Las pocas veces que se quedaba a dormir en casa, yo me la quedaba mirando hasta que terminaba de quitarse todo lo que llevaba en las piernas, incrédula de lo que estaba viendo, porque mientras que yo abría los ojos como platos, ella, tranquilamente, nos estaba contando algo divertido y nos reíamos. Estaba siempre en el quirófano, intentando arreglar o paliar algo de lo que tenía. Ella aguantaba. Tenía que faltar al colegio durante largos periodos de tiempo, pero no importaba, consiguió terminar con nota y siguió con lo que quería estudiar, abogacía. Y allí se marchó, a la facultad a estudiar, como una más, porque las barreras eran físicas y no mentales. Una historia que nos contó es que estando en la facultad hubo unas revueltas estudiantiles, y estaban en la universidad la policía a caballo. Los estudiantes corrían de un lado para otro para librarse de posibles daños pero ¿cómo lo hace una persona que no tiene movilidad? ¿cómo se puede vivir esa angustia al verte que no tienes salida? Pues con la tranquilidad que ella tiene y con su sensatez. Terminó la carrera, opositó, la trasladaron a Valencia y luego ya en Madrid. Se casó, se quedó embarazada y tiene un hijo. ¿Dónde está su discapacidad? Pues sobre todo en las barreras arquitectónicas. Por mucho que se haya hecho para terminar con las barreras, vemos siempre nuevos barrios o antiguos que siguen poniendo vallas a la libertad de todos.
  • El otro caso es mi propio padre. Ciego casi total. Todo empezó el día de la comunión de mi hija, empezó a notar que algo no iba bien porque no la veía correctamente. Empezamos con los médicos. Primero perdió casi por completo un ojo, luego el otro, pero había la esperanza de que se podía operar el ojo casi ciego, el primero no tenía solución. Se operó y empeoró del todo, desde entonces ve algo sólo por el ojo que lo daban por perdido. Cuando vas al lado de estas personas te das cuenta de la problemática que tienen, sobre todo teniendo en cuenta que no es de nacimiento y que es difícil que con cierta edad te acostumbres a no ver y siempre recuerdas lo que has visto. Me explico:

a)   Siempre que camino por el polígono en que trabajo, pienso en mi padre y que se mataría al caminar por aquí. La verdad es que digo de este polígono porque es donde más entro y salgo, pero podemos hablar de cualquier acera de cualquier ciudad. Pero en éste caso en concreto, para ir en línea recta, tienes que sortear un montón de aceras, arriba y abajo, así como todos los destrozos que hay y que no se arreglan, porque estamos en crisis, nos apretamos los cinturones, pagamos los impuestos, pero no se arregla nada de nada. ¿Dónde van a parar todo éste dinero? Recortan de todas partes pero no vemos los beneficios y se supone que tiene que repercutir en la sociedad. Nosotros no nos hemos gastado el dinero, han sido los que han tenido el poder de hacerlo ¿por qué tenemos que seguir pagando nosotros por algo que no hemos hecho?. Por lo tanto, se tiene que arreglar las aceras, porque al final los perjudicados somos nosotros, con discapacidad o no, porque yo el otro día me caí dándome un buen golpe porque la acera no estaba correcta (aunque yo también puedo estar dentro de discapacitados), pero ¿cómo pueden los ciegos, inválidos, etc., andar tranquilamente por éstas calles donde el suelo se levanta y no se arregla?

b)   Aparcamos de tal manera que no nos importa si cabe una persona o no, y se tapa los pasos de cebra, por ejemplo. Esto me recuerda algunas  situaciones:

a.   Cuando vamos con el carro de los niños y queremos cruzar una calle ¿no has pasado que te has tenido que mover varios metros o kilómetros para intentar encontrar un hueco que pase el cochecito de la niña? Pues a mí me ha pasado ¿y si el carro es de mellizos uno al lado del otro?, entonces no puedes cruzar, pero lo malo es que ni en los pasos de cebra porque también hay coches aparcados.

b. Mi padre una vez se encontró a un discapacitado mental aunque la persona no lo consideraba así, pero para mí estaba claro que no era normal. Aunque no se lo pude indicar puesto que mi padre me lo contó más tarde, si me lo llega haber contado en el momento que ocurría, le hubiera demostrado lo miserable que era su comportamiento. Mi padre lleva bastón de ciego y por más inri es sordo (tiene ya 96 años). Fue a cruzar la calle y el conductor del coche pensó que primero era él y luego el ciego. Mi padre, para avisarle, le dio en la carrocería del coche con el bastón. Madre mía, al energúmeno le había rozado su maravilloso coche, se bajó del coche como tal y se enfrentó a mi padre, le cogía el bastón y lo que más le dolió es que le dijera que estaba fingiendo. ¿No pensáis como yo que ésta persona era un discapacitado mental?

c. En los semáforos hay un pitido para avisar a los ciegos que pueden cruzar, ¿pero qué pasa si se estropea el pitidito? Mi padre espera un poco más y cruza cuando cree que ve a la gente moverse ¿y si no hay nadie? Pues a esperar a una alma caritativa. Y ¿Qué hacemos si alguien se pasa un semáforo en rojo? Con esto que algunos piensan que en ámbar es acelerar pues no da tiempo y se llevan a los que están cruzando. ¿Pero en los pasos de cebra existen pitidos? Que yo sepa no, en el caso de mi padre, como ha visto anteriormente, recuerda donde están los pasos de cebra y cruza, aunque en uno de ellos ha sido atropellados mis dos padres (en el mismo pero diferentes años) ¿y sabéis por qué? Porque hay gente que aparca en los pasos de cebra, incluso en doble fila, e incluso furgonetas y camiones y por lo tanto, como están en una cuesta, si salen los ancianos o niños o cualquier persona de entre los coches, el que debería de parar no lo hace y se los lleva por delante ¿y por qué no lo hace? Porque van muy deprisa. Cuando yo paro en un paso de cebra me hace gracia ver cómo la gente te da las gracias, pero si es mi obligación. Pues nada, caderas rotas como mínimo por los atropellos.

c)   Y las barreras de las casas. Habitamos en casas que pueden ser muy antiguas. Pueden tener más de cincuenta años y no tener ascensor, múltiples escaleras, puertas estrechas, etc., etc. Son barreras que mientras eres joven y no tienes ningún problema físico, no las piensas pero que según la vida te va poniendo arrugas, las rodillas empiezan a flaquear bajando y subiendo escaleras necesitando en muchas ocasiones 3 en 1 para engrasarlas (en esta situación estoy yo), el ascensor pequeño te agobia por esos kilos de más que has cogido y las puertas parecen que son muros cuando tienes prisa y ya no calculas igual que cuando no tenías presbicia. En la casa en que yo vivo ahora tiene 25 años. Durante todo éste tiempo hemos hecho muchas obras para mejorar la finca, y siempre hemos comentado, pensar que tarde o temprano nos vamos a hacer mayor, pues para algunos ya les ha llegado la hora y hemos tenido que modificar las puertas de los portales, rampas, etc., etc., porque no alguien lo necesita. Por cierto, es fácil hacer leyes para ordenar que se cambie fachadas de casas, que se ponga ascensores, etc., pero no es de recibo que las pocas ayudas que daban las quiten porque alguien haya gastado mal lo recaudado. Y si no hay dinero para ayudar a éstos cambios, pues que también se paralice la obligatoriedad y las multas, o que se busque el dinero para éstas ayudas sea como sea, aunque sea de quitarse coches oficiales para ir a la compra. Por cierto, los pisos viejos suelen estar habitados por personas mayores que sólo tienen su pensión y que además están cuidando de hijos y nietos que están en el paro.

Y ahora sólo quiero hacer una reflexión ¿a qué llamamos discapacitados mentales? ¿Existen personas que no tienen ninguna discapacidad mental pero deberían tenerla? ¿A cuántas personas has dicho o pensado que le faltaba un hervor? Ese cerebro todavía no estaba maduro para dar alegrías al mundo. ¿Cuántas veces has dicho que terminarás matando moscas? Queriendo decir que puedes terminar en algún manicomio como sigamos a éste paso.

¿Cuántas barreras nos ponemos nosotros mismos en la cabeza? Yo muchas. Mi entrenador cuando yo le digo “Cristian no puedo hacer eso” siempre me contesta lo mismo, “Si puedes, todo está en tu cabeza” “yes we can” y al final le tengo que dar la razón (pero sólo un poco), lo que hace un mes me parecía imposible ahora lo hago tan normal. Es decir, si no tenemos un problema físico ni mental, somos nosotros mismos los que nos ponemos los obstáculos y tenemos que aprender de la superación que nos demuestran las personas que tienen que vivir segundo a segundo con las barreras que otros les ponen a ellos y no las suyas propias.

A ellos van dirigida ésta entrada porque en realidad son mis héroes y los ejemplos que quiero seguir. ¡Enhorabuena por ser como sois!

Carmen Ruiz Atienza

La tarjeta para ser Operador del Transporte

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Examen

Tengo que decir que me apasiona mi trabajo y lo exigentes que somos en Nacex. Cuadra perfectamente con mi carácter y mi forma de trabajar, no solo ahora que trabajo como empresaria o emprendedora, sino también antes cuando trabajaba por cuenta ajena, e incluso cuando estaba en la empresa pública.

Soy una persona metódica en el trabajo, obediente, me encanta la creatividad, no me asustan los riesgos y siempre estoy dispuesta a ayudar a mis compañeros. Esto también lo tiene mi personal, es lógico, si no cuadran conmigo no trabajarían aquí. Pero lo más increíble es que todos mis compañeros Nacex y su personal son iguales o muy cercanos. Es verdad que la dichosa crisis nos ha hecho que nos cansemos, pero a día de hoy estamos fuertes y somos los mejores. No soy arrogante. Hay muchas empresas de transporte, hoy en día, que se dedican a dar un precio super barato a los clientes, pero es lógico, no pueden ofrecer calidad ni tampoco la alta tecnología que nosotros disponemos, aunque lo intentan, pero no pueden llegar.

El precio de un servicio es directamente proporcional a la calidad. A nadie se le ocurre ir a una tienda Armani y pedir que un traje le cueste 50€. Para eso están las tiendas de los chinos. Lo que ocurre en estos casos es que si el traje se rompe a las 2 lavados o no se puede llevar al tinte, uno se resigna y dice “que se puede esperar por lo que me ha costado”. En cambio, quien compra un traje en Armani y ve una raya del traje un poquito torcida, monta una bronca (directamente proporcional a su nivel adquisitivo), que hará que los pobres dependientes se pongan de rodillas en cuestión de segundos. Es lógico, he pagado mucho dinero para tener este defecto.

Lo mismo nos pasa a nosotros, se nos quiere comparar en precios con otras empresas de transporte Courier pero no quieren su calidad sino que quieren la nuestra, pero esto cuesta dinero. Depende de los salarios que se paguen a los empleados, de las instalaciones, de las tecnologías, de todos los impuestos pagados correctamente, etc. Hay algunos que a lo mejor no cumplen con todas las exigencias legales y pueden compensarlo con el precio.

Todas las oficinas de transporte urgente tienen que ser Operadores de Transporte, lo que nosotros llamamos con un poco de guasa OT (operación triunfo). Esto es preceptivo, no puede haber una empresa de este tipo sin que lo tenga y yo conozco algunos que no lo tienen y están dando servicio.

Me acuerdo cuando yo me saqué mi OT. Como he contado en varias ocasiones, empecé a trabajar con mi marido (ahora ex marido). Al ser una empresa familiar, y teniendo en cuenta que el transporte era un tema de hombres, cuando se hicieron unos cursos para la obtención de dicha tarjeta de transporte, la realizó el hombre de la empresa, osease mi ex. Yo no lo hice, lo cual, posteriormente me arrepentí mucho no, muchísimo.

En el 2004 separamos las sociedades, exactamente en julio. En ese momento, fui consciente de que yo tenía que empezar a sacarme la autorización. Las convocatorias son en mayo y en noviembre, por lo tanto, estaba claro, me tenía que presentar en noviembre. En septiembre busqué una academia para empezar a estudiar, sabía que era muy difícil que aprobara en noviembre pero tenía que intentarlo. Asistía a clase los viernes por la tarde después del trabajo y los sábados por la mañana, hasta la hora de comer. La Academia estaba en el centro de Madrid y era difícil de aparcar, por lo tanto, tuve que utilizar el transporte público. Recuerdo que era muy pesado, puesto que además de que como quién dice se acababa producir cambios en la empresa, el trabajo era fuerte, el personal me miraba como si dudaban que pudiera con todo, aunque antes ya lo hacía, problemas personales por la ruptura, etc., etc., después de tanta tensión me tenía que ir a estudiar y se me hacía muy pesado. Las clases se hacían muy pesadas, porque se nos hacía de noche, se venía con cansancio y al día siguiente a madrugar para seguir estudiando. Tenía de compañeros a mucha gente joven, que se sabían las lecciones como el padre nuestro de cada día, que solo se dedicaban a estudiar y cuando estábamos en el pasillo hacía que me acomplejara un poco más. Dentro de la clase cuando las profesoras hacían unas preguntas, ellos rápidamente contestaban, se sabían todo, pero todo todo. Al final las profesoras pidieron que dejaran que el resto de los humanos y de una edad más avanzada tuviéramos una oportunidad para contestar y que si no lo sabíamos que entonces contestara ellos.

La mayoría de las personas eran muy jóvenes, entre 18 y 20 años. Luego estaban unos compañeros más cercanos a mí en edad. Además, tengo que decir que hoy en día con estas personas sigo manteniendo una muy buena amistad junto con las profesoras.

Lógicamente, poco a poco, nos íbamos sentando juntos los que teníamos más o menos el mismo perfil de edad. Yo estaba sentada con otras dos chicas y recuerdo que una de ellas había terminado la carrera de Económicas o de Administración de Empresas y todo el tiempo decía que entendía todo porque es lo que daba en la carrera. Delante de mí, se sentaba un matrimonio, él era camionero y ella su mujer. Se tenían que sacar la tarjeta urgentemente y tenían mucha presión. Se enfadaban mucho porque decían que para llevar un camión por qué tenían que aprender tanta contabilidad y además les costaba mucho. En cambio, en el momento que estudiamos el tacógrafo, él era un alumno aventajado y además nos enseñó algunos ejemplos. Yo tampoco entendía por qué teníamos que estudiar el transporte marítimo si al final yo me iba a dedicar al transporte terrestre, pero al final, aprendí todos los temas que vienen para conseguir aprobar.

Como entre semana no podía estudiar nada por el trabajo, el viernes por la tarde y el sábado lo dedicaba a ir a la Academia, intentaba estudiar y hacer los test el domingo. Pero mi hija llegaba y cuando más entretenida estaba me pedía que le ayudara con algo de lo suyo y al final poco podía hacer.

Además, yo hacía tiempo que no estudiaba, lo último era cuando me preparé la oposición para entrar en la Comunidad de Madrid y ya había llovido bastante, por lo tanto, mis neuronas no estaban preparadas para largas horas de estudio que además también ocupaban un espacio que otras neuronas utilizaban para preocuparme con temas del trabajo, total, una pelea de neuronas que hacían que pasaran los días y no me rendían lo suficiente. Porque además no era sólo estudiar, había que hacer test y supuestos.

Pues desde mediados de septiembre (creo) hasta noviembre, estuve intentando hacer todo lo posible. Tengo que decir que yo soy mucho de memorizar lo que oigo, por lo tanto, me cundía mucho las clases de mis profesoras.

Me acuerdo de una de ellas que hilando con el tema de que los jóvenes se sabían todo, cuando explicaban las lecciones y ya no quedaba mucho para el día del examen, por lo visto, me miraba a mí y si yo ponía cara de haberlo entendido, ella seguía con la siguiente lección. El tiempo corría demasiado deprisa y el temario era muy grande. El pobre que no lo entendiera tenía tiempo para estudiarlo en su casa, pero ellas no podían adaptarse a todos.

Esto da fe que mi cara es el fiel reflejo de lo que pienso, porque una persona que me conoce de poco tiempo, rápidamente reconoce en mis ojos o en mi cara que todo va bien o que no va nada bien.

Me parece que ya he dicho en otras ocasiones que cuando me enfado o estoy triste, los ojos se me vuelven muy oscuros, verde oscuro y cuando estoy contenta y relajada el color parece que es azul clarito.

Ese año no pude ir a la convención de Nacex que se hizo en Portugal porque coincidía el mismo día con el examen para Operador Logístico.

Y llegó el día, ya no había marcha atrás, llegó el momento del examen y que fuera lo que Dios quisiera.

Primero era un test de preguntas, si te equivocabas contaban en negativo y si suspendes ya no te corrigen los supuestos, por lo tanto, tuve que contestar con total seguridad a las que me sabía. Durante todas las clases hubo unos temas que los pasamos por alto porque nunca salían, pues ya os imagináis lo que voy a decir. La primera vez que entraron en el examen fue ese famoso Noviembre del 2004, es decir, mi examen. Yo era del segundo turno porque se presentaban mucha cantidad de gente , y los del turno anterior  salieron diciendo que había sido facilísimo. Nosotros no lo vimos así, pero hice el examen, test y supuestos y me sobró tiempo. Salí y al poco tiempo salió también una de mis compañeras de asiento. Nos pusimos a repasar y empezamos a dar saltos de alegría, habíamos contestado igual no solo en los test sino en los supuestos. Las dos estábamos seguras y seguimos brincando. La verdad es que era un poco ridículo, ¿verdad? Imaginaros dos personas muy adultas -aunque la otra era mucho más joven que yo- dando saltos y agarradas de las manos como si fuéramos niñas pequeñas jugando al corro de la patata. Pero yo ya me veía aprobada. Incluso pensé, puedo llegar todavía a la convención y celebrarlo con mis compañeros. Empezaron a salir el resto de los examinados, y comenzaron a hablar, habían contestado totalmente diferente que nosotras. La sonrisa de las dos se congeló, el sudor empezó a correr por nuestros cuerpos, y las dudas surgieron. Se nos había ido la oportunidad de haber aprobado. La mujer del camionero salió feliz y contenta, “he contestado a todo”. ¿A todo? Era imposible totalmente. ¿Se lo sabía todo?.

Recibí una llamada desde la convención para que preguntarme por el examen y que me animara a llegar hasta allí, yo ya me había desinflado y solo quería llegar a mi casa y ponerme a llorar o a patalear por haber perdido la oportunidad de aprobar.

Bueno, que le vamos a hacer, guardo mis apuntes para presentarme el año que viene en mayo.

Llegó diciembre y pasado mediados de diciembre (no me acuerdo si fue el 22 o el 25), recibo una llamada de mi profesora diciendo que estaba aprobada. ¿QUÉ? No se sabía el nombre ni los apellidos de todo el mundo, pero se acordaba perfectamente del mío y había buscado en las listas. Grité porque me acaba de quitar un gran peso de encima, además ya no hacía falta volver a estudiar los dichosos temas. Aunque tengo que decir que otras cosas que me enseñaron me ha servido mucho en mi trabajo, e incluso, al día de hoy, todavía repaso en los apuntes algunas cosillas, aunque otras han cambiado incluso la contabilidad.

Mi personal me miraba, y como todos sabían a lo que me había presentado, por supuesto que se alegraron de que se hubiera conseguido. Y además bien orgullosa, lo había conseguido a la primera.

A partir de ese momento, a presentar papeles para que me dieran el título y la tarjeta de transporte como operador logístico. Y hasta ahora que creo que ha cambiado, cada 2 años hay que volver a presentar todos los papeles y renovarla.

También tengo que añadir que dependiendo del ente que preguntes te da información diferente pero si además añadimos que cada comunidad autónoma también lo puede cambiar, hace que algunas veces no se sepa si es necesario o no, o si hace falta mandar más papeles o no. Pero bueno, yo desde el año 2004 voy presentando los papeles y todo lo tengo en mi poder. Ya veremos los cambios para el próximo año.

Tengo que decir que mi hija se ha presentado también ahora y también lo ha aprobado a la primera. De tal palo, tal astilla, je, je.

Por lo tanto, se ha conseguido con esfuerzo personal y económico, y me da mucha rabia cuando veo algunas empresas que no lo tienen.

Además todas las empresas de transporte debemos de estar de alta en el registro de la Ley Postal y pagar unas tasas anualmente y también tengo conocimiento que hay otras agencias que no lo tienen.

Pues todo esto hace que la empresa barata pueda repercutir el día de mañana los errores en los propios clientes, puesto que muchos clientes no saben que trabajar con una empresa de transporte que no tienen la tarjeta de Operador Logístico, se produce una multa directa al cliente y no vale decir que no sabía que pasaba esto, es como el Ibi, que aunque no te llegue la notificación escrita el pagador sabe que lo tiene que pagar sin contemplaciones, pues en estos casos es lo mismo.

Cuando los clientes me piden que les saque el certificado de estar al corriente de pago en hacienda y en la seguridad social y no me piden o ni me preguntan si estoy autorizada correctamente para tener una agencia de transporte, pienso que hay un gran desconocimiento de éste tema y sus posibles consecuencias, porque como dicen mis comerciales con el hashtag #lobaratosalecaro es una verdad como un templo.

Carmen Ruiz Atienza