El precio se olvida, la calidad permanece

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Este proverbio francés, como siempre ocurre con la sabiduría popular, es de una gran exactitud y parece sacado de mi vida.

Siempre he dicho que tengo un defecto (ya sé, ya sé, tengo varios, pero vamos a hablar de este ahora). Y es que no recuerdo nunca el precio de algo. Cuando lo pago, sea caro o barato, lo olvido y a otra cosa. He pasado mucha vergüenza por este tema, sobre todo cuando alguien me ha preguntado el precio de algo que llevaba puesto, e incluso de los servicios de mi empresa. Lo peor es que olvido hasta lo que facturo al mes. Y os preguntareis el porqué, pues es muy fácil. Cuando es algo que yo tengo que comprar y pregunto el precio, si lo puedo pagar y me gusta, lo hago, si es demasiado caro y no lo puedo pagar, pues no me lo compro. Entonces en el momento que lo pago, lo olvido. Si es verdad que la crisis me ha hecho que rectifique lo que puedo pagar o lo que no puedo pagar, el cinturón se ha ido ajustando y los 100€ de antes no son los mismos 100€ de ahora. Pero no solo por la crisis, sino también porque parece hasta indecente ciertos gastos con la situación que ves todos los días en la televisión, ver esos niños pasando hambre, frío y guerras, hace que en cuanto veo el anuncio de 1€ por SMS me tire como una loca al móvil, aunque sea repetido. Aparte del apadrinamiento que ya tengo, estos pequeños detalles me satisfacen más que el vestido más caro de las pasarelas.

Con respecto a la facturación y otros números económicos, los olvido en el momento que los analizo en mis hojas Excel, que las tengo de todo tipo y variadas y que, casi diariamente, las utilizo. Las analizo, hago variaciones, tomo decisiones y a por otra cosa, que mi mente tiene que estar despejada y no angustiada.

Por tanto, como la frase dice y yo comparto, el precio se olvida, pero lo que de verdad importa es la calidad y ese es el espíritu de mi empresa, que además tengo la suerte que es apoyada por mis trabajadores, que como digo algunas veces, “somos más papistas que el propio papa”.

Esta entrada la hago así porque acabamos de pasar la auditoria interna y nuestra puntuación ha sido de un 95.55%. Genial y feliz. Nuestra lucha por la excelencia no sólo estamos a punto de rozarla, sino que además la mantenemos en el tiempo, que es otro punto a analizar.

Tengo que decir, que ésta puntuación es el resultado del trabajo de todo mi equipo. Algunos tiran más del carro, otros hay momentos que están más vigorosos y otros más debiluchos, pero es un gran equipo y el resultado es la calidad.

No hace mucho, un compañero mío me dijo que era imposible ser tan perfectos y yo le comenté que es debido a que tengo un equipo fijo y que llevan años conmigo. Este trabajo es muy difícil de aprender y cuesta mucho tiempo en desarrollarlo correctamente. Además, aunque intentamos saber todos de todo, hay personas que se especializan en algunos puntos especiales, como facturación, seguros, etc., etc. Y llegar a saber de todo, es bastante complicado y lo hace el tiempo. Por eso, tener un equipo de años, es también ganar en confianza y seguridad. Se pierde el miedo a equivocarse y a tomar decisiones de responsabilidad.

Aristóteles ya lo decía “Somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto sino un hábito” y es la realidad en nuestro trabajo. Es verdad que nos falta un porcentaje que cuando le toca a alguien se acuerda de toda nuestra familia, pero tiene que tener en cuenta que otras muchas veces no le hemos fallado y que no todos somos iguales.

Por tanto, sólo me queda decir lo mismo que John Ruskin:

La calidad nunca es un accidente, siempre es el resultado de un esfuerzo de la inteligencia”.

Inteligencia colectiva

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Estaba tranquilamente en casa y escuché una frase que me llamó la atención. Es gracioso ver cómo funciona la mente humana, porque yo no estaba pendiente de la televisión, estaba concentrada en otro tema, pero en cambio, mis oídos se abrieron y escucharon de lo que estaban hablando: la inteligencia colectiva. ¿Y en qué se basa esta inteligencia? Pues es cuando nos aprovechamos de la sabiduría y el conocimiento de las personas que nos rodean;  se puede aprovechar de dos maneras, una de ellas es escuchando y la otra consiste en preguntar.

¡Qué gran verdad! Esto mismo es lo que durante mucho tiempo estoy hablando en estas entradas, pero de esta manera es mucho más estiloso. Si lo analizamos, es algo que hacemos muchos a diario, si bien hay personas que no la utilizan para nada, sin embargo, pues ni escuchan ni preguntan (quizás porque piensan que los inteligentes son ellos y no tienen nada que aprender de los demás, pero la realidad es totalmente diferente).

Pero si en realidad quieres crecer como persona resulta muy interesante aprovecharse de la inteligencia que está a tu alrededor. Pero lo más difícil es que hay personas que no quieren compartir sus conocimientos, quizás por timidez, temor o porque piensan que no tienen nada que compartir; eso es un error, todos tenemos algo que compartir y muchas veces la gran sabiduría está en el lugar que menos esperamos.

Recuerdo las historias que me cuenta mi madre sobre su padre. Yo no conocí a mi abuelo, ella lo perdió cuando era muy pequeña, en la guerra. Siempre nos cuenta que era un gran estudioso y un intelectual, en el pueblo pequeño donde vivían, en Cuenca (La Ventosa), los lugareños le consultaban sus inquietudes constantemente. Durante la guerra no quiso ponerse en ningún bando, porque el azar quiso que a cada hijo le tocara un bando diferente. Por eso, llegado el momento, escondía en sus bodegas a uno de un bando o bien a uno del otro. Al final, el bando que ganó no se lo perdonó y supongo que estará en alguna cuneta o con otros en alguna tumba común. Pero era un hombre que compartía su inteligencia mental e incluso la emocional con sus actos. A lo mejor alguien de ciudad podría haberle llamado “paleto”, pero él era un paleto muy inteligente, porque la inteligencia no lo da el lugar donde vives -aunque influye-, sino las ganas que se tienen de aprender y de “chupar” la sabiduría de tus circunstancias, como si de un vampiro que se alimenta de sabiduría se tratara.

Me encanta disfrutar de los momentos en que mi mente descubre algo nuevo y se abre como el águila abre sus alas, volando entre conocimientos y disfrutando de la inteligencia colectiva.

Y otro año más

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Y hoy cumplimos 22 años. Se dice pronto, pero nada más lejos de la realidad. Son 8030 días (sin bisiestos, ja, ja) y 197.720 horas, casi dedicadas exclusivamente a la tarea de levantar una empresa cuyos aciertos y errores, además, no son sólo de uno mismo. Es un conjunto de muchísimas personas las que componen a este enorme e incansable grupo de trabajo, un equipo que funciona como un engranaje casi perfecto. O perfecto, sin el casi, permitidme que hoy saque pecho, que la modestia ya la dejaré para los 364 días siguientes. Y es que hoy quiero haceros a todos partícipes de lo orgullosa que me siento de todo el personal, empezando por el de mi agencia y siguiendo por el de todas las demás.

Que salgan mal las cosas es fácil; que se hagan bien, con respeto y profesionalidad, eso es más difícil. Pero eso es precisamente lo que vamos a seguir haciendo: hacer las cosas bien. Entre nuestros retos de futuro, el de continuar con la labor que realizamos a diario y el de seguir luchando para que el engranaje nunca falle, por nuestro bien y, sobretodo, por el de nuestros clientes. Sigamos buscando la eficacia en nuestro trabajo, en nuestro día a día, siempre en aras de mejorar la calidad de nuestros servicios, en palabras de nuestro Director General.

Felicidades a todos los que formáis parte de Nacex. Gracias a nuestro equipo humano hemos conseguido cumplir un año más luchando por el liderazgo y el reconocimiento, un reconocimiento basado en la calidad y no en los precios.

¿Estamos preparados para el futuro?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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“Espero que este año pueda rodearme de los mejores capitanes para llegar al puerto más adelantado. estoy deseando atracar allí”

Siempre que empiezo un nuevo año tengo la mala costumbre de reflexionar sobre mi futuro. La verdad es que no suelo pensar en el pasado, como dijo aquel “el pasado es un faro que ilumina, pero no un puerto donde llegar”. Y yo la verdad es que poco o nada pienso en el pasado, puesto que lo malo lo olvido y lo bueno ya lo he asumido e interiorizado, por lo tanto, sólo pienso en el futuro en todos los aspectos.

  • Desde que soy abuela, cada vez que miro a mi nieta, pienso que será de ella en el futuro y cuánto tiempo podré yo acompañarla.
  • En mi vida personal, pienso en todas las personas que conoceré que me harán crecer como ser humano y que ampliarán mis conocimientos.
  • En mi trabajo, hacia donde se dirige el negocio del transporte, cuantos cambios podré asimilar y si conseguiré ampliar su valor para que mis descendientes puedan seguir con mi legado.

Pero, como he comentado en otras muchas ocasiones, vivo dentro de una sociedad y no sólo dependo de lo que yo crea o desee, dependo también de que la gente de mi alrededor viaje a la misma velocidad y aptitud que hagan que la línea de vida vaya hacia arriba y no baje en ningún momento.

Leo y leo artículos de los cambios tan impresionantes que se van a producir en pocos años, incluso muchos hablan del 2020, es decir, dentro de 3 años. Puede ser ciencia ficción, pero ¿y si no lo es?, ¿estamos preparados para asumir cambios? ¿o seguimos queriendo estar en nuestra zona de confort? Es complicado, muy complicado, porque hablando con mucha gente de mi entorno, hay más pensamientos negativos y reacios a los cambios que personas que están dispuestos a pensar y poner en práctica todos los futuros cambios.

La verdad es que cuando planteas un futurible, nos encontramos con risas, pero yo creo que son risas de ignorancia, pero esta ignorancia puede que me frene mis avances, es complicado, pero si no hay un buen capitán en varios estadios, nos encontramos con el ralentización de ciertas acciones que hacen que otros puedan coger u ocupar el sitio que te debería de corresponder a ti, pero que un ajeno te lo ha impedido por no querer ni intentar salir de su zona de confort y hay tantos humanos torpes en este mundo que me enfada la situación.

Pero espero que este año pueda rodearme de los mejores capitanes para llegar al puerto que yo estoy deseando atracar en el puerto más adelantado posible.

Todos tenemos un marqués en nuestro interior

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Quememos, simbólicamente, todo lo malo del año que despedimos para así recibir pacíficamente lo nuevo que nos traerá el 2017.

Bueno, pues ya estamos en el 2017, dejamos atrás otro duro año y nos ilusionamos en que el acaba de comenzar será el definitivo y que conseguiremos todo aquello que deseamos o nos gustaría conseguir.

Pero antes de que mi vida se arregle por este cambio, tengo que despedir, como se merece, al año que acabamos de despedir, y para eso sólo necesito decir que hasta los coj… he terminado de este año. Y que estoy harta de muchas cosas que las voy a escribir aquí y las voy a quemar como en un aquelarre y así conseguir pasar al año nuevo con el alma pacífica y con nuevas vivencias. Y teniendo en cuenta que se me ha quedado grabada una canción que oí ayer en un programa de televisión paso a indicaros las cosas que quiero desprenderme para el futuro y para ello me quito de la educación y de las buenas maneras y sale el ogro que llevo dentro de mí:

  • Me cago en los adelantos tecnológicos, que hacen que mi vida sea más agradable, hasta que alguien decide tocar algo en el momento menos oportuno y durante días interminables nos hace pasar un verdadero infierno. En positivo, me doy cuenta de los grandes profesionales que tiene esta red, la alta dedicación a esta causa y lo orgullosa que me encuentro con mis compañeros. Me explico un poco. Nosotros trabajamos “On time”, es decir, en todo momento se sabe dónde se encuentra nuestro paquete y se conoce la entrega o la incidencia en el momento de producirse. Pues bien, en plena navidades, con record de envíos transportados, a alguien se le ocurre meter una nueva versión que hicieron paralizar todas las pistolas de toda España. ¿Os lo podéis creer? Pues sí, ocurrió. Y nosotros, con la contingencia acuesta, trabajando como si no pasara nada, dando todo en los últimos días del año, y sin que el cliente notara nada de nada, sólo un pequeño fallo en conseguir las imágenes, pero casi todo entregado en tiempo, con un par. Hablando con una persona de este tema y alabando el trabajo realizado, me dice: “que pronto se os ha olvidado el trabajar como antiguamente”, pues sí señor, se nos ha olvidado por varios motivos, primero porque nadie escribe ya como los antiguos escribas, la vida ha avanzado y porque hemos invertido mucho dinero para que todo funcione correctamente y además nuestros clientes son exigentes y quieren la excelencia, y se lo hemos dado, aunque sin la tecnología. Bravo compis y gracias clientes por vuestra comprensión.
  • Me cago en aquellas reuniones familiares donde al que le toca prepararlo es un verdadero infierno. Y claro, como estáis notando me ha tocado a mí, la nochevieja y el año nuevo. Mis recuerdos de estos últimos días han sido, compras, preparación, cocinar, recoger, volver a recoger, cocinar, vuelta a limpiar y así horas y horas. Me pelé las uvas y les quito los pipos para no atragantarme, pero la verdad, es que se me han atragantado igualmente. Aunque te ayuden, no es suficiente. Coloqué en dos mesas todas las cositas que se pudieran necesitar a lo largo de las agradables veladas, y fue pregunta tras pregunta, falta esto, ¿dónde está esto otro? Una y otra vez mi contestación era a tu lado, en la mesa auxiliar o en la mesa de las comidas. Da lo mismo si comes o no comes, todo es para el resto. En fin, un desastre. Con lo bien que está celebrarlo en un hotel con cena, cotillón, requete-cena, y comida al día siguiente y tú a divertirse que para eso son las fiestas.
  • Me cago en el despilfarro de comidas. Es tirar comida tontamente. Compras mucho para que nadie se queje (imposible porque siempre les falta algo), compras y compras cantidad, como si no hubiera un mañana. Comen al final lo de siempre, pero hay que comprar todo una y otra vez. Se abre la tarrina del foie para untar una sola tostada, se deja abierto para que se estropee y yo liada en otros menesteres, cuando me doy cuenta ya no tenía remedio. Estoy acostumbrada a cocinar desde hace tiempo para mí sola y además siempre a régimen y siempre engordando, sea de paso. Pues en esos días hay que cocinar para 14 como mínimo. No sabes ni calcular las cantidades, en las recetas de google viene para 2, para 4 y cómo mucho para 6, pero no para 14, por lo tanto, hay que ir haciendo reglas de 3 para cuadrar las cantidades. No hay ollas suficientes para tanta comida y al final, todo tu esfuerzo, se queda en una porquería, que no está mal de sabor, pero no queda perfecto.
  • En definitiva, me cago en to, porque muchos somos capaces de ir a manifestaciones para revindicar un mejor salario (pero luego apretamos los descuentos), un mejor horario (pero dejamos el trabajo para el final y se lo damos a otras personas mientras que se van a sus casas), que paguen más los ricos (pero en cuanto nos dan la oportunidad cenamos y comemos como si se terminara el mundo) y lo peor de todo me cago en aquellas personas que se apoltronan en una silla para que les hagan todo en la vida y que piensan que los demás, en esos momentos, somos criadas o chachas para todo.

Y que conste que me encantan las navidades, pero como acabo de quemar todo lo que no me gusta escribiendo este texto, voy a tener un 2017 perfecto junto contigo, mis lectores de este blog, que hace que me sirva de terapia.

Feliz 2017

El futuro que viene

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Hace unos días, me gustó una frase que oí en la televisión. Increíble ¿verdad? Porque últimamente pongo la televisión para poder conciliar el sueño o como efectos de murmullos de personas en mi salón. Y lo más gracioso es que lo dijo un político. Esto ya ralla lo misterioso, ja, ja. Pero me llamó la atención y me la apunté. “El pasado es un faro que nos ilumina, pero no es un puerto dónde llegar”, no dijo quién lo había escrito o dicho, por lo que no puedo reproducirlo aquí, ni tampoco creo que sea de su cosecha, lo he buscado y parece una frase de motivación de algún curso dado, aunque pueda tener un cerebro, no lo atribuyo al político.

Pero me gustó y al mismo tiempo, a los pocos días, tuve que vivir una situación complicada y difícil de asumir, y pensé que en esos momentos me estaba pareciendo a mi abuela y que parecía que la sociedad repetía los esquemas, aunque nos parezca que no. En otro programa oí hablar a otro personaje, donde indicaba que la sociedad había avanzado tanto en 50 años que en los 2000 años anteriores y ¿estamos seguro de esto? ¿o estamos repitiendo patrones una y otra vez?

Voy a exponer por qué me sentí como mi abuela y cada uno que juzgue.

Como hago últimamente mucho, me encontraba con mi madre de 87 años en el médico, exactamente, esta vez le tocaba oculista. Cada vez que asisto al médico me entra una desazón inexplicable, y no por el resultado del médico, sino porque cada médico nos dice unas pautas que hacer antes, durante y después de la consulta, que son diferentes de otros. Y esto supone llegar a la consulta que previamente te han mandado por mensaje, con el día, hora y sala, y tener que leer todos los panfletos que viene en las paredes, o preguntar a los que están esperando en la puerta, por si hay que hacer algo diferente a sentarse a esperar. Y otra pregunta que haces y no menos importante ¿qué retraso lleva el medico? Esto supone hacerse a la idea que vamos a estar mucho tiempo o muchísimo.

En la puerta hay un papel, que todos los que vayan a esa consulta, primero tienen que pasar por la consulta anterior y esperar a que les llamen. Bien, aleluya, he leído a tiempo y lo tengo más o menos todo controlado, eso sí, los médicos van con retraso, mucho retraso.

Mando sentar a mi madre para que no esté de pie, mientras que yo en la puerta del médico, agarrando los papeles y repasando para que no se nos haya olvidado algo, espero a que la buena persona de la otra sala pronuncie el nombre de mi madre.

Por fin sale, empieza a nombrar según hora de cita, hay 4 delante de mí, pero ya tengo localizada a la que va justo delante. Sigo en la puerta porque veo cómo alguien quiere colarse, y no sólo quiere, sino que en voz baja llora a la enfermera y pasa, no hay nada como llorar en esta vida.

Pero yo no me siento, estoy de pie esperando a mi turno. En esto que llega una mujer con un chico de unos 15 años. Lo de los años me puedo equivocar porque hoy en día es difícil calcular las edades de los muchachos. Era guapo, muy guapo, un peinado de samurái con coletilla atrás y bien vestido. Se le veía con buenos morales, buena educación recibida. En esto que me pregunta la madre por qué hora van y le digo que, con retraso, pero que yo ya he sido nombrado, me pregunta por mi hora, se la digo y me comenta que ella la tiene antes y que lleva esperando en las sillas desde hace mucho tiempo. La verdad, es que no sé si es verdad o no, pero le informo que la enfermera ya ha salido y que se lo diga cuando vuelva a llamar, pero detrás de mí. A estas alturas mi madre se ha levantado y se ha puesto a mi lado, para moverse un poco, porque si está mucho tiempo sentada, luego no hay manera de que se ponga de pie, la pobre. Entonces ese muchacho tan agradable cambia y empieza a despotricar: “¡qué vergüenza! ¡Así va España!, etc., etc. Parecía un viejo diciendo estas cosas. Su madre le pide que se calle, que gracias a Dios vivimos en un país donde la sanidad es gratuita (esto es un decir) y universal. Y el muchacho sigue, lo que hace falta es una guerra y matar a unos cuantos. Ahí es cuando me salió el ramalazo de mi abuela, por Dios ¿cómo dices eso? Estás al lado de gente que ha pasado por una guerra, que han perdido padres, hermanos, familiares, amigos, maridos, mujeres violadas, etc., etc y que no era justo lo que estaba diciendo. La madre me dice que me calle, que da lo mismo, que es una pena pero que piensa así y que le da vergüenza. El muchacho guapo dice que, si “me matan, mato” y que hay necesidad de una guerra. Mi hija, cuando se lo conté, dice que a lo mejor ha visto la película de Inferno, y que por eso dice que hacía falta matar a unas personas para que otras vivan mejor.

Asombrada estuve durante bastante tiempo, porque todo se había liado porque él, el chico tan inteligente que parecía y su madre, había estado hablando y en otro lugar y ni había leído el cartel de la puerta ni se habían molestado en preguntar ni en estar pendiente.

Es decir, por culpa suya, estaba matando a todas las personas que estaban ahí y que se habían molestado a estar pendientes de lo que había que hacer.

Y pensé, me he comportado como mi abuela, cuando decía, vaya juventud, que será de nosotros, pero con estos cambios generacionales, donde parece que todo se arregla con una guerra, en el fondo, me da miedo y no sé lo que dentro de unos años guiarán el mundo, o serán médicos o abogados o corredor de dron, o lo que sea, pero me da miedo que haya juventud que desea una guerra porque yo no la deseo y no quiero que cuando sea mayor, vivir las atrocidades que vivieron nuestros abuelos y padres, entre otras cosas porque no creo que pueda ni salir corriendo por la artrosis que supongo que tendré.

Esta es mi historia de hoy ¿qué os parece? ¿se repiten los patrones?

Política de empresa

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Desde hace algún tiempo estoy oyendo mucho la expresión “política de empresa”, por lo que quisiera hacer una reflexión de lo que significa y cómo las empresas la utilizan de una forma poco lógica e, incluso en ocasiones, rayando la ilegalidad.

En realidad, desarrollar un texto sobre este tema suele ser la aclaración de las “reglas de juego”, las cuales deben existir en un trabajo y las que, a su vez, guardan relación con aquellas normas que, tanto directivos como trabajadores, deben seguir. A su vez, es obligatorio desarrollar una política de empresa si se quieren conseguir certificados ISO de calidad, medio ambiente, seguridad y salud. A muchas empresas, por cierto, les encanta tener estos certificados e incluso obligan a sus proveedores/clientes a tenerlos; lo irónico del asunto, sin embargo, es que las propias empresas muchas veces no cumplen con las condiciones que sí exigen a los demás.

Al mismo tiempo, es un compromiso que se debe cumplir, no es papel mojado. Igual que una persona tiene su filosofía de vida, por este método se consigue una filosofía del trabajo. Suelo incluirse el compromiso de cumplir la legislación, la voluntad de crear un buen ambiente de trabajo, la implantación de sistemas de mejora continua, la definición de objetivos ambiciosos, la necesidad de gestionar las actividades por procesos y de hacer caso a los procedimientos, la expectativa de minimizar el impacto ambiental mediante una buena gestión de los recursos, etc.

Es decir, cuando utilizamos esta frase es, según a mi entender, para una empresa, dentro de la empresa.

Pero la costumbre es que te lo dicen tanto los clientes como los proveedores cuando quieren sentenciar sus imposiciones.

Paso a indicar lo que estamos viviendo últimamente utilizando esta frase:

El cliente:

Ø   Nos dice que por política de empresa te pago a 120 días, aunque hay leyes que den otros plazos de pago, ellos por “política de empresa” lo hacen así, o lo coges o ya habrá otro transportista que lo haga. Imposición de condiciones. Si luego no paga en tanto tiempo te deja con el pendiente de cobro indefinidamente, porque los juicios tardan lo suficiente para no conseguir nada. Al mismo tiempo, el transporte al ser un sector de servicios, todo lo pagamos en el momento o al mes, por lo que se tiene que ir adelantando todo aquello que los clientes no pagan. Mi personal tiene la mala costumbre de cobrar todos los meses.

Ø  Por política de empresa no te pago en agosto, pero sí trabajo y te contrato. Luego llega septiembre cuando tendrían que pagar lo del mes y el mes de agosto, y tenemos que perder el tiempo de ir recordando el dinero que nos falta. Es gracioso, ellos utilizan nuestros servicios, pero deciden no pagar. Algunas veces me dan ganas de decir si no pagas no trabajes, pero como siempre dicen, ya habrá otro proveedor que haga lo que yo quiero.

Ø  Podría poner muchos más ejemplos, pero creo que esta entrada se haría interminable, pero creo que esto no es una política de empresa, es un asalto a mano armada.

El Proveedor:

Ø  Muchas veces creo que soy un poco (bastante) tonta. En vez de comportarme como mis clientes con mis proveedores, al final, también recibo de ellos. Es gracioso. Por política de empresa he decidido que como durante 3 años y debido a la crisis no te he subido nada, este año te voy a recibir lo que no te he subido en 3 años y al mismo tiempo te voy a incrementar un 20%. Alucinaaaaaaa. Existe, juro que existe y podría dar el nombre, que además es el mismo que el siguiente.

Ø  Te mando correos informándote que si te interesa hay unos cursos que te podría interesar tanto a ti como a tus empleados. Los leo, pero no me interesan. Digo yo que tengo libertad de decisión. Pues no, señores. Sin ningún consentimiento, te emiten una factura (el curso no era gratis) y al mismo tiempo emiten el cargo. Increíble ¿verdad? Pero cierto. Te llaman para pedirte disculpas y que devuelvas el importe del banco y al preguntar ¿pero por qué han hecho algo sin mi consentimiento? ¿sabéis lo que me han respondido? POR POLITICA DE EMPRESA.

Cansada estoy de esta frase y debería de estar registrado como palabra tabú porque en el fondo, lo que hacen las empresas que la utilizan de mala manera, es imponer sus condiciones y hacer algo que si no es ilegal está cerca. Y se debería de acabar y que existiera un organismo estatal donde se pudiera denunciar todos estos abusos sin coste ninguno y a favor de la sociedad y así se acabarían todos los chorizos, saca cuartos, abusivas clausulas, o todo aquello que nos hace que tengamos un día desagradable.

¿Pecado original o pecado venial?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

Dejemos atrás el machismo y avancemos de una vez.

Dejemos atrás el machismo y avancemos de una vez.

Me estaba haciendo yo esta pregunta con relación al machismo, ¿viene intrínseco en el hombre porque es una herencia de Adán o lo hemos desarrollado con el paso de los siglos? Y me hago esta pregunta a raíz de los últimos acontecimientos vividos, los cuales paso a exponer a continuación para que podáis sacar por vosotros mismos las conclusiones pertinentes.

A parte de mis quehaceres laborales, familiares y lúdicas, tengo este año el gran privilegio de pertenecer al famoso club de “vocales de la comunidad de vecinos”. Yupiii, ¡qué alegría, qué alborozo!! No entro en mí. Llevo 28 años viviendo en el mismo lugar, con unos 12 vecinos en mi portal (hay más portales), me hubiera tenido que tocar unas 2 veces más o menos. Pero resulta que llevo innumerables veces que me nombran como vocal, porque cuando uno se presenta voluntario (que aunque parezca mentira existe), luego vuelven a empezar por mí por ser el bajo y así varias veces. Con lo cual, les dije que no contaran conmigo porque ya había sido como unas 5 ó más veces vocal. Pero este año me ha tocado y no entro en mi ser.

Me encuentro con un presidente y 2 compañeros vocales, porque el resto han decidido no asistir ni hablar del tema.

La sorpresa me llega cuando pienso que como pagamos a un administrador de fincas, mi figura iba a ser la justa y necesaria, pero mis queridos compañeros son de esos encantadores vecinos que quieren arreglar hasta el más mínimo tema de la comunidad sin dejar nada a los que dentro de un año nos seguirán. Este altruismo es ejemplar, pero esto significa que se encargan de pedir presupuestos, de hablar con todos los contratistas, de saber de todo, y en el caso de que se apruebe la modificación hacer las comprobaciones diarias e in situ de las obras.

Como buenos machos ibéricos tienen grandes conocimientos de todo lo relacionado con los ñapas, lo cual, me deja admirada.

Pero no le hago esta entrada a sus mentes privilegiadas sino a lo que me lleva a escribir este artículo.

El 13, Martes, de este mes, tuvimos una maravillosa reunión, quizás por ser 13 y martes, llego a la reunión, un poco más tarde porque tenía que realizar algunas cosillas y además deseando que hubieran avanzado en los temas. Me dio en la nariz que estaban hablando de mí en el momento que entro, pero dejemos pasar el tema.

Duró la reunión como unas 2 horas más o menos (ésta ha sido corta, las ha habido más largas) y me situé enfrente del presidente, para que no tuviera problemas en mirarme ¿y por qué digo esto? Porque no me mira en ningún momento, sólo mira a mis dos compañeros vocales. Sólo dirige su vista a mí cuando hago algún comentario o dice una palabrota que mirándome me dice “perdón por la palabra”, a la que yo le digo que no me molesta, que estoy acostumbrada y que no hace falta que me diga perdón, pero igual que no me mira supongo que tampoco me escucha y vuelve a repetirme el perdón.

Pero el tema viene cuando en la conversación de temas de la comunidad, se cuela un gran problema estructural y es que uno de los últimos novios de mi vecina (no el anterior) le ha puesto muy bonito el jardín. Esto lo comento porque es mi vecina de pared (aunque otro portal) y no sé si tiene novio, ni cuantos, ni si es cojo o no. Pero parece importante lo que tiene y lo que influye en nuestro cometido. Pero lo bueno viene ahora, cuando dicen que mi vecina está más contenta ahora y que se nota que está “bien lubricada”, por dios, por dios, y la virgen maría y todos los santos. Mi cara es un cromo y pienso ¿qué dirá esta gente de mí?. Yo no me conozco la vida de casi nadie, y hay personas que se conocen los de todos. Pero, pienso, que este tipo de “gracias” es lo que da lugar a otras muchas peores. Por cierto, con esta teoría, ¿tengo que pensar que todas las personas que están de mala leche continuamente y tienen pareja es que no han lubricado o la han lubricado bien? Porque a lo mejor no es tanto de que esté lubricada sino también de que se la lubriquen perfectamente y no a medias. ¡Qué fuerte todo!

Luego pasa lo que pasa, que mucha lucha por la igualdad, la paridad,… Y el problema está en los mismos seres humanos. Todo se toma como algo normal y se hacen chistes de estos temas.

Cuando yo era pequeña, que se supone que éramos más retrógrados, sólo salía en la televisión noticias de exhibicionistas, que ya es tela, yo no entendía que placer suponía ir desnudo por las calles con una gabardina y abrirla al paso de una mujer. Mentes de hombres. También me encontré con un viejo que amablemente me ayudó para coger algo de un árbol y noté como empezó a mover sus asquerosos dedos para moverme la braga, lo que hizo que como un resorte me bajara y le diera una patada. Pero ahora que somos más civilizados, me encuentro con un montón de jóvenes que violan a mujeres incluso en pandillas de amigos, como si la fiesta fuera también joder la vida a una jovencita. Pero lo malo es que no sólo pasa en países “tercermundistas” sino en mi mismo país y con gente joven. Pero claro, seguro que han oído chistes como el que comento y por supuesto, se sienten en la obligación de “lubricar” al ser que tienen bajo coacción.

Y siempre que oigo que ocurre alguna de estas cosas, pienso que el hombre es lo más guarro que he conocido nunca, no les importa meter lo que tengan que meter, en cualquier sitio, en cualquier lugar, y compartiendo la entrada con otros amigotes que a saber qué es lo que han hecho antes con el aparato lubricador.

¡En fin! Esto no ha cambiado ni cambiará, mientras que en cosas más simples no se haga un giro de mente y se piense que para ser feliz no todo se basa en lo mismo, y que a lo mejor el mal genio no es por falta de líquidos sino por incompetencia del dueño del aparato.

¿Cuánto nos cuestan los incompetentes?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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En mi línea del intento del cambio después de tantos años “equivocada” y luchando contra corriente, he decidido dedicar esta entrada a esos maravillosos políticos que tenemos en esta España tan diferente y al mismo tiempo tan llena de buenas gentes y grandes sufridores.

Francisco Ayala decía “La incompetencia es tanto más dañina cuanto mayor sea el poder del incompetente” y si te das cuentas dice una gran verdad. ¿A cuántas personas hemos encontrado en nuestro camino que no entiendes que puedan estar en el puesto que están? En mi camino me he encontrado con muchas, algunas camufladas bajo un falso haz de inteligencia, otras personas que están a su alrededor y otras pocas, como antes en el limbo sin saber muy bien cómo actuar.

Pero dentro de estos dos tipos de incompetentes, hay algunos que no molestan, están ahí porque tienen que estar y conocedores de sus limitaciones, se rodean de gente inteligente y competente que hacen el trabajo por ellos, en perfecta simbiosis; incluso algunos están tan ocultos detrás que no sale su ignorancia a no ser que desaparezca el verdadero líder y creador de los beneficios realizados.

El problema viene en aquellos muchos que no ven su cortedad y además, anta su gran poder, impone sus decisiones a diestro y siniestro.

¿Pero qué hacemos cuando estos personajes influyen en nuestras vidas y en nuestro futuro? Pues tenemos un gravísimo problema y entre otros muchos que me rodean a mí personalmente y que están haciendo que frene mi futuro, están a esos “maravillosos” políticos que tenemos en este país.

Penoso espectáculo que están dando por egoístas, incompetentes y sobre todo por arrogantes. Nos toman el pelo uno y otra vez, no escuchan y luego dicen que van a llamar, dicen que no quiere el puesto, pero no deja que nadie lo ocupe, y dejan pasar los días, los meses sin que haya ninguna solución. Unos dicen que van a cambiar y vuelven a poner el dedo en la herida, dicen que están esperando, pero se mueven como fantasmas en la trastienda y frotándose las manos con los errores del resto.

Y mientras, nosotros, el pueblo “que unidos nunca serán vencidos” nos vamos de vacaciones y vemos como siguen los incompetentes riéndose de las personas de bien.

Pero algo que me deja asombrada es que nadie se levante, en un país que parece que nos gusta manifestarnos por todo, ¿nadie dice basta ya?.

Y voy más lejos ¿no hay nadie en ningún partido que dé un golpe de mesa y solucione este problema?

¿Cuánto nos cuestan los políticos incompetentes? Se está reuniendo firmas para que no cobre su salario, es que no se debería de reunir ninguna firma, si no trabajas no cobras, esto ocurre en todas las empresas, y ellos no están haciendo su trabajo, por lo tanto, tendría que devolver el dinero que han cobrado y que lo que puedan cobrar, pero claro, eso lo tienen que aprobar ellos mismos, lo cual, lo veo difícil.

Cuando se estaba fuera de las instituciones era muy fácil provocar y decir frases, ahora dentro de la política, también es muy divertido decir las palabras que la gente quiere oir, pero lo complicado es trabajar para todos los españoles y pensar en su bien.

No queremos más frases, queremos que se trabaje por el bien de un país.

Que no, que no nos los merecemos, estos no nos representan y además no queremos que nos cuesten más dinero. Dejadnos vivir, que ya nos habéis destrozado bien la vida.

¿Se puede cambiar a partir de los 50?

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Hace unos meses hablando de mi carácter, se me dijo “el que nace lechón muere cochino”. No sé si me llamaron guarra descaradamente o por el contrario me querían decir que es difícil cambiar mi personalidad. Aunque a mí me gusta más la frase “genio y figura hasta la sepultura”.

Pero tengo que decir que, a mi edad, estoy dispuesta a que se produzca un cambio en mi forma de ver la vida. Sé que va a ser muy complicado, incluso a lo mejor, imposible, pero voy a empezar este septiembre con la creencia de que lo voy a conseguir.

Y a lo mejor os preguntareis el porqué de este cambio, pues os tengo que decir que estoy cansada, muy cansada de nadar contra corriente. Veo que las personas que no son tan exigentes en sus vidas son más felices. Dejarse mecer por los momentos les provoca más placer que aquellos que estamos siempre queriendo mejorar y vivimos los retos como logros personales.

Pero miro a mi alrededor y veo que no todos piensan igual y luchar en este mundo, donde muchas veces la mediocridad está premiada, me ha agotado.

Va a ser muy difícil, pero seguiré con mis logros, pero lo que tengo que aprender es a no exigir a los demás que me entiendan ni que me sigan.

A lo mejor yo soy la equivocada y me he dado ahora cuenta. Si es así, nunca es tarde para rectificar y es lo que voy a hacer.

Tomarme la vida con más filosofía hará que disfrute más de lo que me rodea.

Muchas veces en algunas conversaciones he comentado “tenemos lo que nos merecemos” y creo que así, luchar sola o casi sola, cuando el resto están de acuerdo con la situación, es complicado de llevar y que conste que no es porque se tenga diferente opinión. Todos estamos de acuerdo en la injusticia, pero unos giran las cabezas y otros luchamos, pero al final, no se consigue nada, puesto que unos pocos no pueden con unos muchos.

Siempre he dicho que la crisis ha quitado la careta a muchas personas, y la crisis ha demostrado quién de verdad vale y quién está debajo de un paraguas esperando que acampe.

Vamos a ver si lo consigo y el resultado es positivo, el tiempo lo dirá y mis nervios lo templará.

Mis deberes para este curso están puestos, en unos meses veremos el resultado.