Archiv para 2013

Servicio de entrega DRONteledirigido 2.0

Escrito por Liberación 2000. Posteado en Noticias

dron

En nuestro afán de superación y con la única visión posible que tenemos siempre en nuestro pensamiento, que es la excelencia en el servicio, profesionalidad, rapidez  y calidad por encima de todo; nos hemos visto en la obligación de iniciar la creación de un servicio nuevo de reparto en nuestra zona, el cual en muchas ocasiones ha sido demandado ya por alguno de nuestros clientes (cuando nos han solicitado la entrega en helicóptero de algún envío suyo, un viernes a las 15:00h p.ejem…), para intentar mejorar lo que actualmente ya tenemos, que es una red de mensajeros impecable.

#ApoyoAlComercioLocal. Padel Avenue, todo tipo de material para jugar a padel

Escrito por Liberación 2000. Posteado en Entorno socioeconómico cultural

padelavenue

Os presentamos a nuestros amigos de Padel Avenue de San Sebastian de los Reyes: Pedro y Raquel. Son los  propulsores de este comercio que aunque arranco hace poquito (agosto 2012), ya se encuentra entre las primeras tiendas de venta online de Internet. Cuidan y miman a sus clientes y ofrecen una atención dedicada, cercana y con experiencia.

La Navidad de mi infancia

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

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Estamos en unas fechas importantes y muy bonitas y siempre me hacen recordar momentos vividos cuando era muy pequeña. Como he contado en varias ocasiones, nací en una familia muy humilde, siendo la pequeña de tres hermanas. Mis padres se sacrificaron para darnos una buena educación, aunque para eso suponía que los lapiceros se utilizaban hasta que no te cabían los dedos, se les sacaba punta con un cuchillo y la goma de borrar era la miga de pan. Cuando hacíamos dibujo técnico, usábamos el tiralíneas y cuando se producía un manchón de tinta, con una cuchilla de afeitar y siguiendo los pelos del papel, borrabas las equivocaciones. Yo he vivido esto si bien también llegué al rotring pero no porque no existiera antes sino porque mis padres no me lo podían pagar, eso fue un gran adelanto para hacer los dibujos técnicos. Como pone un Facebook yo soy de la época de la EGB, casi la primera generación de EGB.

Los inviernos los recuerdo mucho más fríos que ahora, quizás porque ahora en todas partes hay calefacción, pero cuando yo era niña las casas no estaban preparadas para las calefacciones actuales. Es más, cuando en Nacex empezamos a ganar algo de dinero, lo primero que hice fue regalar la calefacción en toda la casa de mis padres, tal es el trauma que cogí de esa casa y del frio que hacía. Cuando yo era muy pequeña, en la cocina había una estufa de leña y carbón, en ella merendábamos pan con aceite o mantequilla, oíamos la radio (creo que el consultorio de  Elena Francis y las telenovelas radiofónicas que era lo que le gustaba a mi madre), después de merendar podíamos ver un poco la televisión, programas infantiles, recuerdo a Herta Frankel y su perrita Marili, a otro personaje que se le levanta los pelos y decía “Que tengo miedo”, luego fue Locomotoro, Valentina y el Capitán Tan Tan y más tarde “Un globo, dos globos, tres globos” y así podría seguir interminablemente. Porque al final aparecieron los payasos de la tele. Aunque no teníamos para gomas de borrar si disponíamos de televisión y eso era posible porque las hacía mi padre, un mecánico hidráulico que se aficionó a hacer televisiones y por eso fuimos pioneros en tener en casa lo que otros tenían que ver en los bares y en los escaparates.

Como decía entre la leña de la cocina y un hornillo en una mesa camilla, nos calentábamos esos días de invierno. Recuerdo que por las noches, las sabanas estaban tan frías que mi abuela nos hacía unos patucos para dormir de ganchillo, ahora en vez de ganchillo se llama crouchet y es la moda, pero entonces se utilizaba de puro frío. Todo en la casa era de ganchillo: los cojines, las mantas, las colchas, los tapetes, los ponchos, las faldas, los calcetines, la ropa interior, todo de todo. Así nos pasa a nuestra generación, que entre la ropa interior de ganchillo de punto fino y el papel higiénico el Elefante todo lo que tenemos actualmente nos parece super suave, muy “Mimosin”.

Por lo tanto, el frío lo teníamos en los huesos bien metidito. En Madrid, es muy raro ver nevar, pero si recuerdo en aquella época ver mucha nieve y reírme maliciosamente más de una vez de alguna caída. Y todavía no entiendo cómo, con lo torpe que soy, no haya sido yo una de las que se cayera.

Esas Navidades, eran muy familiares y también con los vecinos. Si es verdad que entonces en Nochebuena y Navidad no habrían ni bares, ni cines, ni había pan, ni nada de nada, por lo tanto, en Nochebuena antes del cierre mis padres salían con sus amigos a tomar algo, después cenábamos en familia y posteriormente con los vecinos nos acercábamos a la misa del gallo. No es que fuéramos practicantes, aunque en esa época era casi obligatorio, pero era el momento de ver a todos los vecinos. Más tarde, en Navidad o Año Nuevo, nos íbamos a ver a la familia. No teníamos coche, por lo tanto, se hacía en autobuses, aunque parezca un chiste el que pasaba por mi barrio era el P2. Era muy cansado, íbamos a casa de una tía, todos hablando y saludando, luego a otra, y vuelta al autobús, que por supuesto estaba lleno. Hace pocos años, oliendo una colonia que utilizaba mi padre, me vino un recuerdo de esos momentos y como yo agotada me llevaba mi padre en brazos y yo apoyaba mi cara en su hombro y olía esa colonia.

Había poco alumbrado navideño, pero era precioso. Los vecinos reunían entre todos un dinero y adornaban las calles con luces y guirnaldas. También reunieron dinero para contratar a unos Reyes Magos para darnos los regalos. Con que ilusión vivía yo esos momentos. Hoy en día me pasa lo mismo, lo vivo como una niña, con mucha más edad, pero como una niña. Me emociona oír los villancicos, el tamborilero todavía me hace llorar. Los fuegos artificiales también me encantan y me emocionan.

Aprovecho que hay algún niño, aunque sea un sobrino nieto para ver la cabalgata de reyes del barrio y así cuando me emociono lo disimulo con el niño que tenga cerca.

Cuando mi hija era pequeña junto con mis sobrinos, me encantaba ir a la plaza mayor, al cortilandia, las luces de las calles, y me siguen apareciendo lágrimas de emoción.

Para mí las navidades no son tristes, todavía no se me ha muerto ningún ser querido que eche en falta en las cenas. Ahora nos reunimos en Nochevieja toda la familia, y estamos todos. Si es verdad que en Nochebuena, desde que me separé, no lo celebro con mi hija, pero cenaba con una buena persona que ese sí que me falta, pero siempre brindo con él y su recuerdo.

Era todo diferente, cantabas con gente desconocida y no tenías miedo de que esa persona te pudiera robar. Confiabas en todo el mundo. La paz y el amor estaban en todas partes, se respiraba y se transmitía.

Aunque también hay pervertidos como en todas las épocas, pero lo normal es que te relacionabas mucho más con los vecinos, compañeras del colegio, etc., porque mucha vida la hacías en la calle, también es verdad. No había tanto peligro.

El adorno de las casas era muy gracioso. Mi padre nos hacía un árbol de Navidad con alambres y nosotras hacíamos las decoraciones. Cuando tuvimos el primer árbol lo recuerdo adornando con esas cintas espumosas que juro que nunca más las he vuelto a poner y que cuando las veo en alguna tienda me entra salpullido en todo el cuerpo. Más tarde, aparecieron esas láminas plateadas y doradas para adornar el árbol, que las teníamos que guardar con mucho cuidado para que duraran varios años.

Yo creo que por todo esto tengo la costumbre de deshacer las cosas con mucho cuidado y reciclar todo aquello que se pueda romper, porque puede valer para otro momento.

Es una pena que no podamos poner música a esta entrada de blog, porque sería estupendo estar leyendo y al mismo tiempo estar escuchando música de Navidad. Yo ahora mismo lo estoy haciendo, por eso mi mente se está alejando cada vez más en unos difusos años, abrigada hasta las cejas, con jerséis con codilleras, pantalones con rodilleras o unos leotardos de lana azul, manoplas, pero cantando villancicos y con los ojos llorosos de la emoción.

Cada vez que me voy al centro de Madrid en esta época me vuelven a aparecer las mismas lágrimas de emoción de mi niñez.

FELIZ NAVIDAD, PROSPERO AÑO 2014 Y QUE LOS REYES MAGOS NOS TRAIGAN TODO LO QUE PUEDAN. Además como el Domingo es el Día de la Salud (porque no creo que tenga suerte en la lotería), pues: ¡MUCHA SALUD PARA TODOS!

Carmen Ruiz Atienza

#ApoyoAlComercioLocal. Atodatinta.com, consumibles para informática

Escrito por Liberación 2000. Posteado en Entorno socioeconómico cultural

atodatinta

Seguimos con nuestra campaña de apoyo al comercio local. Se acercan las Navidades y más que nunca, tenemos que pensar en aquellos pequeños empresarios de nuestro municipio. Os presentamos a nuestro amigo Sabino, “informático emprendedor” que desde hace 10 años esta al mando del proyecto Atodatinta.com. Se dedican a la venta de todo tipo de consumibles para informática. Y atención: es uno de los pioneros en España del negocio ecommerce de este tipo de producto. Suena bien, ¿no?

Barreras arquitectónicas y mentales

Escrito por Liberación 2000. Posteado en El Blog de Carmen

discapacidades

El 3 de diciembre se ha celebrado el Día Internacional de las Personas con Discapacidad y me gustaría hacer una entrada con mis pensamientos sobre este tema.

Tengo que aclarar que cuando escribo en mi blog es con mi forma de pensar y mis vivencias, que no quiere decir que sean las mismas que las personas que leen el blog, porque son las mías y por supuesto las opiniones son libres de cada cual, pero lo que yo he vivido es lo que cuento, y no puedo escribir sobre lo que sienten otras personas, si bien puedo estar cercano a un sentimiento pero si no lo has vivido difícil es expresarlo.

Recuerdo que una vez con una amiga mía, que además lee este blog, me dijo una vez que no podía imaginarme lo que ella sentía en ese momento. Todo fue porque yo era ya madre y ella estaba intentándolo pero no lo conseguía. Viéndola triste le intenté dar ánimos, lo típico, otro mes será, no pasa nada, etc., etc., y fue cuando me mandó un correo sobre los sentimientos que tienen las mujeres cuando no se quedan embarazadas, y que yo no lo podía saber puesto que ya tenía una hija. Estoy totalmente de acuerdo, pero también doy el pésame a las personas que tienen alguna perdida familiar o doy la enhorabuena cuando hay algo positivo y en ninguno de los casos puedo saber el sufrimiento o alegría que en esos momentos tiene la otra persona porque no soy yo, pero te sueles solidarizar.

Por tanto, insisto que lo que escribo aquí son mis vivencias y/o de personas muy cercanas a mí pero desde mi mente.

Aclarado este punto, quiero hablar de algunas cosas que tienen que sufrir aquellas personas que tienen alguna discapacidad.

Pero, ¿a qué llamamos discapacidad?. Esto es muy relativo y hasta cierto punto difícil de tasar, pero los estudiosos así lo han hecho.

Las discapacidades físicas se suelen notar rápidamente, se ven. Si eres ciego, paralitico, manco, etc., son problemas que podemos ver rápidamente. ¿Pero y las discapacidades mentales? ¿Cómo las distinguimos?

Voy a empezar con las físicas. Conozco varios casos, pero voy a hablar solamente de dos, por cercanía:

  • Es la historia de una prima mía, una mujer valiente, muy valiente, que fue capaz de superar todas las barreras y las zancadillas que la vida le podía ocasionar y todo con una gran sonrisa y una cara de las más bonitas de toda la familia, bueno, personalmente para mí es la más guapa de todas ellas, sin desmerecer al resto. Es la segunda de tres hermanas. Cuando nació su hermana mayor hubo una epidemia de polio y le tocó a ella, pero levemente. Cuando nació ella, otra epidemia se cebó cuando nació y la atacó muy fuerte. De cintura para abajo es paralitica. Va con muletas y con las piernas llena de hierros, así es como la recuerdo. Las pocas veces que se quedaba a dormir en casa, yo me la quedaba mirando hasta que terminaba de quitarse todo lo que llevaba en las piernas, incrédula de lo que estaba viendo, porque mientras que yo abría los ojos como platos, ella, tranquilamente, nos estaba contando algo divertido y nos reíamos. Estaba siempre en el quirófano, intentando arreglar o paliar algo de lo que tenía. Ella aguantaba. Tenía que faltar al colegio durante largos periodos de tiempo, pero no importaba, consiguió terminar con nota y siguió con lo que quería estudiar, abogacía. Y allí se marchó, a la facultad a estudiar, como una más, porque las barreras eran físicas y no mentales. Una historia que nos contó es que estando en la facultad hubo unas revueltas estudiantiles, y estaban en la universidad la policía a caballo. Los estudiantes corrían de un lado para otro para librarse de posibles daños pero ¿cómo lo hace una persona que no tiene movilidad? ¿cómo se puede vivir esa angustia al verte que no tienes salida? Pues con la tranquilidad que ella tiene y con su sensatez. Terminó la carrera, opositó, la trasladaron a Valencia y luego ya en Madrid. Se casó, se quedó embarazada y tiene un hijo. ¿Dónde está su discapacidad? Pues sobre todo en las barreras arquitectónicas. Por mucho que se haya hecho para terminar con las barreras, vemos siempre nuevos barrios o antiguos que siguen poniendo vallas a la libertad de todos.
  • El otro caso es mi propio padre. Ciego casi total. Todo empezó el día de la comunión de mi hija, empezó a notar que algo no iba bien porque no la veía correctamente. Empezamos con los médicos. Primero perdió casi por completo un ojo, luego el otro, pero había la esperanza de que se podía operar el ojo casi ciego, el primero no tenía solución. Se operó y empeoró del todo, desde entonces ve algo sólo por el ojo que lo daban por perdido. Cuando vas al lado de estas personas te das cuenta de la problemática que tienen, sobre todo teniendo en cuenta que no es de nacimiento y que es difícil que con cierta edad te acostumbres a no ver y siempre recuerdas lo que has visto. Me explico:

a)   Siempre que camino por el polígono en que trabajo, pienso en mi padre y que se mataría al caminar por aquí. La verdad es que digo de este polígono porque es donde más entro y salgo, pero podemos hablar de cualquier acera de cualquier ciudad. Pero en éste caso en concreto, para ir en línea recta, tienes que sortear un montón de aceras, arriba y abajo, así como todos los destrozos que hay y que no se arreglan, porque estamos en crisis, nos apretamos los cinturones, pagamos los impuestos, pero no se arregla nada de nada. ¿Dónde van a parar todo éste dinero? Recortan de todas partes pero no vemos los beneficios y se supone que tiene que repercutir en la sociedad. Nosotros no nos hemos gastado el dinero, han sido los que han tenido el poder de hacerlo ¿por qué tenemos que seguir pagando nosotros por algo que no hemos hecho?. Por lo tanto, se tiene que arreglar las aceras, porque al final los perjudicados somos nosotros, con discapacidad o no, porque yo el otro día me caí dándome un buen golpe porque la acera no estaba correcta (aunque yo también puedo estar dentro de discapacitados), pero ¿cómo pueden los ciegos, inválidos, etc., andar tranquilamente por éstas calles donde el suelo se levanta y no se arregla?

b)   Aparcamos de tal manera que no nos importa si cabe una persona o no, y se tapa los pasos de cebra, por ejemplo. Esto me recuerda algunas  situaciones:

a.   Cuando vamos con el carro de los niños y queremos cruzar una calle ¿no has pasado que te has tenido que mover varios metros o kilómetros para intentar encontrar un hueco que pase el cochecito de la niña? Pues a mí me ha pasado ¿y si el carro es de mellizos uno al lado del otro?, entonces no puedes cruzar, pero lo malo es que ni en los pasos de cebra porque también hay coches aparcados.

b. Mi padre una vez se encontró a un discapacitado mental aunque la persona no lo consideraba así, pero para mí estaba claro que no era normal. Aunque no se lo pude indicar puesto que mi padre me lo contó más tarde, si me lo llega haber contado en el momento que ocurría, le hubiera demostrado lo miserable que era su comportamiento. Mi padre lleva bastón de ciego y por más inri es sordo (tiene ya 96 años). Fue a cruzar la calle y el conductor del coche pensó que primero era él y luego el ciego. Mi padre, para avisarle, le dio en la carrocería del coche con el bastón. Madre mía, al energúmeno le había rozado su maravilloso coche, se bajó del coche como tal y se enfrentó a mi padre, le cogía el bastón y lo que más le dolió es que le dijera que estaba fingiendo. ¿No pensáis como yo que ésta persona era un discapacitado mental?

c. En los semáforos hay un pitido para avisar a los ciegos que pueden cruzar, ¿pero qué pasa si se estropea el pitidito? Mi padre espera un poco más y cruza cuando cree que ve a la gente moverse ¿y si no hay nadie? Pues a esperar a una alma caritativa. Y ¿Qué hacemos si alguien se pasa un semáforo en rojo? Con esto que algunos piensan que en ámbar es acelerar pues no da tiempo y se llevan a los que están cruzando. ¿Pero en los pasos de cebra existen pitidos? Que yo sepa no, en el caso de mi padre, como ha visto anteriormente, recuerda donde están los pasos de cebra y cruza, aunque en uno de ellos ha sido atropellados mis dos padres (en el mismo pero diferentes años) ¿y sabéis por qué? Porque hay gente que aparca en los pasos de cebra, incluso en doble fila, e incluso furgonetas y camiones y por lo tanto, como están en una cuesta, si salen los ancianos o niños o cualquier persona de entre los coches, el que debería de parar no lo hace y se los lleva por delante ¿y por qué no lo hace? Porque van muy deprisa. Cuando yo paro en un paso de cebra me hace gracia ver cómo la gente te da las gracias, pero si es mi obligación. Pues nada, caderas rotas como mínimo por los atropellos.

c)   Y las barreras de las casas. Habitamos en casas que pueden ser muy antiguas. Pueden tener más de cincuenta años y no tener ascensor, múltiples escaleras, puertas estrechas, etc., etc. Son barreras que mientras eres joven y no tienes ningún problema físico, no las piensas pero que según la vida te va poniendo arrugas, las rodillas empiezan a flaquear bajando y subiendo escaleras necesitando en muchas ocasiones 3 en 1 para engrasarlas (en esta situación estoy yo), el ascensor pequeño te agobia por esos kilos de más que has cogido y las puertas parecen que son muros cuando tienes prisa y ya no calculas igual que cuando no tenías presbicia. En la casa en que yo vivo ahora tiene 25 años. Durante todo éste tiempo hemos hecho muchas obras para mejorar la finca, y siempre hemos comentado, pensar que tarde o temprano nos vamos a hacer mayor, pues para algunos ya les ha llegado la hora y hemos tenido que modificar las puertas de los portales, rampas, etc., etc., porque no alguien lo necesita. Por cierto, es fácil hacer leyes para ordenar que se cambie fachadas de casas, que se ponga ascensores, etc., pero no es de recibo que las pocas ayudas que daban las quiten porque alguien haya gastado mal lo recaudado. Y si no hay dinero para ayudar a éstos cambios, pues que también se paralice la obligatoriedad y las multas, o que se busque el dinero para éstas ayudas sea como sea, aunque sea de quitarse coches oficiales para ir a la compra. Por cierto, los pisos viejos suelen estar habitados por personas mayores que sólo tienen su pensión y que además están cuidando de hijos y nietos que están en el paro.

Y ahora sólo quiero hacer una reflexión ¿a qué llamamos discapacitados mentales? ¿Existen personas que no tienen ninguna discapacidad mental pero deberían tenerla? ¿A cuántas personas has dicho o pensado que le faltaba un hervor? Ese cerebro todavía no estaba maduro para dar alegrías al mundo. ¿Cuántas veces has dicho que terminarás matando moscas? Queriendo decir que puedes terminar en algún manicomio como sigamos a éste paso.

¿Cuántas barreras nos ponemos nosotros mismos en la cabeza? Yo muchas. Mi entrenador cuando yo le digo “Cristian no puedo hacer eso” siempre me contesta lo mismo, “Si puedes, todo está en tu cabeza” “yes we can” y al final le tengo que dar la razón (pero sólo un poco), lo que hace un mes me parecía imposible ahora lo hago tan normal. Es decir, si no tenemos un problema físico ni mental, somos nosotros mismos los que nos ponemos los obstáculos y tenemos que aprender de la superación que nos demuestran las personas que tienen que vivir segundo a segundo con las barreras que otros les ponen a ellos y no las suyas propias.

A ellos van dirigida ésta entrada porque en realidad son mis héroes y los ejemplos que quiero seguir. ¡Enhorabuena por ser como sois!

Carmen Ruiz Atienza

#ApoyoAlComercioLocal. Administración de Lotería La Real (S.S. Reyes)

Escrito por Liberación 2000. Posteado en Entorno socioeconómico cultural

loteria

Os presentamos a nuestra amiga Gemma, gestiona esta administración como “jefa” desde el año 2003, un trabajo que desde 1987 gestionaba Mª Eugenia, su madre.

Ya han repartido la suerte entre muchos vecinos de la zona y de alrededores, no hay más que ver las colas que tiene siempre en la administración. Han repartido varios premios de lotería nacional y de primitiva y uno de los más sonados fue el del pasado año 2012, dieron el premio gordo de la primitiva.